—¡Atenea! ¡Encontramos a tu hermano! ¡Lo encontramos! —Lanny corrió en dirección a Atenea, compartiendo la buena noticia.
Atenea y Gael se quedaron boquiabiertos al escuchar eso.
—¿Es cierto? ¿Encontraste a mi hermano, Enzo? ¿Está vivo? ¿Dónde está ahora mismo? —Atenea bombardeó a Lanny con tantas preguntas, sujetándole los hombros fuertemente con las manos.
Lanny movió frenéticamente la cabeza en respuesta a sus preguntas. La felicidad se le notaba en todo el rostro. —Sí. Está vivo. Está en Isla Fortuna Grande. Podemos ir allí ahora mismo para confirmarlo.
—Isla Fortuna Grande… es un lugar lejano. No me extraña que los hombres que contraté no pudieron encontrar su rastro —Gael se asombró de que Lanny hubiera localizado a Enzo.
«Sus hombres son más capaces que los nuestros», pensó Gael para sí mismo. Pero estaba feliz por Atenea. Finalmente se reuniría con su hermano desaparecido.
—¿Puedo ir con ustedes? —Gael se ofreció voluntario.