Ambas muchachas dejaron de comer y salieron por la puerta principal sin mediar otra palabra, afuera estaba el hombre que vestía como un sirviente que cuando las vio salir rápidamente casi llora de agradecimiento, Caitlyn y Adelaida fueron al establo y desataron y ensillaron dos caballos de los tres que tenían allí, después subieron a los caballos y corrieron a toda velocidad con el sirviente a caballo a sus espaldas. A diferencia del caballo del sirviente, los caballos de Caitlyn y Adelaida eran de raza y jóvenes, por lo que corrían a gran velocidad y saltaban ágilmente algunos obstáculos, con ese paso agitado llegaron a Fog Spell en menos de media hora, cuando cruzaron la calle principal todos les habrían camino, era su forma de mostrar respeto hacia ellas, después de todo los aldeanos no se atrevían a ofender a nadie que fuera de la familia Frank o cercano a ellos, ya que de Zemira Frank dependía la seguridad de la aldea, incluso los aristócratas que vivían en Fog Spell respetaban a los Frank cómo si fueran los Señores del imperio, cuando se trataba de brujas malignas o de semivampiros desequilibrados o corruptos nadie se salvaba de sufrir pérdida, ni siquiera los vampiros de sangre pura pero con la protección de una bruja blanca poderosa como Zemira, los ataques se reducían drásticamente hasta llegar casi a cero. Llegaron a la mansión Sanderson en una hora, está mansión era bastante grande y adornada, era un sitio pintoresco.
Nathaly Sanderson eran una vampiresa de sangre pura, que aparentaba tener entre veinte y treinta años, de cabello rojo y piel color melocotón, sus ojos eran rojo rubí y su expresión casi siempre era altiva y dominante; era prima tercera de la madre del actual Señor del Imperio Sangre Violeta, se había casado con un vampiro original de alcurnia, llamado Zac Sanderson, le había tomado cariño hasta que estuvo dispuesta al vínculo de almas, ahora su esposo adquirió una enfermedad que ningún médico fue capaz de curar, se quedó sin opciones y su esperanza se estaba extinguiendo, su última esperanza estaba en las brujas blancas, Nathaly no esperaba que Zemira le ayudará, pero se sintió extremadamente agradecida cuando vio a las hijas de la bruja entrar con el sirviente que había enviado de mensajero, estaba tan agradecida que pequeñas lágrimas brillantes se habían formado en sus ojos color rubí, su expresión era de extrema esperanza.
Adelaida y Caitlyn fueron guiadas a la habitación del Marqués, en la entrada de la habitación se encontraron con Nathaly Sanderson que parecía querer llorar de agradecimiento, la Marquesa les explico la situación de su esposo.
- Hace dos años, mi esposo fue de cacería con sus parientes, se encontraron con hombres lobo que los atacaron por cazar en su territorio, creo que ahí adquirió la enfermedad. Su salud se fue deteriorando poco a poco, cuando nos dimos cuenta de la enfermedad ya era demasiado tarde, se expandió por todo su cuerpo, y ningún médico fue capaz de curarlo... Le ruego a ustedes, Honorables Señoritas, que le vean, y que le salven si pueden hacerlo, por favor...
- Tranquila, Madame Sanderson, haremos lo que podamos pero no podemos prometerle nada hasta que veamos su estado - respondió Adelaida mientras revisaba el libro de portada negra que siempre llevaba con ella.
- Gracias, de verdad gracias - agradeció Nathaly Sanderson con una reverencia.
Adelaida y Caitlyn entraron en la espaciosa habitación, cuando entraron inmediatamente cerraron puertas y cortinas, la habitación quedó semi-oscura y se empezó a escuchar el débil quejido del hombre acostado en la cama.
- ¿Qué hacemos primero Adelaida?
- Purifica la habitación mientras intento averiguar lo que tiene el hombre.
- Está bien.
Caitlyn empezó a susurrar hechizos mientras Adelaida miraba fijamente las reacciones del vampiro enfermo.
- Purga tenebras quam cruentam nisi dolorem silentio tuetur eaque re aggesto caecum. [1]
Mientras Caitlyn repetía una y otra vez el hechizo de purificación, Adelaida puso su mano en la frente del vampiro y lanzó un hechizo diferente:
- Perlucidum animus mihi nunc ante me reperio cur tantum nefas et accepit. [2]
Al lanzar el hechizo, la habitación se quedó totalmente oscura, la única fuente de luz eran los dorados ojos luminiscentes de Adelaida, sin embargo Caitlyn seguía pronunciando el hechizo de purificación sin detenerse y cada vez con su voz más alta y audible, de repente se escuchó una pequeña explosión dentro de la habitación, el eco del sonido se escuchó por toda la casa y alertó a todos los sirvientes.
Gradualmente los ojos de Adelaida volvieron a la normalidad, la iluminación de la habitación volvió a ser estable y ambas chicas se quedaron inmóviles y calladas por un tiempo, una sombra negra se deslizó de los ojos de Adelaida y se unió al cuerpo del vampiro enfermo e inconsciente.
- Captura del alma, un clásico. ¿Qué viste?
- Es incurable, su centro fue corrompido por la sangre de un hombre lobo en día de luna llena.
- Pobre hombre. Los hombres lobos son peligrosos los días de luna llena, especialmente para los vampiros, la noche toma posesión de ellos y si un vampiro llega a tener contacto directo con su sangre, la oscuridad se transmite, pero llega a ser más de lo que la mente del vampiro puede soportar y lo convierte gradualmente en un cuerpo sin control de su alma. ¿Qué haremos ahora? ¿Tienes un plan?
- Necesito pensarlo, la corrupción ya es muy avanzada y en este momento ya corremos contra el tiempo.
- Correcto. ¿Lo consultamos con el té caliente de manzanilla que está afuera en manos de una sirvienta?
- En realidad es Ashly la que entiende a las plantas y animales, pero por ahora es lo mejor que podemos hacer.
Caitlyn y Adelaida salieron de la habitación, se sentaron en una pequeña mesa mientras hablaban, por supuesto ante la preocupada mirada de Nathaly.
- ¿Qué opinas de la resurrección? - preguntó Caitlyn a Adelaida.
- No sirve, su centro ya está corrupto así que no se puede usar esa clase de hechizos, además no tenemos el poder suficiente para llevarlos a cabo, algo podría salir muy mal.
- ¿Y reencarnación?
[1] En latín: Purifica lo que fue manchado por la oscuridad, salva al que sufre en silencio y protege al que lanza en hechizo de la brumosa realidad.
[2] En latín: Cristal transparente del alma, ahora te abres ante mi y me permites descubrir por qué existe tanto mal en este ser.