Dos semanas habían pasado y Lady Kestra aún no había regresado.
Durante este tiempo, muchas cosas habían cambiado en el Castillo... para Belladonna y el Rey.
Desde aquella noche en su habitación, cuando él le contó sobre su firme intención de matar al Ladrón de Novias y lo que había ocurrido con su familia en el pasado, se habían ido acercando más y más cada día.
Ahora, estaban incluso más unidos de lo que habían estado después de que él le obsequiara libros como disculpa y la llevara a ver a su Dragón.