Mientras el aire cargado de poder giraba a su alrededor, Liu Fang sintió que la respuesta a su tormento interno no era buscar la redención, sino más bien la aniquilación de su pasado. La idea de volver a enfrentarse a sus generales, aquellos que una vez fueron sus más leales aliados, ya no le parecía viable. La única solución que vislumbraba era borrar todo lo que había sido, incluso a ellos, para liberarse de la sombra de su historia.El Anhelo de PazLiu Fang sabía que, si deseaba encontrar la paz, debía eliminar todo rastro de su antigua vida. Los recuerdos de sus generales, las promesas hechas, los lazos forjados en el fuego de la batalla, todo debía desaparecer. La única manera de escapar de la oscuridad que lo acechaba era destruyendo los vestigios de lo que había sido.Liu Fang: (con una determinación fría) Si tengo que destruirlo todo, lo haré. No dejaré nada atrás.El poder que latía dentro de él se intensificó al pronunciar esas palabras, y una oscura resolución comenzó a formarse. Había estado atrapado entre el deseo de venganza y la necesidad de redención, pero ahora entendía que solo había un camino: la completa aniquilación.Recuerdos que Deben MorirMientras caminaba, recordó a cada una de sus generales, a cada una de las jóvenes que había salvado y educado. Eran promesas de un futuro diferente, pero ahora se convertían en sombras que lo atormentaban. Las imágenes de sus sonrisas, de sus sueños, se transformaron en un peso insoportable en su corazón.Liu Fang: (en voz baja) Lo siento, pero es por el bien de todos.Cada paso lo acercaba más a su resolución. Liu Fang se imaginaba destruyendo a aquellos que una vez había amado y a quienes había querido proteger. Sabía que sería un acto de traición, pero el costo de su propia paz lo justificaba. La vida que anhelaba requería sacrificios, y estaba dispuesto a pagar el precio más alto.La Tormenta de la DestrucciónA medida que su poder se intensificaba, las tormentas comenzaron a girar a su alrededor. El cielo se oscureció aún más, y relámpagos desgarraron el horizonte. La naturaleza misma parecía reflejar su lucha interna.Liu Fang: (gritando al cielo) ¡No habrá piedad! ¡Todo lo que fui debe ser destruido!Con cada palabra, la energía oscura que lo rodeaba se convirtió en una tormenta devastadora. La determinación de borrar su pasado y eliminar a sus generales resonó en el aire, creando una onda de choque que resonó por los valles y montañas.El Viaje Hacia la AniquilaciónLiu Fang se encaminó hacia la primera de sus generales, sabiendo que su encuentro no sería fácil. La visión de su antiguo yo, un hombre que había sido salvador y mentor, ahora se desvanecía mientras emergía el emperador del caos. El objetivo era claro: destruir todo lo que había construido y a aquellos que alguna vez lo habían apoyado.Sabía que el camino que había elegido lo llevaría a la oscuridad absoluta, pero al menos podría encontrar la paz que tanto anhelaba. Y así, Liu Fang se adentró en la tormenta, listo para enfrentar a sus pasados, decidido a erradicar cada rastro de su antigua vida y liberarse de las cadenas que lo mantenían atado a su historia.La lucha no solo sería contra sus generales, sino contra las sombras que habitaban en su propio corazón. La historia del emperador del caos apenas comenzaba, y esta vez, no habría lugar para la redención. Solo quedaría la destrucción.