Ya era viernes al mediodía, Carol y Marta se dirigían a Fashion Salón, habían decidido ir caminando para disfrutar el día soleado a pesar de que tuvieran que caminar bastante. Carol llevaba puesto un vestido veraniego color rosa pastel y Marta llevaba una falda con vuelos color limón y una camiseta de seda blanca, de vez en cuando se detenían porque alguna persona le pedía autógrafo a Carol, su carrera había empezado a los catorce años como celebridad adolescente, ahora ya habían pasado cinco años desde su debut como actriz adolescente, era bastante famosa y debido a su suave carácter fácilmente ganó apoyo de la gente logrando mantenerse en la industria del entretenimiento gracias a su talento, no acostumbraba a ser distante ni altiva por lo que salía a la calle como cualquier persona normal, ¿por que no tenía guardaespaldas? pues porque ella y Marta, desde que llegaron a la familia Narváez, habían sido entrenadas en defensa personal, artes marciales y manejo de armas, por lo que no les preocupaba salir sin compañía a la ciudad.
Carol irradiaba felicidad, tenía una gran sonrisa plasmada en su rostro, sus ojos verde esmeralda contenían un intenso brillo de alegría lo que hacía sonreír a todo aquel que la viera, Marta por otro lado llevaba un aura distante y elegante, una sonrisa fría que no alcanzaba a tocar sus brillantes ojos verde esmeralda, todo aquel que la viera pensaría que ella era ajena a cualquier cosa que sucediera a su alrededor, inmersa en su propio mundo, un auténtico misterio de la naturaleza y una belleza que no podía pertenecerle a nadie más que a ella. Caminaron fluidamente por las concurridas calles, atrayendo múltiples miradas de las personas, llegaron a la zona del Fashion Salón, faltaban alrededor de tres cuadras para llegar, Carol iba conversando animadamente con su hermana.
- Estoy tan feliz de volver, ¿crees que Abuelo también asista hoy en la noche?
- Es probable, yo también quisiera verlo de nuevo - respondió Marta con una singular sonrisa cálida.
- También extraño a Alba, a pasado mucho desde que la vimos.
- Estoy segura de que la prima Alba estará allí, después de todo es directa descendiente del Abuelo Narváez y Madre no la dejara por fuera de esto.
- ¿Crees que también asista el primo Cristian?
- ¿Por que no lo haría?
- Ya olvidaste que casi le da un infarto por tu broma de hace cuatro años, no sé si te haya perdonado por eso - Carol soltó una risa divertida al recordar ese incidente.
- No es culpa mía que haya llegado en mi clase de tiro con arma, además estaba irreconocible, no puedes culparme por apuntarle con el arma por mi seguridad - Marta también se rió al recordar esa situación, en ese entonces pensó que la cara de su primo no tenía precio, ese incidente hizo reír a la familia Narváez por bastante tiempo y cuando lo recordaban no podían evitar reír nuevamente.
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Lorena estaba muy feliz de acompañar a su hermano a ese evento, el viernes en la mañana fue a comprar un vestido, consiguió uno azul celeste con vuelos en la falda y corpiño estilo bandeja, por lo que sus hombros blancos quedarían al descubierto, sus zapatillas eran blancas y no eran demasiado altas, no tuvo que comprar joyas puesto que ya tenía las necesarias, su madre la había ayudado con el dinero y su hermano la dejó en el centro comercial antes de ir a trabajar, había pasado toda la mañana de compras y ahora regresaba al restaurante de su madre para mostrarle lo que había comprado, disfrutaba el día soleado y la brisa fresca que elevaba su largo cabello castaño claro que estaba suelto, en un cruce un hombre desconocido le hablo:
- ¿Que hace una belleza andando sola por la ciudad?
Lorena no respondió, simplemente frunció el ceño e intento alejarse del hombre, pero este fue rápido y la agarró de la muñeca.
- Oye, oye, simplemente quería hablar contigo preciosa, no tienes que portarte así.
Lorena miró al hombre con ira en sus ojos, fríamente y pronunciando bien cada sílaba le dijo:
- Suelteme.
El hombre se enojó por la actitud de la mujer y apretó su agarre mientras fruncía el ceño.
- Yo te soltaré cuando quiera perra.
- Suelteme - esta vez la voz de Lorena era más fría y amenazante.
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Marta iba caminando con su hermana, cuando de repente su mirada se fijó en un hombre que acosaba a una mujer que llevaba varias bolsas de compras, paró su caminata en seco haciendo que Carol se asustara.
- ¿Qué sucede?
- Sshhhhh... Mira - dijo Marta señalando a la mujer con las bolsas.
Carol desvió su mirada y vio a la mujer que apuntaba su hermana, vio que el hombre la estaba molestando y quería intervenir pero lo que vio la dejó helada, la mujer dio un giro brusco a su mano soltandose del agarre del hombre y con una sola patada mando al hombre volando al otro lado de la calle, esta escena sorprendió a muchos incluyendo a Marta y Carol.
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Lorena no iba a recurrir a su fuerza, pero al ver que el hombre no la dejaba en paz, no tuvo más opción que hacerlo. Después de mandar al hombre con una patada al otro lado de la calle, tomó sus bolsas y siguió su camino sin prestar atención a las conversaciones de la gente que la rodeaba, ni las miradas atónitas de muchos otros. Ella había estudiado defensa personal por orden de su hermano después del incidente con Michelle Santana, esto le había servido en muchas ocasiones y no se arrepentía de haberlo estudiado, aunque la verdad no le gustaba mucho los actos violentos.