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Chapter 9 - Capítulo 9: Llorando Como Un Niño De 180 Kilos

A Gao Peng le costaba resistirse a los ruegos de Da Zi. Pero, para que pudiera evolucionar y subir de grado, el ciempiés necesitaba carne y partículas de materiales preciosos. Este cadáver de víbora era un alimento apenas más nutritivo que lo que ingería normalmente, le convenía más venderlo entero y usar el dinero para comprar buena comida.

Mientras todo esto sucedía, no notó que estaba siendo observado desde un árbol cercano. A unos cien metros, había un hombre con uniforme azul de seguridad, vigilándolo muy atentamente. Ese niño parece bastante prudente. Una Víbora Marrón del Peñasco como esa debe valer alrededor de medio crédito alianza, se dijo para sí.

Era uno de los guardias de Escudo Azul que el colegio había contratado, estaban ahí para asegurarse de que no le sucediera nada a los estudiantes, pero no pretendían ser niñeras de nadie. No se hacían cargo de los Familiares. Si uno moría, no era su responsabilidad, después de todo, la mayoría de edad era a los 16 años y esos chicos ya la habían pasado. Eran lo suficientemente mayores como para hacerse cargo de sus acciones.

Mientras tanto, en otra parte, Hai Lanyu corría alegre con su Furioso Kong Negro por un bosque cercano. El conflicto de hacía un rato con Gao Peng ya se había borrado de su mente, después de todo, tan solo había sido una simple discusión de estudiantes de bachillerato.

El área que eligió para explorar era distinta a la que escogió Peng: un área boscosa, con grandes árboles esparcidos por todos lados, cercana al lago, y que había estado expuesta a la luz solar. En cambio, la de Han Lanyu estaba en la parte interna entre el lago y una montaña, tenía poca luz y plantas exuberantes.

Su Familiar parecía no haber estado en lo silvestre hacía tiempo, así que también estaba emocionado: se golpeaba el pecho con los puños, haciendo un sonido seco: "¡dong, dong!". Levantó la cabeza, formó una "o" con los labios y empezó a hacer ruidos alegres, saltando por todos lados. Con sus flexibles piernas, se convertía en una sombra negra que se movía de arriba a abajo, se balanceaba por las ramas de los árboles y desaparecía de la vista de su amo.

Olvídalo, dejaré que se vaya, pensó Han Lanyu. En un principio, trató de controlarlo, pero después consideró su enorme contextura. Ni diez como él podrían detenerlo de hacer lo que se le diera la gana. Aunque le pertenecía, recordaba haber escuchado algo en clase sobre ¿dejarlo libre de a ratos? No lo sabía a ciencia cierta, porque siempre estaba distraído durante las clases y se perdía detalles importantes.

Lo que el profesor había querido decir, era que encontraran un balance entre trabajo y diversión. Al entrenar a un Familiar, uno debía tomarse tiempo para jugar con él, así era como se formaba un buen vínculo. Entre más cercanos fueran, más habilidades exclusivas desarrollaría el monstruo y estas habilidades eran esenciales para la supervivencia del entrenador.

Al caer la tarde, encendieron una fogata junto al lago. Murong Qiuye sacó las carpas del compartimiento de almacenamiento que tenía el autobús e hizo una detallada demostración sobre cómo montarla. A los pocos minutos, todos los estudiantes terminaron de montar la suya. En cada una entraban dos alumnos.

A Gao Peng le tocó compartir la suya con Tan Qianjin, el tutor de la clase. Cuando éste se enteró, no pudo contener una sonrisa, le extendió su mano derecha y dijo:

—Es un placer, estudiante número uno.

Gao Peng no estaba acostumbrado a los apretones de mano, pero habría quedado mal si se negaba, así que, con timidez, apretó brevemente la mano de su compañero. Al entrar a la carpa, sacó de la mochila dos paquetes de mostaza con pepinillos, dejó uno sobre la cama de Tan Qianjin y metió el segundo en el bolsillo del pantalón.

La cena de esa noche era pescado frito. La pesca era fresca, recién sacada del lago y Peng sabía cuáles eran los estándares de este tipo de cocina, así que decidió llevar consigo un par de condimentos.

Tan Qianjin tomó el regalo entre sus manos, sorprendido ante un paquete de condimento. Luego, miró a su compañero de carpa y le dirigió una sonrisa al guardarlo en el bolsillo.

—Vamos a comer, es hora de un poco de pescado —dijo Tan Qianjin, mostrando los hoyuelos que se le marcaban cada vez que sonreía.

A orillas del lago estaban apiladas grandes sumas de pescado fresco. Algo rozó la superficie del agua antes de subir nuevamente, dio la vuelta y bajó por segunda vez, posándose en el borde. Era un pájaro plateado gigante, medía casi un metro y medio; sus afiladas garras, que parecían ganchos enormes, sostenían un pescado de casi cincuenta centímetros.

Bajó el botín al suelo y, con sus largas patas, caminó al lado de Murong Qiuye y frotó su cabeza contra la de ella, mirándole sumisamente. Se trataba de un Pájaro de Alas Plateadas, un monstruo bastante común, con amplia capacidad reproductiva y una gran variedad de opciones de alimentación, lo que lo hacía fácil de criar y de fuerza moderada. Por eso, muchos de los que elegían un monstruo tipo pájaro, elegían este específicamente.

De acuerdo con los libros leídos por Gao Peng, estas aves llegaban a medir hasta un metro durante la adultez, lo cual volvía al espécimen que tenía enfrente uno bastante más alto. Podía ser considerado un gigante entre los suyos.

Nombre del monstruo: Pájaro de Alas Plateadas (Variedad gigante)

Grado: Excelencia

Nivel: 12

Se trataba entonces de un caso en el que había una mutación hacia el gigantismo. Las variantes de mutación ofrecían, en ocasiones, una versión gigante que, por lo general, eran de nivel más alto. En esta zona de las afueras, los monstruos de grado excelencia eran predadores al tope de la cadena alimenticia. Siendo nivel 12 con grado excelencia, este Pájaro de Alas Plateadas no encontraría rivales en los alrededores.

Los monstruos de tipo ave tenían un rango de movimiento muy amplio, lo que les permitía brindar apoyo rápidamente. Este, posiblemente, había sido asignado por el colegio como otra forma protección ante cualquier amenaza.

—Wow, señora Murong, ¡qué ave tan enorme tiene! —dijo Li Zigong, emocionado.

De pronto, todo el mundo guardó silencio.

—¡Pa! —se escuchó, cuando Li Hongdou dio un zape a su hermano.

—¿Acaso no sabes comportarte?

Li Zigong la miró resentido.

—¡Hermana, deja de golpearme! Sospecho que mi cociente intelectual es así de bajo por culpa de eso.

—¡Oh! —dijo ella mientras se sobaba la muñeca y añadió:— ya me estaba ardiendo la mano de tanto golpearte, de todos modos.

Nunca nadie había visto un Pájaro de Alas Plateadas tan grande. A los pocos segundos, el monstruo tenía a toda una multitud a su alrededor, observándolo.

Si no temieran que los picoteara, unos cuantos seguro lo habrían tocado también.

El rostro regordete de Murong Qiuye tenía estampada una enorme sonrisa.

—Jóvenes, por favor, acérquense con cuidado. Ling Que no es de carácter muy sociable, lo pueden mirar, pero no lo toquen.

—Hola, Pájaro de Alas Plateadas, ¿si te llamo, responderás? —dijo alegremente Tan Qianjin.

El ave se limitó a mirar hacia otro lado, con los ojos llenos de desprecio. El chico intentó aguantar el llanto, no podía creer que un pájaro lo desdeñara de ese modo.

Después de un largo rato, perdió la paciencia, batió sus enormes alas y se fue volando, al tiempo que dejaba una estela de plumas plateadas tras de sí.

—¡Profesora Murong, mi Kong desapareció! Traté de convocarlo usando el Contrato de Sangre, pero no respondió, ¿le habrá pasado algo? —exclamó Han Lanyu, mientras le corrían lágrimas por el rostro.

Lloraba como un niño de 180 kilos.