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Chapter 11 - Capítulo 11: Recuerdos del Pasado

Después de semanas de viaje por senderos desconocidos, Liu Fang y Yan Ling llegaron a una majestuosa montaña que se alzaba como un guardián sobre la tierra. La imponente estructura, con sus picos afilados y sus laderas cubiertas de densa vegetación, ofrecía un refugio perfecto para entrenar y reflexionar. Decidieron establecer un campamento en un claro iluminado por la luna, donde la calma de la naturaleza contrastaba con las tormentas que azotaban la mente de Liu Fang.Durante días, se dedicaron a entrenar. Yan Ling, con su energía juvenil, lo empujaba a seguir adelante, a descubrir su verdadero potencial. Pero cada noche, cuando la luna llenaba el cielo, los recuerdos de sus antiguas generales comenzaban a brotar, como sombras en la penumbra.Era en una de esas noches cuando las memorias se hicieron más vívidas, como si el tiempo retrocediera y lo transportara de vuelta a los momentos decisivos de su vida pasada.Recuerdo: La Rescate de Bai Wei y Yue LanLiu Fang se encontraba en un campo de batalla. Las llamas danzaban a su alrededor, y el olor a humo y sangre llenaba el aire. En medio del caos, vio a dos figuras atrapadas en un rincón, rodeadas por soldados enemigos. Eran sus generales, Bai Wei y Yue Lan, quienes habían sido capturadas y llevadas a una situación desesperada.Liu Fang: (con determinación) ¡Nadie toca a mis generales!Sin pensar en las consecuencias, se lanzó hacia ellos. Con cada golpe, liberó su furia, cortando a los enemigos como si fueran hojas de papel. Su espada brillaba en la oscuridad, y la sangre manchaba su ropa mientras luchaba. Las habilidades que había cultivado durante años se desataban en un torbellino de acción.Finalmente, logró abrirse paso hasta ellas. Bai Wei, una guerrera de excepcional destreza, estaba herida, pero su espíritu seguía intacto. Yue Lan, astuta y calculadora, tenía un destello de esperanza en su mirada. Liu Fang las encontró allí, no solo como generales, sino como mujeres que habían sido llevadas al borde de la desesperación.Liu Fang: (gritando sobre el ruido de la batalla) ¡Vamos! ¡Salgan de aquí!Con su ayuda, las liberó de las cadenas que las mantenían prisioneras. Cuando estaban a salvo, las tres figuras se reunieron, enfrentándose a un ejército aún más grande. No había tiempo para la celebración; su supervivencia dependía de su capacidad para luchar juntos.Bai Wei: (confiando en él) ¡Tú puedes, mi señor! ¡Vamos a ganar esta batalla!Yue Lan: (calculando sus movimientos) Si trabajamos en equipo, no hay nada que no podamos superar.Liu Fang asintió, sintiendo que su poder y su voluntad se unían a las de sus generales. Lucharon con ferocidad, y en cada golpe, Liu Fang comenzó a ver no solo a sus generales, sino también a la familia que nunca había tenido. Las había salvado de un destino peor que la muerte, y en ese momento, comprendió que no eran solo sus soldados, eran sus aliadas, su fuerza.Regreso al PresenteDe repente, Liu Fang fue sacudido de sus pensamientos. Se encontraba de nuevo en la montaña, con el viento soplando suavemente entre los árboles. Miró hacia Yan Ling, quien dormía plácidamente, y se dio cuenta de que esos recuerdos, aunque dolorosos, también eran un recordatorio del hombre que había sido.Su relación con Bai Wei y Yue Lan había sido compleja. Las había entrenado, educado y guiado, convirtiéndolas en las guerreras implacables que se habían ganado su lugar a su lado. Pero a medida que los recuerdos continuaban surgiendo, también venían acompañados de un nuevo temor: la posibilidad de que ellas volvieran a aparecer en su vida, trayendo consigo un torrente de emociones y preguntas que aún no estaba listo para enfrentar.Liu Fang: (murmurando al viento) ¿Por qué no puedo olvidar? ¿Por qué este pasado no me deja en paz?Mientras el fuego crepitaba, Liu Fang comprendió que su viaje no solo era físico; era también una búsqueda para reconciliarse con su historia. Decidió que, durante su estancia en la montaña, aprovecharía cada momento para entrenar, no solo para fortalecer su cuerpo, sino también su mente. Debía prepararse para el inevitable encuentro con su pasado, por las antiguas generales que lo habían moldeado, y por las sombras que todavía lo acechaban.Un Nuevo ComienzoLiu Fang tomó la decisión de compartir su pasado con Yan Ling. Sabía que el viaje a la redención comenzaba con la verdad. Tenía que contarle sobre Bai Wei y Yue Lan, sobre su vida como tirano y los vínculos que había formado en el camino. La conexión entre ellos se volvería aún más fuerte si compartían sus historias.Con este nuevo propósito, Liu Fang se sintió un poco más ligero, como si el peso de sus recuerdos comenzara a desvanecerse. La montaña se convirtió en su hogar temporal, un lugar donde podía confrontar su pasado, entrenar y prepararse para el futuro.En las noches siguientes, mientras entrenaban juntos, él sabía que no podía seguir huyendo de la sombra de su pasado. Y cuando las memorias de sus generales volvían a atormentarlo, se repetía a sí mismo que tal vez, solo tal vez, había una forma de redención.La montaña, con sus picos altos y su aire fresco, sería el lugar donde finalmente empezaría a desentrañar el significado de su vida y el destino que lo esperaba. Pero en el fondo, sabía que había más en juego que solo su futuro. También era el futuro de Yan Ling, y quizás el de Bai Wei y Yue Lan, que aún acechaban en las sombras, esperando el momento adecuado para volver a entrar en su vida.

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