El león rugió nuevamente, y de repente la bestia se abalanzó saltando hacia la chica de orejas de zorro, el león dio un salto tan alto que se interpuso al frente de la joven.
Ella al verlo de nuevo al frente de ella, lo miró dando un grito ahogado.
El león de nuevo al verla se puso de nuevo a dar brincos de aquí para allá, con mucha fuerza y energía, mientras la chica de la cola de cervatillo miraba muy horrorizada y algo atónita tal comportamiento.
Las personas que estaban allí, tanto de cerca como de lejos, gritaron de terror y horror cuando el león empezó a correr girando alrededor de ella.
Pues aquella bestia al correr daba una sensación violenta y muy fiera a la chica de ojos de felino.
El león correteaba de aquí para allá, haciendo que la chica se quedara en el centro junto con el león, ella al verlo jadeante y feroz se tapó los ojos con las manos.
El león entonces rugió tremendamente como trueno, y fue directamente hacia la chica.
Las personas gritaron espantadas y horrorizadas escondidas en sus sitios viendo como el león bajó la cabeza y la empujó hacia arriba con tal violencia que el grito de la chica y la gente que estaba allí se hicieron al unísono.
La chica de los ojos turquesa voló por los aires y justo cuando caía el león se interpuso cayendo en el lomo del animal.
Y cuando lo hizo el león empezó a corretear de aquí para allá, la chica con temor se cogió con fuerza en su melena.
Y el león dio otro rugido y se lanzó hacia dentro del zoológico.
Las personas allí escondidas se quedaron atolondradas, viendo como aquel gigante león se llevaba a la chica en su lomo.
Los animales en sus jaulas enloquecieron de una vez por todas viendo aquella bestia correr ágilmente por el camino, el león corría apresuradamente viendo cómo las personas se hacían un lado corriendo, como algunos que se lanzaban tirándose al piso por otro lado muy asustados.
Gritos y voces enloquecidas exclamaron viendo a aquel león que recorría ágilmente por todo aquel zoológico, causando tal alboroto que la policía al ver esto se quedó completamente estupefacta, viendo que en el lomo de dicho animal, la chica de orejas de zorro se aferraba a su melena con los ojos cerrados, incluso ella parecía gritar.
El león dio un gran salto y escapó por la reja de separación con el parque ingresando a un sitio donde habían muchos árboles, flores y arbustos, donde muchas personas de toda índole descansaban, hacían caminatas y algunos un picnic.
El león sin importarle nada ni hacer daño a nadie, simplemente su presencia y poder hizo que la gente que estaba allí gritará conmocionada de horror, pues el gran león albino corría con toda potencia muy similar a la de una caza de gacela.
Creando otro alboroto más, la gente se escondió, y en todo ese jaleo, muchas cosas se cayeron al piso, se rompieron, se cayeron y salieron despavoridas todas las personas escapando de aquel animal.
La chica de orejas de zorro, abrió los ojos de repente y se reincorporó un poco en el lomo del animal.
Ella se puso a ver cómo la gente escapaba de aquí para allá gritando enloquecidas, mientras ella estaba algo confundida y con temor viendo todo este desastre.
El león recorría fácilmente todo aquel lugar llegando sin dar aviso a un parque de diversiones.
Allí mucha gente al ver al león se quedaron sorprendidas de terror, y muchas personas se lanzaron a la laguna artificial que estaba allí.
¡Que gran desorden y caos se generó en aquel sitio! Mucha gente asustada hacían cosas para salvar su vida.
Muchos niños y bebés empezaron a llorar, como en otros a quedarse muy sorprendidos viendo eso.
La chica de las garras, veía ya algo controlada, como aquel león rebasaba todo con gran precisión, sin hacer daño a nadie. Ni siquiera empujaba o embestía a nadie, eran las personas por el temor que hacían tales cosas.
El león atravesó una carpa de circo en su camino, la chica de orejas de zorro se quedó muy asombrada viendo lo que ocurría, sin saber qué decir o hacer se incorporó un poco más. Y al hacerlo la gente al ver al animal, se levantó aterrada del estrado, mientras el director de circo se quedó congelado viéndolo como aquel animal se dirigía al otro lado.
Un carro de policía yacía allí cerca del sitio, mientras unos oficiales compraban unos helados.
De repente, ante tanto grito y bullicio, se quedaron sorprendidos.
—¿Pero qué está ocurriendo?, me parece que escucho gritos —dijo uno de ellos
—Seguro…, viene del circo y a los niños les encanta ver a unos gatos saltarines con unos perritos enanos, son la sensación del momento.
—Ah vaya…que cosas. jaja. Perros enanos —dijo el otro oficial
—¡Pero qué demonios es eso! —gritó el anciano heladero haciéndose a un lado muy asustado ocultándose detrás de un árbol.
La gente que estaba cerca gritó asustada corriendo y tratando de ocultarse
Los policías cogiendo cada uno su helado miraron a la gente que se ocultaba con temor. Y luego de repente se miraron ambos la cara.
Un fuerte rugido y unas pisadas poderosas iban por el camino de el león, los policías al verlo venir con tal agilidad se quedaron petrificados viendo al animal, luego encima de él, a la chica de orejas de zorro que los veía algo asustada y aterrada.
—¡Cuidado! —grito la chica de cola de venado.
Los policías abrieron la boca muy asustados, haciendo caer sus helados al suelo.
Y se echaron a gritar y se lanzaron al piso.
El león saltó encima de ellos y se dirigió por otro camino.
Los policías se volvieron y sacaron su radio dispositivo y exclamaron.
—¡Base cuarenta y cinco! ¡Base cuarenta y cinco! ¡respondan!
—¡Base cuarenta y cinco! Recibido.
—¡¡Un león junto con una chica!! ¡¡Un león junto con una chica!!
—¡¿cómo dice?!
El inspector había salido de la jefatura, junto con su secretaria y su gerente y caminaban por las calles de aquella ciudad.
Mientras caminaban el señor Nathan parecía desterrado y callado. Avanzaba en silencio como si la confusión y la pena del alma le pesaran.
El gerente también callado miraba muy curioso a la secretaria, la secretaria callada también miraba de reojo al señor Nathan, pero tampoco decía nada.
Después de una breve caminata, se detuvo.
Los dos acompañantes también se detuvieron de repente.
La secretaria se quedó viéndolo por la espalda, como él se había quedado así.
El solo bajó su cabeza.
—Señor… Nathan. Desea que le ayudemos en algo. —dijo la secretaria mirándolo muy curiosa.
Pero no recibió respuesta inmediata, luego de un rato dijo, sin volverse.
—Muchas gracias por todo. Pero de aquí, puedo irme solo. Gracias.
—¿Señor Nathan? ¿pero?... —insistió la secretaria, pero el gerente le tocó el hombro mirandola serenamente, y en silencio él asintió.
El inspector Nathan, camino de repente sin volverse.
Sus dos compañeros se quedaron atónitos, la secretaría sabía que se sentía mal, y lo era por lo que su hija había pasado.
—¡Qué está diciendo! ¡Pero qué dice! —dijo la inspectora Avanna algo ya perdiendo la compostura— ¡Esto es para no creérselo! ¡Cómo es que pasó esto! ¡como! ¡No entiendo cómo escapó esa criatura con tanta seguridad aquí! ¡Esto es inaudito!
El jefe de la unidad de investigaciones especiales, simplemente bajó su pipa y cerró los ojos.
—Mi inspectora real, con suma delicadeza lo tengo que decir. Pero al parecer la celda donde estaba la criatura fue forzada por unos jóvenes en el almacén de este recinto.
—¿¡Unos jóvenes!? ¡Pero cómo así! ¡¿simplemente unos jóvenes?! ¿¿Así nada más??.
—Es así mi inspectora, lo que sabemos es por medio de grabaciones de seguridad que aquellos jóvenes, son un grupo de cuatro aprendices de Protector. A lo que voy es que al parecer en las grabaciones, estos jóvenes con el espíritu justiciero hicieron liberar a la criatura, pero al parecer pensaban que era una chica cualquiera atrapada en unos de los artefactos de aquel lugar, sin pensar que era aquella "cosa".
—¿Aprendices de protector? ¡Entonces! ¡Recibirán todo el reglamento de la ley en contra de lo que hicieron! ¡No es correcto para el futuro de un Protector! ¡¡Hacer tales cosas sin dar aviso a la seguridad competente! ¡Que les caiga todo el peso de la ley!
El anciano vestido con un terno algo añejo, la miró y resopló su tabaco por un lado.
—...La hija del superintendente está implicada en esto, mi ilustrísima dama.
Los ojos de la inspectora Avanna se quedaron en shock de repente.
El aguilucho extendía sus alas en el cielo, mientras los rayos del sol lo cubrían majestuosamente, el ave aleteó suavemente y cayó en picada hacia abajo de él, y algunas palomas que estaban allí se asustaron y empezaron a volar de repente muy asustadas generando un vuelo alborotado de aquellas aves. El aguilucho bajó a toda velocidad hasta llegar a los aires de la calle principal de la ciudad de Krea. Aquel lugar era un punto especial que conectaba a todas las demás avenidas.
Aquel sitio era un lugar turístico y artístico de toda aquella ciudad, era un extenso boulevard donde habían restaurantes, museos, teatros, y edificios comerciales.
El ave surcó los aires de aquel lugar aleteando, mientras debajo de él mucha gente aterrorizada y conmocionada iba de un sitio a otro, asustados dejaban lo que tenían y se escondían tras cualquier cosa. Y un gran caos se armó en el boulevard central de ciudad Azul.
—¡Un leóoon! —exclamaron asustados algunas personas.
—¡Santo cielo!
—¡ahhhhh!
El león corría tan aprisa ante los ojos de los ciudadanos, pero nunca causaba un empujón ni una embestida a nadie. La chica de las orejas de zorro, veía todo tan rápidamente y hasta a veces ella cerraba los ojos y daba un grito de temor cuando el león hacía sus saltos y rebasaba con tal prodigio, a personas y cosas.
Todas las aves enloquecidas fueron volando en torno a toda esa calle.
Mientras muchas personas ingresaban a las tiendas, haciendo caer y resbalar muchas cosas.
Unos perritos pequeños se escondieron de temor ante el majestuoso león.
Unos ingenieros de energías, se escondieron lanzándose en una de sus obras.
Unos enamorados salieron corriendo cada uno por su lado.
Y unos jóvenes en scooters se quedaron con temor viendo como la chica y el león pasaban.
—¡Ay lo siento! ¡Lo sientooo! —exclamó la chica de orejas de zorro.
—¿Ves lo que veo? ¡una chica montada en un animal! —dijeron unos adolescentes escondiéndose tras un muro.
Un fotógrafo se quedó impresionado tomando fotos del animal.
Un poeta tomando un licor, se levanto los anteojos negros viendo con sorpresa todo.
Unas chicas adolescente de colegio gritaron sorprendidas metiéndose como locas a los buses que estaban cerca de ellas.
La gente en el edificio se volvió a la calle, muy sorprendida viendo lo que ocurría.
—¡Qué está pasando!
—¡Increible!
—¡Mamá mira un león!
—¡Cielos qué es eso!
Dentro de los buses suspendidos en el aire, muchas personas se acercaron a la ventana exclamando muy sorprendidas y asustadas, viendo como el león corria tan veloz como el bus y como las personas afuera en la calle, gritaban como locas e iban de aquí para allá, lanzandose y tratándose de esconderse del animal
La chica de ojos de felino se volvió a ver a su costado, mientras los pasajeros del bus contiguo se quedaron estupefactos viendola.
—¡Ahh!
—¡Mamá mira una chica con orejas de zorro!
—¡¡Una chica está encima del león!!
—¡Increible!
Un niño pequeño al ver a la chica le saludó moviendo su mano. Mientras la madre se quedó impactada viéndola.
Pero la chica al ver a las personas en el bus, ella simplemente se sonrojo y les levantó la mano y los saludó dándoles una sonrisa amigable a todos.
La gente se quedó impactada, incluso algunos por la sorpresa también levantaron la mano saludándola.
Mientras la gente iba de aquí para allá aterrada, el león de repente, cambió de ruta y se volvió por otra calle, dando un gran salto rebasando unos autos detenidos y subiendo encima de unos y bajando hacia el otro extremo.
Unos niños al ver al león junto con la chica dar un gran salto, dentro de unos autos se quedaron asombrados coreando todos un ¡Waooo!
—¡Hay una chica encima del león!
—¡Lo está cabalgando!
—No puede ser
—¡Esto es de locos!
Mientras tanto, las alarmas dentro de la jefatura de policía eran invadidas por muchas llamadas de auxilio y de ayuda.
Los encargados de las llamadas empezaron a saturarse de avisos y mensajes de ayuda.
Los administradores iban de aquí para allá sorprendidos por las llamadas que sucedían.
Un administrador corrió para darle aviso al Sargento Mayor de todas estas noticias.
—Pero ¿Qué dice usted?, un león blanco gigante se ha escapado del zoológico y anda por las calles de Krea teniendo a una chica de orejas de zorro encima. ¿¡Pero qué es todo esto que me están diciendo!?
—Mayor, venga a la sala de vigilancia señor, ¡es algo que está fuera de sí! ¡Y es sorprendente!
Y cuando el sargento Mayor llegó a aquella sala, las personas allí estaban completamente alteradas.
—...¡La chica con el león se dirige a la avenida veintidós!.
—¡¡Esto es algo insólito!! ¡Increíble!.
—¿Es mi imaginación?. ¿¡Pero la chica tiene orejas de zorro de verdad!?
—Acerca más la visión.
Cuando el Sargento Mayor entró, al lugar se quedó completamente sorprendido viendo las imágenes de un león corriendo junto con la chica montada en él en las calles de ciudad Azul.
El sargento Mayor muy sorprendido no salía de su asombro viendo la imagen.
—¡Sargento Mayor! ¡Estamos a sus ordenes!
El superintendente Nathan estaba cerca de un centro comercial y de repente su telecomunicador empezó a brillar sujeto en su muñeca.
El oficial vio que era del sargento Mayor, pero como estaba abrumado todavía por todo lo que había pasado suspiro cansado y le contestó.
—Sargento Mayor le escuchó. —dijo con una voz cansada.
—¡Superintendente Nathan! ¡No va a creer lo que le voy a decir! ¡Necesito su orden total para desplegar a las fuerzas policiales!
—Cual es el problema —dijo el señor Nathan algo aburrido.
—¡Una chica con orejas de zorro y un gran león blanco están creando un total caos en la ciudad! ¡Hay un gran desorden pues el león corre sobre toda la ciudad de Krea espantando a la gente!
—¿Y la chica?
—¡Ella está montando aquel animal! ¡Señor Nathan necesito su orden total para desplegar las fuerzas policiales!
De repente la gente en aquel sitio empezó a gritar como loca a su alrededor, exclamando.
—¡Allí viene!
—¡Oh cielos!
—¡¡Ahhh!!
—¿Cómo dice? Por favor hable más alto, —dijo el superintendente
—¡Que necesito su orden…!
—¡Rayos! No escucho nada en tanto jaleo que pasa.
El superintendente se volvió a mirar a la gente, y luego se volteó para atrás y se quedó mirando de frente quedando con los ojos muy abiertos, abriendo la boca muy extasiado.
El superintendente se quedó congelado viendo al gran león blanco que venía directo a él y no solo eso también a la chica de orejas de zorro que lo veía muy asustada en el camino.
—¡Señorrr! ¡Tenga cuidado! —exclamó la chica de cola de cervatillo al verla.
Pero el hombre se quedó extasiado viéndola allí montada, y el león dio un salto encima de él, el señor Nathan cayó al piso sacando un arma.
Pero el animal fue más rápido dirigiéndose por unas escalinatas al centro comercial.
—¡¡Señor Nathan se encuentra bien!! —exclamó el sargento Mayor.
—¡Sargento Mayor! ¡De toda potestad a las fuerzas policiales para la captura del león y la chica!
—¡No es posible! ¡Esto es algo inaudito! ¡Imposible! ¡Qué dirá el emperador de todo esto! ¡No!—exclamó la inspectora golpeando la mesa mientras escuchaba las noticias viendo en que todos los canales de televisión, pasaban lo que estaba ocurriendo en las calles de Krea.
El alcalde se había quedado muy sorprendido de todo esto y no sabia que decir.
—Señor alcalde deme permiso para darle captura inmediata, en el nombre del emperador. —dijo ella mirándolo muy molesta.
—¿Eh? ¡Claro! ¡Porque no! ¿pero? ¿adonde va? Ya las fuerzas policiales están en camino. —dijo el alcalde dejando su copa de vino.
—No voy a esperar a que sus oficiales la capturen, son muy lentos iré personalmente.
—¿¡Eh!? —exclamó el alcalde— ¿Pero qué va hacer?
Dijo el alcalde muy curioso viéndola como ella y sus colaboradores se retiraban de allí,
Mientras tanto Meghan sentada, junto con sus amigos en la carceleta de la jefatura de policía, escuchaban algunas exclamaciones de las noticias que pasaban.
Omah miró a sus amigos y todos ellos estaban callados e idos, algunos tratando de descansar y con los ojos cerrados.
Él miró a su amiga Meghan y se sintió mal por ella.
—Meghan… disculpame por favor…, fue mi error haber traído esta tragedia…
—No digas cosas así Omah —dijo ella algo serena— Además todos estamos involucrados en esto. Y lo estamos pasando juntos. En las buenas y en las malas.
Kariela bajo sus manos y Kevin echado en su camilla dijo.
—Si es cierto… Hasta en eso, quizás no tengamos una fiesta…, pero estamos unidos en esto. Quien se lo iba a imaginar. Y… ¿tú qué dices Kariela?
La chica en silencio se había quedado y levantó los ojos a todos y luego volvió a estar así.
—Me pregunto… ¿Por qué esa chica disfrazada es una amenaza? ¿Qué puede hacer una chica de catorce años encerrada en una celda y causar tanto problema y alboroto?
Kevin levantó el dedo, pero luego lo bajó y se tocó la cabeza sin saber qué decir.
Kariela la chica que tenía su pelo color naranja oscuro y una trenza se tapó la cara de cansancio y se sobo los ojos y escapándole una lágrima de los ojos.
—No te preocupes Kariela, mi papá sabrá cómo sacarnos de aquí…, además no somos criminales. Ya lo verás. Tengo la fe.
La gente dentro del centro comercial, corría de aquí para allá, asombrados viendo a la chica de orejas de zorro montando aquel gigante león.
Los policías allí adentro dispararon proyectiles de desarme, pero ninguno llegaba a tocar a aquel animal y a la chica.
El león y la chica pasaban por un corredor donde alrededor de aquel sitio vendian desde ropa, aparatos, maquillaje, zapatos, libros, hasta comidas.
Y la gente al ver pasar a ambos, se quedaban completamente asombrados y asustados mientras algunos jóvenes y adultos arriba se quedaban viendola, mientras unos decían ¡Asombroso!
La gente de un comedor comercial se escondieron debajo de sus mesas, mientras algunos ingresaban aterrorizados a las tiendas.
La chica exclamó
—Lo siento amigos, ¡no sé lo que está pasando!.
—¡Una chica encima de un león! —exclamaron las personas allí
—¡Ahhhh! —gritó una mujer
—¡Corran por sus vidas!
—¡Ahhhh!
Unos iban como locos subiendo las escaleras, hasta algunos se metían en el baño con tal de escapar, mientras los jóvenes sorprendidos tomaban fotos y lo grababan todo.
—¡¡Perdonenme!! ¡Lo siento!
Muchos trabajadores de las tiendas tanto mujeres como varones se quedaron absortos mientras por el miedo empezaron a hacer cosas sin sentido, por el temor.
La chica de orejas de zorro, vio asustada como un hombre enloquecido se metió dentro de un tacho de basura.
—¡¡Ohh!! —exclamó la chica de cola de cervatillo.
—¡Waooo! ¡Esto es sorprendente! ¡Mira la gente! —exclamaron unos jóvenes deleitándose de aquella escena.
—¡Graba esto!
El superintendente subiendo a un auto policial comandaba el despliegue policial mientras conversaba con el sargento Mayor.
—Superintendente…cuando capturemos a la chica y el león, ¿que hacemos?
El superintendente Nathan pensando profundamente dijo.
—Maten al león y maten a la chica también.
—¿¡A la chica!? —respondió sorprendido el Mayor— ¿pero? ¡Pero eso va en contra de nuestra ley!
—Es una orden…
—¡ohhh!
Al señor Nathan, algo había cambiado en su mirada y algo había cambiado en sí. Tenía un aire oscuro y malvado.
Los policías recorrieron con sus autos todas las calles y la policía se desplegó por todas las calles de ciudad Azul. Ya el sol estaba cayendo y la noticia del león y la chica se extendió por toda la ciudad incluso por los pueblos aledaños.
Muchas personas en la calle hablaban de lo que había pasado y de lo que habían visto.
Y era todo un polvorín de exclamaciones, risas y sorpresas de lo que había sucedido en toda la población, desde los más niños que fantaseaban, jóvenes que se quedaron admirados y hasta adultos que no salían de la impresión.
—¿Acaso se han escapado de un circo?
—¿Quién es esa chica disfrazada de zorro?
—¡Qué cosa más bizarra hemos visto!
—La chica monta a un león… eso es algo irreal.
—Parece un sueño.
Se decían muy sorprendidos como extasiados de lo que unos habían visto.
Pero el león era insaciable al correr y había llegado a un sitio importante de la ciudad de Krea, al pórtico de la victoria. Que era un monumento de alguna guerra de tiempos pasados que habían tenido. Y el león se lanzó hacia ella. Pero la policía ya lo seguía.
El león hacía que la gente corriera de temor, así que el animal dio un salto empezó a correr encima de los autos y autobuses a la vista de toda la población.
La chica de orejas de zorro, no se imaginaba la fuerza y potencia de aquella criatura.
Pero los policías se habían juntado con sus autos y sus armas apuntando al gigante animal, pero fue en vano.
—¡fuego!
El león dio un salto y esquivó como si nada los proyectiles eléctricos, haciendo que los policías se quedaran atontados y el animal escapó entre los autos dirigiéndose al monumento.
La chica de orejas de zorro bajó la cabeza, cerró los ojos y gritó de miedo agarrándose de la melena del animal.
Un dibujante y pintor al ver al león impulsarse dando un salto con la chica montada se quedó mirando con gran expectación todo.
La gente que se hallaba en los pies del gigantesco monumento se quedaron absortos y asustados como la policía de nuevo hacia una columna de agentes armados y empezaron a disparar, pero nada.
El león volvió a impulsarse y entró a los pies del monumento donde empezaba una gran alameda central de ciudad Azul
Unos músicos con sus guitarras eléctricas y sus baterías tocaban en un pequeño estrado donde unos potentes parlantes hacían salir unos sonidos potentes y épicos.
Y al ver a la gente que corría y se tiraba a la fuente de las aguas de aquel lugar, se quedaron emocionados al ver eso.
Y entonces empezaron a rolear a lo grande con sus guitarras, su coro, sus teclados y su potente batería.
Y para remediar la paz, el león apareció corriendo y encima de él la chica de cola de venado.
Al ocurrir esto los músicos empezaron a tocar aún más alocadamente y épicamente.
La chica de ojos de felino, preguntó al león
—¿¡Oye!? ¡A dónde te estás dirigiendo!
Pero el león, pues era un animal siguió en su interminable carrera. Pero en esas otra columna de agentes empezó a disparar al león, el león hizo lo mismo pero esta vez un proyectil le cayó en la pata.
El león rugió de dolor y se volcó hacia adelante haciendo que la chica de ojos turquesa gritara y saliera volando por los aires hacia delante despedía por el impulso del animal cayendo justo a las aguas de una fuente.
—¡Ohhhhh! —exclamaron la gente escondida a su alrededor y también algunos que la grababan.
—¡Le dieron!
Dijeron desconcertados todos.
Pero el León rugió de nuevo y los policías armados se fueron contra él.
La chica emergió de las aguas muy asustada, viendo cómo los policías disparaban contra el gran león. Ella al ver esto, puso un rostro de horror y dolor.
—¡Por qué le están haciendo eso! ¡Él no ha hecho nada malo! ¡No! —dijo ella empezando a llorar viendo como al león lo envolvían en unas redes.
Luego ella al ver esto se salió de la pileta y corrió perdida caminando en la vereda de la alameda, corriendo entre los arbustos.
EL aguilucho chillo en los cielos y se colocó en una rama cerca de un árbol.
—¡Atrapenla ya de una vez! ¡Y cuando la vean! ¡disparen a matar! ¡Son órdenes del superintendente Nathan!
—¿Matar? —dijeron unos.
—¡A la orden! —exclamaron los oficiales cambiando el proyectil de desarme, por el de ataque en sus armas.
La chica de orejas de zorro corría con el cuerpo humedecido muy asustada, ella era ágil pero no tanto como el león.
Ella con mucho temor en el corazón corría por su vida.
Mientras algunas personas allí cercanas se quedaban atónitas viéndola así.
Unos agentes muy adelante de ella hicieron una columna colocandose en posición. Mientras recibían de sus audífonos la orden de muerte.
Cuando la chica de orejas de zorro corría se tropezó y cayó de bruces al suelo, golpeándose fuertemente el cuerpo.
Ella escuchó unas voces que vociferaban terriblemente el punto donde se encontraba la chica, así que ella simplemente gateó hacia una estatua donde había una escultura de una familia.
Los policías armados y en columna se acercaron a ella.
La chica de cola de cervatillo estaba acurrucada en la base de aquella estatua.
Y allí adolorida cerraba sus ojos por el dolor, ella al ver que ya se acercaban y decían. "Orden de muerte"
La chica abrió los ojos llenos de lágrimas y miró el cielo de repente, miro las nubes, el firmamento azul y el sol del atardecer que brillaba intensamente. Así estuvo un rato, y dentro de su alma, desde lo más profundo de su corazón dijo.
—Señor de los cielos…, te doy mi corazón. Tengo miedo, pero que se haga tu voluntad.
La chica de orejas de zorro al ver el intenso rayo de sol que venía de aquel astro celeste, sus ojos humedecidos por sus lágrimas el brillo solar se difuminaba en su visión. Allí ella mirando la luz se quedó. Pero de repente sin aviso alguno una chispa de luz solar vino desde el sol hacia ella, y golpeó sus ojos.
Algo extraño ocurrió, un fuego ardiente espiritual se cernío en ella, mientras la chica de ojos turquesa sentía como aquel fuego luminoso multicolor, ingresaba de sus ojos hasta su mente disipando todo pensamiento de opresión que tenia y poco a poco empezaba a arder en su corazón.
Ella gimió adolorida cuando sintió que el rayo de luz abrasador llegó a su corazón, se tocó con las manos el pecho, pues parecía que su corazón iba a estallar. Ella abrió los ojos de golpe muy abiertos.
De repente, por una fuerza sobrenatural, la luz ardiente se extendió hasta sus pies.
Ella se levantó por la fuerza que lo mantenía y abrió los ojos de repente aun con lágrimas en los ojos.
Aún en su corazón sentía aquel fuego intenso que le hacía doler pero a la vez en la misma proporción sentía amor.
De repente ella se quedó sorprendida por aquella fuerza santa que había salido de su corazón y también se dio cuenta que sus pies estaban movidas por una fuerza santa que empezaron a golpear el suelo repetidamente.
Su cuerpo parecía encendido de un brillo curioso similar al sol.
Ella se quedó atónita ante esto, pues sus pies pateaban en un mismo sitio aceleradamente, cuando de repente aquel fuego de su corazón se apoderó de sus manos.
—¡¡ALLÍ ESTÁ! ¡FUEGOO!
Ella al escuchar esto se asustó tremendamente, se tapó los ojos y se lanzó a correr, pero de repente.
El cuerpo de la chica brillo de luz, y un gran destello luminoso como el arco iris y con centellas eléctricas dejó en el camino, colocándola a varios metros de ellos.
Los policías dispararon pero se quedaron completamente aturdidos.
—¡¿Qué?! —exclamaron
—¡¿Qué ocurrió?!
La gente que había presenciado esto se quedaron con la boca abierta.
Ella abrió los ojos de repente muy aturdida y bajó las manos como si nada hubiera pasado.
Luego ella de repente se desplomó en un jardín de flores.
—¡Ella está allá! ¡Atrapenla!
—¡Rápido!
—¡Pero cómo pasó esto!
Exclamaron unos agentes acercándose para disparar.
—¡Ah! ¡la quieren matar!
—¡Oh! ¡pero! ¡porque!
Dijeron los ciudadanos viendo esto.
Ella se levantó, miró a los agentes mientras ellos se acercaban a disparar.
Pero ella al ver esto se asustó de nuevo, viéndolos muy aterrada y simplemente se impulsó de miedo, cerrando sus ojos como si quisiera correr normalmente.
Y un estruendo eléctrico se escuchó esta vez a los ojos de niños, jóvenes, adultos y ancianos, dejando un haz de rastro luminoso centelleante, pero esta vez la chica se detuvo encima de un árbol.
—¡ohhhh! ¡Está allí!
—Increible
Exclamaron las personas en aquel lugar viéndola.
—¡Ahhh! —exclamó ella encima de aquel árbol mientras ella trataba de sostenerse con los pies.
—¡Disparen!
Pero ella cerró los ojos asustada, y ocurrió lo mismo.
—¡increíble tiene poderes!
—¡Esto es sorprendente!
La chica de orejas de zorro había llegado sin querer hacia el piso de un edificio donde era un restaurante cayéndose de bruces al suelo.
Los comensales al verla se quedaron atónitos y sorprendidos al ver tal luz y centellas.
Ella se levantó como si nada en el suelo, impulsada por la fuerza del fuego santo que salía de su corazón.
—¿Eh? ¡Lo siento! Ya me retiro.. Disculpen las molestias. Buen provecho.
La chica de nuevo se impuso de nuevo para correr y dio un salto por la ventana de donde vino y un destello eléctrico dejó a su paso.
—¡ohhhh! —exclamaron todos sorprendidos y admirados, igualmente la gente que estaba afuera.
Cuando ella hizo esto cayó de repente encima de un bus en movimiento, cayendo luego arrodillada torpemente.
La gente al verla se quedó conmocionada exclamando todos un ¡ohhhh!
—¡Es la chica otra vez!
—¡Hay una chica encima de un bus!
—¡Pero qué está pasando!
Unos policías gritaron
—¡Allí está! ¡Que no se escape!
Pero ella de nuevo lo hizo, cerró sus ojos y un estruendo eléctrico se escuchó, dejando centellas eléctricas y un haz luminoso como el arco iris a su paso. Y ella como si fuera un saltamontes iba hacia otro bus en bus, pasando muchas cuadras atrás, luego a algunos balcones, después, a un edificio donde se topó con una señora que le hizo caer el biberón a su bebe por la velocidad. La señora al verla se asustó y el bebe empezó a llorar.
La chica de las orejas de zorro se levantó del suelo y le levantó el biberón y se lo dio a la señora..
—¡Oiga! ¡Lo siento! ¡Disculpe! —dijo ella
—¡Oh! —exclamó la señora
Luego de eso, cerró los ojos y los puños, poniendo una expresión de pujar y pataleo en suelo y otra vez se alzó como un rayo de luz.
Pero en todos ellos siempre caía al piso y hasta se tropezó directamente con un anuncio publicitario de gaseosas, directamente de cara al panel, pero al parecer la luz ardiente la mantenía, cayendo sentada por atrás, pues parecía que todavía no controlaba su velocidad.
—¡Allí está!
—¡Es algo asombroso!
Una cadena de televisión que estaba allí de repente la captó, mientras la reportera exclamaba mientras los grabadores apuntaban con sus cámaras allá arriba
—¡Habitantes de Ciudad Azul! ¡Esto es una locura! ¡Aquí justamentente a nuestros ojos, está la chica con orejas de zorro volando como si fuera un destello de luz! —exclamó la periodista muy acalorada.
La chica extraña se quedó allí con miedo, mirando a todos.
—¡Está arriba!
—¡¡Cómo lo hace!!
—¡Esto es una locura!
De repente unos helicópteros policiales se acercaron, mientras unos agentes policiales con sus armas le apuntaban desde abajo.
La periodista sorprendida por esto gritó.
—¡Cuidado chica zorro! ¡Huye! —grito la periodista viendo como el helicóptero daba vueltas en torno ella.
De repente un tiro de los agentes falló y luego otro, la chica de cola de cervatillo se asustó de nuevo, cerró sus ojos y pateó varias veces el suelo.
Una luz intensa como la luz del sol dejó a su paso, rebasando a los helicópteros automáticos, quedando su inteligencia artificial atrás.
Luego pasó a un semáforo donde casi se cae pero, la fuerza santa la impulsó hacia el tejado de un edificio, donde muchas aves salieron volando de allí ocultas en un pequeña antena, ella se agarró fuertemente de allí viendo atontada la luz de astro del atardecer ya se cernía allí, ella de repente se quedo viendo al sol que iluminaba su rostro con bellos rayos cálidos y ella al parecer puso una cara contenta.
—No se lo que hicistes, pero… se que no soy yo…. Gracias… amado mio. Te amo.
Y ella se quedó viendo desde esa altura la gran ciudad Azul, mirando lo vasto que era esa ciudad.
Pero los helicópteros automáticos la siguieron tratando de dispararle.
La gente se quedó pasmada y quedaron en silencio viendo, como la chica iba de un lado a otro erráticamente.
Mientras otros al verla se llenaban de emoción y desconcierto.
—¡Sorprendente!
—Maravilloso..
La inspectora Avanna desde su nave había localizado a la chica, pero al ver que la chica parecía teletransportarse de un lugar a otro dejando un destello luminoso como el arco iris como si fuera un rayo. Se quedó atónita viendo esto.
—Imposible… No puede ser. Esto no puede estar pasando.
Dijo la mujer con los ojos muy abiertos y sorprendida.
La chica de orejas de zorro, ya un poco más suelta, empezó a tomar confianza y empezó a correr normal entre los edificios, haciendo sus acrobacias, saltando, rebasando y escalando las terrazas de los techos de los diversos edificios, mientras los helicópteros automáticos la persiguen pero era inutil
Un adolescente que veía esto se quedó sorprendido cuando llegó la chica de los ojos de felinos caer a su balcón, tropezando con él de repente.
—¡oh! —exclamó el chico viéndola en el suelo— ¿está bien?
—¡Ay lo siento! Disculpa ya me voy! —dijo ella levantándose de repente.
—¡Espera!...
—¿uh? —dijo la chica
—¿Cómo te llamas?
—¿cómo me llamo?... ¿Mi nombre?... ¡oh! —la chica se quedó estupefacta por un momento.
—¡Ah! ¡Rayos! los helicópteros. —exclamó el joven mientras escuchaba sus hélices acercarse.
—¡Cielos! ¡me tengo que ir! —exclamó ella apresurada.
—Por aquí. ¡ven! ¡Vamos a la terraza!
El chico con gafas le tocó la mano y le cogió tirando de ella, el joven caminó por unos pasillos del edificio y subieron por la terraza del edificio.
—¡Aquí está!
—¡¡Muchas gracias….! ¡Eh! ¡A propósito! ¡sabes por donde está el bosque!
—Está más al este, ve directo hacia allá.
—¡No olvidaré lo que hicistes conmigo este día! ¡gracias amigo!
—¿¡Amigo!? ¡¿oh?!
La chica corrió normalmente, cerró los ojos y pateó el suelo generando una onda eléctrica luminosa en sus pies.
—¡Ohhhhh! —exclamó el joven de anteojos.
La chica se lanzó metiéndose a otros edificios más bajos como si fuera un rayo centelleante. Y la gente al ver esto se quedó muy sorprendida de esto.
Y se quedaron completamente maravillados de lo que habían visto.
Muchos se quedaron sorprendidos pero también con temor, y la ciudad se quedó en silencio, hasta las bocinas, la bulla, el ajetreo se detuvieron por un momento, muy sorprendidos viendo dejar su destello luminoso.
Las luces de la ciudad se encendieron de repente por el atardecer y se quedaron viendo hacia arriba de ellos como la chica hacía tales acrobacias en los balcones y techos.
Los adultos se quedaron atontados con esto viendo sin dar crédito a lo que veían.
Unos jóvenes al verla pasar se quedaron admirados por esto como si estuvieran viendo un sueño o algo así, unos niños con los ojos abiertos se quedaron muy felices viéndola irse así.
—¡Adiós! ¡Adiós! ¡Chica de la luz! ¡Regresa pronto!
Dijo un niño de siete años saludandola de lejos, mientras los demás niños del colegio también hacían esto y saltaban de alegría y emoción al ver cómo se iba.
Sus padres y algunos adultos en la calle se quedaron absortos al escuchar esto viendolos.
—¡Vamos! ¡Vamos!
Exclamó la chica de las orejas de zorro. Ella cerraba sus ojos y sus puños, su rostro tenía la expresión de pujar, inclinando un poco su cuerpo y repetidamente golpeada sus pies en suelo, la chica de cola de cervatillo parecía como si tratara de prepararse para impulsarse más. Y ocurrió tal cosa, la gente vio un gran rayo destellante multicolor a su paso, como si fuera un arco iris, dejando un gran estruendo que se formó de un edificio a otro lejanamente.
Mientras un ¡Ohhhhh!, corearon los habitantes de ciudad Azul, mientras el sol del atardecer con sus cálidos rayos se ocultaba y aquel aguilucho que la chica de orejas de zorro había conocido, miraba de lejos, parado acicalándose las plumas en un techo donde había una maceta y una flor blanca, que era un lirio.