—No podía describir la sensación ni identificar qué era exactamente —murmuró—, pero sabía que lentamente se extendía por su cuerpo, llenando su mente y nublando sus sentidos.
—La jugada del Rey había sido extraña —parpadeó para asegurarse de que no estaba atrapada en ese temido sueño una vez más con el Ladrón de Novias.
—Sintió su mano deslizarse en su cabello, otra alrededor de su cintura, atrayéndola suavemente hacia él.
—Un suspiro silencioso escapó de sus labios, y sus manos cayeron lentamente de las escamas en sus pómulos —su corazón retumbaba en su pecho, golpeando fuertemente en sus oídos, cuanto más se acercaba él.
—Se inclinaba para besarla y ella simplemente no podía decir si quería eso o no, todo había sido demasiado repentino para pensar —pero en lugar de un beso, él presionó su frente contra la de ella en el último minuto, soltando un largo suspiro de control, sus párpados se cerraron y su agarre a su alrededor, un poco apretado.