El Cazador, después de rebuscar entre las armaduras, consiguió una especie de barra de acero, aunque se encontraba torcida, no había nada más que se asemeje a un brazo y que esté libre de algún filo. Salió apresuradamente, del almacén solo para encontrar una estrella escena, frente a él se encontraban Álvarez con una extraña chica, debía de un poco menos que el metro setenta, tenía un short azul un poco ajustado, lo que más llamaba la atención del Cazador, era su corto cabello de color blanco, que contrastaba demasiado con su piel morena, aunque un poco más clara que la suya propia; así como su camiseta negra que estaba rasgada a la altura del ombligo, aunque dando una observación rápida, la parte perdida de su ropa, había sido usada para improvisar un cabestrillo, por último sostenía un bastón hecho de acero en su mano izquierda.
Álvarez se encontraba sentado con la cara hundida en el piso. La joven al verme, reaccionó de una manera inesperada, lanzo uno de sus dedos para señalarme y con una voz muy energética exclamó.
- ¡Ajá!, ¡Aquí tenemos al abusador! - Al escuchar esas palabras, el rostro de Álvarez se oscureció aún más. El Cazador sintió un mal presentimiento, reforzado por un escalofrío que recorrió su espalda, mientras la joven empezaba a esbozar una sonrisa - ¡Oh, nuevo amigo te prometo que te vengare!, así que hombre, ¡Prepárate!, te reto a un duelo - La incredulidad del Cazador era palpable en su expresión, Álvarez quedó igual de sorprendido ante las palabras de aquella chica.
- ¡Eso es una estupidez! - Gritaron ambos al unisono, la joven no se esperaba está reacción, y se veía notablemente confundida y nerviosa.
- ¡Entiendo que el me grité! - Exclamó con algo de molestia la joven mientras su cara empezaba a ruborizarse - ¡Pero, porque tú también, todavía que te he ayudado y así me la pagas! - La expresión del Cazador se empezó a relajar, al ver que ella había dejado de señalarlo, para empezar a señalar a Álvarez, quien suspiro intentando contener su ira, al ser regañado por la joven.
- Escucha - Exclamó Álvarez con un tono pausado, como quien le da una reprimenda a un niño - De verdad, estoy muy agradecido por que me ayudarás, pero eso no te da derecho en meterte en los problemas de los demás, es algo que una dama como usted debería de saber - La joven se vio sorprendida y un poco disgustada ante la respuesta de Álvarez, sobretodo porque una parte de su respuesta, parecía que no tener una forma racional de contradicción.
- P-Pero - Exclamó con una expresión como la de un gato cuando se da cuenta de que estaba arrinconado, mientras su cara empezaba a desprender un fuerte tono carmesí - De D-Donde vengo, es común que se castigue a quién agrede a las personas...
- Yo soy el agredido - El Cazador termino por interrumpir a la joven que se estaba poniendo cada vez más nerviosa - Este hombre me empezó a atacar de la nada, solo me defendí - Mi respuesta conmocionó a la joven, quien miro con decepción a Álvarez, poniéndolo nervioso.
- ¡Entonces, he sido engañada por el agresor! - Mientras pronunciaba esas palabras la joven, se llevó enérgicamente sus manos a la cabeza y empezó a revolver sus cabellos, su rostro estaba casa vez más rojo por la vergüenza de dejarse engañar con tanta facilidad.
Álvarez se encontraba en aturdido por las fuertes emociones que transmitía la joven en casa palabras, intento decir algo pero antes de poder lograrlo, la joven lo señaló con el bastón que sostenía.
- ¡Tú bribón acabas de hacerme sentir como una completa estúpida y vas a pagar por eso! - Ni Álvarez ni el Cazado, puedo evitar notar una especie de excitación, en su vaga excusa para iniciar una pelea.
- ¡Espera! - Pronunció Álvarez con desconcierto - Eso es muy exagerado jovencita - Las palabras de Álvarez, al parecer tuvieron un efecto sobre la joven quien se paró en seco al escucharlas.
- No crees que estás siendo muy infantil - Comento el Cazador con un suave tino se reprimenda - Es muy bueno de tu parte que quieras ayudar - Respondió el Cazador con un tono conciliador - Pero, esto son asuntos de mayores, no debes de meterte en ellos - La chica de un segundo a otro perdió toda su explosividad por completo, y se voltio con lentitud a mirar al Cazador, quien no pudo evitar sentir un escalofrío recorrer su espalda.
- ¿Puedes repetir lo que acabes de decir ? - La joven se expresó con lentitud, mirando fijamente los ojos del Cazador, quien se encontraba un poco nervioso por el brusco cambio en su forma de hablar, la volvió a observar, el Cazador no veía posible que fuera una adulta, y su personalidad no ayudaba a pensar lo contrario.
- Lo que quise decir, es que este asunto no es de tu incumbencia - Replicó el Cazador, intentando cambiar el tema, que se nota muy sensible para la joven.
- ¡No! - Grito la joven, con un notable frustración - ¡Lo que acabas de pasar, es que me acabas de despreciar! y te crees superior a "esta estúpida niña que no sabe lo que hace" o ¿estoy confundida? - La expresión de la joven mostraba una fuerte indignación - ¡Ustedes siempre son iguales, siempre quieren nos subestiman con excusas estúpidas! - La joven acaba de estallar en ira, tanto Álvarez como el Cazador se encontraban anonadados, no sabían cómo responder de manera efectiva.
- Escucha - Exclamó el Cazador - Creo que estás exagerando las cosas, no hemos intentado ofenderte, así por favor puedes calmarte - El tono de voz que uso el Cazador revelaba un cierto fastidio al tener que lidiar con aquella joven.
- ¿Calmar? - Susurro la joven con un aire que emanaba despreció - Porque, incluso aquí en donde debería estar los mejores guerreros... ¡me sigo encontrando a gente tan arrogante y estúpida que me siguen mirando por debajo del hombro! - El Cazador intento decir algo, pero la joven lo interrumpió - ¡Yo, Dear, la maestra de la magia de Hielo!, ¡No dejaré que me vuelvas hablar en ese tono, ni que me vuelvas a subestimar de esa forma!, ¡Te daré una lección para corregir esas conductas tan estúpidas! - El Cazador logro visualizar una sonrisa con su última expresión, pero antes de que el o Álvarez pudieran decir algo, Dear golpeó con suavidad el suelo usando su bastón metálico, enseguida, surgió un enorme muro de hielo de alimentos unos tres metros, que los rodeo a los dos, la punta del bastón se encontraba congelada por completo, entonces Dear apunto con su arma al Cazador, quien ya se había resignado a pelear y tenía su ballesta cargada y sus flechas encantadas.
El Cazador, se encontraba debatiendo si debía concentrándose en predecir los movimientos de la joven, o pensar en como terminar rápidamente la pelea, mientras se distraía con esos pensamientos, Dear empezó a girar su bastón y realizando un pequeño encantamiento, empezaron a surgir un hilera de picos a una alta velocidad, siguiendo el movimiento de los brazos de Dear, la primera hilera casi agarrón por sorpresa al Cazador, aunque logro saltar a tiempo, para evitar cualquier daño, esquivar las demás hileras fue increíblemente sencillo, solo tenía que seguir los movimientos de su adversario, en cierta forma, hasta se desilusionó que la autodenominada maestra del Hielo, no hiciera más caso, pensó que en lanzar su flecha cerca de sus pies para causarle aturdimiento y de ahí con un golpe en el diafragma dejarla fuera de combate, su plan era simple pero fue interrumpido por la risa de Dear.
Álvarez, que había quedó apartado de toda la situación, se demoró unos minutos en rodear aquel muro de hielo macizo, para poder apreciar la pelea. Apoyo su espalda en uno de los árboles cercanos. Entonces vio la escena, y un escalofrío recorrió su cuerpo, no entendía como el Cazador, no se había dado cuenta aún de su situación, no sabía porque, pero sentía la necesidad de avisarle, "Tal vez sea porque intento ayudarme" pensó. Pero antes, de que pueda recitar una sola palabra, escucho perplejo la risa de la joven.
- Te vez muy confiado - Exclamó Dear, lo cual era cierto, el Cazador apuntó con su flecha pero antes de poder jalar el gatillo - Mira a tu alrededor - Pronunció la joven, pero el Cazador, no estaba de humor para más juegos, aunque no llego ni a apretar el gatillo, porque la maga dio un aplauso y todas los picos salieron volando en su dirección, si el Cazador se hubiera tomado más enserio el combate, se hubiera dado cuenta de que todas las hileras formaban círculos a su alrededor, un sin fin de picos de hielo, cruzaban el aire con velocidad, en esta situación, de manera desesperada, se aplicó a si mismo un encanto de velocidad, pero los picos se encontraban a pocos centímetros de él, pudo esquivarlos todos con rápidos movimientos, pero no salió intacto, gracias a la cercanía, varios picos terminaron por rasgar su piel, atravesando su cuerpo de una esquina a otra, aunque todas las heridas no llegaba ser profundas, estaban lejos de ser superficiales, y sobretodo todo causaban en terrible ardor en su cuerpo, y en conjunto con el propio uso del encantamiento, había terminado por debilitarlo, el Cazador se maldecía si mismo por no haberse dado cuenta de la estrategia de su rival, quien se encontraba con una sonrisa de oreja a oreja, al ver que este había caído sin problemas, quien había congelado su bastón por completo y se encontraba sostenido por el hielo.
- Espero que te haya gustado el calentamiento - Pronunció con cierta arrogancia, mientras sus manos y pies se empezaban a congelar - ¡Porque ahora empieza la verdadera pelea!.