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Karl siguió las indicaciones de Halcón hacia la manada de lo que resultaron ser Yetis, que en la mente de Karl eran básicamente Orcos peludos. Eran del mismo tamaño, y aunque no usaban armas y preferían sus garras y la Magia de Hielo, estaban en el mismo nivel de inteligencia casi humana.
El grupo lo observó fijamente a Karl mientras se acercaba solo desde los árboles, luego gruñeron cuando él activó [Rayo Refrescante] y [Cuerpo Llameante]. La magia de Fuego los enfureció, y el puro atrevimiento de este humano al pensar que podía enfrentarse solo a un Clan Yeti entero les mostró que no les tenía casi ningún respeto.
Pero Karl no estaba solo, él era solo la distracción, y los demás habían rodeado al grupo mientras él hacía posturas y perdía tiempo.
—[Estamos en posición] —informó Rae, y Karl se lanzó a la acción.
Su espada desvió una ráfaga de dardos de hielo mientras los magos invocaban a sus Gólems, luego Rend bloqueó las garras del Yeti más grande.
