Chereads / INFRAMUNDO "El fruto prohibido". / Chapter 6 - Capitulo V.

Chapter 6 - Capitulo V.

Bennett.

Mientras más recorría de esta casa, más me sentía fuera de lugar.

Racionalmente pensaba en lo extraño que era que unos parientes lejanos que no conocía hasta hace unos días, tuvieran una propiedad tan grande y lujosa. Y siendo precisos eso era lo de menos, lo mas extraño es que se hubieran ofrecido altruistamente a aceptarme en su castillo gigante.

Sentimentalmente, me perseguía una sensación de pertenencia, sentía que había recorrido estos pasillos miles de veces. Como cuando pasamos por el salón principal, donde me explicaba mi acompañante que se realizaban muchas fiestas y banquetes desde que se construyo la casa, hace mas años de los que me pudiera imaginar.

En este salón podía imaginarme fragmentos de mi vida, de una vida que se sentía tan lejana, pero a la vez tan cercana. Se sentía como soñar despierto, pero los sueños eran en realidad recuerdos, al menos eso parecían.

Luego al pasar por la cocina, me imaginaba lo divertido que seria crecer en este lugar. Levantase en la madrugada a comer bocadillos con tus hermanos y sentarse en alguna de las encimeras inmensas que había.

Inevitablemente me reí de mis ocurrencias, primero porque no tenía ni idea de quien vivía aquí y si eso era permitido, y lo segundo es que era hijo único.

Seguimos el recorrido hasta llegar al comedor familiar, era una habitación que se sentía muy cálida, tenia esta aura familiar y hogareña. El color de la pared combinaba totalmente con el mobiliario y la decoración.

-A esta habitación le pusieron mucho empeño, la decoro totalmente el segundo hijo de la familia. – me relato mi acompañante y dentro de mi pecho surgió un extraño sentimiento de orgullo. Yo en contestación solo le sonreí dándole la razón y ella me volvió a dar esa mirada nostálgica.

Seguimos el recorrido sin decir nada más.

Después de ese largo recorrido por el lugar, donde también conocí el patio, la piscina que claro era gigante, me llevo por fin a la que sería mi habitación.

La habitación, como me esperaba era muy grande, como todo en ella. La cama era tan grande que cabían unas cinco personas y ninguna siquiera se rozaría con la otra.

El closet era igual de grande, era una "pequeña" habitación dentro de la habitación, pude notar que ya estaban mis maletas ahí.

Abrí la puerta que creí que daba al baño y acerté. Como esperaba todo parecía digno de la realeza, pero yo no lo era, así que no entendía por qué me habían asignado esta habitación. A menos de que todas las habitaciones sean así, que también es muy probable.

Debía llamar a mis padres, preguntarles que por que me mandaron aquí y por supuesto preguntarles sobre nuestros millonarios parientes.|

- ¿Necesita algo más señor? -pregunta la chica mirándome con ¿ternura?

- ¿Como te llamas? -le pregunte sentándome en la cama. Gimiendo de emoción al sentir las suaves mantas. Ella me mira divertida y se acerca a mí.

-Me llamó Celia señor, es un placer.

-Para mí también es un placer. -dije sonriéndole.

Me moví un poco y la invité a sentarse en la cama lo cual ella hizo sin protestar, se veía verdaderamente emocionada por estar aquí, junto a mí.

-Dime ¿dónde están tus jefes o quien sea el dueño de esta casa? -pregunte verdaderamente curioso.

-Usted es mi señor ahora. -dice simple pero aún con esa sonrisa.

-Pero... ¿y las personas que viven aquí?

-Las conocerá en su momento señor. -dijo esto y se levantó. -El día de mañana empiezan sus clases, así que debe estar listo a las seis de la mañana. En realidad, entra a las siete, pero debido a la lejanía de la escuela entonces tendrás que estar una hora antes listo ¿bien? -dice y me mira esperando una confirmación.

-Claro Celia ¿y mi uniforme? -pregunto y ella se golpea la frente.

-Se me olvidaba eso. Esta en la lavandería del castillo ahora, lo estábamos planchando. -dice y yo asiento. -lo traeré mañana. Ahora te dejare que descanses.

Dice esto y se va cerrando la puerta.

Me quedo mirando toda la habitación con detenimiento. Cada cosa que hace parte de ella, la decoración, las mantas, el tapis, todo me hacía sentir que esta es mi habitación. Por más extraño que sea me siento seguro y feliz aquí. Como si fuera mi lugar. 

Decidí sacar mi teléfono y llamar a mis padres, no les había avisado que había llegado bien, les quería contar que ya estaba instalándome y que necesitaba respuestas sobre estos parientes tan misteriosos.

Marque el número de mi madre y para mi sorpresa el número no estaba disponible. Llame el de mi padre y paso lo mismo.

Antes de darme por vencido marque el número de Matt y sucedió lo mismo. Me inquietaba mucho esta situación. Me prometí intentar con más insistencia mañana, ahora quería darme un buen baño de burbujas.

Me quité la ropa ya estando en el baño y la puse en un canasto donde se supone que iría la ropa sucia.

Me metí a la tina llena de agua caliente y jabón espumoso, esta era la vida que me merecía.

-Estas tan hermoso como siempre mi pequeño.

- ¿Q-Quien dijo eso? ¿Quién eres? -pregunte alarmado sentándome en la tina.

-Soy el amor de tu vida, por favor recuérdame, sé que puedes.

- ¿Por qué no te puedo recordar si eres el amor de mi vida?

-Eso no importa aún, lo importante es que recuerdes.

- ¿Que debo recordar?

-A mi principalmente, lo demás ira cayendo en su lugar.

- ¿Y tú quién eres para mí?, no entiendo nada.

-Ya te lo dije, yo soy con quien decidiste hace más de cien años compartir tu vida.

- ¡¿Que?! ¿Hace cien años? Estás loco, o más loco estoy yo que estoy hablando contigo.

-No te preocupes, te lo demostrare. Mañana en el internado, solo habla con Sophia y Aaron. ¿Bien?

- ¿Bien?

-Descansa mi amor.

- ¿Como te llamas?. -pregunte, pero no hubo respuesta. 

Después de esta extraña conversación con esta voz. Tenía muchas, muchas preguntas que hacer. Tal vez retomar terapia con Pier, seria buena opción.

Me salí de la tina para ir a cepillar mis dientes, me miré en el espejo y me sorprendió ver mis ojos totalmente rojos, mis ojos verdes no estaban, no había ningún rastro de ellos. Pero mi piel se veía muy lisa y más pálida de lo normal.

Me empecé a cepillar y mientras lo hacia vi que dos de mis dientes estaban raros, como creciendo. Para ser más exactos mis colmillos.

Me senté en la tina del baño a punto de una crisis nerviosa. No era normal, nada de lo que estaba pasando lo era, mis cambios físicos, esta casa, mis parientes y sobre todo esa voz en mi cabeza, definitivamente no era normal.

¿Quiénes eran Sophia y Aaron? ¿Que debía recordar?

Me acosté en esta cómoda cama pensando en esto, pero casi ni pude dormir. Eran como las dos de la madrugada y yo aún seguía despierto intentando dormir.

En eso escuche como la puerta se abría, me asuste y me quede muy quieto, pero con los nervios a flor de piel. Escuche como entraron varias personas silenciosamente.

-No te muevas y hazte el dormido.

Dijo la voz de mi cabeza y yo simplemente obedecí, me quedé muy quieto.

Sentí sus miradas en mi, escuché sollozos y me vi tentado a abrir mis ojos, pero no lo hice.

- ¿Porque simplemente no le decimos todo papá? -dijo una voz femenina.

-No. Él debe recordar solo. -dice ahora una voz muy imponente, pero como sea no me asustó, me sentía bien con la presencia de estas personas, es más, quería levantarme y abrazarlos a todos.

-Hemos pasado ya cinco años sin el papá, no es justo, lo extraño. -volvió a hablar la voz femenina.

-Abigail, es que no pones atención al doctor, si lo forzamos talvez nunca recuerde. -dice otra voz, una voz que automáticamente reconozco como mi madre, mi verdadera madre.

Mi corazón se acelera y empiezan a llegar imágenes de su rostro, de su cabello rubio oro caminado por el jardín conmigo tomándola de la mano. Yo tenía el cabello largo, y sabía que era yo. Era mi rostro estoy seguro, siento como si eso hubiera sido real.

Una caricia en mi mano me saco de mis pensamientos.

-Ya se está convirtiendo. -dice... Mamá.

-Lo sé, está pasando todo muy rápido, y si el no recuerda nada para el fin de semana, tendremos que decirle.

La caricia paro y escuche los pasos de estas personas yéndose de la habitación.

-Recuerda por favor Bennett, necesito de nuevo a mi hermano, y Liam a su padre. -dijo la voz que ahora reconozco como Abigail en un susurró cerca de mi oído. Me da un beso en la mejilla y siento como se va.

Después de que la puerta se cierra abro los ojos lentamente.

Las lágrimas se apoderan de mí, este sentimiento de miedo, confusión también.

Lloro hasta quedarme dormido. Por fin.