Chereads / INFRAMUNDO "El fruto prohibido". / Chapter 7 - Capitulo VI.

Chapter 7 - Capitulo VI.

Bennett.

Me desperté con el sonido de los pájaros jugueteando en los arboles cercanos a la casa. Me puse mis sandalias rápidamente y me dirigí a lo que ahora sabia era mi balcón.

La vista como era de esperarse estaba preciosa, digna de la casa donde estaba.

Sabia que era temprano, apenas se veía el sol y la frescura de la noche aún se sentía en el aire.

Mientras estaba en el balcón escucho pasos en la habitación, cuando volteo, a través del cristal puedo ver a Celia caminando sigilosamente hacia el baño.

Cuando entro a la habitación, puedo oler claramente el perfume de Celia.

No puedo entender muy bien cómo, pero puedo olerla en el espacio. También puedo olerme a mí mismo en toda la habitación lo cual es extraño, nunca me ha gustado usar perfume, nunca lo hago.

Al acercarme más al baño me doy cuenta que ni siquiera se siente como un perfume que compras en una tienda, es más como una esencia. Es el olor que emana de ella.

Mientras atravieso la habitación veo en la cama un traje perfectamente planchado y organizado. Debe ser mi uniforme.

-Buenos días. -digo y ella me mira.

-Buenos días señor. -dice y hace una reverencia.

-No hagas reverencia y no me digas señor, mi nombre es Bennett. -digo y ella sonríe.

-Está bien, te diré Bennett, pero la reverencia no está a discusión.

Me río de su terquedad y no pude contestarle nada más porque de repente llega a mi un recuerdo donde ella y yo nos estamos riendo en la cocina del castillo.

Un sabor amargo me atraviesa la garganta al pensar en eso.

-Celia… - inicio, pero luego me retracto, debo parecer un demente.

-Dígame señor Bennett, yo estoy aquí para ayudarlo en lo que necesite. – dice y le creo, claro que le creo. Su sola presencia me hace sentir una seguridad que no podía describir.

Así que me animo, me animo a preguntar lo que desde ayer no deja de rondar mi mente. Aunque la respuesta me aterre, necesito escucharlo.

 - ¿Yo ya estuve aquí ¿verdad?

Ella al escucharme me mira con un brillo de ilusión en los ojos.

 -Se que suena loco y créeme se que sueno como un demente, pero…

-Si Bennett, ya has estado aquí antes. -dice sencillamente interrumpiéndome y yo me siento satisfecho por su respuesta sincera, pero después llega más confusión a mi cabeza.

Si he estado aquí antes, ¿Por qué no lo recuerdo?

Tal vez estuve de pequeño pero mis padres tampoco dijeron nada al respecto.

También pienso en la visita nocturna de los que parecían ser mi familia. Aun recordaba las suaves palabras de Abigail en mi oído.

Me estaba perdiendo en el mar de pensamientos y posibilidades cuando Celia me devuelve a la realidad.

- ¿Cuánto recuerdas Bennett? -me pregunta con la curiosidad bailando en sus ojos.

-No, no recuerdo nada más, solo cosas pequeñas. -digo y a ella vuelve esa mirada nostálgica.

-Bueno, lo harás. Eso es seguro, estando aquí será mucho mas rápido. -Me dice, pero parece que está convenciéndose un poco a si misma.

Ella termina de preparar las cosas para mi baño y yo rápidamente me meto a la tina, necesitaba estar en el agua y tranquilizarme.

Pienso en todas las posibilidades que hay, todas las posibles razones por las que estoy aquí. Todo lo que ha estado pasando en los últimos días es demasiado para digerir, lo que mas me inquieta es que no he tenido tiempo de hacerlo y parece que no voy a poder hacerlo ahora por que escucho como tocan mi puerta.

Suspiro terminando mi baño antes de lo planeado.

Cuando estoy fuera de la tina me detengo a ver mi reflejo en el espejo, me veo muy diferente a lo que era antes. Hoy es el primer día en el que me levanto y no siento dolor ni las otras reacciones normales de mi enfermedad.

Vuelvo a escuchar los toques en la puerta y me apresuro a secarme, cuando ya estoy más presentable, con mi ropa interior y al menos la camisa del uniforme puesta me animo a hablar.

-Siga.

Por la puerta entra Adonis, sonrió y el a mí también. Y me pasa como con Celia, llegan vagos recuerdos de mi en la limusina, Luciel y Adonis riendo.

De repente me entran unas ganas de llorar y de vacío, siento que no lo había visto en mucho tiempo.

Así que no lo pienso mucho cuando ya lo estoy abrazando. Sentí mucha paz al hacer esto y más tranquilidad al sentir sus brazos rodearme.

- ¿Recordaste? -pregunto cuando nos separamos con ilusión en su mirada, pero yo negué. El me miro confundido tal vez igual de confundido que yo.

-Solo sentí que te extrañé mucho. -dije sincero y él sonrió.

-Yo también te extrañe. -dijo acariciando mis brazos. -Vine por que vas a llegar tarde a clases, se que te demoras mucho en el baño.

Lo mire indignado y el solo salió de la habitación riendo.

Me apresure a vestirme y arreglarme correctamente para salir.

Mientras caminaba por los pasillos de la casa que recordaba me llevaban a la salida, trataba de recordar cosas, de recordar personas y recordar cuando estuve aquí, pero nada, aun nada.

Celia estaba abajo esperándome con una copa en la mano. Adonis a su lado me miro aguantando las ganas de reír.

-Bébelo. -dijo y yo tome la copa cuando me la extendió. Yo los mire con desconfianza y ellos solo me miraron divertidos con la situación.

Acerque la copa a mi nariz y al oler su contenido mi garganta se secó, una sed casi insaciable me invadió.

Tome el contenido de la copa en segundos. Era algo espeso con sabor extraño, como a hierro. Reprimí el pensamiento de que posiblemente era sangre. Pero aun así lo fuera, no sentía asco, más bien me sentía satisfecho.

Los mire confundidos e iba a hablar, pero Adonis me interrumpió.

-Llegas tarde a tu primer día.

Me despedí de Celia y empecé a caminar junto a él a la salida. Al llegar al jardín pude ver las rosas del jardín y supe que debía cuidarlas, estaban con maleza.

Las esencias de Adonis y Luciel estaban por todo el vehículo cuando me subí, pero después de unos segundos ya no las sentía.

 

Así, tal como dijo Celia después de una hora llegamos a un gran e imponente instituto. Los estudiantes vestían igual que yo y las mujeres con faldas y chalecos más femeninos.

La limusina se detuvo y yo respire profundamente intentando calmarme.

Me baje de auto cuando Adonis abrió mi puerta, me entrego un maletín y un papel con el número de salón que tocaba a primera hora.

No necesitaba indicaciones ya que sabía perfectamente donde estaba el salón, la verdad sabía dónde estaba todo aquí.

¿Así que a eso se refieren todos con "recordar"? Yo ya había vivido aquí, había estudiado aquí. ¿Pero entonces los recuerdos de allá?

-Todos son inventados amor, tus padres, los verdaderos te hicieron tener esos falsos recuerdos para que vivieras allá mientras te recuperabas. 

Escuche la voz de siempre y por primera vez no me pareció descabellado lo que me decía, en realidad tenia mucho sentido. Mas del que me gustaría admitir.

En conclusión, nada era real, mis padres realmente no lo eran y las personas que entraron anoche son mi verdadera familia.

Todo era un invento de mi "verdadera" familia para que me… ¿recuperara? Pero de que y ¿por qué no recuerdo nada?

Toda la situación era tan frustrante y me parecía hilarante que las únicas respuestas que obtenía eran de una voz en mi cabeza, que podía ser producto de mi locura o de alguna cosa extraña que tampoco recordaba. 

Cuando llegue al salón donde me tocaba la primera clase toque la puerta.

 El maestro me abrió la puerta y se inclinó para hacer una reverencia. Después de él, todos los estudiantes en la sala lo hicieron. No me pareció raro, me pareció algo normal. Estoy empezando a pensar que soy un rey o algo así y no lo recuerdo.

-Eso es exactamente lo que sucede mi amor.

Les doy una sonrisa tímida a mis compañeros tratando de no hacer notar todo lo que tengo rondando por mi cabeza.

Después de una pequeña presentación, una chica de cabello negro me llama con la mano y voy hacia ella sonriendo.

 

-Sophia... -digo y ella me mira con los ojos abiertos y acuosos como si estuviera a punto de llorar.

¿Como sé que se llama así? No lo sé, solo lo sentí dentro de mí y bueno esto confirma mis dudas ella es mi amiga, mi amiga antes de lo que sea que hubiera pasado.

-Bennett bebé ¿me recuerdas? -dice sonriendo. Me voy a abrazarla y siento que la conozco de hace siglos atrás, pero a mi pesar no la recuerdo, solo tengo dentro de mi este mar de sentimientos que de momentos me sobre pasan.

-No, no puedo recordar bien, pero si se quién eres. - le sonrió y ella a mi igual. Nos limpiamos las lágrimas que no sabía muy bien cuando iniciaron a salir, ella me sonríe tiernamente y yo me rio de toda la situación.

-Eso ya es algo, ya recordarás no te preocupes. -dijo y yo le creí. Pero ahora me faltaba ver a una persona más.

-Aarón... ¿Dónde está? -pregunto y así como pregunto llega la respuesta

-Aquí. -dice una voz atrás de mí. Volteo y veo a Aarón. Tal y como no lo recordaba.

Me acercó a él para abrazarlo y él me corresponde con la misma fuerza.

-Esto es demasiado bueno Bennett, no puedo creer que en un solo día ya sepas quienes somos. -dice y yo sonrió. -pensé que nos tocaría presentarnos de nuevo y esas cosas.

-Bueno no sé, simplemente puedo recordar sus nombres y que son mis mejores amigos, pero no puedo recordar momentos ni nada así. -digo y me da tristeza al instante. Quiero recordarlos y recordar mis días de escuela junto a ellos.

El profesor hace rato está dictando su clase sin importarle nuestra conversación, algo me dice que ya estaban preparados para que esto ocurriera.

Las mesas son de parejas así que yo estoy con Sophia y Aarón con un chico, un chico hermoso, con unos ojos que podían desestabilizar un mundo entero y ni hablemos de sus labios.

También se me hacía conocido, pero no sabía si estaba proyectando mis ganas de conocerlo y usaba mi perdida de memoria como excusa. 

- ¿También estudiaba contigo? -digo dirigiéndome a él y me mira.

 

En cuanto sus ojos se encuentran con los míos, mi pecho empieza a doler. Puedo sentir dentro mi estomago retorcerse y mis emociones descontroladas.

Esos ojos, sentía que los había visto antes, sus labios, sus hermosos labios que me dieron ganas de besar en cuanto mi vista se posó en ellos, sentía que los había besado.

El me miro con un brillo de esperanza y supe que él y yo nos conocíamos muy bien. Pero no recuerdo su nombre, no recuerdo nada de él.

El noto mi esfuerzo por recordar, entonces volteo su rostro hacia el profesor, pero yo pude notar que su rostro se volvió frío y sus manos se convirtieron en puños, casi podía ver la ira emanando de él, pero también noté la tristeza en sus ojos.

Yo quería abrazarlo y decirle que todo está bien. Pero no sentía que fuera lo correcto.

-L-Lo siento... Por no recordarte. -digo con las lágrimas amenazando salir de mis ojos. Él se relajó y tomó mi mano.

En cuanto el hizo esto me dio un dolor en la cabeza horrible, tan insoportable que me hizo cerrar los ojos fuertemente.

Llegaron recuerdos de todo tipo, de él y yo tomados de la mano en el jardín del castillo, de mi casa. De él y yo tomados de la mano mientras corríamos, el reía y yo igual. Éramos muy felices juntos.

- ¿Bennett estas bien? -pregunto Aarón al ver mi cara de dolor.

-Gael... -fue lo único que pude decir antes de caer inconsciente.