Gao Peng deseaba fervientemente que su monstruo subiera de grado, pero después hacer las cuentas de todo el material que necesitaba, no tuvo más opción que desistir temporalmente de esa idea. Ya alimentarlo costaba una buena suma; simplemente no le alcanzaba.
El elemento más costoso para aumentar el grado de Da Zi, un cristal esencial para monstruo eléctrico superior a nivel 10, costaba mínimo diez créditos alianza. Los créditos alianza eran una nueva forma de divisa exclusiva unificada, que había sido introducida dos años atrás, cuando todos los países de la Tierra se unieron para formar una nueva alianza global.
Desde ese momento, todas las otras divisas fueron desechadas y se comenzaron a utilizar dos tipos de moneda establecidos por el Gobierno Aliado del Nuevo Mundo: los dólares alianza por un lado y los créditos alianza por otro. Estos últimos eran una moneda para la clase alta basada en los dólares alianza, cada crédito alianza valía por 10.000 dólares.
Actualmente, la mayor parte de la población solo manejaba dólares, ya que los únicos que podían acceder al valor de los créditos eran los Entrenadores de Monstruos, algunas corporaciones financieras y los que ocupaban cargos altos en el Gobierno Aliado. Corría el rumor de que, para este grupo de gente extremadamente poderosa, los créditos alianza eran sólo números. Los que estaban en la cima obtenían todo lo que querían.
El mundo presente se encontraba entrando a una maravillosa nueva era; los monstruos venían con toda clase de habilidades magníficas y los materiales obtenidos de ellos superaban en exceso a los hechos por el hombre. Estos materiales provenían del cuerpo de los monstruos, tenían precios exorbitantes, pero también eran muy difíciles de conseguir; no se trataba de un juego.
No existía posibilidad de resurrección ni poción de vida para recuperarse, la muerte en el mundo real era permanente y, para obtener lo necesario, era indispensable adentrarse en las profundidades de la naturaleza o hasta de otros mundos, con el fin de retar a estos monstruos a un combate mortal.
Si uno no tomaba las precauciones suficientes, podían suceder toda clase de accidentes, ¡esto no era un simple simulacro! Además, los monstruos no tenían un lugar fijo, era posible encontrarse con alguno de nivel legendario en las afueras de una ciudad cualquiera, aunque, pensándolo bien, las posibilidades de que eso sucediera eran las mismas que las de ganar la lotería a diario por un mes entero.
Por ahora, uno solo podía hacer conjeturas basadas en la poca información recolectada y aventurarse a adivinar el área en el que viviría cierto tipo de monstruo. El adolescente recordó un trágico evento que había impactado al mundo entero el año pasado: una famosa compañía de última tecnología contrató los servicios del mejor Entrenador de Monstruos de ese entonces, quien poseía dos Familias Monstruo de nivel líder extremadamente fuertes. Lo que buscaban era obtener materiales de un monstruo nivel líder.
Dos días después, el Entrenador llevó a sus dos Familias a una jungla específica, de la cual emergió un temible rugido. En el video, capturado por un vehículo aéreo, se podía ver a una enorme bestia levantando la cabeza en el centro del lugar: ¡era un dragón!
Tenía un único cuerno metálico de color negro, espiralado, que indicaba que esta bestia no era un verdadero dragón. De acuerdo a la clasificación de antigua mitología china, el que tuviera un cuerno en la frente lo hacía un dragón con cuernos. A pesar de eso, el video impresionó al mundo entero.
¡Una bestia mítica proveniente de las leyendas había descendido a nuestro mundo! Este tema acaparó todos los medios por semanas, todos hablaban de lo mismo, algunos, aterrados, otros, emocionados y, para unos cuantos, este incidente aumentó su ambición. Sin embargo, el Entrenador que había ido a la jungla nunca encontró el camino de salida.
El núcleo del lugar se convirtió en zona prohibida. Nadie se atrevía a ir muy lejos e incluso los que viajaban a la periferia apuraban el paso, con miedo de eso que dormitaba en el centro. Aquello demostró lo complejo que era obtener el cristal esencial de un monstruo y, por lo tanto, la razón por la cual eran tan costosos. Se sabía desde hacía tiempo que los cristales esenciales podían ser usados por otros monstruos para agilizar su evolución, pero, sin importar cuántos hubiera, seguirían siendo insuficientes.
Durante el periodo inicial después del cataclismo se usaron misiles militares y artillería para deshacerse de monstruos; los humanos seguían dependiendo de las armas para defenderse de ellos. No tardaron en darse cuenta de que este método solo funcionaba con monstruos de nivel medio o bajo, aquellos que eran realmente poderosos no se veían afectados y sólo servía para enfurecerlos.
Matarlos así los reducía a pedazos de carne, destruyendo la mayoría de las partes que eran utilizables. Solo quedaban los elementos duros y los cristales esenciales del monstruo, por lo que acabarlos y obtener el material no era compatible. Sí, se quedaban con una gran cantidad de cristales esenciales que permitieron a los primeros Entrenadores y familias ganar fuerza para derrotar enemigos y así proteger el hogar de los hombres.
Después del cataclismo, los humanos se percataron de que la Tierra también estaba en constante crecimiento. Debido a lo ocurrido al inicio de la catástrofe, todos los satélites que habían sido enviados al espacio se destruyeron, lo cual dejó a la humanidad sin la posibilidad de ver las consecuencias que traerían esos cambios desde el espacio exterior.
Luego de dos años, ya que los efectos de las turbulencias en el cielo se estabilizaron un poco, fue posible enviar satélites nuevamente. Fue entonces cuando notaron que el planeta Tierra se había convertido en algo completamente distinto: su superficie se había expandido mucho, de hecho, los números seguían aumentando de manera lenta, pero constante.
Las áreas que estaban habitadas no se vieron afectadas por el cambio; las verdaderas transformaciones sucedieron en los lugares en los cuales el hombre rara vez ponía un pie después del cataclismo, como junglas, ríos, valles y zonas sin población. Desde el exterior, el planeta parecía haberse transformado en uno totalmente verde. Muchos terrenos sufrieron cambios enormes, la Tierra que habían conocido hasta entonces parecía ya no existir.
Aún más terroríficas resultaban las varias fisuras, que daban paso a otros mundos. Aunque la información correspondiente era clasificada, solo conocida por los más influyentes, el saber de su existencia era como un péndulo constante sobre la cabeza de todos. Una suerte de recordatorio de que nunca estaban del todo seguros, de que, en cualquier momento, el desastre podía presentarse.
Con todos esos pensamientos en la cabeza, Gao Peng se dejó llevar por el sueño, acostado en el sofá. Las antenas de Da ZI se movieron ligeramente hacia ambos lados, se arrastró hacia la habitación y, con la fuerza de sus maxilípedos, deslizó cuidadosamente la manta desde la cama hasta la sala. Las partes del caparazón se rozaban entre sí, haciendo un ruido metálico, parecido al de una cuerda cuando se tensa. Puso lentamente la manta sobre su amigo, mientras la sostenía con la boca, y descendió del sillón para colocarse debajo. Sus miles de patitas se enroscaron alrededor de su propio cuerpo, el par de antenas le descansaban perezosamente sobre la cabeza. Sus ojos comenzaron a cerrarse lentamente.