Como si el sonido de los utensilios los atrajera hacia la tienda, la Coronel Valerie llegó con el jefe del equipo de investigación de la iglesia tan pronto como se sirvió la comida, y se sentó felizmente a comer.
—Necesitaremos un equipo que vaya a verificar si ya pueden entrar. El otro equipo hizo la comprobación de las doce horas y no pudieron entrar, así que esperamos que sea solo un día de espera y no una semana completa o algo aún más largo —explicó la Coronel mientras cortaba sus huevos para dejar que la yema se derramara sobre sus papas.
—Poder intentarlo una vez al día sí que parece un buen trato. La cantidad de equipo y botín que podrían sacar varios equipos de un calabozo cada día es bastante impresionante —estuvo de acuerdo Karl.