Bennett.
Siempre me gusto la sensación de flotar en el agua, me hacía sentir fuera de mi mismo.
Cuando estas dentro del agua sedes todo el control de tu cuerpo, tu mente está en blanco, concentrada en una sola cosa, no dejarte caer.
En este momento, no era agradable para mi no tener control de mí mismo. En lugar de sentir mi cuerpo flotar libremente era mi mente la que flotaba sin rumbo.
A mi llegaban miles de pensamientos, recuerdos confusos combinándose unos con otros, era caótico y quería salir, quería estar fuera de aquí. Quería recuperar algo del control de mi mente y mi cuerpo.
La angustia en mi pecho me estaba consumiendo, tanto así que sentía que no podía respirar correctamente, todo mi cuerpo se sentía rígido como si ya no funcionara, todas las capacidades motrices que tenía parecían haberse esfumado, olvide como despertar, olvide como abrir los ojos y casi parecía que hubieran pegado mis parpados para no dejarme abrir los ojos.
No podía coordinar un pensamiento racional, ni siquiera un pensamiento que me hiciera obtener un poco de calma, hasta que lo sentí, una suave brisa goleando mi rostro…
Solo podía ver arboles alrededor, mirara a hacia donde mirara parecía que los árboles me rodeaban totalmente, el cielo estaba totalmente despejado y el sol me brindaba una delicada sensación de calidez.
Podía escuchar animales dentro del bosque, caminado en paz en su hogar, tanto así que sentía que si daba un solo paso perturbaría toda la paz que se sentía en el lugar.
Poco a poco mi mente se fue aclarando y encontrando la paz que necesitaba, con cada respiro de aire fresco que tomaba, en mi pecho se iba deshaciendo el nudo que sentía hace minutos.
Al mirar el cielo podía ver pájaros, se veían volando pacíficamente, también escuchaba el suave movimiento de los árboles con el viento.
Todo parecía irreal como podía existir en el mundo un paraíso como este.
Miré hacia un costado y pude ver un gran lago, se notaba que era la fuente que nutria todo el valle, podía ver animales pequeños beber de el. Entonces me anime acercarme lentamente al lago, cuando llegue a el, a pesar de su color verdoso, pude ver claramente mi reflejo, me veía distinto a como me recordaba a mi mismo, tenia el cabello mas largo y rubio. Me veía feliz, me sentía feliz.
-Mi amor, es hora de volver. -al escuchar esa voz voltee rápidamente hacia donde venia.
Mi sorpresa fue grande al ver al chico de mi clase, Gael.
La forma en que el me veía, como si yo fuera lo más preciado que tenía, me hacía sentir miles de cosas en el estómago, en mi pecho sentí crecer un remolino de cosas, si tenia que ponerle un nombre a todo lo que sentía, lo llamaría amor.
Sonreí bobamente, totalmente enamorado y sin poder o querer evitarlo me lance a sus brazos, nos envolvimos en un abrazo que por mi duraría horas, días, años incluso. Podía estar en sus brazos por el resto de mi vida, quisiera estarlo.
-Despierta mi amor, te estamos esperando. – dijo acariciando mi cabello con suaves movimientos.
Lo mire atentamente sin entender, intente volver a sus brazos, pero en cambio, sentí como me tomaba de los hombros me empujaba al lago, intente tomar su mano antes de caer, pero el no intento tomar la mía.
Me levante de golpe sobre saltado, tosiendo como si llevara mucho tiempo sin respirar.
Cuando logré abrir los ojos vi que estaba en mi habitación, podía sentir mi propia esencia envolver el lugar.
Me intenté levantar un poco, pero me sentía mareado, tuve que tomar un par de respiraciones antes de volver a intentar incorporarme.
-Despacio, Ben. -dice Celia mientras me ayuda a sentarme y yo por fin reparo en las personas a mi alrededor.
Esta claramente Celia, Adonis, Luciel, también estaban Aaron y Sophia junto a… Gael.
Me quedé mirándolo y puse sentir dentro de mí un amor inmenso hacia él. Como no lo tenía a ninguno en esta habitación, era amor de pareja.
Entonces recordé mi "sueño", el fue el que me ayudo a salir de mi estado de inconciencia, no sabía si había sido un escenario creado por mi cabeza o si él había hecho algo, a este punto ya nada me sorprendía. Y aunque aún no superaba que me tirara al lago, le estaba agradecido.
-Dejen de verme así. -digo un poco apenado porque todos me miran esperando algo y sé que es, pero lamentablemente aún no recuerdo más que cosas pequeñas.
- ¿Qué me pasó? -pregunto ya que ninguno de ellos habla.
-Te desmayaste. -dice Aarón lo obvio.
Iba a responder su comentario, pero en ese momento empiezo a oler a mamá, Abigail y a Liam acercándose. Me levanto rápidamente de la cama y todos se alertan.
Se abre la puerta de mi habitación dejando ver a mamá con Liam en brazos, mi hijo.
Me acercó a ellos y miro a mi bebé, es mi bebé. Miro a mamá y ella ya está llorando.
También observo a Abigail que es un mar de lágrimas seguramente desde antes de entrar a la habitación.
Tomo sin decir nada a Liam en mis brazos, y aunque es un niño grande, de unos ocho años se muy bien lo consentido que puede llegar a ser.
Lo abrazo fuertemente y el a mi igual, cosa que me alivia inmensamente. No podría lidiar con su distancia.
Liam, mi pequeño Liam. ¿Cómo alguien podía olvidar a su hijo? ¿Cómo llego a mi vida? ¿Cómo y con quien lo tuve? Solo una persona se me viene a la cabeza, Gael.
Cuando dirijo mi mirada a él, ya está mirándonos a ambos con un brillo en sus ojos, sus ojos están cargados de kilos y kilos de amor hacia nosotros.
El pequeño Liam puso sus manitas en mi cuello y sonrió y yo inevitablemente lo hice también. Caminé abrazándolo hasta mi cama, Me senté con él y empecé a darle muchos besitos. Sentía que hace mucho no lo veía y lo extrañe mucho.
Abigail se subió a la cama con nosotros y me abrazo. Yo con otra mano la abrace también.
Tenia demasiadas cosas por decir, muchas, demasiadas preguntas. Pero decidí solo vivir el momento, rodeado de todas estas personas que sentía que hacían parte fundamental de mi vida.
Mire a Liam y después a Gael no entendía muy bien como había pasado, pero sabia que el me debía una explicación, en realidad todos me la debían.
- ¿por qué no me habían traído antes? -pregunte mirando a mi mamá y después a Gael, sentía que ellos son a los que correspondía esa decisión.
Ya que eran mis padres y mi pareja. Miré su dedo con un anillo recordando que yo también tenía uno, pero en mi mano no había un anillo.
Llevé mi mano a el primer cajón de una mesita que había al lado de mi cama y como creí había una pequeña cajita roja. La tome y mire a Gael, ¿estábamos casados?
Una parte de mi no salía de mi asombro, no por ser pareja de un hombre ya que no tenía prejuicios al respecto, pero si al haber olvidado todos los momentos importantes de mi vida.
-Siempre que recordabas te desmayabas y olvidabas todo de nuevo. -respondió el.
-Cuando estabas aquí, junto a todos nosotros, como ahora recordabas todo, pero después empeorabas, la primera vez olvidaste tus años de universidad, después nos olvidaste a nosotros, fue horrible. – dijo mi madre y todos en la habitación asintieron. -Así que te enviamos a recuperarte totalmente a Aalborg, es un lugar pequeño y tranquilo, pensamos que te ayudaría.
Yo asentí intentando comprender, una parte de mi lo entendía racionalmente toda la situación, otra parte de mí solo pensaba en que había sido alejado de mi familia, por mi propia familia.
-Es un alivio que mi mente los olvidara, pero no mi corazón. -dije intentando darme un poco de moral y siendo realistas todo es más fácil porque recuerdo el amor que le tengo a estas personas.
Sentir a Liam dormido en mis brazos no me permitió hundirme en la cantidad de pensamientos que llegaban a mí. Sonreí y miré a Gael, quien nos miraba con una sonrisa.
- ¿Aún no recuerdas nada? -pregunto Abi
-Bueno, se quiénes son ustedes y quienes faltan, pero nada más. -digo y todos asienten en comprensión. - ¿y papá, Michael, Martin? -recordé que tenía más hermanos. Mi mamá sonrió mucho más y miro a Celia. Ella entendió y salió de la habitación rápidamente.
Adonis y Luciel se despidieron cordialmente y por supuesto yo no pase por alto el sonrojo de Adonis en cuanto nombre a Michael.
- ¿Por qué te vas Adonis? -pregunte inocente y todos rieron bajito.
-Me alegra que recuerdes, pero no que me molestes. -dijo muy sonrojado.
Antes de que ellos pudieran salir llegaron mis hermanos.
Martín quien es el menor me miro y corrió a la cama para abrazarme yo le correspondí con cuidado de no despertar a Liam.
- ¿Por qué no nos habían dicho que él estaba aquí? -pregunto enojado Michael mirando a todos en la habitación con enojo, menos a mí. Su mirada se detuvo en Adonis quien lo miro con cara de perrito regañado.
-Lo siento... Fueron órdenes. -dijo el caminando hacia él.
-Ustedes no hubieran aguantado decirle todo nada más llego a la casa. -dijo mamá sonriendo un poco apenada.
Ellos la miraron indignados y después Michael se separó de Adonis para venir y abrazarme.
Quede casi perdido en sus brazos, él era tan grande como papá y un poco más grande que Gael.
Mi vista se volvió a Liam quien dormía profundamente con la cabeza en mi pecho. Mire a Gael quien no había quitado sus ojos de mí.
-Lo siento, pero tal vez podrían dejarnos a solas a Gael y a mí. -dije un poco impaciente por obtener algunas respuestas a esta situación y todos aceptaron sin replicar saliendo de la habitación.
-Hola. -digo y el se ríe divertido.
Le hago un poco de espacio en la cama y el ansioso se sienta cerca de mí, muy cerca.
- ¿Te sientes bien? -me pregunta y yo le miro con atención. Sus ojos me traen muchos recuerdos, puedo encontrar en mi mente pequeños fragmentos de el mirándome, de tantas formas y tantas veces, que no puedo lograr entender por completo como es posible que no lo recuerde.
- ¿Eras el chico del balcón? -pregunto y el sonríe apenado. -Está bien ¿Y la voz en mi cabeza? -me río bajito al ver como desvía la mirada. Aunque aun no entendía como era posible, dentro de mi sentía que era algo normal entre el y yo, una forma de comunicarnos.
-Lo siento, no debí acercarme a ti, pero ya eran cinco años lejos de ti amor. -dice y yo me sonrojo al escuchar como me llama.
Intentaba recordar todas las cosas, pero simplemente no podía, solo cosas vagas de lo que de verdad pasó.
-Te amo tanto. -dijo y yo sabía que también lo amaba, demasiado, como el a mí, lo podía sentir, pero aun así no dije nada.
Solo había una cosa por hacer, algo que deseé hacer desde que lo vi en la escuela esta mañana.
Acomode a Liam en la cama y el feliz busco el calor que le proporcionaban las mantas.
Me acerque decidido a Gael y junte nuestros labios, el respondió a el beso de forma tierna y llena de amor, como el día en que nos casamos. Recordé muchas cosas junto a él y eso me lleno de una felicidad que hace mucho no sentía.
El beso removió muchos recuerdos en mi cabeza incluyendo uno que me trajo un sabor amargo a la boca.
Me separe de el y solté un par de lagrimas, no sabia por que lloraba en realidad, pero lo que si sabia es que me sentía mal conmigo mismo.
-No pienses en eso, ya nada importa. -me intento calmar pero no lo logro, solo aumento ese sentimiento, el lo sabia, sabia que recuerdo había llegado a mi mente.
-¿Tu lo sabes? -pregunte asombrado y avergonzado.
-No me importa que hayas hecho con el Bennett, se que me amas y yo te amo, es lo único que me interesa.
Lo miro sin dar crédito a lo que escucho, el sabia que yo había estado con alguien mas, sabia que había traicionado su confianza y aun así estaba aquí, junto a mi.
-Las cosas no son como las estas pensando mi amor. -dice seguro y yo lo miro aun sin entender.
-¿Sabes lo que pienso? ¿Sabes que estoy pensando en este momento?
-Si, lo sé.