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Chapter 33 - Día 30

Hoy llovía a cántaros. Obviamente, dudaba de si salir afuera o no. Por ello, sentí que era el momento de celebrar otro torneo para determinar las posiciones dentro del grupo. Y escogí el método que determinaría los rangos más deprisa por conveniencia. Puesto que había una gran diferencia entre las características básicas de los hobgoblins y las de los goblins, celebraríamos dos competiciones separadas.

Los resultados, bueno, si podemos llamarlos así, fueron los siguientes:

El que estaba en cabeza era yo, como siempre, el subcampeón fue Gobukichi-kun, luego había el previo líder hobgoblin, y después de él estaba Gobumi-chan. Los tres goblins que la seguían a ella eran prácticamente igual de competentes.

La maga hobgoblin, Hobusei-san, podría haber quedado segunda si hubiera estado per- mitido usar magia, pero como esta vez no era el caso, así fueron las cosas.

Cuando terminó el torneo, nos dividimos en tres grupos: el grupo de Gobukichi-kun iba a continuar con el entrenamiento, el de Gobue-chan se equiparía con picos para bajar a la mina, y el último grupo iba a estudiar cosas, como las normas que yo había puesto, los rangos, el alfabeto continental y así, con Gobumi-chan de profesora.

Mientras tanto, yo hablé de unas cuantas cosas con Hobusei-san. Y me interesé por los tipos de magia que podía usar. Por lo que me contó, ella usaba tres tipos de magia que al parecer eran de [Fuego], de [Agua] y de [Cancelación]. Hice ver que lo entendía, pero en realidad solo había leído información de una fuente incompleta y no tenía ni idea de qué estaba hablando.

Luego, cuando terminamos de intercambiar conocimiento, los dos continuamos con nuestras tareas. Hobusei-san fue con Gobumi-chan a estudiar, mientras que yo fui a hablar con las chicas humanas.

Cuando fui a comprobar cómo estaban, puesto que disponían de piedras espirituales de Agua y de Fuego infinitas, encontré a Herrera-san forjando herramientas en su herre- ría, con mena hierro y piedra espiritual que habíamos obtenido de la mina. Ella podía hacerlo sin problemas gracias a los varios juegos de herramientas que sacamos del botín de la última vez.

Le pregunté si tenía alguna queja, y noté que había reparado la forja de modo que ahora le era más fácil usarla. Al ver que me tenía menos miedo, me fui satisfecho.

Después fui a la habitación de las dos hermanas. Dado que también sacamos sus uten- silios de cocina del botín, que las hermanas los usaran no originaba ningún roce con los otros goblins. Con eso, las cosas avanzaron con fluidez. Aunque después de mirar alrededor de la sala, me di cuenta de que preparar la comida de todo el mundo era de- masiado trabajo para solo dos personas, así que decidí sentarme y ayudarlas.

Las hermanas todavía tenían un poco de miedo de mí, así que pensé que si era proactivo y hablaba más con ellas, empezarían a coger confianza. De vez en cuando las pillaba sonriendo, lo que era genial. La sonrisa de una mujer hermosa es siempre algo bueno. Mientras estábamos en ello, les enseñé todas las recetas que conocía.

Después de eso fui donde Alquimista-san, que había pasado todo el día haciendo pociones. Había ido guardando el equipamiento allí igual que en los otros lugares, por lo que no

fue un problema. Inspeccioné los bienes que había terminado con mi [Estimación], por

el momento no parecía que hubiera nada venenoso. Yo estaba interesado en el proceso de creación, así que me quedé a observar.

Alquimista-san soltó un suspiro de indiferencia, me recuerda tanto a una reina de hielo desdeñosa... No decía nada mientras trabajaba, sin embargo, ella seguía siendo una fies- ta para los ojos, así que no me importó esperar.

Cuando acabó, tuvimos una breve conversación y luego me fui a mi propio taller.

Allí intenté usar la piel del lobo negro para fabricar equipamiento defensivo. La cosí con mi hilo y, con la práctica, el proceso de elaboración progresó rápidamente. Sin embargo, ya era tarde cuando terminé.

Antes de ir a dormir, practiqué con mi alabarda con el fin de acostumbrarse a usarla.

Estaba cansado de no parar en todo el día y dormí como un tronco.