Chereads / RE:MONSTER / Chapter 38 - Día 35

Chapter 38 - Día 35

Desperté debido a una extraña urgencia. La luz que había era tenue, pero no me impor- taba demasiado. Me revolvía un hambre muy rara que nunca antes había sentido, así que me acerqué al cadáver del oso rojo que estaba junto a mí. Después de quitarle el cuchillo Bowie que le clavé en la frente, usé pura fuerza para arrancarle la cabeza. Le desgarré brutalmente la piel, la carne y las vértebras cervicales, el sonido podía oírse a leguas.

Todavía no me había vuelto completamente la conciencia mientras masticaba la cabeza del oso rojo que tenía en las manos.

Habilidad [Rugido penetrante del Señor de la Montaña] aprendida

Habilidad [Mirada intimidante] aprendida

Habilidad [Resistencia multielemental] aprendida

Después de arrancarle la cabeza, le aplasté el cráneo y sorbí su cerebro durante unos se- gundos, en lo que se me ocurrió que su piel podía ser útil, así que cogí el cuchillo Bowie que, por algún motivo, me pareció más pequeño, y lo despellejé con cuidado.

Me dio la sensación que el oso rojo se había vuelto más pequeño desde mi desmayo, pero mi cabeza no procesaba bien, así que no le encontré una razón a esa sensación.

Me quedé a gusto despellejando al oso, no lo hice por otra cosa. No me pasaba otro pen- samiento por la mente.

Mi mano izquierda había desaparecido por debajo del codo, sin embargo, eso podía arre- glarlo con mis habilidades, así que no había ningún problema.

Usando mi habilidad [Metamorfosis] pude hacer surgir dedos de mi brazo, aunque me mancara desde el codo, y recogí la piel.

Pese a tener dificultades para usar un cuchillo pequeño con mis dedos protésicos, fui

capaz de terminar de pelar al oso. Después, empecé a comerme la carne del oso desnudo.

Cual muerto de hambre, me concentré en devorar su carne y su sangre hasta que no quedó nada.

Habilidad [Piel tupida del Señor de la Montaña] aprendida Habilidad [Músculos fuertes del Señor de la Montaña] aprendida Habilidad [Ráfaga de golpes consecutivos] aprendida Habilidad [Tiranía del Rey de las Bestias] aprendida Habilidad [Protección divina del Semidiós del Fuego] aprendida

Habilidad [Resistencia completa al fuego] aprendida

Con solo masticarlo y cortarlo ya me venía todo su sabor, realmente la mejor carne que había comido nunca. Me bebí su sangre espesa que casi sabía a vino. Pude sentir la vita- lidad del oso rojo en el momento en que engullí un pedazo de sus entrañas y devoré sus huesos crujientes hasta el tuétano como si fueran minerales de una cueva. En ese punto mi mente finalmente se aclaró y empezó a funcionar.

Fue entonces cuando vi mi cuerpo.

Mi cuerpo seguía siendo negro, y pese a estar cubierto por bastante sangre, noté que tenía algunas líneas rojas por todo el cuerpo (me pregunto si podían llamarse tatuajes), que no me eran familiares y parecían tener algún tipo de significado figurativo. Y el ta- maño de mi cuerpo era de una altura mayor al de un hombre humano adulto por todo un brazo entero, mi vientre también se había convertido en unos abdominales de 6 piezas, por lo que no me costó darme cuenta de que ya no seguía siendo un hobgoblin, sino una especie totalmente diferente.

Y mi pelo, estoy seguro de que antes no era tan largo. A pesar de que me había creci- do el pelo siendo un hobgoblin, ni siquiera me llegaba a los hombros. Comparado con ahora, siento que mi pelo ya me llega por debajo de los omóplatos. Aparte de crecerme, también se había vuelto gris.

Por último, me habían salido dos cuernos afilados en la frente. Cuando los toqué, los noté extremadamente duros. Si trataba de cargar como un toro, seguro que haría un sonido sordo cuando alcanzara mi objetivo.

Mientras hacía comprobaciones con mi cuerpo de varias formas, recordé el mensaje que recibí antes de perder la conciencia.

Sep, parece que me he convertido en un gran ogro.

Sin ser una subespecie, soy suficientemente especial como para haber evolucionado en

una variante rara.

Bueno, al fin y al cabo uno evoluciona cuando mata a suficientes bichos, no depende de mí

si me he convertido en una variante rara.

Me convencí a mi mismo de que no era para nada algo malo.

Del mismo modo que cuando me convertí de goblin a hobgoblin, cuando me transformé en un ogro, todas mis habilidades se fortalecieron y mi cuerpo se llenó con una sensa- ción temporal de omnipotencia. Sin embargo, decidí dejar la verificación de las mejoras para otro rato.

Creo que ya va siendo hora de volver. Los otros probablemente estén preocupados por que

no haya vuelto todavía.

Al coger el alabarda que podía reutilizar si la reparaba, me di cuenta de algo justo antes de irme. Mi ropa estaba tan hecha jirones que no llegaba a taparme las partes nobles. Como efecto colateral del crecimiento de mi cuerpo, la ropa que llevaba había quedado harapienta.

Básicamente, estoy desnudo.

Mi miembro me colgaba y se balanceaba entre mis piernas; era tan impresionante que me lo quedé mirando durante un rato. Al no saber qué hacer, me preocupé. Pero solu- cioné el problema con la piel del oso rojo que ya había preparado, atándomela alrededor de la cintura para taparme.

Ya veo, por eso despellejé al oso rojo, tuve una premonición de que una situación así iba a ocurrirme

Usé una cuchilla de aire para cortar los árboles y el hilo, que hasta ahora me habían servido de escudo, causando un sonido como de una sierra. Puesto que mi poder había aumentado, aunque me contuviera, podía matar de un solo golpe.

A juzgar por la posición del sol, calculaba que eran sobre las dos de la tarde. Había dor- mido durante bastante tiempo, debía apresurarme en volver a la base.

De camino a casa, encontré mi mochila y mi mochila de guerra por ahí tiradas, luego recuperé todos los estoques y cuchillos Bowie que pude; por lo menos los que podían repararse.

Me robaron la pierna del caballo tricornio que tenía en la mochila, e inevitablemente al- gunos de los materiales que quedaban, como el caparazón de araña demoníaca, estaban dañados, pero no podía remediarlo.

La mochila todavía me servía aunque estuviera desgastada.

Al haberme hecho más grande, y abusando de algunas habilidades, llegué a la base mi- nera en un abrir y cerrar de ojos, donde todos se asustaron al verme, cosa que consideré admirable.

Sí, si de pronto aparece un ogro desconocido, eso es lo que ocurre.

Puse una sonrisa burlona.

Ahora todo el mundo me temerá más que antes. Ah, como me he convertido en un ogro, probablemente tenga una cara llena de maldad, estoy seguro. Debe de ser algo así:

goblin ? feo

hobgoblin ? parecido a un humano

ogro (mi estado actual) ? ¿algo como un Berserker?

Seguro que es algo así.

Por cierto, no lo sé con certeza, pero probablemente tenga alrededor de 2 metros de altura ahora mismo. Así que en comparación con los goblins más bajitos que me ro- deaban, había una enorme diferencia de perspectiva. Los miro completamente desde arriba. Estarían en mi punto ciego si se me acercaran demasiado. Los perdería de vista completamente.

Al poco rato, Gobumi-chan se acercó a mí y se dio cuenta de que era yo. En ese momen- to, la tensión del resto de los goblins desapareció. Gobumi-chan me identificó en un ins- tante, y su expresión le cambió a enfado. Con todas sus fuerzas, me pegó en la barbilla.

No me hizo daño, aunque fingí el dolor. No obstante, quien realmente se hizo daño fue Gobumi-chan, así que le curé la herida sin preocuparme con mis habilidades curativas para aliviar su malestar.

Cuando su dolor se sosegó, Gobumi-chan hizo que me pusiera en seiza16. Estaba muy preocupada.

¿Dónde has estado? ¿Cómo te has convertido en un ogro?

Me estuvo riñendo. Aunque no podía refutar su riña puesto que me faltaba un brazo. Además, fui incapaz de responderle cuando vi que se le escapaban unas lágrimas. Estuve a punto de pedirle perdón por hacerla preocupar, pero Gobukichi-kun y Pelirroja llega- ron a causa de toda la conmoción.

Obviamente, se sorprendieron. Se sorprendieron tanto que ni siquiera podían evitar permanecer boquiabiertos.

Bueno, por supuesto que lo estaban, se habían preocupado por mi ausencia durante un día entero y había vuelto convertido en un ogro al día siguiente.

Intenté ofrecerles una conjetura explicativa de los sucesos. Reuní a los miembros clave que faltaban Gobue, Hobusei, Hobusato y Gobujii y empecé a explicárselo.

Eché a los otros goblins diciendo que ya se lo contaría después.

Eh... Cuando pensé que ya iba siendo hora de volver de la cacería, me topé con un oso rojo. Para poner a prueba mi fuerza, y en parte por puro instinto, lo ataqué. Después, la

16 Significa literalmente correcto sentar. Es un término japonés que describe la forma tradicional de

sentarse de rodillas, usada en la meditación y como parte del calentamiento en artes marciales.

lucha que empezó por la tarde se alargó toda la noche, y concluyó cuando salió el sol ayer por la mañana. Después de eso, no podía ni moverme porque estaba severamente malherido, así que erguí una barrera usando mi hilo y dormí con la intención de recu- perar mis fuerzas. Luego, hace un rato, cuando abrí los ojos, me había convertido en un ogro. Una variante rara, por cierto. Todo mi equipamiento había quedado destrozado, pero me había guardado la piel del oso rojo a modo de trofeo, así que tampoco fue para tanto. Bueno, después de todo, me alegra seguir vivo.

Tras contarles todo eso, me di cuenta de que Hobusei-san, Hobusato-san y Gobujii me miraban con cara de tontos, sus mandíbulas colgando como si estuvieran dislocadas.

¿Qué pasa, Gobujii? ¿Eh? ¿He matado al oso rojo? Ya te lo he dicho, ¿no?

En lo que decía eso di unas palmaditas a la piel que llevaba alrededor de la cintura para

que se fijaran en ella.

¿Hm? ¿Qué pasa, Hobusei-san? Ajá, en el bosque hay un monstruo con aspecto de oso que es considerablemente fuerte y casi invencible llamado oso erguido, pero general- mente es de color gris y mide solo 3 metros. Pero dentro de la especie de los osos, hay individuos que pertenecen a una subespecie y tienen el pelaje de color rojo. Esa subes- pecie no puede conjurar magia, pero es muy inteligente y tiene la habilidad de escupir fuego. Además, en cuanto a la fuerza física y el sentido del olfato, están a otro nivel en comparación con los osos erguidos comunes. En resumen, como es cosa era el más fuerte entre los osos erguidos, también era el más fuerte en la zona. Por eso esa subes- pecie de oso erguido se llamaba «Señor de la Montaña». ¿No te parece que debe tener la fuerza suficiente como para matar fácilmente a un ogro y comérselo? Ya veo. De algún modo, dudo que un monstruo como ese pueda encontrarse dos veces, dada su rareza en este extenso mundo. Ouch, para de golpearme la cabeza, Hobusato-san.

Aunque en realidad no me dolía.

¿Qué? ¿Quieres ver de cerca la piel del oso? Vale, qué remedio...

Se la enseñé y dijo que ciertamente no me lo había inventado.

De hecho, incluso me he convertido en un ogro después de luchar contra él, y de todas las habilidades que obtuve, hay una que se llama [Músculos fuertes y flexibles del Señor de la Montaña], así que no cabe duda.

También dijo que, al haberme transformado en un ogro en tan poco tiempo, había pasa- do de ser simplemente descomunal a convertirme en alguien completamente increíble.

Pese a que le dije que nada había dependido de mí, ella me dijo que no podía decirlo a la ligera sin saberlo con certeza.

Era irracional. Estuvimos hablando de varias cosas durante una hora, hasta que dimos

fin a la reunión.

No, como pensaba, la situación actual no era buena puesto que iba como Dios me trajo al mundo. Quería conseguir ropa nueva rápidamente. Me daba vergüenza; como esperaba, uno no puede tranquilizarse en tal estado incómodo.

Luego de eso, me puse a investigar el lugar. Fui a mi taller, pero me di cuenta de que Gobumi-chan y Pelirroja me habían seguido. Me dieron ganas de decirles ¿Qué sois, mi madre?, pero me contuve.

Dejé que hicieran lo que quisieran puesto que no hacían daño a nadie, y fui a saludar al

resto de las mujeres. Quería comprobar si había sucedido algo en mi ausencia.

Las asusté bastante. Se pusieron a gritar en el momento en que entré de golpe. Ensegui- da me cansé puesto que los otros goblins empezaron a venir para ver qué pasaba y tuve que ahuyentarlos.

La reacción de las chicas me hizo venir ganas de llorar. Les conté lo que había ocurrido e incluso saqué mis llamas y mi hilo, por lo que finalmente se dieron cuenta de quién era. Todavía podía ver como temblaban de miedo, pero me alegré de que todas mostrasen una sonrisa de alivio al final.

Me hubiera gustado decirles ¡Buenas chicas!. Todas eran tan monas...

¡Ay!

Sentí una pequeña molestia en ambos brazos cuando dos chicas me pellizcaron por detrás. No reforcé mi piel, puesto que pensé que era un castigo por haber hecho que se preocupasen por mí, pero luego hablamos de varias cosas.

Le pedí a Herrera-san que hiciera algunos arreglos a la alabarda que estaba gravemente deteriorada. Y volví a recibir una reprimenda:

¡Te has pasado dejando que se estropease tanto!

Después de la regañina, al parecer usó una piedra espiritual en las armas como yo hice con mi antiguo cuchillo, me dijo que fuera a verla más tarde. Si te parece bien, me gus- taría crearte una nueva arma. Yo asentí inmediatamente en cuanto lo dijo.

Estaba tan mona cuando vi que se ponía contenta, aunque brevemente, sonriendo con sus mofletes sonrojados. Involuntariamente, palmeé su cabeza. Para no hacerle daño, intenté controlar mi fuerza. Aun así, me gustó verla como a una niña pequeña elogiada. Como esperaba, la sonrisa de una mujer es lo mejor que hay.

Por alguna razón, esas dos me pellizcaron aún más fuerte.

¿Por qué?

Me encendieron los ánimos cuando me dijeron que para comer había filete de oso, así

que fui a cazar osos erguidos para las hermanas.

Si quieres filete de oso, tienes que traernos esto y aquello y lo otro.

Y así, ordené a mis subordinados goblin que fueran a reunirlo.

Últimamente he estado utilizando a esos chavales un montón, su nivel debía de estar alrededor de 100, quizás algunos de ellos se convertirán en hobgoblins pronto.

Como esperaba, les es difícil hacer todo el trabajo ellas dos solas, quería ayudarlas como mínimo a cortar algunos ingredientes, así que convoqué a tres hembras goblins de mi generación del grupo Patri para que ayudaran a las chicas. Pese a tener en cuenta que aún les sería violento estar con hombres, esas chicas fueron increíblemente fuertes.

Cualquiera; amigos, conocidos, familiares, e incluso amantes, que hubiera sido asesina- do o raptado por goblins, no los vería como otra cosa aparte de como enemigos. Pero ellas eran diferentes, tenían una mente fuerte y poseían una capacidad de adaptarse extraordinaria, a pesar de no haber pasado tanto tiempo desde que las raptaron.

En serio, son geniales. Puede que sea un error de juicio mío, pero me enorgullecen. Seríais unas esposas maravillosas. ¿No queréis casaros conmigo?

Como tenía tantas ganas de comerme la cena de esa noche, les dije que no podía quedar- me por más tiempo. Me miraron sonrojadas, sonriéndome tan felices, que las encontré realmente monas.

Cuando me fui, dos espadas de maderas me golpearon en la parte de atrás de mi cabeza. No me dolió, pero estuvo fuera de lugar.

Alquimista-san estaba elaborando una poción como de costumbre, estaba mezclando algún tipo de gas venenoso. Aunque no sea el tipo de poción que mata dolorosamente, no tarda en entrar en el cuerpo y te lo paraliza.

Le sonreí con un poco de amargura y le susurré suavemente las maneras en que podía usar el veneno. De todos modos, lo hacía por protección propia y cosas así.

Ella entendía que al igual que existen muchos tipos de humanos, podía existir alguien como yo entre los goblins que intentara acosarla, no tenía intención de envenenar la comida, pero hizo la poción porque le daba miedo no estar preparada, eso es lo que dijo.

Si le hubiera preguntado ¿No nos odias lo suficiente como para matarnos?, segura- mente me habría dicho que sí que había goblins que odiaba hasta el punto de querer matarlos, pero puesto que había sido capaz de confiar en mí, podía dejar a un lado lo que ocurrió esa noche. Además, creo que incluso confía en el tipejo de Gobukichi-kun últimamente.

También me dijo que la intimidaba demasiado siendo un ogro. Tengo la impresión que mi cuerpo va más allá de lo raro. Mis tatuajes rojos asustan a cualquiera.

Pero no puedo remediarlo.

Extendí ambas manos y estiré mis dedos protésicos hacia ella, cogiéndola en brazos mientras bromeaba. Noté unas miradas gélidas que provenían de las dos que tenía detrás. Tan fuertes eran sus miradas que pensé:

Mierda, un día de estos me van a matar.

En esa situación, hice lo mismo con ellas dos para apaciguarlas. Luego también se lo hice a Herrera-san y a las hermanas.

Por razones que no dependían de mi cuerpo, me sentí emocionalmente cansado porque tuve que ir con cuidado de no romper los cuerpos frágiles de las chicas.

Después de eso, llegué finalmente a mi taller. Me picaba toda la ropa. La piel del oso rojo con la que tenía pensado hacerme una armadura nueva todavía no podía procesarse, así que decidí dejarla por el momento. Mientras tanto, me hice unas bermudas con piel de mapache armado que ya había curtido anteriormente.

En realidad no tengo frío siendo un ogro, y como pensé que para hacer unos pantalones de mi talla necesitaría demasiada piel, en vez de eso me hice unas bermudas y así aho- rré materiales. Pensé que, igualmente, con la armadura de piel de oso rojo, igual que de cualquier piel, ya tendría suficiente. Sin embargo, era de oso rojo, y después de todo me había costado trabajo obtenerla.

Creo que más que hacerme una armadura de piel, me haré una armadura de cuero que tiene más defensa.

Terminé bastante rápido de hacer las bermudas y me las puse inmediatamente. Con esto podría proteger mi dignidad como hombre. Así me sentía.

Después, procedí a endurecer la piel del oso rojo poniéndola a hervir.

Mañana pondría todo mi empeño en hacer el equipamiento para ir a cazar. Aunque también tenía otro motivo, puesto que ahora era demasiado grande para las armas que tenía hasta el momento.