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Chapter 3 - Capítulo 3: Soy Patética

Capítulo 3: Soy Patética

Podemos ver a una chica adolescente de cabello negro y rosado caminar por las calles de la ciudad, usando un uniforme blanco brillante que portaba en su mano un anillo con un brillante cristal amarillo en el, esta chica tan deslumbrante ante cualquiera que la vea es Bianca, aquella niña que amaba las historias de magia porfin había cumplido 16 años, ahora mismo estaba de camino a la escuela.

Al llegar a su escuela todos los alumnos, incluidos los maestros saludaban a Bianca de manera feliz, todos conocían a Bianca podría decirse que ahora se encuentra en lo más alto de la jerarquía de su escuela, desde que dejó su obsesión por la magia, empezó a pasar tiempo con las chicas de su edad mientras les mostraba esa sonrisa que dibujó en su máscara que oculta su verdadero yo, las personas podían ver una chica dulce, inteligente y alegre que ayuda a todos los demás cuando la necesitan.

– ¡¡Biancaaaaa!!-- gritó una voz escandalosa que viene de una chica de cabellos verdes al igual que sus ojos parecidos a los de un pequeño animal.

Cuando llega a su asiento escucha la voz ruidosa de su mejor amiga Zelena, una chica algo torpe pero que trae alegría con su llegada. Zelena había encontrado a su amiga sentada en su asiento junto al suyo y como todos los días fue con todas sus fuerzas a saludarla.

– ¿Cómo estás?, tu cabello se ve bien ¿Cambiaste de shampoo?,¿Tienes la tarea de matemáticas?,¿Me los prestas?--Para ser honesta, Bianca a veces pensaba que su amiga era un espécimen raro que no importará lo que pasara siempre estará con energía de sobra para preguntar de todo.

– ¿Estudiaste para el examen de hoy?--Preguntó Zelena. En ese momento Bianca sintió el verdadero terror, hasta ella no era perfecta y olvidaba cosas importantes.

Durante el descanso, los alumnos hablan y comen con sus grupos sociales, entre ellos Bianca, la chica popular sentada junto a Zelena y otras chicas influenciadas por el aura de la pelo verde, comen sus almuerzos juntas, en esta clase todas las jerarquías estaban construidas a partir de logros o gustos, por ejemplo, las chicas populares, los deportistas, los inteligentes de la clase, los músicos y por último los aficionados a los videojuegos. Estos últimos no eran malas personas pero tenían algo peculiar, siempre hablaban de cosas raras que a veces daban miedo.

Mientras Bianca hablaba con sus amigas sobre moda y maquillaje, escuchó la conversación de los chicos raros, normalmente nadie les hacía caso pero lo que dijó uno de ellos llamó la atención de nuestra protagonista.

– ¿Escucharon las noticias?, encontraron el cuerpo de una persona, sin sus extremidades en un callejón cerca de aquí--dijo de forma tenebrosa intentando parecer aterrador ante sus amigos.

– Sí lo escuché, dicen que parecía como si se los hubiera arrancado una bestia–respondió su amigo confirmando lo que dijó, continuando con el tema sigue hablando– Algunos testigos dicen que vieron a esa persona ser llevada al callejón por un sujeto sospechoso que usaba una gabardina y sombrero que ocultaban su identidad, las autoridades dijeron que cuando volvamos tarde a casa, vayamos acompañados de alguien–dijo con temor a que algo así pueda pasar.

– Oigan, ¿Y si vamos a ese callejón para ver la escena del crimen?-- preguntó otro de ellos intentando parecer valiente al preguntar por algo arriesgado. – Para nada, de seguro terminas convirtiéndote en un fantasma–le respondió su compañero en negación a su idea, puede que sean raros pero no locos.

Está noticia era increíble y llamaba la atención de Bianca, aunque ya no mostrará fascinación por cosas como estás, no podía evitar curiosidad, nunca fue una chica indiferente por el mundo que la rodean, solo paso cuando había perdido a su madre y tuvo el corazón roto por su ida.

– Que chicos raros–Bianca escuchó las palabras de una de las chicas que las acompañaban, está chica siempre intento que ella y Zelena le presten atención a sí misma, que sepan que existe, diciendo cosas de los profesores o de sus padres que incluso podrían perjudicar su reputación, solo para tener la aprobación de unas personas que llamaba "amigas".

– ¿Quién podría soportar esas conversaciones extrañas que esos frikis? Que montón de perdedores. -- dijo con disgusto y asco por los pobres chicos.

Bianca clavó sus uñas en su pierna para no armar una escena por la hipocresía de esas palabras, esta chica había dicho una vez que como personas debemos tolerar a los demás para vivir con solidaridad.

Es por eso que la actitud que estaba tomando ahora era insoportable. Pero tomando un suspiro terminó aceptando que las personas muestran una actitud diferente cuando les conviene.

La tarde estaba fría y oscura cuando Bianca, cansada del bullicio en la escuela, caminaba de regreso a casa, al salir de la escuela, Zelena le preguntó si quería ir de compras con ella y las chicas, podrían ir a comprar ese vestido blanco que le gustó la última vez que fueron de compras pero Bianca negándose con amabilidad la invitación diciendo que tenía práctica de esgrima otra vez despidiéndose de su amiga con una sonrisa.

Las palabras de esa chica volvían a ella QUE MONTÓN DE PERDEDORES Esas palabras eran dolorosas, no fueron dirigidas a ella pero por más que intentará olvidarlas no podía, recordando la charla de esos chicos sobre las desapariciones en la ciudad aún rondaba en su cabeza,sin embargo eso no era una amenaza para Bianca, ella sabía pelear, la verdadera amenaza no estaba en las calles. Era la farsa que había creado alrededor de sí misma para encajar, para evitar que las personas se dieran cuenta de lo que realmente pensaba, lo que realmente deseaba.

Todos estos pensamientos erán un dolor de cabeza, no podía soportar más tener que ocultar sus emociones y su mente cansada, mirando el anillo en su dedo que su madre le regaló cuando aún era una niña, cuando aún era feliz y mostraba una sonrisa de verdad y no ocultaba sus sentimientos recordando los buenos tiempos, sus pasos resonaban sobre el pavimento, de repente algo en el suelo la detuvo. Una rama caída de un árbol. Bianca miró a su alrededor, asegurándose de que no hubiera nadie cerca. Cuando vio que no había testigos de sus acciones, se agachó con rapidez, tomando la rama entre sus manos. No podía evitarlo, el impulso era más fuerte que ella. Alzando su nueva "varita" al aire, murmurando su hechizo característico que siempre le gustó replicar de los cuentos en su estante de libros, un pequeño acto que la hacía sentirse conectada a su pasado,mostrando en sus ojos un pequeño brillo que todavía no han desaparecido del todo dándole más fuerzas para resistir esta vida que lleva. Por un instante, el mundo parecía calmarse y su corazón latió con una chispa de emoción que había olvidado.

Pero entonces, una risa suave la sobresaltó. El sonido provenía de detrás de ella, y su corazón dio un vuelco. Bianca se dio vuelta, el miedo y la vergüenza rápidamente surgiendo en su rostro, su mente trabajaba mil por hora, para crear la excusa más creíble que hasta un juez le creería. Allí, frente a ella, había aparecido un gato con ojos dorados que la miraba fijamente.

"Un gato", pensó Bianca, aliviada por lo que parecía un simple susto, al final no necesitaría explicar nada. Se agachó, tomando al animal en sus brazos.

— Qué bueno que fuiste tú —murmuró, respirando con alivio—. Pensé que alguien me vio hacer el ridículo.--

Pero, de repente, una voz suave y clara la sorprendió.

— No creo que sea ridículo. A mí me pareció lindo.--

Bianca se tensó. ¿Quién era ese? Se dio vuelta rápidamente, no lo había escuchado acercarse, un chico de su edad, mirándola con una sonrisa mostrando tranquilidad pero diversión por la situación actual. Su cabello era castaño y algo desordenado, y llevaba un sombrero peculiar que parecía sacado de otra época. La sorpresa fue evidente en el rostro de Bianca.

El chico, sin mostrar ninguna señal de incomodidad, tomó el gato de sus brazos con mucha felicidad que Bianca no pudo entender porque de su sonrisa

— Gracias por encontrar a mi gato, él siempre se escapa para encontrar un ratón para comer. —dijo el chico, acariciando al animal con una expresión casi cómplice mientras que el gato al parecer no estaba feliz por lo dicho por su dueño.

– Parece que está vez tu le llamaste la atención con tu "hechizo de magia"-- dijó este chico con gracia ante las reacciones de esta chica.

Bianca, no sabía qué decir, estaba nerviosa ante esta situación, alguien de su edad la vio mientras jugaba A ser una hechicera, ¿Y si se lo cuenta a alguien?, ¿Y luego termina llegando a oídos de sus amigas?, ¿Como reaccionarán ante eso?, será la burla de la escuela, tiene que explicar lo que pasó o será su fin.

– No es lo que parece, solo está espantando las mosquitos de aquí, son muy molestos–dijo desesperada, esperando que se lo creyera, algo sobre él le resultaba inquietante, y no solo por su apariencia. Había algo en su mirada que la hacía sentirse como si la estuviera observando de una manera extraña, como si viera dentro de ella.

— Te gusta la magia, ¿verdad?— preguntó el chico de manera casual, moviéndose alrededor de la chica pelinegra.

Bianca lo miró con una mezcla de tristeza, no creyó la mentira que ella inventó.

– La magia es algo increíble que las personas no pueden explicar y lo toman por imposible de que exista un poder más allá de su entendimiento, poder volar, ser invisible, controlar los elementos, son cosas que las personas solo pueden soñar que existen lo imposible es posible– habló tranquilo mostrando su sonrisa a Bianca, dejándola sorprendida por sus palabras, eran las mismas que en su historia.

– No te parece emocionante, un mundo así?-- El joven se detuvo frente a ella, Bianca ya no podía soportar esas palabras, todo el estrés que llevaba encima más lo que este chico estaba diciendo, estaba llegando a su límite e iba a explotar.

— No seas infantil —respondió rápidamente, el tono en su voz algo brusco—. Esas cosas no existen. Deberías dejar de hablar de esas casas--- intento parecer madura ante este chico, si el muchacho seguía con su discurso de chico mágico, no sé iba contener con sus palabras.

El chico la miró en silencio por un momento, como si estuviera evaluando sus palabras. Bianca sintió un nudo en el estómago, y algo le decía que había algo más que ese chico quería contar.

— Muchas veces cuando alguien sueña lo suficiente, sus sueños se vuelven realidad, algunas personas que tienen estos sueños tienen ideas diferentes de como usar esos poderes, mi madre me había dicho que si tuviera esos poderes, los usará para crear milagros y que ayudará a las personas, por qué todos tienen derecho a ser feliz. ¿No te gustaría creer en un mundo donde los magos puedan hacer milagros? —dijo él, con una suavidad que contrastaba con la dureza de su respuesta—. Volar, hacerse invisible, controlar los elementos... Hablar con animales. Los magos pueden hacer cosas que las personas comunes no pueden.

La paciencia de Bianca empezó a agotarse, pero antes de que pudiera responder, él continuó:

— ¡¡Deja de soñar estupideces!! Es imposible que un mundo así exista.--

Bianca gritó molesta por sus palabras, pero el chico siguió – Bueno tal vez no ahora, pero algún día... ¿Quién sabe? A mí me parece que ese mundo puede ser real, solo que está escondido. Las historias de magia no están tan lejos de la realidad de lo que aparentan–dijo con su sonrisa mientras que Bianca podía ver un destello brillante en sus ojos al decir esas palabras.

Bianca sin aguantar más, tratando de mantener su compostura. La furia que sentía por su propio dilema interno comenzaba a desbordarse. ¿Por qué el chico insistía tanto en esas tonterías? No entendía.

— ¡No! —dijo Bianca, su voz alzándose involuntariamente—. ¡Es solo un sueño tonto! ¡Eso nunca sucederá! ¡Ya madura de una vez!. ¡La gente olvida esas cosas al crecer!. Si sigues así, las personas a tu alrededor van a alejarse de ti y vas a quedarte solo.

El chico la observó fijamente, sin parecer molesto, pero con una mirada que sugería que había algo más que no estaba diciendo. Bianca, al ver que sus palabras no causaban el efecto que esperaba, giró sobre sus talones, dispuesta a alejarse. La incomodidad que sentía era palpable.

Mientras la chica se iba corriendo del lugar tirando la rama al piso, para escapar de ahí molesta por esta conversación con esta persona extraña, tenía mucho que pensar.

Mientras el chico con un poco de tristeza por el resultado de su interacción seguía parado en el lugar quedándose con su amigo felino, escucha unas palabras, esta vez provenientes del gato que estaba abrazando:

— Te lo dije. ¿Por qué creíste que ella entendería?—

Mientras tanto,el chico quedó mirando cómo Bianca se alejaba dejando ser ser visible para él, una ligera sonrisa curvando sus labios. Con un suspiro, susurró:

— Solo es una corazonada.—

Cuando Bianca se alejó lo suficiente del lugar se detuvo en la calle vacía, agotada de correr de ahí piensa lo que acaba de hacer, ¿Porque actuó así?, ella no era alguien mala, si su madre la viera como actuó, entonces tendría la cabeza metida en el suelo, ¿Lo hizo porque le molestaba lo que dijo ese chico o lo hizo porque le recuerda lo que ella perdió?,él parecía un chico bueno su sonrisa no estaba llena de malicia y sus ojos, eran iguales a los que su madre decía que tenía, ojos llenos de luz, vida y esperanza, que por desgracia, dejaron de brillar, ella no tenía derecho de arruinar los sueños de otras personas solo porque ella ya no puede cumplir los suyos propios.

Quizás esas mismas palabras que le dijó, eran las mismas que ella temía escuchar de quienes consideraba amigas, ser diferente da miedo, no sabes cómo reaccionara la gente ante tus gustos o deseos, es por eso que es más fácil mentir y ser igual al resto, aparentar que todo esta bien, ocultando los verdaderos sentimientos detrás de una máscara sonriente.

— Soy patética– se recrimina de forma deprimente a sí misma al actuar así con alguien que apenas conoció hoy.

Al pensarlo detenidamente, se dió media vuelta para dirigirse de nuevo con ese chico y si gato y disculparse por su actitud, con suerte lo volvería a ver.

Pero cuando llegó a la esquina algo la detuvo en seco. Un hombre extraño con una gabardina y sombrero que ocultaba su rostro estaba frente a una niña pequeña que parecía asustada ante el imponente hombre delante de ella, ¿Esas no eran las mismas cosas que dijeron los chicos en el almuerzo, de alguien encontrado desmembrado después de conocer a alguien con la misma ropa?

Bianca escuchó al sujeto decir.

— ¿Quieres un regalo?— poniendo su mano en la gabardina para sacar algo de su bolsillo, mientras su sonrisa iba de oreja a oreja. La niña responde asustada.

— Mi mami y papi me dijeron que no acepte cosas de extraños—

— ¿Segura que no quieres mi regalo?— el señor seguía insistiendo en darle un regalo a una niña, que claramente no era su hija.

La niña intentando irse de ahí es jalada del brazo por el hombre misterioso, molesto al parecer por el comportamiento de la niña, de pronto el señor siente una mano en su hombro, volteando la vista para ver una chica adolescente que mostraba molestia en su cara con su mano en él.

— Ella dijo que no— Bianca respondió bruscamente, ante la situación que estaba presenciando, debía hacer algo, pero parece que esto no le gustó al tipo frente a ella.

Mirando detenidamente a la chica, pudo ver en su mano un anillo que desprendía energía atrayente, volviéndo a él un recuerdo.

Flashback

Frente a él aparece un sujeto misterioso de cabello largo, la oscuridad ocultaba su rostro, pero su aura era aterradora.

— Eres mi propiedad ¿Quieres tu libertad?, busca un anillo que desprenda energía y tráemelo, y si ves a alguien que lo lleva, matalo— mostrando una sonrisa psicópata, generando temor y pesadillas.

Tras haber recordado su misión, intenta quitar el agarre de su hombro, libera el brazo de la niña para intentar tomar la mano de Bianca mientras que con la otra sacaba de su bolsillo un cuchillo para atacar a Bianca, que apenas pudo esquivar el ataque.

Al intentar atacar otra vez, Bianca desvía su brazo con una técnica de pelea que su padre le enseñó para autodefensa, clavando el cuchillo en la pared, dándole la oportunidad de escapar con la niña, está la toma del brazo y empieza a correr.

El hombre molesto porque su presa está huyendo, deja su cuchillo y comienza a perseguir a sus dos nuevas víctimas.

¿Que sucederá en el siguiente capítulo?