Lanny estaba ocupada pagando sus pedidos cuando Kimmy de repente tiró del dobladillo de su camisa.
—¡Mamá! ¡Mira! ¡La tía Athena está besando a un guapo desconocido en un traje negro! —Kimmy lo soltó de repente, captando la atención de su madre.
—¿Qué? —Lanny no quería creerlo, pensando que su hija solo estaba bromeando. Pero en el momento en que se volvió, su mandíbula se cayó al ver la escena.
—¡Mierda! ¿Por qué está aquí ese imbécil? —Lanny exclamó sorprendida.
—¡Mamá! ¡No hables malas palabras! —Kimmy la regañó.
—¡Niña! ¡Eso no es lo principal aquí! —Lanny se dio cuenta de la situación. Sus ojos inmediatamente escanearon el lugar, buscando a Aaron. Lo vio a solo unos metros de distancia de Athena y Dominique.
Aaron estaba de pie en silencio en su lugar, sosteniendo su helado mientras miraba a Dominique y a Athena con una expresión desconcertada en sus ojos.