El botón, resultó ser de latón ennegrecido y tras toquetearlo unos segundos y luego frotar su mandíbula contra él para ver qué sensación le producía, Rae abandonó el botón y regresó a su espacio para evitar la atención que estaba recibiendo estando al descubierto.
—Una vez que esté completamente crecida, creo que estará más dispuesta a estar afuera, pero por ahora, se siente mucho más cómoda en lugares donde puede camuflarse, especialmente en lugares oscuros —explicó Karl.
—Entonces no la forzaremos a salir donde se sienta incómoda —acordó el líder del entrenamiento de magos, mientras acariciaba la cabeza de Thor.
Una mascota nueva y amigable era suficiente para los profesores, pero Rita había traído a Karl aquí por una razón real, y no solo para hablar de cómo le fue el fin de semana.
