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Por el resto del día, Halcón los llevó en una alegre persecución por el área de la misión, cazando grupos de Monstruos Ascendidos y, de vez en cuando, algún Monstruo de Rango Comandante. Tan rápido como los equipos podían matarlos, Halcón los llevaba a otro sitio.
La situación se había descontrolado tanto que tuvieron que reasignar a Thor para que arrastrara el trineo lleno de cabezas de las bestias de alto rango derrotadas, su sólida evidencia de la incompetencia del Comandante de la Base.
Karl se había ofrecido a ponerlas en el espacio de Thor, pero el Sumo Sacerdote no quiso oír hablar de eso. Meter los trofeos en un espacio separado introducía la posibilidad de manipulación, y eso no cumplía con los estándares de evidencia de la Iglesia.
—[Creo que esos son todos. Pero los humanos parecen cansados, deberíamos ir al campamento ahora] —sugirió Hawk.
