La parte más angustiosa de ir a la escuela era que Rika tenía que regresar a casa.
Su teléfono no paraba de sonar, y Rika sabía quién estaba al otro lado incluso antes de coger el teléfono.
—Mark debería entender ya que no quiero hablar con él. Pero estoy segura de que pronto le pedirá a Suzie que me llame —pensó Rika.
La llamada llegó justo cuando Rika lo pensó.
Para Rika ni siquiera era un debate: no iba a contestar el teléfono.
—¿Vas a contestar tu teléfono? ¿Es tu hermano diciéndote que te recogerá? ¿Cuándo llegará? —preguntó Emily con rapidez.
El día finalmente había terminado, y era hora de volver a casa. Mark solía recoger a Rika, pero hoy ella no tenía intención de irse a casa con Mark.
Pensar en estar en el mismo espacio confinado que su hermano la asustaba.
En su mente, Rika sabía que no debería temerle a Mark y que la única razón por la que él la atacó fue porque sus instintos tomaron control sobre él.
Pero saberlo en su mente y hacer que su cuerpo lo recordara eran dos asuntos diferentes.
—De ninguna manera esperaré a que Mark venga a recogerme. Pero no necesito preocupar a Emily ni a Damian —se dijo Rika.
Sus amigos vivían al otro lado de la ciudad, y Rika sabía que necesitaban su tiempo a solas después de la escuela.
No quería interferir con su tiempo forzándolos a llevarla a casa.
¡Y no! No tenía nada que ver con la cara; su presencia hacía que Rika se sintiera como la tercera en discordia.
A menudo, la presencia de Rika pasaba desapercibida cuando salía con sus amigos.
Así que, por mucho que Rika quisiera a sus amigos, pasar tiempo con ellos no estaba en su lista de deseos. Mentir era la mejor opción que tenía Rika en ese momento.
—Mark estará aquí pronto. Lo esperaré. ¿Y tú? ¿También te irás? —preguntó Rika.
Damian ya había recogido su mochila y Emily estaba haciendo lo mismo.
Rika hizo su pregunta en el momento justo en el que sabía que sus amigos estaban a punto de marcharse. De esa manera, no tendría que esforzarse demasiado en convencerlos de que se fueran.
—¿Vas a esperar a tu hermano? Rika, ¿quieres que nos quedemos contigo? —preguntó Emily.
—No, deberían irse. Damian ya se ve ansioso y listo para irse —replicó Rika.
Rika no podía decir si Damian estaba ansioso o no. Pero dudaba que Damian contradijera sus palabras.
Impaciente como era, Rika dudaba de que Damian quisiera quedarse detrás de ella. Y seguramente llevaría a Emily consigo.
Por alguna razón, a Damian no le gustaba cuando Rika y Emily pasaban tiempo juntas. Había sido así desde que se conocieron de niños.
Damian también solo hacía esto con Rika. Ella estaba segura de que a Damian no le caía bien, pero la toleraba por el bien de Emily y su familia.
—¿Qué otra razón tendría para no dejar a su novia Alpha con Rika? —Después de todo, no era como si Emily fuera a huir con una beta como Rika.
Rika esperó a que Damian se fuera, pero él la sorprendió empujando la silla hacia atrás y lanzando su cuerpo en la silla.
Se veía serio, con los brazos cruzados frente a su cara y los ojos mirando directamente a los de Rika.
Estaba segura de que los ojos de Damian miraron su cuello antes de volver a su cara.
Toda esta atención hacía que los vellos de la nuca de Rika se erizaran, y ella inmediatamente sintió un sentido de crisis.
Rika buscó ayuda en Emily, pero ella solo se encogió de hombros y se sentó al lado de su novio.
—Bueno, nos quedaremos contigo hasta que llegue tu hermano. Espero que no tengas problema con esto.
Ahora, dos pares de ojos miraban a Rika, lo que duplicaba su nerviosismo.
El trío era las únicas personas que quedaban en el aula, y Rika se sentía estúpida por haber decidido esperar a su hermano dentro.
Mientras esto pasaba, su teléfono estaba cada vez más ocupado por segundos. Indicaba que su hermano había llegado a la escuela y quería que Rika bajara.
Y conociendo a Mark, él no esperaría a Rika. Se iría sin ella o vendría aquí a arrastrar a Rika él mismo.
Todo dependía de cuánto había enfadado Rika a su hermano. Y esta vez, él decidió buscar a Rika.
Eso logró estropear exitosamente los planes de Rika para escapar de su hermano.
—Oye, ven al coche si ya terminaste tu clase. Y ¿por qué no contestas tu teléfono... qué mierda! ¿Por qué huele tan mal este lugar? ¿Qué maldito bastardo inundó este lugar con sus feromonas? —Mark abrió de golpe la puerta, y el corazón de Rika dio un vuelco.
Casi temía que la puerta se rompiera debido a la fuerza con la que su hermano la abrió.
—¡Deberías intentar controlar tu fuerza, Mark! Y no hay necesidad de que armes un escándalo. Ya estaba bajando para encontrarme contigo. —Rika aseguró a su hermano mientras recogía su mochila.
Ahora que su hermano estaba aquí, Rika no tenía ninguna vía de escape.
Lo que la incomodaba era la mirada enfadada y agitada en la cara de su hermano. Parecía como si fuera a estallar en cualquier momento.
—Tsk, la próxima vez solo contesta el teléfono y dime si hay un baño de feromonas a tu alrededor. Tengo suerte de haber convencido a Suzie de quedarse en el coche. Si terminara en el hospital, sería tu culpa. ¡En serio! ¿Qué te pasa? —Mark se quedó callado en cuanto terminó de hablar.
Sus palabras parecían haberse registrado finalmente en su mente, y eso le hizo estremecerse.
Rika sabía que su hermano solo decía la mitad de lo que pensaba, pero eso no hacía menos dolorosa la puñalada involuntaria.
'Si tienes tal problema conmigo, no vengas a recogerme la próxima vez.' Rika se levantó para pasar al lado de sus amigos mientras su hermano hacía un gesto impaciente.
Ambos se olvidaron de la verdadera razón por la cual este aula se había convertido en un 'baño de feromonas' en primer lugar.