El almuerzo transcurrió en silencio, con Katasuke usando los palillos para comer y sacando las espinas cada que sentía una, mientras las otras dos pidieron bistec de ternera a petición de Mei. El azabache mira hacia otro lado algo asqueado por verlas comer desesperadas, pero se guardaría sus comentarios para si mismo.
Al terminar la comida los tres dejan el restaurante, con la azabache pagando por los otros dos, de forma que comienzan a andar por las calles nuevamente, viendo algunos puestos de juego tradicionales, como niñas jugando en un parque cercano vigilados por sus madres.
Esta atmosfera tan relajada, y alegre brinda un poco de paz al joven hombre, este último camina siguiéndolas hasta llegar a una casa. Hogar que parecía hogareña, siendo esta una casa tradicional japonesa, candelabros colgados al techo de la entrada principal.
Estaba por ir hacia la entrada junto a las dos, pero se detiene al escuchar unos pasos cerca de un callejón, levantando el pulgar hacia las chicas para después correr hacia el lugar en cuestión. Encontrándose con una shilurl, que estaba de espaldas con su apariencia cambiando, para revelar su naturaleza Kaniza.
Al voltear ve como unos cuchillos se dirigen hacia esta, con un tajo de sus garras los repele, pero al alzar la vista recibe una patada descendente, chocando su cabeza contra el suelo, y este sin perder tiempo la agarra para golpear su rostro contra la pared.
—¡Dime, ¿Qué haces aquí?, ¿Quién eres?, y ¿Cuál es tu propósito?. Contesta o te golpearé tanto, que no te reconocerás al verte en el espejo! —Retrae su brazo para de esta forma verla a los ojos, el rostro de esta tintado con sangre, tragando saliva al temer de la frialdad en el humano —Soy una Kaniza de la tribu Sae, en la superficie. Mi nombre es Hachi, y soy una mensajera, intentaba enviar un mensaje a la alfa, pero tu m-me interceptaste, aunque igualmente no hubiera cambiado nada, al iniciar el festival Yoko las puertas se cierran por 3 meses.
—Ya veo, por ello Me... Mierda, bien, tengo otra pregunta, ¿Cuál era tu mensaje para tu jefa? —Todavía cauto de Hachi, este espera una respuesta de ella, que inhala y exhala para volver a mirarle, con esos ojos dorados pertenecientes a su raza —El mensaje es este, Mei Takanashi se encuentra en Ethos, podéis actuar para atacar la tribu Menji de Hilichurls, y también acabar con Kanya, la descendiente de la leyenda carmesí.
—Tsk, incluso si no llega el mensaje, atacarán. Debo hacer algo, como sea tu te vienes conmigo —Katasuke coloca la palma de su mano sobre el cuello de esta, un sello aparece sobre este cual dice "esclavo". La cual aprieta los dientes en frustración, para sentir como el humano le deja libre, viéndose obligada a seguirle —Ahora que lo pienso eres un humano, tu entraste con ella, ¿verdad?.
Este simplemente no responde para seguir caminando, llegando a la entrada principal donde se encuentra la puerta, logrando ver a Mei y Kasumi esperándole. La última levanta una ceja con una mano en la cadera, y la pareja de este se encuentra mirándole igual de confundida.
—¿Cariño, que haces con esa Kaniza?, espera tiene la marca de hoja de la tribu Sae, ¿me explicas ahora que esta pasando? —La mirada intensa de Mei le hace tragar saliva, como a la chica lobo, cual mira de reojo al otro en plan de dile tu. Tosiendo un poco para esclarecer su garganta, y tono de voz —Bueno, ella es una mensajera de esa tribu, y la tribu esa planea atacar a la tribu donde tu estabas, y acabar con Kanya, pero como sabrás no podrá dar el mensaje jaja, ellas querían asegurarse de no encontrarte allí para el ataque.
—Hm, ta bien, Mery y ella se las arreglaran, vamos adentro, seguro mi madre nos esta esperando —Se encoge de hombros como si no fuera algo de lo que preocuparse, lo cual deja algo boquiabiertos a Hachi, y a Katasuke por cuan despreocupada es la princesa. Por su parte esta hace un ademan para que le sigan adentro.
Al entrar, ingresan a un pasillo donde se dirigen a la cocina, todo esto mientras son guiados por Mei, llegando a ver a la supuesta reina que es una mujer de 1´93, con su piel morena y cabello negro, cual es largo hasta llegar a su cintura algo descuidado, atado con un moño rosado, usando un conjunto de cuerpo entero oscuro con detalles dorados, acompañado de un delantal blanco.
Esta voltea al escucharles entrar, sus ojos son de color ámbar, pero a Katasuke se le escapa ese detalle al ver sus pechos, estos siendo igual de grandes que su cabeza y firmes, con una figura delgada que se puede apreciar a través de la tela, esta con su sola figura ya haciendo babear un poco al chico.
—Hm, hija, parece que trajiste invitados, prepare un poco de comida si dese... jaja, alguien se adelanto —Yuko sonríe alegre al ver a Hachi servirse sin preguntar, y comer con los palillos en mano. Esta no parece preocupada en absoluto, la razón es muy obvia debido al sello en el cuello, en la Kaniza cual tiene la boca ocupada masticando —Entonces, ¿te molestaría el presentarlos?.
—La Kaniza se llama Hachi, y es ajena a las Kaniza del bajo mundo, que son nuestras aliadas y no enemigas como las de la superficie. El chico es mi novio Katasuke, ya sabes del que te hablaba por cartas, y ella se llama Kasumi fue nuestra guía —Mei presenta a cada uno tocándoles el hombro respectivamente, esta vuelve a descansar su mano sobre el hombro de su pareja, cual se estremece ligeramente, y sonríe para mostrarse amigable como agradecido por su hospitalidad.
La reina se acerca hacia ellos, para tomarles de las quijadas, y forzarles a mirarla lo cual los pone tensos. Pero al percibir el toque de Yuko, una extraña energía relaja sus tendones, como nervios provocando que sus hombros estén caídos un poco.
Su sonrisa se torna en una lasciva, con Mei dando un paso al frente, ya su ceño fruncido mientras la rubia observa todavía comiendo. La fémina les suelta para dar un paso atrás, después de darles un beso en las mejillas a ambos.
—E-eh, yo creo que me marcho, nos vemos mañana chicos —Algo nerviosa la chica de cabellera roja trata de marcharse, pero él le toma del brazo evitando que se vaya, susurrándole en el oído izquierdo —"Mañana llévanos al festival Yoko, y buen día."
Le suelta para ver como asiente, y se despide dejándole solo junto las otras féminas, con Mei agarrándole del hombro nuevamente, su agarre firme le hace sudar un poco antes de voltear, para ver a esta impasible que le suelta al instante.
Esa mirada le daba un mensaje claro, que hablarían de eso más tarde. Yuko golpea suavemente la mesa para ganarse su atención, y con una voz algo dulce tomaría la palabra —Querida hija, de seguro recuerdas tu habitación, llévale allí, y a Hachi a la habitación de invitados, seguramente tienen sueño después de vagar por allí y por allá.
Al escuchar esto, la princesa se limita a asentir, y con una simple mirada de esta los dos jóvenes deciden seguirla, ambos no desean cabrearla más de lo que ya esta. Katasuke nota como la mirada de esta se suaviza, al estar solos en los pasillos, lo cual le intriga de cierto modo.