—¿Tienes que irte? —preguntó Yang Meiyi mientras miraba a Fu Mingze con ojos llorosos. Solo habían estado juntos durante dos semanas y ahora él le decía que se iría en un viaje de negocios que iba a durar un mes.
Fu Mingze le acarició la mejilla con cariño y dijo —Lamento irme tan pronto, pero mira el lado positivo. Después de este viaje de negocios, ya no estaré ocupado y no tendrás que esperarme más.
—Pero no me importa esperarte. ¿No puedo ir contigo?
—Me encantaría, pero tu mamá te necesita con ella. Ella necesita tu ayuda para dirigir el resort y sé que no te interesa el negocio, pero aprenderlo podría ser útil algún día —dijo Fu Mingze.