Mientras la noche se cernía sobre el pueblo de Cenizas, Liu Fang se adentraba en la oscuridad con la mirada fija en su objetivo. Su mente estaba nublada por la rabia y el deseo de venganza, y el eco de sus antiguos recuerdos lo empujaba hacia un camino que había jurado evitar. Sin embargo, en ese momento de desesperación y determinación, una figura conocida emergió de las sombras: Yue Lan, una joven guerrera del pueblo.Yue Lan: (con preocupación) Liu Fang, ¿qué vas a hacer?Liu Fang se detuvo y la miró, su mirada fría y decidida. Era una expresión que Yue Lan había visto antes, una que evocaba recuerdos de un pasado oscuro. En sus ojos, leyó el destello de la ira y la desesperación, y un escalofrío recorrió su espalda.Liu Fang: (sin titubear) Voy a hacer que paguen. No puedo dejar que esto quede impune.Yue Lan: (intentando razonar) Pero esto no te traerá paz. La venganza no es la respuesta. Sabes que el camino que estás tomando solo te llevará a más dolor.Liu Fang: (con frialdad) El dolor que he sentido ya es insoportable. No tengo otra opción.La Intervención del AnilloYue Lan dio un paso adelante, pero Liu Fang, en un momento de desafío, tomó el anillo que Yan Ling le había dado. El anillo, símbolo de su conexión con ella, comenzó a brillar intensamente en su mano. Era como si la energía de su propia ira lo alimentara. Las palabras antiguas salieron de sus labios, un conjunto de invocaciones que resonaron en el aire, llenando el ambiente con una vibración poderosa.Liu Fang: (gritando) ¡Desata el fuego del pasado! ¡Dame el poder que necesito!El anillo brilló con tal intensidad que la luz iluminó toda la plaza, deslumbrando a los que estaban alrededor. Pero en un instante, ese brillo comenzó a cambiar, agrietándose como si no pudiera contener la energía que Liu Fang estaba convocando.Yue Lan: (alarmada) ¡No, Liu Fang! ¡Detente!La voz de Yue Lan resonó en el aire, llena de desesperación, pero Liu Fang estaba perdido en su propio mundo de venganza. Su conexión con Yan Ling y la sabiduría que ella le había impartido parecían haber desaparecido en el fuego de su rabia. El anillo, que una vez simbolizara esperanza y guía, ahora se convertía en un faro de destrucción.La RupturaEl anillo comenzó a romperse, el sonido de la piedra astillándose resonó en el aire, como un grito de advertencia. Con cada palabra que pronunciaba, la luz se volvía más intensa, pero también más inestable.Liu Fang: (casi en trance) ¡Dame fuerza! ¡Déjame destruir a aquellos que han traído este dolor!Justo cuando las últimas palabras escaparon de sus labios, el anillo estalló en una explosión de luz y energía, enviando a Liu Fang y a Yue Lan volando hacia atrás. La fuerza del impacto sacudió el suelo, y el aire se llenó de un sonido ensordecedor.Yue Lan: (desesperada, al borde de las lágrimas) ¡Liu Fang! ¡No!Cuando la luz se disipó, Liu Fang se encontró de pie, su mirada perdida en el vacío. La conexión con Yan Ling se había roto, y un profundo silencio llenó su ser. La energía que había buscado se desvaneció, dejándolo vacío y más solo que nunca.El Despertar de la RealidadLiu Fang se dio cuenta de lo que había hecho. En su búsqueda de poder, había destruido no solo el anillo, sino también la conexión que lo unía a su guía, a su apoyo, a la voz de la razón que siempre había estado a su lado.Liu Fang: (susurrando) ¿Qué he hecho?Yue Lan, que había caído al suelo, se levantó lentamente, sus ojos llenos de preocupación y compasión. Se acercó a él, tocando su brazo con suavidad.Yue Lan: (suave) Liu Fang, todavía hay esperanza. Pero tienes que elegir un camino diferente. La venganza solo te destruirá.El dolor y la tristeza llenaron el corazón de Liu Fang mientras se daba cuenta de que había perdido algo valioso. No solo había roto el anillo, sino también una parte de sí mismo.Una Decisión CrucialA medida que la noche avanzaba, se dio cuenta de que necesitaba tomar una decisión. ¿Seguiría por el camino de la venganza, arrastrándose más hacia la oscuridad, o se permitiría encontrar la luz nuevamente, a pesar del dolor que había sufrido?Mirando a Yue Lan, Liu Fang vio en sus ojos la fe y la determinación que él mismo había perdido. Quizás, en lugar de buscar el fuego de la destrucción, debía buscar la fuerza para enfrentar su pasado y encontrar una nueva razón para vivir.Liu Fang: (respirando profundamente) Tal vez… tal vez haya otra manera.Mientras el primer rayo de luz del amanecer comenzaba a romper el horizonte, Liu Fang se dio cuenta de que su viaje aún no había terminado. Aun quedaban batallas por librar, pero esta vez, tendría que enfrentarse a sus demonios internos y encontrar un camino hacia la redención.