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Fukushū no Kage

Josue_
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Synopsis
Fukushū no Kage Es una novela que sigue la historia de Haruto Akiyama, un joven que, tras mudarse a una nueva ciudad, encuentra amistad, amor y momentos de felicidad en su tiempo en la Academia Shiroi. Con la ayuda de sus cuatro amigos: Renji, Mikasa, Yuta y Emi, Haruto vive experiencias inolvidables, enfrentando desafíos escolares y creando recuerdos valiosos mientras descubre el verdadero significado de la amistad y la esperanza.
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Chapter 1 - Fukushū no Kage CAPÍTULO 1

Academia Shiroi

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El día comenzó con el suave resplandor del amanecer filtrándose a través de las cortinas de la habitación de Haruto. El sonido tranquilo de los pájaros fuera de su ventana parecía como si el mundo estuviera suspendido en un instante de calma antes de la tormenta.

Haruto Akiyama se removió en su cama, una leve sonrisa dibujada en su rostro mientras las imágenes de su sueño persistían en su mente. Su cuerpo se sentía liviano, como si aún estuviera en otro lugar, en otro tiempo, completamente diferente al presente. A su lado, en una esquina de su cuarto, la luz débil de la lámpara proyectaba sombras inestables sobre las paredes.

En su sueño, todo era simple. No había crueldad ni oscuridad, solo un cielo despejado y un campo interminable. Jugaba junto a Renji Kudo, su mejor amigo de la infancia, riendo mientras corrían juntos entre las flores, el aire fresco y lleno de risas. Eran libres, sin ataduras, y aunque la realidad los separaría pronto, esos momentos quedaban como un refugio temporal.

—¡Haruto, atrápame si puedes! —dijo Renji con una risa infantil, lanzándose hacia adelante mientras Haruto lo perseguía con entusiasmo.

El sonido del viento y las risas llenaban sus oídos, pero entonces, lentamente, las imágenes comenzaron a disolverse. Un eco distante lo llamaba de vuelta a la realidad.

La habitación se hizo más real, menos etérea. Las risas infantiles se desvanecieron en un susurro, y en su lugar quedó el sonido familiar de su despertador, sonando insistentemente sobre la mesita de noche.

—Hora de levantarse —murmuró Haruto, bostezando y dejando que los restos de su sueño se disiparan. Aun así, podía recordar cada pequeño detalle, cada sonrisa de su amigo, como si fuera un recuerdo intacto que resistía la grieta del tiempo.

Deslizó las piernas por la cama, aún sintiendo el peso de la melancolía de lo que estaba por venir.

Hoy no era un día cualquiera. No era solo otro lunes común, ni siquiera su primera semana en la escuela primaria. Hoy era diferente. Hoy comenzaba algo nuevo.

Después de vestir su uniforme escolar, Haruto miró hacia su ventana. El cielo estaba claro, pero había una inquietud en el aire. Su padre había conseguido un nuevo trabajo en otra ciudad, y como resultado, Haruto sería transferido a una nueva escuela, una nueva etapa en su vida.

—Espero que todo vaya bien —pensó mientras ajustaba su corbata.

Un susurro de anticipación y nervios cruzó su pecho. Había oído rumores sobre la escuela nueva: "Academia Shiroi", una institución con la reputación de ser rigurosa, severa. La gente hablaba de una rígida disciplina, de estudios intensivos y alumnos que sobresalían, cada uno con sus propias historias detrás.

En su mente, se mezclaban imágenes. Un nuevo comienzo, sí, pero también el temor de lo desconocido. Haruto no tenía muchos amigos en su vida hasta ahora, y esa idea de empezar desde cero le generaba una sensación extraña.

—¿Qué tipo de personas estaré conociendo? —se preguntó mientras bajaba las escaleras hacia la cocina, donde su madre ya estaba lista para servir el desayuno.

—Buenos días, Haruto —le dijo Mikako Akiyama con una sonrisa suave. Era una mujer estricta y tradicional, pero siempre cariñosa en su propio modo reservado.

—Buenos días, mamá —contestó él, aunque su tono reflejaba una ligera preocupación.

—Haruto, quiero que seas fuerte. Sé que será un nuevo reto, pero estoy segura de que te acostumbrarás rápido —dijo su madre mientras le servía el plato con arroz caliente y verduras.

Takeshi Akiyama, su padre, estaba revisando algunos documentos en la mesa. Cuando levantó la mirada y vio a su hijo, asintió con una expresión seria pero alentadora.

—Confía en ti mismo. Esta es una oportunidad para superar cualquier miedo —dijo su padre.

El desayuno transcurrió en silencio después de eso. Haruto se sentía absorbido en sus pensamientos, buscando algún tipo de consuelo en sus padres, pero en su mente solo quedaba una pregunta persistente: ¿Estaría realmente solo en este nuevo comienzo?

Una vez terminado el desayuno, su madre tomó la iniciativa de limpiar la mesa mientras Takeshi tomó su maletín para partir a su nuevo trabajo en la ciudad vecina. La familia Akiyama se dirigía hacia una nueva etapa, una que Haruto no podía evitar temer un poco.

—Vamos, Haruto. Es hora de ir —dijo su padre, colocando una mano en su hombro.

—Sí, papá —respondió con voz temblorosa.

Cogió su mochila con fuerza, la cual contenía todo lo que necesitaría en su primer día en la "Academia Shiroi". Sin saber exactamente lo que le esperaba, solo podía pensar en cómo mantener la calma.

Al llegar al colegio, Haruto sintió el peso de sus pasos mientras cruzaba el portón de entrada. El edificio era imponente, alto y majestuoso, como si todo en él buscara imponer respeto y disciplina. Los estudiantes alrededor se movían en pequeños grupos, hablando con seriedad o concentrados en sus libros.

—Esto es diferente… —pensó Haruto, mirando a su alrededor.

Era un lugar que transmitía una mezcla de respeto y distancia, donde los estudiantes parecían todos seguir un patrón estricto. Pero él había llegado aquí para adaptarse, para aprender.

—Haruto Akiyama, ¿verdad? —preguntó una voz detrás de él. Se giró para ver a una joven, probablemente unos años mayor, con el cabello atado en un moño pulcro. Llevaba el uniforme de la escuela con rigidez y tenía una expresión tranquila y curiosa.

—Sí, soy yo —respondió Haruto, dudando por un momento.

—Soy Kaede Yoshino. Seré tu mentora en esta escuela —dijo ella con una ligera sonrisa, casi como si anticipara su reacción. —Ven conmigo. Te mostraré alrededor.

Haruto siguió a Kaede por los pasillos. Cada paso lo acercaba más a un destino desconocido. La primera impresión fue un torbellino de emociones: miedo, emoción, una pizca de desesperación. Pero también sabía que no podía retroceder. Se había comprometido a enfrentarlo todo.

Mientras seguía a su mentora, recordaba el sueño, los días en que era solo un niño jugando despreocupadamente con Renji. Se sentía como si una brecha enorme hubiera surgido entre aquel tiempo y el presente.

Kaede Yoshino se detuvo frente a una puerta y giró la manija lentamente. Al entrar, Haruto vio que se trataba de un aula, diferente a lo que había imaginado: más seria, más estructurada. Pero era el inicio de algo nuevo.

Una nueva página en su historia estaba por ser escrita, una que ya no sería tan ligera como antes.