Chereads / Gael's Path of Magic / Chapter 10 - 10

Chapter 10 - 10

Gael necesitaba descanso y reposo, pero también merecía un castigo ejemplar por su aventura, así que aprovechando ambas cosas, fue encerrado en su habitación con un guardia en el pasillo, alejado de la puerta por si al muchacho se le ocurría usar algún hechizo.

Protestó, pateó, e incluso intentó salir por la ventana, pero por suerte su madre, previsora, la había sellado mágicamente. Para mayor tortura del pequeño, la encargada de llevarle la comida y de hacerle visitas era Lizi, su insoportable hermana. Lo que no sabía el chico es que era la propia niña la que se había ofrecido; todo el amor fraternal que jamás había sentido o demostrado afloró de golpe.

Gael no sabía cuál de las dos Lizi odiaba más si la insoportable hermana mayor que no dudaba en humillarle y martirizarle o esa niña empalagosa. ¿Habrían hechizado a su hermana? ¿No sería que un Doppelgangher había tomado el cuerpo de la niña?

La misión de caza del Barón tuvo una rápida y perfecta conclusión, una mantícora era la que estaba realizando los ataques, por eso no había huellas que rastrear, atacaba y se marchaba volando, pero la suerte estuvo de parte de los soldados, pudieron presenciar un ataque, en la lejanía, perseguir a la bestia y combatir finalmente con ella fue solo cuestión de pocos días.

El combate fue cruento, un soldado murió y un caballero quedó muy malherido, pero era un precio a pagar por cazar a ese monstruo. La vuelta fue organizada, el caballero herido en un carromato, Leena iba a tener mucho trabajo. El soldado fue enterrado en el campo de batalla tal tras quemar el cuerpo como era la costumbre, los muertos no debían volver a las ciudades de los vivos, solo su recuerdo, tal era la costumbre entre los humanos, llegaba a tal punto que los cementerios siempre estaban fuera de las murallas de la ciudad, retirados y controlados para que ningún necromante los alzase y atacase la ciudad desde dentro.

Cuando Aulos se enteró de las fechorías de su hijo menor, montó en cólera. Estaba dispuesto a dejarle el culo tan rojo y magullado que el pequeño no pudiera sentarse en una semana. Sin embargo, la llegada y participación de Rilcar en el rescate le distrajo de su objetivo. Dio orden de que se buscase al mago y se presentase en el salón de audiencias para hablar con él y darle las gracias apropiadamente.

En cuanto el chico estuvo fuera de peligro, Rilcar estableció su puesto ambulante en la plaza del mercado y se dedicó en su tiempo libre a visitar todas las tabernas y tugurios sórdidos de Ilentown, tenía que aprovechar antes de hacerse cargo del pequeño. Si finalmente tomaba un pupilo, no podría permitirse ciertos excesos en los siguientes meses...

Los guardias del Barón encontraron al mago borracho como una cuba en una de las peores tabernas del puerto, no dudaron en arrastrarlo fuera y tirarlo a una acequia cercana, no estaba en un estado suficientemente digno como para presentarse ante el Barón Nolkar.

El agua fría le despejó, pero no por eso se le quitó el dolor de cabeza propio de una resaca incipiente, Rilcar no era amigo de grandes formalidades, no escogió una túnica de gala, ni nada que revelase su estatus como gran arcanista y hechicero. Solo parecía un simple aventurero más de esos que se pueden encontrar en todos los caminos de Sentria, parecía un simple buscavidas.

Leena acabó de tratar al caballero y se unió a la reunión en el salón de audiencias, junto a su marido, solo esperaba que esos dos olvidasen sus rencores y decidieran lo mejor para Gael.

Rilcar entró en el salón con el paso tan firme como pudo fingir dado su estado, no hizo reverencia, no hizo un saludo de pleitesía, su estatus como gran arcanista y hechicero estaba a la par con un título de Barón, no mostraría sumisión ante nadie.

"Barón Nolak, baronesa, me alegro de que su partida de caza ha finalizado bien..."

"Rilcar, no me andaré con rodeos, mi hijo no solo necesita un tutor, necesita mano dura, y no sé si tú vas a ser quien imponga la cordura en esa cabeza infantil, pero no puedo dejar de agradecerte haberlo encontrado y salvado..."

"Gracias por ser directo Aulos, así que seré sincero, en un principio pensaba poner cualquier escusa para renunciar al encargo, incluso su hijo me lo puso fácil con su plan infantil, absurdo y descabellado, desde su huida a su preparación solo eran síntomas de las fantasías de un niño mimado que era un inconsciente por muy inteligente que pareciese ser..."

"¿Entonces no aceptarás ser su maestro? Bueno, me lo esperaba la verdad, por lo que sé eres un caminante empedernido que valora más su libertad que el deber... no te preocupes, llamaremos a otro candidato..."

"No, no he dicho que no acepte el encargo. Lo que hizo Gael antes de ser capturado es distinto al potencial que demostró en su aventura, no tienen nada que ver, uno muestra a un niño malcriado y su aventura a un pequeño genio de seis años. Matar seis Kobolds por sí mismo, escaparse de un pozo usando sus pocos recursos, no son algo que un niño de cinco años sin verdadero talento pueda hacer, solo eso me hará aceptar, la naturaleza que hay en el fondo de ese niño, pero tengo una condición para aceptar el encargo..."

Aulos enarcaba una ceja. La verdad no pensaba que su hijo hubiese sido capaz de matar a seis Kobolds por fácil enemigo que estos fuesen. Con sus mermados poderes, Aulos siempre había pensado que su hijo era débil, pero no tenía motivos para desconfiar de la palabra de Rilcar. Le preocupaba la condición que impondría el mago: ¿querría mucho dinero por sus enseñanzas?

"¿De qué condición estamos hablando?"

"Su hijo merece un castigo, uno ejemplar, por eso y por todas esas fantasías de noble mimado que el niño tiene en la cabeza sobre sí mismo y el mundo, solo aceptaré enseñarle si me permite llevármelo conmigo durante unos meses, que experimente la verdad del mundo, su crudeza, sus limitaciones, y como un mago tiene que sobrevivir con el poder que tiene, si aprende magia por el camino mejor, pero si quiere que su hijo tenga futuro hay que sacarlo de la urna de cristal que es este castillo, de las comodidades, de la seguridad, solo así aprenderá a sobrevivir y sacaremos su verdadero potencial..."

Aulos miró a su mujer, realmente era un gran castigo y una posibilidad, pero los ojos de Leena que pese a todo era una madre entregada, lo pusieron en duda.

"¿De cuántos meses estamos hablando, Rilcar? ¿Qué seguridad tengo de que el niño no se haga daño?"

"Es sencillo, tenía planeado estar por el norte hasta otoño, cuando empiece el frío, sí cuando vuelva a Ilentown después del verano no han visto un gran cambio en el muchacho, nuestro trato quedará roto, usted podrá decidir el pago, pero si le gusta el Gael que le devuelvo, el chico estará bajo mi tutela hasta que se presente en a las pruebas del colegio mágico..."