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Chapter 5 - El Rugir del Sol

Cuando el humo se disipó, de repente los ojos de los jóvenes se quedaron completamente perplejos, sus rostros con una expresión de sorpresa se volvieron todos a ver a la extraña chica.

Meghan solo abrió la boca muy sorprendida, y los demás igualmente que ella se quedaron paralizados al verla.

La chica de orejas de zorro se levantó de repente y salió de aquella prisión.

Ella parecía un poco sentida, y se tocaba la cintura y el trasero, al verlos cambió de expresión y les dio una sonrisa serena.

—¡Gracias! ¡Por lo menos son amables al sacarme de allí! Estaba todo apretado, y no sabia como rascarme. 

Kevin y Meghan al verla se quedaron completamente atolondrados.

Omah y Kariela se vieron los dos mirándose sorprendidos.

Kevin trago saliva al verla y Meghan no salía de su impresión aun.

—¡Muchas Gracias por todo! La verdad estar aquí es un lugar muy desagradable. Y no lo digo por el sitio si no por las personas. Tengan mucho cuidado, no les vayan a maltratar a ustedes.

—Q-qui-qui… ¿Qui-én eres? —preguntó Meghan sorprendida viéndola.

—¿Yo? Pues, simplemente una persona que quiero ir al bosque.. ¿Oigan? ¿saben ustedes por donde puedo salir de aquí? He preguntado a mucha gente, pero ¡nadie me dice nada! Parece como si me estuvieran ignorando. Solo me llevan a lugares que ni al caso. Saben ustedes ¿por donde es la salida hacia el bosque?.

Al escuchar todo esto los jóvenes se quedaron atónitos a lo que veían y escuchaban sin dar crédito a nada. Asustados un poco, Kevin miró a sus amigos y luego le preguntó a la chica de cola de cervatillo..

—...La salida al bosque…, bueno…, yo supongo que está a unos veinte kilómetros, si tu…

Meghan a su costado le dio un codazo. Kevin la miró atontado.

—...Dime…, porque estabas aquí, metida en este aparato. ¿que paso?

La chica de las garras puso sus manos en su cintura, miró a Meghan y le dijo.

—Bueno, la verdad ni yo sé… Nunca me dijeron el porque, aunque siempre les preguntaba. Simplemente me tenían sujeta con algo y luego me empujaron bruscamente. Y eso dolió, Todavía me duele el trasero.

—Ohhh —exclamó kariela sorprendida.

—¿Y tuuu? ¿vives… en el bosque? —dijo Omah curioso

—Bueno.., en cualquier lado donde haya naturaleza. No precisamente debe haber un bosque. Pero…, si hay uno mejor para mi.

—Vaya…—se dijeron los jóvenes sorprendidos mirándose el uno al otro.

—¡Por favor! Dónde está la salida. Quiero ir a mi casa.

—Bueno… —dijo Meghan viendo a sus amigos— Nosotros ya nos íbamos… si quieres puedes venir con nosotros. Pero… dime nuevamente… ¿porque estabas encerrada? No entiendo la razón.

—No lo sé, yo también quisiera saberlo —dijo ella saltando ágilmente hacia el suelo.— Es un gran misterio para mí, ¡Entonces vamos! ¡estoy muy ansiosa!

—¡¡ALLÍ ESTÁ!! ¡¡QUE NO SE ESCAPE!! ¡RÁPIDO!

—¡Ah! —exclamó la chica de orejas de zorro.

—¡Oh! —exclamaron todos los jóvenes muy sorprendidos viendo como unos agentes armados venían corriendo hacia el lugar donde estaban agrupados.

La chica extraña se quedó parada viéndolos, como ellos venían velozmente corriendo, ella puso un rostro angustiado y dijo.

—¡Ellos son! ¡Son las personas que me empujaron! ¡Ya no quiero jugar a ese juego muy brusco! ¡Eso me dolió! —dijo ella volviéndose a los agentes.

—¡¡SEPÁRENSE DE LA CRIATURA!! ¡TENGAN CUIDADO! —decían los agentes armados asustadisimos viendo a los jóvenes junto con la chica de los colmillos.

—¡Disculpenme amigos! ¡pero tengo que irme! ¿¡por dónde es la salida!? —dijo la chica extraña muy apresurada y nerviosa.

Kevin viéndola fuera de sí y atónito con todo lo que pasaba dijo.

—¡¿Estás siendo atrapada?! ¡¿por qué?!

Meghan, muy sorprendida de lo que ocurría, puso una cara seria y luego dijo.

—Sube por arriba, chica de las orejas de zorro, hacia las cajas. Voy a hablar con ellos… —dijo ella, dirigiéndose a los agentes.

—¿¡Meghan?! ¿¡Qué estás haciendo!? —exclamó Kevin atontado.

—Es momento de demostrar lo que hemos aprendido Kevin. Esto es una prueba…

—¡¡¿Quee?!! —exclamaron los demás amigos de ella.

—No lo dices… en serio… —dijo Kevin atontado viéndola irse.

—¡Gracias! ¡Eres muy amable! —dijo la chica extraña.

Cuando dijo tales palabras ella sonrió muy a gusto, y luego como si fuera un gato, empezó a subir y a escalar las cajas de los inmensos estantes del almacén con una agilidad tal que los agentes al verla levantaron sus armas y apuntaron hacia ella. 

—¡Alto allí! —dijo Meghan deteniéndose y levantando la mano— ¡Soy aprendiz de protectora!

—¡¡Abran fuego!! —dijo el jefe de armas.

—¡AHHH! —exclamó Meghan agachándose de terror, mientras los agentes empezaron a disparar a diestra en contra la chica de las orejas de zorro.

Sus amigos asustados gritaron aterrados.

Los pulsos eléctricos llegaban hacia ella como rafagas de energía pero ninguno le tocó, más bien ella se asustó al escuchar los estruendosos disparos y las esquirlas que chocaban en las cajas, llena de asombro y temor abrió la boca sorprendida por tales hechos y se escondió muy asustada. La chica de la cola de cervatillo miraba muy aterrada todo. Ella con temor se volvió a unas cajas y ágilmente volvió a escalar entre aquellos montículos.

Los agentes seguían disparando, y algunos aparecieron por el otro lado también a disparar, otros rompieron filas para perseguirla. cuando de repente una bocina de alarma muy fuerte se escuchó en todo el almacén.

El jefe de armas exclamó gritando.

—¡Detengan el fuego! ¡Llame a emergencia! ¡Hay un escape! ¡¡Hay un escape!!

Meghan arrodillada en el suelo, temblaba de nervios, tocándose la cabeza y hasta parecía llorar de temor.

—¡Meghan!

Sus amigos se acercaron a ella muy preocupados a su costado. Ellos la levantaron del suelo. Ella parecía muy asustada por lo que había pasado.

Los agentes al verlos a ellos le dijeron.

—¡¡Capturen a estos sujetos!! ¡¡Son sospechosos!! ¡¡Ahora mismo!!

—¡Queee! ¡oiga! ¡Espere! ¡¿qué es lo que sucede?! —dijo Kevin siendo intervenido por unos agentes

—¿¡porque nos hacen esto!? ¿qué hemos hecho? —dijo Kariela siendo detenida.

A Omah le pusieron unas esposas y dijo

—Oficial, por qué nos están deteniendo. Exijo mis derechos en una explicación.

Los agentes al volverse a la celda, la vieron abierta.

—¡Tú! ¡estás detenida! ¡por interponerte al orden! ¡Dame las manos! —dijo el jefe de armas.

Meghan lo miró, pero luego de verlo esquivó su rostro por otro lado. Ella tenía la cara con una expresión triste y temerosa. Cerró sus ojos muy confundida y avergonzada.

—Un momento… No es posible… Yo te conozco —dijo el jefe de armas completamente sorprendido y no daba crédito a lo que veía— ¿¡acaso no eres la hija del…!? .... ¡¡ohhh!!

De los ojos de Meghan una lágrima de tristeza, verguenza y miedo brotó en silencio.

—¡¡Busquen a la criatura!! ¡¡Que no se escape!! ¡¡Que no se escape!! —exclamaron varios agentes que se reunían en el área.

—¡Cierren las compuertas! —dijeron en la cabina de observación del almacén.

—¡Escaneen el área.. ahora mismo! —dijeron usando sus aparatos de búsqueda.

—¡Emergencia al área ochenta y ocho!

—¡Demonios, esto es serio!

La chica extraña saltaba tan ágilmente por las cajas, corriendo por piezas de metal y estantes llenos de un montón de artículos guardados, hasta llegar a un rincón del almacén.

—¡Allí está que no escape!

La chica de cola de cervatillo se volvió con temor. Pero ella dio un gran salto hacia otro estante contiguo, haciendo caer algunas cosas, los agentes levantaron las armas y empezaron a disparar.

La chica con garras gritó de miedo por el estruendo de los proyectiles eléctricos, y ella siendo más veloz que su puntería, los agentes disparaban ya sin criterio.

La chica de orejas de zorro, escalaba y saltaba como si fuera un felino y rebasaba cualquier cosa que estaba a su delante, ágilmente como un cervatillo.

—¡Allí está de nuevo! 

Y empezaron a disparar, pero esta vez la chica se ocultó tras unas cajas metálicas. Y viéndose allí que le disparaban se agacho con mucho miedo y temor se dijo a sí misma.

—¡Esto ya no es normal! ¡Me están disparando! ¡¡Qué es lo que pasa!!

—¡Está aquí! ¡Está aquí! ¡Rápido!

—¡Ah! —exclamó la chica extraña dando un salto ágilmente por varios estantes y plataformas metálicas, haciendo caer tantas cosas al suelo dirigiéndose a un contenedor lleno de trastes y cajas. Pero en aquella huida al dar un salto largo se golpeó el brazo sin querer resbalandose encima de un estante con varios trastos.

—¡Rápido! ¡Rápido! ¡Atrapenla!

Aquel resbaló hizo caer varias cosas al suelo, llamando la atención de su localización. La chica de cola de cervatillo se quedó un poco adolorida, gimiendo de miedo y tocándose el brazo.

Cerrando sus ojos se tocaba el brazo, pues el golpe fue muy fuerte.

Pero de repente, en aquel caos, un rayo de sol tocó su rostro, ella de golpe abrió los ojos muy asombrada por tal descubrimiento. 

Un rayo de sol entraba de una ventana en el techo, donde veía una nube y el cielo azul.

Ella tocándose el brazo muy sorprendida se levantó mirando atontada y muy asombrada pues estaba cerca de ella, y tan solo con un simple salto llegaría allí.

—¿¡Pero qué está diciendo superintendente!? ¡Nos dice que nunca existió el aparato de electrones! ¿Pero? ¡Cómo nos explica el fenómeno del rayo que sucedió en la plaza de ciudad Azul! ¡Que cegó por completo de luz y alteró los dispositivos!

Exclamó un agente televisivo muy contrariado.

El superintendente Nathan estaba sereno parado junto con un atril de madera en las afueras de la alcaldía, en los jardines de aquel sitio.

Muchos reporteros y agentes televisivos con sus cámaras, drones y aparatos filmaban aquel momento.

—La explicación de aquel fenómeno luminoso y eléctrico, está en investigación. Y…, cuando sea pertinente se revelara a ciudad de Azul y a la nación del Imperio el origen de aquel fenómeno, eso es todo.

—¡Oficial Nathan! ¿Una pregunta más? ¿Es cierto que la inspectora real del imperio está en ciudad azul? ¿porque se debe su visita? ¿Es acaso por el fenómeno que aconteció en ciudad Azul?.

Exclamó una periodista

—Pues es verdad que la inspectora real está en ciudad Azul y también está en el equipo de investigación ordenado por la realeza. Solo mencionare esto, además les digo a ustedes. Que por favor, no se preocupen ni creen cosas en torno a este fenómeno ya que científicamente está siendo analizado en torno a este fenómeno y prontamente se dirá correctamente lo que originó tal rayo.

El Departamento de policías, pide disculpas ante un ignota respuesta al comienzo de este acontecimiento, por ello me remito a corregir los hechos verídicos. 

Dentro de la alcaldía, el alcalde veía en su televisor, lo que el inspector Nathan decía a la gente y comiendo un pedazo de carne sonrió a gusto viéndolo.

—Ese Nathan si que es bueno en su trabajo…,¡Es un hombre entregado a su empleo!

Me encanta…

La inspectora también en la mesa, miraba como el agente atendia a las preguntas de la prensa. Muy serena se quedó viéndolo.

—Es increíble, la verdad… Que no fuera un aparato el que desencadenó todo esto. Si no al parecer. Un extraño ser. ¡Increíble! ¡Si el pueblo lo supiera estaría fantaseando cosas! —dijo el alcalde tomando su copa de vino.— ¡ah!. Para colmo de todos, la criatura parece una chica adolescente, pero cuando abres más los ojos parece… ¡casi como una niña o niño!. No hay mucha diferencia. Que cosa mas bizarra, imagen adolescente forma infantil!. Pero lo más raro de todo son sus orejas, colmillos, ojos y rabo. Jajaja ¡Qué cosa más rara está ocurriendo aquí en ciudad Azul! ¡Cualquiera que me escuchara se reiría de esto! ¡Que esa criatura con apariencia infantil semi adolescente hizo tal cosa!

—...Señor Alcalde, si me permite usted. Puede darme permiso para conversar con Vancelot Ben. Tengo grandes preguntas sin contestar, pues mi emperador me preguntará mucho más de este asunto y querrá saberlo todo.

—¡Claro que sí, mi ilustrísima dama! Por supuesto… —dijo el alcalde devorándose otra pierna de pollo.

Los rayos del sol brillaban intensamente sobre la ciudad, habían pocas nubes pues era un día soleado. Los edificios contiguos cercanos al instituto de investigaciones se erigían allí recibiendo la luz solar, y entre sus terrazas y techos una chica con orejas de zorro, casi como agachas corría entre elevaciones, saltaba y andaba ágilmente sobre los techos de aquellos edificios.

La chica dio un salto alto hacia otro techo, subió una pequeña plataforma y allí se quedó, agachada viendo con admiración y asombro el panorama citadino de edificios y construcciones que se mostraban en sus ojos.

Una parte de la ciudad Azul se veía desde allí, parecía una bonita ciudad muy moderna y tecnológica, y se extendía en orden y perfección citadina. Habían también algunas naves y satélites dando vueltas en los aires de aquella ciudad. A lo lejos, la chica extraña se quedó viendo algo curioso, lejanamente casi al centro de aquella ciudad había un extraño edificio, era gigantesco y colosal. Era el más notorio de todo el conjunto de edificios que sobresalia en altura y anchura.

Desde lo alto de aquel lugar, aquella vista era espectacular, pues se veía incluso las calles, parques, zonas, jardines, casas y muchas cosas más.

—Waow… —dijo ella sorprendida, viendo aquel panorama lejano y como el sol de mediodía ya se alzaba con todos, escuchando el bullicio citadino de aquel lugar.

De repente la chica escuchó un sonido muy cercano a ella.

La joven se quedó sorprendida por el sonido, ella se volvió a ver.

Parado en un tubo de la terraza y agarrado con sus garras de su pata, un pequeño aguilucho la observaba muy extrañado, y de vez en cuando chillaba al verla.

—¡Oh! ¡Hola! ¡Cómo estás! ¡Perdona no haberte visto!. Disculpa…, sabes por dónde ¿puede estar el bosque?.

El aguilucho no dijo nada en absoluto, simplemente la miraba y luego volvió a emitir su chillido.

—¿¿Ehh??

Pero el aguilucho voló de allí.

—¡Oye espera! ¿porque te vas?

Ella dio un salto a los tubos y empezó a escalarlos. Y miró por todos lados y no halló a la ave.

La chica de cola de cervatillo, bajó las orejas y se puso algo triste.

—Por qué siempre se van. Y no me contestan nada..

Dijo ella en lo alto del tubo, agachada como un gato cerrando los ojos de tristeza, pero de repente un chillido de nuevo se volvió a escuchar.

—¿¡Eh!? 

La chica se volvió al chillido, ella con sus orejas de zorro lo captó y lo miro que estaba, en un muro de la azotea contiguo.

Allí ella lo miró y el aguilucho también se quedó viéndola, ella le dijo.

—¡Allí estabas! ¡oh!

La chica dio un salto hacia allá.

Y el ave voló hacia otro sitio hacia otro techo y desde allí espero viéndola, dando chillidos 

Ella se quedó viéndolo, luego ella le sonrió.

—¡Ya te entendí! ¡Debiste decírmelo antes! —la chica de ojos turquesa escaló y saltó por varias vallas de una terraza, que con mucha agilidad e innata velocidad recorría por los contiguos edificios.

El sol del mediodía brillaba intensamente, mientras otras aves al verla se acercarón a ella siguiéndola volando a su alrededor.

El jefe de Mando del instituto de investigaciones especiales puso en su escritorio el influidor de procesos. Un hombre alto y anciano, vestido con terno oscuro y con bigote se volteó de repente dándoles la espalda a los jóvenes que yacían allí traídos por agentes de seguridad. Ellos estaban con esposas en las manos.

El hombre camino de repente mirando su ventana que daba hacia afuera.

Manteniendo su pipa inhalo gran cantidad de tabaco y luego de eso resopló cerrando sus ojos y negando con la cabeza.

Los jóvenes al verlo se quedaron en silenció.

—Señorita Meghan…, sabe usted que yo conozco a su padre, como la palma de mi mano.

Dijo el anciano resoplando tabaco.

Meghan abrió los ojos muy abiertos y se quedó mirándolo.

—¿Por qué? ¡Porque! hicieron esto! ¡jóvenes! ¡¡Lo que hicieron es algo grave!! Santo cielo

Kevin se quedó con la boca abierta, Omah estaba sorprendido.

—Señor no sabíamos, pensábamos que había una chica atrapada y eso era lo que veiamos y escuchamos y luego la sacamos. Ella cantaba y nos quedamos atónitos. Y como era muy joven la tuvimos que sacar, Señor.

Le dijo Kariela al hombre anciano.

—Hicieron mal joven, esa criatura, mitad humana y mitad animal estaba en prisión en una celda portátil, pues este ser está en investigación policial y científica por el acontecimiento del fenómeno del rayo luminoso que afectó a ciudad Azul.

—¿Qué dice? —exclamó Kevin atontado.

—Así es, hace ya tres horas el padre de la señorita Meghan, el señor Nathan ha tenido que aclarar este asunto al público. Diciendo que no hubo tal aparato que se creia al comienzo, mientras se fue investigando cayeron en la cuenta al parecer que aquella criatura que ustedes sacaron era parte de las investigaciones de aquel fenómeno luminoso que ocurrió en esta ciudad.

—¡Que!

—¡¿Cómo?! ¡oh!

Se dijeron los amigos de Meghan atontados por tales palabras. Meghan estaba serena en esos momentos y algo ida al parecer con una expresión en el rostro.

—¡Ah! ¡cuando sepan las autoridades sobre esto! ¡Qué problemón se va armar! ¡¿en qué líos se han metido jóvenes?!

De repente un silencio sepulcral se quedó todo, el anciano se volvió a ellos esta vez viéndolos, se acercó a ellos y luego viéndolos resoplo. El anciano miró de repente a Meghan y le dio una mirada con algo de tristeza.

—Lo siento Meghan, no me gusta esto. Pero tus amigos y tú tendrán que ir a la jefatura. Yo por mi parte, voy a ayudarles. En lo que pueda.

Meghan ya no soporto más y lloro en silenció. Sus manos temblaban y su cuerpo al parecer también, muy nerviosa por todo lo que había pasado ella quedó completamente angustiada pensando en su papá.

Entre un pasaje entre dos edificios vecinales, la chica extraña bajaba por unas escaleras de emergencia, dando un salto tremendo hacia abajo cayendo agachada, como si fuera un felino.

La chica estaba en un lugar lleno de arbustos y plantas sin cortar, como también algunos trastos viejos y usados abandonados allí.

Ella se levantó del suelo y miró a su alrededor muy curiosa por todo, pero luego de ver en donde estaba, un chillido de ave la volvió en sí.

Era el aguilucho, aquella ave estaba posada en una cerca de madera que cerraba el pasaje entre los dos edificios, mirándola y chillando se quedó viéndola.

—¡Oh! Muchas gracias… Y ahora… por donde es…

El ave simplemente se volteó de repente, mirando al otro lado hacia la calle. El aguilucho se limpió el pico en la cerca y trató de romperla con su pico.

—¡Ey espera! Yo te ayudo.

La chica de orejas de zorro se dirigió hacia la cerca de madera, de repente un ladrido se escuchó.

Un pequeño perro de color beige, ladraba saltando de impaciencia moviendo la cola.

—¿oh? ¡Ay lo siento! Disculpa ya me voy, no me di cuenta que estabas aquí.

Pero el perrito seguía ladrando efusivamente meneando la cola.

La chica con su mano se apoyó a una de las maderas y esta se cedió de repente, ella se quedó viendo desde allí, una calle muy transitada de personas y vehículos.

—Vaya y… ¿qué debo de hacer ahora? —le preguntó la chica al ave, pero el aguilucho chillo se fue volando.

—¡Ey espera! ¡No tan rápido! —dijo la chica viendo como el ave voló a otro sitio, dirigiéndose a un parque cercano.

La chica de cola de cervatillo, se metió tras la cerca de madera y salió mirando muy curiosa todo y se quedó muy sorprendida.

La joven caminó tranquilamente por la calle mientras la gente que estaba a su alrededor se volvían a verla muy extrañados.

Puesta la bata blanca con unas zapatillas blancas que le habían dado los oficiales, la chica de orejas de zorro caminaba tranquila por allí.

Algunos adultos al verla se quedaron atónitos y le sonrieron, pues creían que estaba disfrazada. Un limpiador de vidrios con su cigarro se quedó absorto viéndola caminar.

Igualmente una señoras que andaban conversando se quedaron atónitas mirándola de soslayo entrecortando sus conversaciones y luego después se volteaban a verla extrañadas.

Un señor carpintero, se quedó atónito viéndola, mientras luego se dio cuenta que estaba clavando de más.

En un restaurante en donde las mesas estaban afuera, un mozo sirvió una copa de vino a un cliente, pero cuando la chica pasó se quedó viéndola muy curioso llenando y rebasando la copa mientras se derramaba.

Unas chicas que pasaron a su costado la miraron y se rieron de ella.

Un joven adolescente que vendía revistas con papel electrónico mientras exclamaba en la calle su venta, se quedó de repente prendido viéndola.

Y algunos jóvenes se reían y algunos se contenían la risa con sus amigos viéndola pasar tan tranquila, pues al verla uno se quedaba observándola por lo estrambótico de su bata blanca, zapatillas y sus orejas de zorro.

Unos niños al ver sus orejas decían a su mamá.

—¡Mamá yo también quiero eso!

—Mira que cosa mas rara

—¿Mamá? ¿porque la chica tiene orejas de zorro?

Pero las madres solo le decían otra cosa muy curiosas también y se iban.

Unas palomas que estaban posadas en unos cables se quedaron también atontadas de lo que veían.

Igualmente un gato que al verla se escondió de repente, haciendo tropezar a un hombre de negocios.

Una anciana al verla pasar dijo.

—¡Ay! ¡Estos jóvenes ya no saben qué hacer para llamar la atención!

Pero ella al parecer, no sabía de esto, pues simplemente caminaba y ya. En otras palabras no existía en ella tales deseos, pues su expresión era natural y era la misma de siempre.

Los carros pasaban y los conductores al verla con los pasajeros se quedaron atonitos y ella ya llegaba a la esquina, un perro grande amarrado con una correa, empezó a ladrarle muy molesto mientras su amo lo jaloneaba hacia un lado.

—¡Ah! —exclamó muy contenta al ver al perro y le saludo con la mano.

Unas chicas colegiales que estaban al otro lado de la calle al verla vestida así se rieron muy agraciadas.

Pero ella simplemente avanzaba y sí que avanzó pues ella cruzó la pista sin ver la señalización.

De repente un auto cercano frenó en seco. El conductor se quedó absorto y extasiado viéndola caminar muy tranquila.

Los demás autos tocaron su claxon y ocurrió lo mismo. Un auto frenó en seco emitiendo con la bocina de su auto un sonido retumbante. 

Las chicas que se reían se quedaron se quedaron en silencio viéndola como ella simplemente caminaba.

—¡Ey! ¡pero..! —exclamó el conductor con el corazón en la boca

Un bus que venía en velocidad pasó en frente de los ojos de la chica y un taxi frenó dando una curva peligrosa y deteniéndose en la otra esquina. El hombre salió de su auto y exclamó muy asustado.

—¡Oiga acaso usted no ve…! ¡Qué le pasa! ¿oh?

Pero la chica de orejas de zorro llegó tranquila con una cara alegre, caminando al otro lado de la esquina donde estaba el parque.

Las chicas colegiales que estaban allí, se asustaron al verla llegar ante todo el desorden que había generado y con rostro de espanto huyeron de ella.

—¿Ehh? ¿Qué pasa aquí? —dijo ella en sí, viendo cómo la gente y algunas personas la veían muy extrañados y algunos murmuraban cosas.

Pero el ave chilló de repente y volvió a volar a otro sitio.

—¡Espera! ¡Ya te vi! ¡Oye no tan rápido!

la chica de ojos de felino se puso a correr entrando al parque.

—¡QUE ESTÁ DICIENDO USTED! ¡ESO NO ES CIERTO! ¡ES UN FALSO TESTIMONIO!

Dijo muy molesto el señor Nathan hablando en su celular con el jefe de la unidad de investigaciones especiales.

El gerente Laurev se quedó mirándolo muy tranquilo tomando su café y la secretaria Nika al alzar la voz se volvió de repente, sacando unos papeles..

El señor Nathan puso unos libros en su librería, luego escuchando lo que le decían, frunció su entrecejo mirando su ventana y dijo.

—¿Con sus amigos?...¡ba!. Mi hija no ha cometido tal cosa, ¡es una completa equivocación! Mire señor tengo cosas importantes que hacer… —dijo Nathan ya algo enfurecido.

Pero el jefe oficial siguió insistiendo.

—Mi hija ha sido bien criada. Está muy equivocado si voy a creerle eso ¡Esto no lo soporto!

Dijo el superintendente en su despacho principal, apagando su telecomunicador.

El señor Nathan se tocó la cabeza y resopló suspirando, cerrando sus ojos ya muy cansado por la labor del día.

El gerente Laurev se quedó viéndolo al superintendente, y vio que estaba muy agotado.

—¿Superintendente Nathan? disculpe…, ¿le puedo ayudar en algo?

De repente se oyó unos pasos que se acercaban a él, unos agentes policiales junto con el Sargento Mayor llegaron sin aviso alguno a su despacho. Entre el medio de ellos estaban los compañeros de Meghan y Meghan al centro de sus amigos.

Cuando oyó los pasos, el superintendente Nathan levantó la cabeza, y lo que vio lo hizo quedar enmudecido y completamente petrificado.

Sus ojos se quedaron clavados y desorbitados al ver, a su hija con las manos esposadas y con la cabeza cabizbaja con un rostro doloroso y penoso mantenía la cabeza así.

Con el rostro bañado en lágrimas secas, el padre de Meghan no salía de la impresión al ver a su única hija de esa manera, con la boca abierta muy sorprendido el superintendente no salía de dar crédito de lo que veía.

—Ehh... —dijo el sargento algo nervioso sin saber cómo responderle— super...

El sargento se limpió la garganta y exclamó.

—Superintendente, el jefe de la unidad de investigaciones especiales, me ha llamado personalmente para llevarles una noticia que…

Pero el superintendente Nathan estaba como ido, mirando a su hija con un rostro sorprendido y por el momento no escuchaba lo que le decía el sargento. El sargento mirándolos a ambos dijo.

—Mejor... Les dejo para que hablen ustedes dos.

Hubo un momento de silenció, pero Meghan de repente ya no soportó más y de nuevo se puso a llorar.

—Papá fue un error, mis amigos y yo no sabíamos que habíamos hecho escapar a una criatura extraña. Nosotros escuchamos una voz juvenil casi infantil en el almacén de la unidad de investigaciones especiales, y pensábamos que era una chica que se había extraviado y que necesitaba ayuda. La soltamos sin querer y fue un error. Luego pasó todo esto.

—¿¡Criatura extraña!? A ver un momento… Pe-pe-pero, ¿como dices? ¿Dónde estabas tú y tus compañeros? 

Dijo el señor Nathan muy asombrado. y atolondrado.

—Había ido a la unidad de investigaciones especiales, el señor Pande me ayudó a ir dónde estabas, pero al parecer ya te habías ido. 

—Y… y ¿qué hacías allá?.

—Papá, lo que pasa es que quería decirte que... lo siento por mi compartimiento del día de ayer, acerca de la fiesta, fue… una falta de respeto a ti, dándote la espalda.

—¡Oh! —exclamó la secretaria, muy sentida de lo que dijo.

Al escuchar esto sus amigos, se sintieron mal por un momento, recordando la futura fiesta que se iba a hacer.

El gerente se quedó con el rostro sorprendido y reflexivo, bajando su taza de café.

El señor Nathan puso un rostro muy triste viéndola que lloraba de nuevo muy amargamente y dolida.

—Hija, tú sabes que te quiero. Al fin al cabo era correcto lo que dijistes también, tu madre..

—Mi madre no se equivocó con estas cosas, yo si. Pensé en ayudar a la gente pues de eso se trata ni profesión. El de proteger.

Pero me equivoque, mis amigos también son de la misma vocación y hemos cometido un gran error, protegiendo a una criatura mitad humana y mitad animal que estaba en orden de captura.

—¿Liberaron a..? Un momento… ¿¡liberaron que!? ¡¿Liberaron a la criatura mitad humana mitad animal?!

Su hija aún con lágrimas en los ojos, lo miro muy angustiada y adolorida.

El señor Nathan sé quedó enmudeció con un nudo en la garganta y luego tratando de decir algo balbuceo tontamente.

—¡Santo cielo!

La secretaria y el gerente se quedaron muy sorprendidos viéndose ambos la cara.

—¿Una criatura? ¡Mitad que! ¿Como? —se dijeron ambos ayudantes del superintendente.

El señor Nathan mirando a su hija muy pasmado con los ojos muy abiertos sintió un temor y un descontrol que se notaba en su rostro y en sus movimientos. El señor Nathan se tocó el pecho por el nerviosismo que sentía y no sabia que hacer, con los ojos muy abiertos se puso una mano en la boca.

—Señor Nathan, estos jóvenes y su hija van a quedarse en la carceleta de la jefatura. Hasta que se les haga un dictamen contra ellos, por aquel incidente. Señor Nathan, le pido que me disculpe personalmente por lo que le digo, pero tenemos órdenes y hay que obedecerlas. la ley son iguales para todos.

El superintendente Nathan sé toco la cabeza apesadumbrado por todo lo que oía y ocurría.

—O sea si era cierto, lo que me decía el jefe oficial...

Dijo mirando perdidamente cabizbajo. Meghan miró con vergüenza a su padre por lo que estaba pasando miró a un lado.

Los dos ayudantes del superintendente se quedaron atónitos y asombrados viendo a aquellos dos en aquel incómodo momento.

—Descuida hija…, voy a hacer lo posible... para ayudarles en este asunto. —dijo el oficial Nathan, bajando un poco la cabeza con un aire de tristeza y confusión se hizo a un lado.

Meghan simplemente bajó la cabeza muy apesadumbrada de todo. Omah que veía todo también se quedó en completo silencio.

—Mayor.., que se haga lo que usted diga. —dijo el superintendente con una voz baja y quebradiza.

El sargento también sentido por esto, asintió.

Meghan con la cara llena de tristeza grito fuertemente.

—¡Papa! ¡Solo fue un error! ¡No lo sabíamos! ¡papá!

Pero el señor Nathan no se volvió a ver a su hija, pues dentro de él algo se estaba quebrando. Con vergüenza personal no dijo nada, la secretaria y el gerente se quedaron pasmados de golpe al verlo así.

Aquel parque en donde había entrado la chica de los colmillos, era un sitio agradable y recreativo para ciudad Azul. En aquel sitio muchas personas se esparcian y hacían deportes, caminatas, hasta ocio.

El Aguilucho surcó los aires volando en una suave velocidad, pero sin embargo esto causaba que muchas palomas y aves no carnívoras salieran volando por los alrededores muy confusas y temerosas, revoloteando alrededor de sus sitios sin sentido.

La chica de cola de cervatillo corría tras él, mientras la gente al verla pasar se quedaba muy atonita y curiosa por el aspecto de la criatura y su estrafalaria bata blanca de reclusa.

Niños y niñas como jóvenes y adultos se quedaron con la misma sensación de curiosidad y extrañeza al verla como corría hacia el pequeño lago artificial.

Y cuando ya llegaba allí, alrededor de aquel sitio se encontró con un zoológico en aquel parque.

Aquel zoológico no tenía barrotes metálicos, pero sí un contenedor plasmático que era casi transparente y que servía como celda.

Los más jóvenes al verla así, les parecía curioso y graciosa pues pensaban que estaba disfrazada de una manera muy ridícula y estrafalaria. Los niños se quedaban mirándola muy curiosos y algunos jóvenes, especialmente las chicas se reían de ella al verla así. 

Unas voces risibles decían.

—...¿se escapó de su jaula?.. jajaja

—...¿Está disfrazada en un zoológico?

—Que tipo de animal es… jajaja

Y al parecer ella no era consciente de esto.

Cuando ya llegaba corriendo a la entrada del zoológico, un gran león albino que descansaba tirado allí al verla correr se levantó de golpe de repente mirándola fijamente y luego levantó sus fauces al cielo y rugió tremendamente.

Las personas que vieron tal actitud del animal se quedaron anonadadas. Pues el animal actuo de una forma no natural y corriente.

Grande fue su rugido que se extendió por todo el parque. Un rugido majestuoso y poderoso, que la gente se quedó sorprendida de repente, pues el león muy pocas veces rugía y cuando rugía era suave y ronco.

Sorprendidos, la gente se quedó aún más atónita al ver que la chica extraña se detienia viéndolo y león igualmente lo hacía.

El león con una expresión poderosa, real, salvaje y furibunda, miró directamente a la chica.

Ella se quedó viéndolo, pues sus ojos iban directo a ella.

Los animales que estaban allí al escuchar su rugido, de repente empezaron a chillar, ulular, piar, bramar, cantar, rebuznar, graznar, rugir y causar tal escándalo y alboroto en sus jaulas que parecía que los animales se habían enloquecido.

Las personas que estaban allí, al ver esto se asustaron tremendamente, viendo a los monos alborotados, a las aves enloquecidas, los caballos golpeando el suelo con sus pezuñas, incluso los mamíferos pequeños estaban muy nerviosos. Incluso los insectos de todo tipo salieron de sus escondites muy excitados. Y hasta los peces se empezaron a comportar extraños, en el acuario como el lago, empezaron a saltar de emocionados.

 La gente gritó de temor al presenciar esto.

—¡Qué está pasando! 

—¡Qué es lo que ocurre!

—Los animales están enloquecidos.

Exclamaron las personas, viendo algunas personas correr y hasta gritar de temor.

Los niños más pequeños se asustaron y empezaron a llorar. Los hombres y mujeres atontados corrieron de miedo en todo el zoológico.

La gente que estaba cerca de la chica extraña se quedaron atontados al verla que el gran león la miraba fijamente.

Ella simplemente se quedó viéndolo con temor pues clavó sus ojos en ella y parecía más bien una mirada más humana.

—Lo siento…, disculpa… ya me voy. —dijo ella asustada.

Pero el león rugió de nuevo, y esta vez embestía la jaula plasmática, pero se golpeaba solamente, y así lo hizo de nuevo una y otra vez embistiendo con tal fuerza que no parecía ya de un león normal y corriente.

Algo estaba ocurriendo, que los animales fueron afectados. El león albino rugió esta vez de coraje y algo anómalo ocurrió, sus ojos empezaron a emitir una fosforescencia brillante natural y dio un gran salto embistiendo todo.

—¡Ahhhhhhh!

Exclamaron aterrados todos los presentes al ver que la criatura rompió la protección plasmática, generando descargas eléctricas y un resplandor luminoso que luego empezó a consumirse en fuego.

El león caminó suavemente directamente a la chica extraña, la joven al verlo se quedó asustada y tembló de miedo.

—¡Ya me voy! ¡No sabía que era tu territorio!. Lo siento señor. Ya me retiro.

Pero el león la veía muy poderoso y majestuoso, y le rugió fuertemente.

La chica extraña dio un grito muy asustada, retrocedió dando unos pasos hacia atrás mirando con terror al león y se volvió atrás para correr.