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Chapter 9 - Capitulo VIII.

Bennett.

No me di cuenta en qué momento amaneció, parecía que hacia unos segundos había cerrado los ojos, pero si estos no mentían, lo que veía a travesar mi ventana era la luz del sol.

Los pajaritos como siempre, cantaban anunciando el inicio de un nuevo día, un nuevo buen día, al menos para ellos, que solo debían revolotear en las copas de los árboles todos los días, todo el día.

Me preguntaba que se sentía ser un pájaro, solo abrir las alas y volar, hacia donde quisiera cuando quisiera. Para mi ellos eran dueños de su vida, tomaban sus propias decisiones sin importarles nada mundano, no como nosotros.

Mire a las dos personas que dormían a mi lado. El pequeño Liam que tenia los labios entre abiertos y un poco de saliva saliendo de su boca, sus respiraciones eran constantes y tranquilas, sus brazos abiertos a sus anchas al igual que sus piernas, podía notarse cuanto confiaba en las dos personas que dormían junto a él, él podía confiar ciegamente en que ni Gael, ni yo le haríamos daño, ¿pero en realidad era así?

Suspirando mire a Gael, él dormía un poco más cohibido. Con una postura de protección, como si nadie con malas intenciones pudiera acercarse a esta cama, porque el estaba aquí, para cuidarnos, para velar por nosotros. Esto en lugar de aliviarme me atormentaba.

Mi mente no dejaba de traerme el recuerdo donde besaba a ese hombre, como un constante recordatorio de que había fallado, les había fallado a los dos, le había fallado a nuestra familia.

Me levante suavemente de la cama para no despertar a ninguno de los dos. Sali al balcón con la idea de aliviar ese dolor en mi pecho.

Exhalé fuerte cuando estuve fuera, mi pecho estaba revuelto, se sentía como si todos estos sentimientos tuvieran poder sobre mí.

Podía reconocer mis sentimientos actuales, el miedo, la confusión y por supuesto la vergüenza. Pero también podía sentir otros, los que se sentían como un recuerdo, los sentía ajenos y de alguna forma tan propios que asustaban.

Me encontraba en una situación totalmente nueva para mí, todo lo que había pasado en Aalborg, lo que seguía pasando en este lugar, me tenía la cabeza hecha un lio. Cuando sentía que podía adaptarme a algo, llegaba otra cosa nueva a lo que debía adaptarme, todo pasaba tan rápido y al final del día me sentía tan solo.

Tenía a todas estas personas que decían ser mi familia, que se sentían como mi familia pero al mismo tiempo me sentía totalmente solo, de hecho lo estaba, no tenia a nadie en este momento y es que todas las personas a mi alrededor hacían parte de un pasado que no recordaba y las que supuestamente eran parte de mi presente o de lo que yo consideraba mi vida, solo fueron parte de un engaño.

Matt, según lo que me había dicho Gael anoche, era uno de los encargados de mi seguridad, al igual que Jules y Marco "mis padres" y Will. No quiso hondar en el tema, porque "no estaba listo" para saberlo, pero ahí estaban todas las dudas, todas las preguntas que tenía seguían ahí, hasta que me contaran la verdad sin ocultar nada o hasta que yo recordara todo, nada de lo anterior parecía apunto de suceder.

En ese momento, no pude retener más las lágrimas que parecían ansiosas en salir hace mucho tiempo.

El dolor en mi pecho dejo de ser emocional para pasar a ser físico, cada sollozo salía con fuerza de mi garganta y ardía. Con todas las fuerzas de mi corazón quería que todo saliera, todas esas emociones, las mías, las del pasado, y las del futuro.

Me aterraba, pensar en el futuro que era incierto, me sentía en la mitad de algo, pero no veía el camino de vuelta y tampoco el camino para seguir.

En medio de ese desborde emocional sentí unos brazos fuertes abrazarme. No sabía cuánto tiempo había pasado ni en que momento había terminado en el suelo frio de balcón. Lo que sabia es que no quería que me soltara, quería que estos brazos que sostuvieran siempre. ¿pero cómo podía si quiera pedirlo? Cuando yo fui el que se alejó de él, todo se sentía mi culpa y no sabia por que lo era, tampoco sabia como solucionarlo.

-Lo siento, de verdad lo siento, nunca haría algo así, yo no sé porque yo… -Empiezo a decir entrecortado, ahogándome en mis lágrimas, en este momento era un desastre, un desastre que daba pena.

-No tienes que decir nada Benny. -me dice y yo lloro aún más, al recordar cómo me decía, al recordar a el hombre que amaba y que me amaba.

No pude decir nada, no me salían las palabras, quería decirle tantas cosas y a la vez no me sentía con el derecho de decir nada.

Entonces solo me separe un poco del calor que me brindaban sus brazos y aun sin abrir mis ojos busque sus labios, y lo bese. Lo bese con tantas ansias que me desconocía a mi mismo, nunca había dado un beso de esa manera.

Tenia ansias de borrar ese recuerdo, quería borrar urgentemente cualquier rastro de ese momento, era el único recuerdo que no quería recuperar, solo tenia un fragmento de segundo de el y aun así lo aborrecía. En este momento la única forma que tenia de borrarlo era crear otros recuerdos, besando estos labios.

Lleve mis manos a su cabello tanteando con cuidado de no lastimarlo con mi ansiedad de hacernos uno solo. Seguí besándolo buscando algo que no sabia que era, pero que a la vez sabía que era imposible de conseguir.

Me subí sobre el con afán, quedando sentado sobre sus piernas. Quería fundirme en él, no me importaba respirar en ese momento, no me interesaba tampoco que pudiera pasar, solo me aferre a el y a la promesa de su amor.

Sentí como sus manos me acariciaban la espalda suavemente, intentando con aparente éxito consolarme. En ese momento pude hallar en mi mente recuerdos de el y yo cuando éramos más jóvenes, besándonos por primera vez, también llego a mi el recuerdo de nuestra boda y del beso que sello nuestra unión para siempre.

Sentí dentro de mi un amor intenso hacia este hombre que me sostenía en sus brazos y junto con este creciente sentimiento llego la paz. Un extraño sentimiento de calma y sosiego me cubrieron.

Me separe de el lentamente y lo mire, el tenia esa mirada que me trasmitía tranquilidad, seguridad y sobre todo amor.

- ¿Mejor? -me pregunto con moviendo sus labios levemente hinchados gracias a mi arrebato. Dejando de lado la vergüenza inicial le sonreí y por primera vez desde que llegue aquí me invadieron unas ganas de reír que no podía explicar y me deje ser.

Me reí como si mi vida no estuviera en un punto medio en el centro de la nada.

-Mejor. -confirme con una amplia sonrisa. Pase mis manos por sus mejillas acariciando su rostro, el era un hombre muy guapo, demasiado.

Tenia el cabello muy negro, sus rizos caían por su rostro como una tinta muy espesa, sus labios eran rosas, tenían el grosor perfecto para ser muy deseables. Su piel morena parecía tener vida propia, lucia brillante y firme. Tenia muchas ganas de acariciarlo, por todas partes.

-Siempre has tenido la costumbre de quedarte mirándome. -dice mientras me acaricia. -debo ser muy guapo, para que siempre tengas esa cara de bobo. -se burla y yo le doy un suave golpe con la mano en el hombro y nos reímos.

Puedo sentir entre el y yo una complicidad gigantesca, me genera nostalgia pensar en tener una conexión tan inexplicable con alguien y no recordarlo.

- ¿Cómo éramos tu y yo? -pregunte con genuina curiosidad. - ¿Por qué discutíamos? ¿Cómo nos reconciliábamos?

-No tengo por qué decirlo, tú lo sabes, dentro de ti, aun nos recuerdas. -me dice y yo volteo los ojos.

-No quiero solo saberlo dentro de mí, quiero saberlo fuera de mí, quiero escucharlo de ti. -digo insistiendo colocando la cara mas convincente que puedo y puedo ver en sus ojos que, aunque sea un poco a caído.

Suspira cansado y me acomoda mejor sobre el mientras cruza sus piernas para estar mas cómodo, por unos minutos había olvidado la posición en que estábamos, estaba tan a gusto y cómodo junto a él.

-Éramos imparables. -inicio a contarme con una sonrisa soñadora en el rostro. -Teníamos diferentes formas de actuar pero siempre encontrábamos una forma de trabajar en equipo. -dice y me mira atento a cualquier expresión de mi rostro.

Suspiré contento y relajado por estar aquí junto a él, escucharlo hablar de nosotros era totalmente adictivo, tomándome la confianza me recosté a su pecho.

- ¿Cómo llego Liam? -pregunte luego de unos minutos de silencio.

-Lo encontramos hace años, cuando era solo un bebe. -dijo y por como se tenso su cuerpo supe que la historia no era bonita. -De hecho, fuiste tú quien lo hizo. Yo solo te vi venir envolviendo un pequeño bulto en tu capa y una mirada como la de hace segundos, no aceptaste negativas, como siempre. -me conto y un sentimiento de satisfacción me invadió, solté una risita y le di un pequeño beso en los labios.

Nos quedamos en un silencio tranquilizador, disfrutando de lo fresca que estaba la mañana y por supuesto disfrutando de tenernos el uno al otro.

-Gael, papi no es solo para ti. -dijo una vocecita molesta saliendo de la habitación.

Ambos miramos hacia Liam quien ya estaba totalmente vestido con su uniforme lo que me hizo preguntarme ¿Cuánto tiempo llevábamos aquí?

-Ven. -le llame y el pequeño Liam vino corriendo a fundirse en un abrazo que los tres necesitábamos.