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Chapter 5 - Fukushū no Kage CAPÍTULO 5

Academia Shiroi

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La tranquilidad de la Academia Shiroi se mantuvo por unos días más después del divertido día feriado. Sin embargo, una sensación extraña comenzaba a crecer en la mente de Haruto y sus amigos. Algo en el ambiente parecía estar fuera de lugar, aunque inicialmente no era claro qué exactamente estaba causando esa sensación.

La primera señal apareció en una mañana cualquiera, durante una clase de historia. Kaede Yoshino, la severa pero sabia maestra que siempre imponía respeto, habló sobre un tema relacionado con el pasado oscuro de Japón, mencionando cómo en tiempos de guerra se habían realizado actos de atrocidad, especialmente en instituciones como la academia.

"Los secretos oscuros siempre surgen en lugares que parecen ser santuarios de aprendizaje y crecimiento. La historia nos ha demostrado que el dolor y el sufrimiento pueden florecer en los rincones más impensados, donde menos los esperábamos", dijo la maestra con su voz calmada pero penetrante.

Haruto sintió un escalofrío en la espalda, sus ojos se dirigieron rápidamente hacia Renji, quien le devolvió una mirada preocupada. Mikasa y Yuta también se mostraban pensativos. Por un momento, todos parecían entender que había algo más en la Academia Shiroi de lo que los directivos habían dejado en claro.

Después de la clase, caminaron juntos por los jardines como solían hacer cuando la mente los torturaba con preguntas.

—¿Escucharon lo que dijo la maestra? —preguntó Haruto con voz baja.

Renji asintió lentamente. —Sí, algo me parece inquietante. No es solo la historia que contó. Siento como si… algo estuviera oculto bajo la superficie.

—Yo también —murmuró Mikasa, mirando alrededor, como si temiera ser observada. —Desde que llegamos, las cosas han estado raras. No es solo la academia; es todo el entorno.

Yuta permaneció en silencio durante unos segundos antes de hablar. —Siento lo mismo. Hay un aire opresivo en la escuela últimamente. Aunque es leve, está presente.

Los días continuaron, pero las sensaciones de incomodidad no desaparecieron. Comenzaron a notar pequeños detalles que antes pasaban desapercibidos. Un profesor que evitaba mirarlos directamente, estudiantes que parecían murmurar entre ellos con miradas sospechosas, y pasillos en los que siempre había un silencio excesivo, como si todos temieran algo.

Una tarde después de clases, mientras regresaban a su dormitorio, Mikasa detuvo a sus amigos en el pasillo.

—Escuché murmullos —susurró, casi como si temiera ser escuchada.

—¿Murmullos? —preguntó Renji, bajando la voz para no ser notado. —¿Qué decían?

—Parecían nombres —continuó Mikasa, frunciendo el ceño—. Nombres que no reconocía.

—¿Qué tipo de nombres? —interrogó Haruto, sintiendo la tensión crecer.

—No lo sé exactamente. Sonaban como si fueran clave para algo. Pero no entendí lo suficiente.

Yuta, siempre con una calma fría, murmuró: —Podría ser paranoia. O puede que realmente haya algo detrás de esas voces.

Renji cruzó los brazos, pensativo. —Es cierto. La academia siempre ha sido muy reservada, pero esto ya es demasiado sospechoso.

—Debemos estar atentos —dijo Mikasa con firmeza, sus ojos vigilando su entorno. —Algo nos están ocultando.

Aquella noche, mientras se preparaban para dormir, Haruto no pudo quitarse la sensación de que algo más grande estaba por venir. A pesar de estar en una zona segura junto a sus amigos, la inquietud no desaparecía.

Al día siguiente, durante la primera clase de la mañana, un nuevo suceso llamó su atención. Durante la lectura de un texto en voz alta, Haruto notó que uno de los párrafos parecía diferente al resto. Lo leyó nuevamente mentalmente:

"Al llegar a esta institución, los estudiantes deben aprender la verdad detrás de cada rincón. No todo es lo que parece. Algunos han buscado respuestas, otros simplemente han desaparecido. Lo que está oculto, tarde o temprano, será revelado. Ningún secreto puede permanecer por siempre."

—¿Escucharon eso? —dijo Haruto, mirando a Renji y Mikasa, quienes se encontraban sentados a su lado.

Renji frunció el ceño, asintiendo lentamente. —Eso fue extraño. Nunca había visto algo como eso en un libro escolar.

Mikasa, que parecía más pensativa que nunca, murmuró: —Cada vez se siente más oscuro todo esto.

Yuta, que había estado observando en silencio, respondió con voz suave: —El profesor que leyó ese texto… su expresión cambió al final. Parecía incómodo.

—Creo que debemos investigar —comentó Renji, apretando ligeramente los puños sobre su escritorio.

Haruto asintió. —Pero ¿cómo lo hacemos? Si actuamos demasiado pronto, podríamos arriesgarnos a ser descubiertos.

Mikasa estaba al tanto de la gravedad del asunto. —Quizás si hacemos preguntas, pero con cuidado. Necesitamos pruebas, no solo sospechas.

El día continuó con una inquietud palpable en el aire. Las clases fueron extrañas, más tensas que nunca, y en cada esquina del colegio, sentían como si la mirada de alguien los estuviera observando. Nadie parecía dispuesto a romper el silencio, ni siquiera los profesores.

Más tarde, mientras caminaban juntos en los pasillos vacíos, Haruto se detuvo repentinamente.

—Escucho algo —dijo con voz baja, acercándose a la pared del pasillo. —Son pasos, pero no puedo ver a nadie.

—¿Te imaginas cosas? —preguntó Renji, mirando a su alrededor con cautela.

—No. —Haruto negó con la cabeza, apretando los puños. —Son reales. Están ahí.

Los otros tres se mantuvieron alerta. Pasaron largos minutos en silencio hasta que finalmente, los pasos cesaron.

Yuta fue quien rompió el silencio. —Esto es más grave de lo que imaginábamos. Algo está ocurriendo aquí.

Mikasa añadió: —La academia guarda demasiados secretos. Y no nos dejarán descubrirlos fácilmente.

Renji resopló y miró a sus amigos. —Debemos unirnos. Si vamos a investigar, debemos hacerlo todos juntos.

—Estoy de acuerdo —dijo Haruto, con voz firme. —No podemos permitir que esto siga creciendo sin hacer algo.

El grupo se mantuvo en alerta constante a lo largo de los siguientes días. Sus pequeños hallazgos aumentaban su sospecha, y aunque aún no sabían la verdad, una cosa quedaba clara: algo oscuro y peligroso se gestaba en las sombras de la Academia Shiroi.