Comiendo de un tazón de madera, siendo carne de ternera frita al estar con una mujer proveniente del exterior, Kanya deja escapar un suspiro al sentirse algo melancólica mirando a través de la ventana. Ve como Katasuke se aproxima a la mesa con el cabello desarreglado, y con solo unos pantalones grises sin camisa.
—Hm, ¿Porqué la cara larga pequeña? Nunca te muestras tan... así —El peli negro le mira levantando una ceja mirando a la fémina, cual le mira al rostro sin siquiera fijarse en su abdomen bien tonificado o poca musculatura —Escuche que tu y Mei-sensei están saliendo, pregunte sobre ese sentimiento a Mery y me dijo que son celos... Sensei, tengo miedo a perderte...
—Podrías sonreír un poco, todavía seguiré aquí. Y llegarás tarde a tu lección de hoy con Mei —Revolviendo el cabello de esta, puede ver una sonrisa que a su parecer es falsa. Sin embargo no dice nada, solo se marcharía caminando a paso lento dejando al joven hombre que se sienta sobre un sofá pensativo, viendo a la doctora sentada en una silla —Buenos días Mery, ¿Desde cuando estas allí sentada? Y, no espere escuchar eso de su boca, Kanya es o bien ingenua o una persona sincera, independientemente del caso, el mundo le enseñará la realidad a las malas.
—Yo considero que es solo sincera contigo, tu fuiste su padre por varios años. Y creo desarrollo un vinculo más fuerte contigo del esperado, tu relación con Mei le rompió —Mirándole con una actitud impasible, la mujer rubia se cruza de piernas mostrándose algo disgustada por las acciones del hombre en frente suyo, quien libera un suspiro profundo —Escucha, soy un hombre, nosotros no somos buenos en las indirectas, y Kanya... es una buena chica, y yo solo un idiota que se enamora fácilmente. Mi amor por Mei es sincero, no busco nada más con ella solo... la amo, y no tengo porque ser el malo de la película solo por eso.
Mientras tanto...
Al llegar a la zona de encuentro cerca del lago, esta puede ver como la hilichurl no se encuentra allí. Tras unos minutos divisa la figura de su entrenadora a la lejanía, esta se muestra relajada e incluso deja escapar un bostezo.
—Vaya, lo siento por llegar tarde, en fin para empezar realiza 50 sentadillas para entrar en calor seguidas de 30 flexiones de pecho, luego de eso viene el entrenamiento real —La mujer de piel morena toma asiento sobre una roca, y se encuentra mirando el horizonte, y ocasionalmente mira a la súcubo realizar los ejercicios dados por ella. Notando como el rostro de la mocosa se muestra impaciente en lugar de reprochar o sonreír como lo hace normalmente.
Al ver como esta termina su pedido y se acerca hacia ella, su mirada vacía le resultaba preocupante pero trata de no hacer evidente ese sentimiento al mirarle a los ojos con su rostro inexpresivo. Parecía como si el tiempo se había detenido o desacelerado alrededor de estas.
—Kanya, quiero hacerte una pregunta, ¿Qué te eh hecho? Esquivas mi mirada, y ahora no lo haces porque te eh tomado del mentón, dímelo como Mei y no como tu maestra —Liberando el agarre de la quijada de su joven aprendiz, puede notar el ceño fruncido en ella. Como si tuviera algo reprimido en lo profundo de su ser —Me quitaste a sensei, el antes me brindaba toda su atención. Cuando te conoció por primera vez, solo pensaba y te iba a ver... ¿Porqué, cuál es la diferencia entre las dos?
—Él te considera su hija... y tu sabes que es un pervertido, pero aun así, es un buen hombre. Tanto que me enamore de él... en fin, continuemos con el entrenamiento, insúltame de cualquier forma, hazlo no te contengas —Con una mirada cual emana seriedad y confianza, a lo cual tragando saliva y sin siquiera titubear al respecto la demonio inhala y exhala, notando como el silencio se forma entre las dos.
—Negra, hija de puta, rompe hogares que no respeta una mierda como una zorra sin sentimientos, bruta y estúpida cual no entiende por bien ajeno y cachonda perra que se deja llevar por el primer pendejo —Gritando a los 4 vientos sin contenerse en ninguna palabra, esta puede sentir su garganta algo adolorida para mirar como su maestra se mantiene impasible al respecto. Más al ver como esta comienza a levantarse el miedo recorrió su cuerpo, sin siquiera pensarlo por un segundo esta empieza a correr.
—¡A quien llamas negra, maldita súcubo! —Persiguiéndole cual fiera, su sensei no tiene contemplaciones al correr en busca de atraparle, atravesando el bosque como dos psicópatas. Una corre por su vida y otra por ira, encontrándose con sus piernas cansadas cae al suelo, volteando para sentarse sobre el piso y arrastrarse para atrás con el miedo impregnado en su su ser, delante suyo se encuentra Mei quien solo sus pasos son capaces de hacer temblar la tierra que pisan —E-era bromi, y-yo te veo como una persona morena c-con un bronceado, m-maravilloso, por favor no me mates.
Dándole un golpe en la cabeza que es ligeramente fuerte, la hilichurl deja escapar un suspiro indiferente a como su estudiante se masajea el chichón. Tomando un poco de aire como sentándose sobre el césped, sus ojos enfocados en la muchacha.
—Nunca me llames negra, me escuchas, y en fin tienes buen aguante. Hmph, ¿sabes sobre el ocaso elemental? —Estrechando los ojos para hacer que su alumna fuese consciente de la seriedad en el asunto, sus brazos como manos descansan sobre sus piernas cuales pies desnudos se tocan. El silencio hace del ambiente tenso, con la menor cual se muestra impasible y con una voz fuerte y segura esta hablaría —¡No se nada!
Cayéndose hacia un lado al sentir la estupidez en la situación, se levanta para darle otro golpe en la cabeza —No te doy otro nomas porque eres mi pupila, y quiero allá a donde vayas me hagas quedar bien. Como sea, mira esto.
Tornando su mano derecha en un puño, y retrayendo su brazo hacia atrás notándose de mejor manera los músculos que esta posee. Con los ojos cerrados como una respiración controlada la fémina extiende con gran velocidad hacia adelante en busca de asestar un puñetazo, en el proceso chispas eléctricas de tonos azulados y destellos blancos le envuelven cual extremidad al extenderse por completo crea una ráfaga de viento delante suyo siendo esta grande y poderosa que se desvanece rápidamente.
—¡Wow! ¡Enséñame, enséñame, quiero hacer eso! —Kanya veloz es al ponerse delante de su maestra, cual se encuentra de pie erguida y mirando a su puño derecho para después verla a ella —Eso es el ocaso elemental, el pináculo del combate cuerpo a cuerpo, es cuando la energía elemental ya sea del ambiente o de la vision en tu posesión se manifiesta en tu cuerpo para darte un aumento de fuerza bestial, un estado donde sientes no solo una conexión con el mundo sino también una esperanza...
—Pero todo gran poder tiene unas reglas, y limitaciones. El poder brindado por este es nuestro poder actual multiplicado por 10, en términos hilichurl, ser más fuerte ocaso golpear más duro. La cualidad especial de este, es que además de tener una vision o conexión algo profunda con él ambiente o el mundo, necesitas tener suerte, no todo el tiempo conseguirás asestar este tipo de golpe aunque repitieses los mismos eventos... si no tenía suerte, iba a quedar como una estúpida golpeando el aire a tus ojos —Una sonrisa pequeña se manifiesta en el rostro de la hilichurl, cual se cruza de brazos inconscientemente haciendo énfasis en su pecho que es grande a los ojos de Kanya quien toca su propio pecho y deja escapar un suspiro.