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Chapter 8 - Capítulo 8: La Víbora Marrón Del Peñasco

Gao Peng se empeñaba tanto en el estudio porque tenía la esperanza de encontrar la manera de resucitar a sus padres. Fue por eso que pasó de ser un alumno más bien mediocre, al mejor del curso. Esos eran sus sueños y ambiciones más grandes. Si decidía ser una persona mediocre, no tendría derecho a perseguir lo que quería.

Cavó la tierra alrededor del liríope carmesí, revelando su blanquísimo rizoma. Al final del rizoma crecía algo que parecían ser zanahorias diminutas. Costaba imaginar que una planta tan pequeña escondía debajo una raíz de esa complejidad. Aunque había leído mucho sobre ellas, era la primera vez que el chico tenía un liríope carmesí entre las manos.

Da ZI lo rodeaba de vez en cuando, con curiosidad, moviendo sus antenas. Miró atentamente la raíz que sostenía su dueño, luego, le puso la cabeza sobre el brazo, con expresión de perrito mojado. Gao Peng río de buena gana, él no tenía ninguna intención de llevarse la planta, pero si Da Zi quería probarla, ¿cuál era el problema? Le dio un pedacito de raíz.

Las mandíbulas del ciempiés se abrían y cerraban, mientras comía con ganas, en tanto que un líquido claro fluía de su boca. Los ciempiés originalmente eran criaturas omnívoras, algunas también comían musgo. Un trocito de planta no tendría que ser ningún problema.

Al poco rato, el adolescente se topó con algo que le pareció un sueño hecho realidad, mientras buscaba en los alrededores del Lago Espejado: muchas plantas que, para él, solo habían existido en los libros, estaban ahora ante sus ojos. Había una Osmanthus Vajra Transformadora y una Aralia Azulada, entre otras. Era como haber encontrado el botín del tesoro.

Da Zi, quien había estado siguiendo obediente a su amo, se detuvo de pronto, con las antenas rígidas como torres, sus ojos brillaban con cautela. Se escuchó como algo se movía en el arbusto que estaba justo detrás de Gao Peng. Por la frecuencia de los movimientos, se podía adivinar que, lo que sea que fuera, no era de gran tamaño. Se agitaba constantemente.

Era como si adivinara la presencia de Da Zi y no se animara a salir, por miedo. Después de unos segundos de duda, se detuvo por completo. Parecía que la criatura estaba a punto de salir por detrás del arbusto. Emocionado, Da Zi intentó correr hacia allá, pero Gao Peng lo detuvo en seco. No había forma de asegurarse de que no caería en una trampa después de atrapar a la criatura, podía ser un engaño.

No debían subestimar la sabiduría de estos monstruos. Podían no tener mucha inteligencia, pero eso no era lo mismo que la sabiduría. Mientras que lo primero era algo innato, lo segundo se obtenía a través de la experiencia.

El joven jaló a su mascota para dar dos pasos hacia atrás, miró cuidadosamente a su alrededor, asegurándose de que no hubiera ningún peligro, tomó una roca del suelo y la balanceó en su mano, luego la lanzó hacia el arbusto.

—Su su.

Se sacudió con furia, como si algo ahí se hubiera asustado. Después de un rato, una figura gris salió disparada hacia Gao Peng, que se movió justo a tiempo para esquivarla. Da Zi la interceptó rápidamente. Violeta y gris chocaron en el aire, a tal velocidad que el chico no pudo distinguir con claridad ambos cuerpos, sólo veía un manchón borroso donde dos cosas estaban entrelazadas.

Momentáneamente, probablemente después de quedar atrapados el uno en el otro, los dos monstruos cayeron al suelo con un golpe. Las miles de patas de Da Zi envolvían el cuerpo de una pitón gris y marrón. Previo al cataclismo, esta clase de serpiente habría sido considerada como enorme, pero en el mundo actual tenía un tamaño más bien pequeño.

Medía unos tres metros de largo, contra los cortos dos que medía Da Zi, con lo cual, al final de su cuerpo, había un segmento de cola gris que intentaba golpearlo. Al mirar a la pitón, surgió en la mente de Gao Peng la tabla de estadísticas correspondiente:

Nombre del monstruo: Víbora Marrón del Peñasco

Nivel: 6

Grado: Normal

Atributos: Tierra

Condición: Saludable (Asustado)

Debilidades: 1- Madera 2- Pasto Víbora Saliva: resulta excelente para repeler a la Vibora Marrón del Peñasco. Cuando se la expone a grandes cantidades, se vuelve más lenta, hasta quedar completamente rígida.

Requisitos para alcanzar el grado Excelencia: …

Pasto víbora saliva… Típicamente, crecía alrededor de las áreas habitadas por la Víbora Marrón del Peñasco. Pero hallarla en este preciso instante era casi imposible. Da Zi estaba trabado con la víbora, si se les ocurría encontrarse con cualquier otro monstruo mientras buscaban el pasto, estarían perdidos.

Además, parecía que el problema no era tan difícil de resolver, la única diferencia entre ambos monstruos era de un grado, así que tenían casi el mismo poder. Mucho peor hubiera sido si diferían en nivel. En monstruos de nivel normal, el Ciempiés de Lomo Violeta y Garras Amarillas definitivamente tenía un lugar más alto en el ranking que la Víbora Marrón del Peñasco.

Gao Peng podía ver que su mascota había clavado las mandíbulas justo en la parte trasera de la cabeza de la víbora. Los dientes estaban enterrados a fondo, lo cual daba gran ventaja a Da Zi. Aunque su contrincante podía mover un poco la cabeza, todo lo que alcanzaba a morder era su caparazón. Dejó caer la mandíbula para intentarlo, abriendo la boca casi 180 grados y clavó los dientes, pero no logró atravesar la coraza. Su expresión parecía ser la de alguien que estaba llevando a cabo una tarea titánica: tenía los ojos como platos y la mandíbula se había quedado congelada en esa posición abierta, como a punto de morder. Estaba en una posición sumamente vulnerable, completamente atrapada por las patas de Da Zi, sin posibilidad de soltarse y, al mismo tiempo, soportando el veneno que entraba por donde estaba la mordedura del ciempiés.

En la tabla de estadísticas, Gao Peng veía cómo el sector "Condición" parpadeaba en rojo y cambiaba de "heridas menores" a "heridas medias" y después "seriamente herido". En un principio, la víbora forcejeaba y rodaba por el piso, luchando por sobrevivir, pero conforme las heridas se agravaron, terminó por ceder. Se quedó totalmente quieta en el suelo, con la mirada vacía, como si la vida la hubiera abandonado. 

Las palabras "seriamente herido" titilaban intensamente y habían mutado a un color rojo oscuro. El color desapareció, drenándose de a poco, como si se sacara sangre de ellas. Ahora decía "fatalmente herido".

Pasados diez minutos, el color desapareció, dejando atrás una sola palabra: "muerto".

Al parecer, las víboras tenían algo único en el sistema nervioso, que les permitía reaccionar de inmediato cuando las atacaban, este mecanismo funcionaba aún después de muertas, siempre y cuando no se hubieran desintegrado los órganos sensoriales que le rodeaban la cabeza; por lo que seguía siendo una amenaza. Ser mordido por sus afilados colmillos era como tener dos enormes ganchos enterrados en la piel y no eran pocos los casos de fallecimientos por mordida venenosa post-mortem.

Gao Peng recogió un palo largo para tocar a la Víbora Marrón, que yacía inerte en el suelo. De pronto, se dio la vuelta de un brinco y mordió con ganas la vara. No importaba con cuánta fuerza intentara sacudirla, la víbora no la soltaba. Sin embargo, sus ojos seguían en blanco, sin señal de vida alguna. Pasada una hora, usó el palo para enrollar el cadáver de la víbora y lo metió en una bolsa.Todos los cadáveres de monstruo valían al menos algo, todo lo que tenía que hacer era llevarlo a alguna tienda especializada para negociar un buen precio.

Da Zi levantó la parte superior de su cuerpo y se dejó caer sobre su amigo, mientras se le hacía agua la boca al mirar a la víbora .