—Uh-oh. Estoy en problemas.
—Athena le dejó claro a Vladimir que odiaba cuando él se involucraba en la violencia.
—Pero no pudo evitarlo. Esta era su naturaleza, siendo el Jefe de la Mafia. La exposición a la violencia y el derramamiento de sangre era parte de su vida diaria.
—Además, Vladimir era notorio en el mundo subterráneo como un Jefe impulsivo. Tiende a actuar impulsivamente una vez que se desencadena en una situación dada.
—Lo siento. Miembros de la facción opuesta invadieron mi territorio, creando problemas. No tengo más opción que darles algunas lecciones —explicó Vladimir, incapaz de encontrarse con su mirada.
—Ay. ¿Por qué lo haces tú mismo si tienes hombres trabajando para ti? No comprometas tu seguridad, V. ¡No quiero verte bañándote con tu propia sangre otra vez!
—Athena todavía podía recordar vívidamente el incidente en el que Vladimir fue gravemente herido y golpeado por atacar imprudentemente a una pandilla callejera notoria.