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Chapter 2 - La Revelación

—Por qué te tiembla tanto la voz? —decía la joven mientras se inclinaba hacia adelante, con un brillo travieso en la mirada—. Aunque debo admitir que eres más aburrido de lo que pensé. Creí que serías más emocionante —continuaba mientras se ponía de puntillas, intentando alcanzar la altura de Kayl, lo cual era claramente imposible para ella.

Kayl sintió otro escalofrío recorrer su espalda. El gato se acercó a él con emoción, y en ese momento una oleada de energía lo envolvió. La conexión con Ellie y Félix parecía transmitirle un conocimiento oculto; el pasado que apenas comenzaba a recordar se sentía cada vez más cerca.

—¿Me estabas… esperando? —repitió Kayl, intentando asimilar lo que estaba sucediendo.

—Pues claro genio, si no que más estaría haciendo aquí? —dijo Ellie con un tono sarcástico —¿Te parece que me gusta esperar? —replicó Ellie, con una sonrisa que combinaba dulzura y un toque de locura. —Tuve que arriesgarme a salir de mi escondite, y créeme, no es algo que haga a menudo.

Kayl frunció el ceño, tratando de comprender. —¿Escondite? ¿De qué estás hablando?

—Bueno, ya sabes, soy una bruja. Necesito esconderme de los humanos y de cosas que no querrías saber —dijo ella, girando sobre sí misma con un movimiento despreocupado—. Pero no te preocupes, aquí estoy, como una salvadora de la humanidad, o al menos de tu pequeña existencia.

—Sigo sin entender qué haces aquí. ¿Esto tiene que ver con mis sueños? —decia kayl mientras observaba como la joven se dirigía tranquilamente a la cocina de su casa.

—Ah, sobre eso, en realidad no son sueños —dijo ella mientras buscaba algo de comer — son recuerdos; los recuerdos de tu antigua vida.

Durante toda su vida, Kayl siempre creyó que cosas como la reencarnación, los espíritus o los demonios, eran más que meras leyendas. Al escuchar lo que decía la joven, aunque antes no creía en ello, ahora se sentía desesperado; los sueños lo estaban atormentando.

—Oye, ¿acaso no comen aquí? Me muero de hambre y no encuentro nada, está todo vacío —decia Ellie mientras registraba cada rincón de la cocina.

—Toma —dijo Kayl mientras le lanzaba un mango que estaba en la mesa —.Si todo esto es verdad… ¿qué debo hacer? Porque esos recuerdos me atormentan ahora 

—Verás, fuiste condenado hace muchos siglos. De un día a otro desapareciste mientras estábamos en guerra— Ellie parecía un poco triste mientras contaba esto —. Te necesitábamos, pero al saber que no estabas, el caos fue aún peor. El mundo de los humanos y el de los espíritus era un desastre. No puedo decirte más sobre tu caso, ya que tengo prohibido hablar de ello, así que tú tienes que descubrirlo tu propósito.

Kayl se sintió abrumado por la revelación de Ellie, pero la curiosidad lo empujó a preguntar: 

—¿Qué pasa con Isaac? ¿Cómo es que ustedes dos se conocen?

—Es mi hermano —dijo ella con tranquilidad.

—Bueno, tiene sentido, hay un gran parecido entre ustedes… excepto en la personalidad, claro —respondió Kayl, mientras observaba cómo, de repente, los ojos de la joven se tornaban de un amarillo con un tono que recordaba al fuego.

—Isaac y yo somos gemelos, pero yo soy la mayor por unos minutos, así que siempre lo estoy cuidando como si fuera mi hermano menor —decía Ellie mientras jugueteaba con la cámara de Kayl—. Por cierto, ¿qué es esta cosa tan extraña? No le encuentro ninguna función.

—Es una cámara. No la toques mucho o vas a romperla.

Ellie dejó la cámara en la mesa y suspiró, cruzándose de brazos. —A veces me sorprende lo mucho que has olvidado. No eres ni la sombra de lo que eras antes.

Kayl la miró, tratando de mantener la compostura. —¿Y qué se supone que era antes?

—Alguien importante… alguien poderoso —respondió Ellie, con un tono enigmático—. Pero ahora, mírate, no tienes idea de nada, y eso es peligroso.

Kayl frunció el ceño, frustrado. —Entonces ayúdame a recordar.

—No es tan sencillo como crees. Si te doy todas las respuestas, podrías… —Ellie hizo una pausa, buscando las palabras adecuadas—. Podrías perderte. Hay cosas que debes descubrir por ti mismo.

En ese momento el felino que había estado merodeando por la sala saltó al regazo de Kayl, como si buscara consuelo. Ellie sonrió.

—Parece que él si te recuerda —comentó mientras acariciaba la cabeza del gato—. Los animales espirituales nunca olvidan. Él parece haber estado contigo por mucho tiempo, más de lo que te imaginas.

Kayl miró al gato de inmediato. — Espera, ¿me estás diciendo qué, él fue parte de mi vida anterior?

Ellie asintió lentamente. —Es uno de los pocos vínculos que quedan de esa vida. Pero, cuidado, Kayl. Si decides recordar y recuperar tu poder, atraerás la atención de seres que preferirías no conocer.

Kayl tragó saliva, sintiendo un nudo de nervios en el estómago. —¿Qué tipo de seres?

Ellie se inclinó hacia él, su expresión tornándose seria por primera vez. —Seres que incluso yo temo. Espíritus oscuros, demonios que se alimentan de las memorias de otras vidas. Ellos ya saben que has comenzado a recordar.

El ambiente en la habitación pareció tornarse más pesado, y Kayl sintió cómo su piel se erizaba.

—¿Entonces no tengo opción? ¿Debo recordar o…?

—Debes, si quieres respuestas. Pero si decides continuar, debes prepararte para enfrentarte a ellos. Y recuerda, Kayl, la reencarnación no es siempre una bendición. A veces es un castigo.

Kayl sintió temor, un temor que nunca antes había experimentado, esto era totalmente nuevo para él.

— ¿Puedo preguntarte sobre estos demonios qué dices?— dijo él con extrema curiosidad.

—Existen los demonios de luz y los demonios de oscuridad. Los demonios de luz son seres con una naturaleza dual. Aunque poseen un instinto demoníaco, son capaces de desarrollar emociones y compasión. A menudo, eligen ayudar a los humanos en momentos de necesidad, lo que les ha ganado el título de "demonios de luz". Aunque pueden ser traviesos y les gusta jugar bromas inofensivas, estas travesuras suelen ser intrascendentes y sin malicia real. Cada demonio de luz tiene la habilidad de adoptar una apariencia humana, lo que les permite interactuar entre los mortales sin levantar sospechas. Esta capacidad les brinda una cercanía única con los humanos, quienes los ven como figuras misteriosas que aparecen en los momentos más inesperados para ayudar, proteger o incluso enseñar. Ellos suelen tener mucho respeto hacia las majestauosas Deidades, quienes son los que controlan ambos mundos. 

—¿Y qué hay de los demonios de oscuros?— preguntó Kayl ansioso.

—Los demonios de oscuridad son seres completamente carentes de emoción. En ellos no existe la compasión ni la bondad, solo un deseo inquebrantable por el sufrimiento y la muerte. Su apariencia verdadera es aterradora, una manifestación de sus intenciones oscuras, aunque logran ocultarse al poseer a humanos vulnerables, aquellos cuya voluntad es fácil de doblegar. Bajo la posesión de un demonio de oscuridad, los humanos se convierten en marionetas sin control, llevados a cometer actos horribles y sin escrúpulos. Recientemente, ha surgido un oscuro rumor sobre uno de estos demonios en particular, cuya crueldad lo distingue entre los demás. Nadie recuerda su nombre, pues ha logrado poseer el cuerpo de un poderoso brujo, borrando de la memoria de todos su identidad original. Este demonio ha perfeccionado el arte de la manipulación, escondiéndose en las sombras mientras siembra el caos y la desesperación.

—Supongo que tú conoces algun demonio de estos cierto?— pregunto Kayl 

—Mi padre es un demonio de luz —dijo Ellie con total seriedad—. Creo que esto sí puedo contártelo. Mi madre era una bruja, la más poderosa que había en el mundo espiritual. Un día, un demonio oscuro muy poderoso logró poseerla. Ella trató de resistirse, pero ese demonio había consumido muchas almas humanas, lo que lo hacía aún más fuerte. Cuando tomó el control del cuerpo de mi madre, se desató una guerra. Mi padre tuvo que luchar contra ella, ya que él es el demonio de luz más fuerte que existe… —relató Ellie, con un tono que dejaba entrever que estaba conteniendo las lágrimas.

Pero antes de que la joven terminara de contar la historia un grito desgarrador resonó en la distancia, interrumpiendo su conversación. Ellie y Kayl intercambiaron miradas de preocupación.

—Debemos irnos ya —dijo Ellie en un tono cargado de gravedad.