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Karl pensó en la pregunta. ¿Quiénes habían estado involucrados?
—Le propuse a mi tutora personal, la Sargento Rita, que sería mejor para mi desarrollo si pudiera salir a recibir entrenamiento práctico. Solo hay un límite de lo que puedo hacer en el entorno limitado de la Academia, y ella lo discutió con los agentes de la Oficina de Desarrollo de Elites, quienes estuvieron de acuerdo con la misión y seleccionaron la que me fue asignada.
El Inquisidor pareció confundido. —¿Qué hacía un Agente de la Oficina allí?
Karl se encogió de hombros. —Hay dos de ellos asignados a mí. Uno está ahí todo el tiempo, ya sea un mago o un guerrero. Ellos me llevaron de viaje para encontrar mi segunda y tercera bestias, luego aprobaron esto como mi primera misión de estudiante.
El Inquisidor parecía como si le estuviera dando un dolor de cabeza.
—Retrocedamos un paso. ¿Cuándo la Oficina empezó a mostrar interés en ti? —preguntó el Inquisidor.
