Yao Yuri sintió profunda tristeza al recordar a su madre, sólo la había visto un par de veces en la Morada celestial y pudo distinguir el extremo sufrimiento que tenía que soportar a manos de las otras deidades, por eso había decidido cultivarse con una perfección absoluta, era para salvar a su madre, pero fue condenada a nacer de un vientre humano por ello, su madre humana también había sido muy buena con ella, ella se llamaba Yu Xinyi y la había tratado demasiado bien pero ella murió por oponerse a ser la concubina de un hombre de una gran familia, ella solo tenía siete años cuando le arrebataron a su amada madre, cuando creció devolvió ese golpe por cien y jamás volvió a tener sentimientos semejantes a los que le generaba Yu Xinyi. Al revisar en la memoria de Yao Yuri, se había dado cuenta que su madre, Tang Ziyue era la persona que más valoraba este cuerpo, tenía un hermano menor, Yao Yize, y una hermana más pequeña llamada Yao Yun, al parecer no tenía conflictos con ellos pero no confiaba en nadie debido a los frecuentes secuestros y ataques hacia ella. Yao Yuri suspiró al darse cuenta que la vida no era tan pacífica aquí tampoco, pero esa era su especialidad, meterse en problemas y salir victoriosa de ellos, al pensar en ello sus ojos titilaron con una obstinada esperanza de alcanzar paz.
- ¿Señorita Yuri?
- ¿Ah? - Yao Yuri volvió a la realidad con la voz de Cheng Tianyou.
- ¿En qué ciudad del Reino Nanjing vive? Quizá le ayude a llegar - Cheng Tianyou le miró espectante, algo deseoso de viajar con ella.
- En la Ciudad Imperial Zhao Li - respondió Yao Yuri con cautela en su rostro.
- ¡Hermano Cheng, no es justo! Yo tambien quiero acompañar a la Hermana menor Yuri - Lu Yunting salió de su tienda y frunció los labios hacia Cheng Tianyou, descontento al ver que él hablaba con la hermosa niña.
Yang Leí también estaba presente en ese instante, aunque también quería llevar a la niña a su casa no dijo nada y mantuvo su expresión indiferente.
- ¡Joven Princesa Yao! - la voz de un hombre de mediana edad resonó desde las alturas, vestía una túnica gris con un carácter escrito en su pecho 'Yao'.
Yao Yuri levantó la mirada hacia el hombre, lo reconoció como Xiao Kong, uno de los miembros de la guardia imperial, estaba en el reino Shuijing en la primera etapa de refinamiento espiritual (el reino Shuijing consta de dos etapas) y era un fiel servidor de su padre. Xiao Kong también es una de las personas que apoyaban a la princesa Yao Yuri. Yao Yuri se levantó e hizo una leve inclinación hacia el hombre:
- Yao Yuri de la generación más joven presenta respetos al Maestro Xiao Kong...
Los otros tres jóvenes estaban estupefactos, por la llegada del hombre y su base de cultivo, pero más aún por como había llamado a la hermosa niña.
Xiao Kong asintió sonriendo complacido hacia la niña, luego su mirada cambió hacia los tres jóvenes y sus ojos se enfríaron, con su voz como navajas de hielo preguntó:
- ¿Se atrevieron a tocar a la Joven Princesa Mayor Yao?
Los rostros de Lu Yunting y Cheng Tianyou palidecieron al sentir la presión de la base de cultivo del hombre.
- Ellos no me tocaron, Maestro Xiao Kong. De hecho sin su ayuda habría muerto de hambre - Yao Yuri habló con calma en su corazón pero con lágrimas en sus ojos por fuera.
El corazón de Xiao Kong se ablandó al ver las lágrimas de la tierna e inocente niña, en su corazón la veía como a una hija, sólo quería proteger esa inocencia que emanaba de ella, le irritaba pensar que podrían mansillar a ese preciado angel al que había visto crecer.
- Bien - Xiao Kong retiro su presión y miró dulcemente a Yao Yuri - La llevaré a casa Joven Princesa Mayor.
Yao Yuri asintió servilmente mientras que en su corazón pensaba "¿Joven Princesa Mayor Yao? Qué título tan desagradable. Emperatriz Yao Yuri... eso suena mejor pero no va conmigo, resolveré los asuntos aquí y después regresare al Dominio Norte de las tierras del cielo a la casa de mi Respetada Mentora Su Nianyu... "
Xiao Kong agitó su mano y con su poder espiritual levantó a Yao Yuri en el aire y la colocó en su abanico encantado que le otorgaba el poder de volar, dio una última mirada penetrante a los tres hombres paralizados en el suelo, luego desapareció en un destello de luz de color naranja.
- Esa niña... ¿es la princesa Yao Yuri del Reino Nanjing? - Lu Yunting estaba demasiado sorprendido como para pensar.
Yang Leí estaba espantado, se había fijado en la prometida de su hermano menor, ese cubo de hielo jamás le perdonaría si lo supiera, lo que le tenía más espantado era que esa niña no se parecía en nada a los rumores sobre ella, podía cultivar y tenía un talento innato excepcional, su carácter no era tímido sino más bien cauteloso, y no se veía como una flor débil más bien con una mirada podrías saber que guarda secretos en lo más recondito de su alma, secretos que inevitablemente quería develar. El corazón de Yang Leí latió con fuerza un par de veces, inconscientemente quería con ansias volver a verla.