El portal se cerró con un estruendoso ruido detrás de ellos, dejando al grupo en la más profunda oscuridad. Aleron, aún sintiendo el zumbido de la energía mágica en su cuerpo, intentó ajustarse a la falta de luz, pero no era fácil. El aire estaba denso, cargado de una energía extraña que le erizaba la piel. El Grifo Mítico, al igual que él, se encontraba alerta, sus ojos brillando con intensidad en la penumbra.
"¿Qué es este lugar?" murmuró Aria, su voz bajita pero llena de preocupación. Los demás exploradores, los magos y guerreros más experimentados, avanzaban con cautela, sus varitas y armas mágicas en mano, preparándose para cualquier cosa que pudiera surgir de la oscuridad. La atmósfera era opresiva, como si el mismo aire estuviera esperando a atraparles.
"Se siente como si estuviéramos siendo observados", dijo uno de los guerreros de la academia, un joven llamado Valen, con una mirada tensa. "Este lugar no es natural."
Kael, el maestro de los exploradores, caminó en silencio, su rostro imperturbable, pero su mano estaba firmemente aferrada a la empuñadura de su espada. Sabía que este portal no era como los anteriores. Había algo profundamente inquietante en el aire, algo que se movía en las sombras y los hacía sentir diminutos, casi insignificantes.
Aleron cerró los ojos por un momento y se concentró en su vínculo con el Grifo Mítico. La energía que ambos compartían lo mantenía centrado, y aunque su poder estaba algo debilitado por la batalla anterior, sabía que no podía permitirse flaquear ahora. Este era el momento para demostrar de qué estaba hecho.
"Vamos", dijo Kael, señalando hacia adelante con una expresión grave. "Mantengan los ojos abiertos. El portal ha abierto este camino por alguna razón, y debemos descubrir cuál es."
El grupo avanzó, pero el eco de sus pasos parecía apagado, como si el sonido no quisiera escapar de las sombras que los rodeaban. De repente, una luz débil comenzó a brillar en la distancia, como una chispa en la oscuridad. Era pequeña, pero claramente visible. Kael levantó la mano, indicándoles que se detuvieran.
"Algo se acerca", dijo en voz baja.
Todos se pusieron en alerta máxima. Aleron pudo sentirlo en el aire: una presencia, algo que se movía en las sombras, y su energía parecía... errática, impredecible. A medida que se acercaban, la luz se hacía más fuerte, pero no era una luz normal. Era como si algo estuviera ardiendo desde dentro, una luz sobrenatural que no pertenecía a este mundo.
Finalmente, algo emergió de las sombras, y todos los exploradores retrocedieron un paso. Era una criatura, alta y delgada, cubierta de una piel negra como la obsidiana, sus ojos brillaban con una luz verde intensa, similar a la que emanaba del portal. La bestia tenía garras largas y afiladas como cuchillas, y sus colmillos se asomaban desde sus labios curvados en una mueca macabra.
"Un ser de la oscuridad...", susurró Valen, con los ojos abiertos como platos. "Nunca he visto una criatura así."
Kael levantó la mano, pidiendo calma. "No disparen aún. Aleron, ¿puedes sentir su energía?"
Aleron se concentró, su mente abriéndose a la magia a su alrededor. La bestia, aunque parecía tangible, tenía una presencia que era como una sombra en su interior. Su energía mágica era errática, como si fuera una mezcla de múltiples fuentes de poder, algo que nunca antes había sentido.
"Es... rara", dijo Aleron, su voz teñida de incertidumbre. "Es como si estuviera hecha de pura oscuridad. No puedo identificar exactamente qué tipo de energía tiene."
"Eso no es una criatura común", dijo Kael, su rostro serio. "Es un Fragmento del Vacío."
El nombre hizo que todos los exploradores se pusieran más tensos. Los Fragmentos del Vacío eran criaturas legendarias, consideradas casi mitológicas, que surgían de las grietas más profundas entre los mundos. Se decía que eran la manifestación de la oscuridad misma, entidades que existían fuera de la comprensión y las leyes naturales.
"Un Fragmento del Vacío...", repitió Aria, los ojos muy abiertos. "Pero... ¿cómo es posible? Las puertas no deberían abrirse para algo así."
"Eso es lo que tenemos que averiguar", dijo Kael, su mirada fija en la criatura. "Nos enfrentaremos a ella. Todos, prepárense."
El Fragmento del Vacío dio un paso hacia ellos, sus garras rasgando el suelo como si fuera mantequilla. La energía que emanaba de su cuerpo distorsionaba el aire a su alrededor, creando ondas de oscuridad que desvanecían la luz a su paso. El aire se volvía denso, y Aleron sintió cómo su magia se congelaba, como si la misma oscuridad estuviera tratando de devorar su poder.
"¡No podemos dejar que se acerque más!" gritó Valen, desenvainando su espada. "¡Ataquemos!"
Antes de que pudiera avanzar, la bestia lanzó un rugido ensordecedor. El sonido era como una explosión, y la onda de choque derribó a varios de los exploradores, haciéndolos caer al suelo. El Fragmento del Vacío no parecía tener una forma definida, sino que se movía como si fuera parte de la misma oscuridad que lo rodeaba. Su cuerpo se estiraba y se contraía, tomando formas grotescas antes de desintegrarse y reformarse en otra.
Aleron, que había sentido el impacto de la onda de choque, se levantó rápidamente. "¡Grifo!" gritó, llamando a su compañero.
El Grifo Mítico apareció a su lado al instante, su cuerpo resplandeciendo con una luz dorada. El vínculo entre ellos estaba fuerte, y Aleron pudo sentir cómo la energía fluía de nuevo en su cuerpo, renovada. "¡Lanza el ataque, ahora!"
El Grifo extendió sus alas con un rugido poderoso y se lanzó hacia la criatura. Aleron canalizó su energía mágica, invocando una Explosión de Llama Celestial, un hechizo de fuego concentrado que había aprendido recientemente. El Grifo batió sus alas, creando un vórtice de viento ardiente que envolvió a la criatura.
El Fragmento del Vacío se detuvo, y aunque la llama pareció alcanzarlo, la oscuridad que lo rodeaba empezó a absorber las llamas, disipándolas como si nunca hubieran existido. La criatura levantó una de sus garras y, con un solo movimiento, desintegró la energía mágica, absorbiéndola para alimentarse de ella.
"¡Imposible!", exclamó Aleron, asombrado. "¿Cómo puede ser tan fuerte?"
Kael, que había estado observando con una calma inquietante, dio una orden. "¡Usad todos los hechizos de luz que tengáis! ¡No podemos dejar que nos devore nuestra magia!"
Los exploradores comenzaron a lanzar hechizos con una mezcla de luz pura y energía de sellado, pero la criatura continuaba absorbiéndolos, cada vez más poderosa. Aleron miró el Panel de Estadísticas de su Grifo, y vio que su poder estaba decayendo rápidamente.
Grifo Mítico
Poder: Tres EstrellasHabilidad: Llamado del Vínculo (Deshabilitada Temporalmente)
"¡Necesito más poder!", pensó Aleron, apretando los dientes. No podía permitir que el Grifo fuera absorbido por esa oscuridad. Su visión se nubló con determinación.
"¡Voy a liberar todo mi poder!", murmuró, con una nueva resolución.
El Llamado del Vínculo no estaba completamente agotado. Aleron podía canalizar más energía, más allá de sus límites, aunque le costara todo. El Fragmento del Vacío no sabía lo que estaba a punto de enfrentar.
"¡Vamos, Grifo! ¡Hoy, derrotamos a esta oscuridad!" gritó Aleron, concentrándose con todo su ser.
La batalla estaba lejos de terminar, pero este sería el enfrentamiento que cambiaría el curso de su destino.