Punto de vista de Pelirroja
Se suponía que era una misión normal y co- rriente. Sin embargo, no terminó como ninguno esperaba. De hecho, terminó en fracaso total.
La misión era escoltar a un grupo mediano de mercaderes del Clan Mercantil «Tenderete del Dios Estelar» de la ciudad de «Trient» y prote- gerlos de los bandidos y los monstruos. Tendría que haber sido un trabajo relajado y sin mucho riesgo. Yo soy una aventurera novata sin repu- tación, me falta confianza en mí misma y soy incompetente. No obstante, puedo encargarme de trabajos simples, como parte de la asociación de aventureros «Espada de los Débiles». Si bien un grupo de tamaño estándar solía constar de una docena o menos de personas, el grupo del que yo formaba parte, tenía 18 miembros nova- tos y 6 miembros de alto rango; un total de 24 personas. Tal número de participantes dismi- nuía la retribución, pero nos conformamos con ello, ya que lo hacíamos para ganar experiencia.
Al principio todo estuvo bien. En el camino por el que viajamos se habían emitido re- cientemente solicitudes de subyugación de monstruos; acabar con la mayoría de los monstruos, gracias a esto era mucho más seguro. Sin embargo, había riesgos. Los gran- des monstruos galliformes de 70 centímetros de altura llamados «Misuteddo» atacaban en grupos de dos o tres. El encuentro con estos monstruos ayudaba a los aventureros novatos que los cazaran a conseguir bastante experiencia.
Para mí, otra aventurera novata, esta era mi primera misión como escolta; sin embargo, puesto que el viaje no era muy peligroso, el resto del grupo no estaba para nada nervio- so. Inevitablemente, al tener mucho tiempo libre, pasamos la mayor parte del tiempo hablando; y resultó ser que yo era la única mujer aventurera. Por suerte, todos eran sim- páticos y acogedores, los más experimentados contaban historias llenas de información.
Esto me será útil en un futuro.
La herrera Emery Furado me regaló un anillo y un collar. Las hermanas Alma y Felicia me dieron unos dulces. La alquimista Spinel Fean me dio una píldora casera de recupe- ración (Poción de Salud). Aunque sus pociones eran inferiores a las que se comercia- lizan, la salud es muy importante. Eso podría salvarme la vida algún día. Las pociones de recuperación son objetos esenciales para los aventureros; sin embargo, son bastante caras, así que normalmente las novatas como yo no podemos permitírnoslas. Así pues, estaba muy agradecida por todo eso.
Con esos regalos inesperados, bajé la guardia. Empecé a pensar en lo bien que estaba yendo la misión sin ninguna complicación, y en cómo iba a celebrarlo bebiendo en la taberna cuando llegara a casa.
Pero eso nunca ocurriría.
De repente, salieron volando flechas del bosque a nuestro alrededor y fueron directas a los experimentados. Al parecer, las flechas estaban cubiertas de un veneno de acción rápida. Les aplicamos el tratamiento tan rápido como pudimos, pero los experimenta- dos murieron sacando espuma por la boca. Y aunque no era la primera vez que veía a alguien morir, no pude evitar pensar en que esas personas con quienes me había familia- rizado ya no eran más que una pila de cadáveres. Pero ese no era el momento de pensar en aquello. Una gran manada de monstruos acababa de emboscarnos desde los arbustos del bosque y venía directa hacia nosotros.
¡¡Uaaaaaaaghh!!
Al escuchar el rugido de guerra, desenvainé mi espada, un regalo de despedida de mi tío, una espada corta de acero llamada [Espada de Amor].
Rubellia Walline usó la técnica de batalla [Corte]
Mi tío me enseñó la [Profesión Guerrero] y por ello puedo usar las técnicas de batalla básicas.
Una tenue luz roja iluminó el filo de mi espada, indicando que en ella había intenciones letales. Con su distintiva piel verde, sus orejas puntiagudas y sus horrorosos rostros, el enemigo era una tribu goblin. Quise cortarle la cabeza a uno de los bandidos con mi espada, pero él la bloqueó fácilmente. Por la colisión entre nuestras espadas se escuchó un sonido agudo y chispas saltaron. El impacto fue tan fuerte que ya no sentía la mano. Eso me debilitó pero todavía puedo empuñar mi espada con firmeza.
Todo en orden, todavía puedo luchar.
No obstante, las cosas fueron diferentes para el bandido goblin que tenía delante. El choque de antes le hizo perder su espada dejándolo desarmado. Teniendo en cuenta que mi [Profesión Guerrero] está al nivel 10, soy una guerrera principiante. Solo hace un mes que me convertí en aventurera. Es más, me crié en una familia donde fui [Profesión
Granjero] y alcancé el nivel 48. Eso hizo que la fuerza y la resistencia de mis músculos
influyera en marcar la diferencia entre nosotros.
Las duras jornadas en la granja hicieron que la fuerza de mis brazos y la firmeza de mis manos mantuvieran sostenida mi espada y yo no me cayera. Solo por un momento, añoré esos días. Oscilé desesperadamente mi espada otra vez, con intención de matarlo. Pero el bandido goblin bloqueó mi ataque con un escudo redondo en el último momento.
Rasgué el escudo un poco, pero fui incapaz de propinarle una herida mortal. El enemigo también estaba desesperado. Sin embargo, aun así fui capaz de romper su posición. Sin dejarle escapatoria, dirigí mi espada a la parte expuesta de su pierna que no estaba cu- bierta por su armadura de cuero.
¡¡Uaagh!!
Rubellia Walline usó la técnica de batalla [Corte]
Esa técnica proporciona una cuchilla más afilada a mi espada, que pasó a través de su carne, frenándose por un momento al cortar el hueso. Le corté la pierna. Sangre fresca brotaba de su herida. Alcé mi espada a fin de darle el golpe definitivo al bandido go- blin que se retorcía de dolor mientras agarraba desesperadamente su pierna cortada. Le clavé un solo golpe en la coronilla. Mi espada no encontró resistencia y penetró en su cráneo, partiéndole el cerebro y manchando de sangre su armadura de cuero.
¡¡Cuidado!! ¡¡Detrás de ti!!
Charles, uno de los chicos aventureros de la misma edad que yo, me avisó. Me giré con el escudo en mi mano izquierda y avancé.
Rubellia Walline usó la técnica de batalla [Golpe de Escudo]
Una tenue luz azul iluminó mi escudo cuando colapsé contra la cara de otro bandido goblin. Fue incapaz de esquivar mi rápido ataque sorpresa. Las técnicas con escudo son conocidas por su gran firmeza. El golpe le rompió la nariz al bandido goblin, quien cayó para atrás chorreando sangre.
El [Golpe de Escudo] causa un efecto de [Retroceso] que desequilibra al enemigo.
Yo aproveché la oportunidad para cortarle directamente la cabeza al bandido sin usar ninguna técnica de batalla, puesto que consumen bastante fuerza física y mental. Le atravesé el cuello al bandido goblin previamente aturdido. Corté una arteria y empezó a salirle un chorro de sangre. Mi espada se quebró un poco cuando tocó el hueso. Por el rabillo del ojo, vi la figura de otro enemigo dirigiéndose hacia mí. Esquivé su gran ga- rrote con pinchos, que claramente era demasiado grande para bloquear con mi escudo, y salté hacia atrás. ¡Huugh!
Su garrote me hizo perder el equilibrio. No me hizo daño, y me recuperé con éxito. Sin embargo, esa parecía ser su intención.
Gyacacacaca.
¡¡¿Qué hace un bandido hobgoblin aquí?!!
Un enemigo formidable, un «Bandido hobgoblin», acababa de aparecer por mi punto muerto soltando un grito desgarrador.
Los hobgoblins son una especie más evolucionada de goblin, ligeramente superiores a un humano medio. Es un monstruo famoso con el cual los aventureros novatos deben enfrentarse alguna vez. Un oponente duro de roer en un uno contra uno. Una vez vi una batalla contra un hobgoblin que previamente había atrapado a mi tío, con quien tuvo un enfrentamiento. Los hobgoblins nacen como goblins y evolucionan cuando tienen la experiencia suficiente, lo que les da habilidades superiores y destreza física.
Esta cosa habrá asesinado a muchas criaturas para haber evolucionado desde lo más bajo.
El bandido hobgoblin me golpeó con su potente puño. No consiguió darme, me defendí con mi escudo redondo con el que ya me había defendido antes. No obstante, puesto que no tenía tiempo para usar ninguna técnica, el escudo redondo soltó un sonido des- agradable, y quedó ligeramente dañado. Lo sentí como si hubiera colisionado con algo gigante. Justo después de eso, mi cuerpo salió despedido para atrás. Al principio, mien- tras rodaba por el suelo, no entendí lo que había sucedido. Pero era bastante simple, sin trampa ni cartón, fue meramente su poder. Mi escudo redondo que paró el ataque se rompió un poco por la parte donde fue golpeado, además me fracturó el brazo izquierdo, dejándome incapaz de moverme. Continué rodando y me di un golpe en la cabeza con una piedra o algo tan duro que empecé a perder la consciencia. Me di cuenta de que tenía sangre cubriéndome el ojo derecho porque me manchó la vista de rojo.
Agotada, quise descansar, pero eso era imposible. Mi cuerpo se retorcía de dolor y san- graba por todos lados. Clavé mi espada en el suelo para apoyarme en ella al levantarme. Me temblaban las piernas mientras miraba alrededor, pero todavía podía mantenerme en pie. Los hobgoblins, aparte de su color de piel, tienen rasgos parecidos a los humanos, sin embargo, este era bastante feo. Era el hobgoblin más feo que había visto nunca. Me miraba fijamente con unos ojos que desprendían inteligencia. Me observaba con una vulgar sonrisa. Vi su erección, que expresaba claramente lo que pensaba. Me vino una arcada por esa imagen mental y pedí ayuda a mi gente con la mirada.
Él es fuerte. Yo soy fuerte, pero no es un oponente del cual una aventurera novata como yo pueda hacerse cargo. Deberíamos ser capaces de derrotarlo de algún modo si fuéramos tres personas. Ojalá hubiese dos personas más. Alguien, cualquier persona.
Miré alrededor del campo de batalla desesperadamente mientras me frotaba el ojo iz- quierdo que veía borroso debido a la sangre. Pero no quedaba nadie, todos estaban ocu- pados tratando de sobrevivir.
Los experimentados que podrían habernos ayudado fueron los primeros en caer. Los aventureros novatos se habían dispersado por el pánico. Se había convertido en una situación crítica debido a nuestra inexperiencia. Traté de reunir las fuerzas que me que-
daban, solo éramos 18 personas, incluyéndome a mí. Vi como algunos recibían un es- padazo por detrás mientras trataban de huir. A otros les propinaron bolas de fuego que les hacían arder en llamas. ¡También había una hobgoblin maga! Los magos son capaces de ejercer el poderoso arte de la brujería. Me atacó con una ilusión que me produció ceguera. Los aventureros novatos serían masacrados por la maga. Solo disponiendo de ataques a larga distancia, como con un arco, podrían llegar a arreglárselas. Sin embargo, al ser [Profesión Guerrero], yo no tenía ataques de esos. La mayoría de los [Profesión
Guerrero] murieron en manos de la magia antes de lograr acercarse lo suficiente como para usar su espada. Busqué a mi alrededor la voz que había escuchado antes. Charles es más competente que yo. Vi a dos bandidos goblins ante mis ojos.
La situación no podía ser peor.
Pero no quería rendirme. Como aventurera, sé lo que pasaría si me rindiera. Por ser mu- jer, me capturarían y me usarían para satisfacer su deseo. Sería violada contínuamente y forzada a engendrar hijos goblin hasta la muerte. Tal existencia, como si fuera ganado, me repugna. Es absolutamente repugnante. Antes prefiero morir. Mis padres ya están muertos y no tengo ningún amante. Así que es mejor si muero. Puedo aceptar la muerte. Pero me niego a ser violada y tratada como un animal.
Saqué la poción de vida que me dio Spinel de la riñonera que llevaba en la cintura. Por suerte, no estaba rota y pude tomármela de un trago. Tenía un sabor sutilmente dulce. El dolor en mis articulaciones empezó a disminuir. Ya podía mover libremente mi brazo izquierdo y la fatiga desapareció. Me dijeron que en teoría era inferior a la versión co- mercial, pero sus efectos fueron impresionantes.
Lucharé. ¡No voy a rendirme!
Aun así, no sirvió de nada, los bandidos goblin habían rodeado a Charles, matándolo. Luego me aturdieron y me capturaron. Me ataron con cuerdas las extremidades y me amordazaron la boca. El idioma goblin es difícil de entender, pero al parecer llegaríamos pronto a su casa. Era lo peor que podía ocurrir. Me acordé del bulto creciente del ban- dido hobgoblin que me había derrotado. El susodicho se me acercaba con su obscena sonrisa y una vulgar carcajada.
Es tan desagradable. No quiero que eso me viole. ¡Lo odio, lo odio, lo odio! ¡Lo odio, joder!
Ese sería mi futuro. Debí haber huido antes. Ahora ya no puedo escapar. Estaba atada de tal forma que ni siquiera podía morderme la lengua.
Mientras me llevaban consigo recé al Dios del Destino «Shikkuzaru».
Seguro que Dios existe. Es improbable que Dios responda a mis plegarias, pero tengo que intentarlo. Aunque sea cosa del azar, todavía tengo esperanzas.
Pero rezar no va a hacer cambiar la situación. Miré hacia arriba y vi a los que se suponía que tenía que defender. Las otras mujeres estaban en las mismas circunstancias que yo. Emery, Felicia, Alma y Spinel. No me culpaban ni siquiera en esta situación. Me dolía el corazón. Me puse a llorar. Me sentía mal por ser tan débil. Me avergonzaba de mí misma. Les pedí perdón a todas con la mirada. Les pedí perdón desde lo más profundo de mi corazón.
Lo siento por ser tan débil.
Me vinieron recuerdos de mis padres y de mi tío. No podía parar de llorar. A lo lejos de ese remoto lugar podía ver una cueva.
De repente, mi suerte cambió.
Al acercarnos a la cueva, vimos a muchos goblins, pero me llamó la atención uno en particular. Su cuerpo era de color negro. Casi no podía creerlo. Corrían rumores de que había goblins de piel marrón viviendo en minas. Normalmente su piel es verde. Este era negro azabache y parecía todo un ser oscuro. Debía de estar protegido por algún Dios. Una subespecie que desarrollaría después de su evolución. Mientras pensaba en ello, el hobgoblin negro se acercó al bandido hobgoblin y empezó a hablar.
¿Podría tener a esas mujeres bajo mi custodia?
Parecía amable, pero tenía una voz potente. Su cuerpo atractivo tenía un encanto caris- mático. Me sentía atraída hacia todo ese poder que yo no tenía. Haberlo conocido era cosa del destino. Aquí empezaría mi nuevo camino.