Capítulo 24: El Último Suspiro de Liu Fang
Con el poder que le quedaba, Liu Fang sintió cómo el peso del mundo se desvanecía, como si el aire mismo se volviera ligero en su pecho. La luz que había desatado envolvía a sus generales, separándolos del abismo al que estaban a punto de sucumbir. El Mensaje de LibertadCon un último esfuerzo, alzó la voz, su tono lleno de sinceridad y un profundo dolor. "Vive libre... Sé feliz," dijo, su aliento tembloroso apenas podía llevar las palabras, pero cada una de ellas contenía la esencia de su alma. "Lo siento, Yue Lan ... Sé feliz."Mientras esas palabras salían de sus labios, el campo de batalla se detuvo. El aire se tornó pesado, como si el tiempo mismo hubiera decidido hacer una pausa para absorber la profundidad de su sacrificio. La Luz que Abrazó la OscuridadCon esas últimas palabras, una luz intensa brotó de Liu Fang, como un sol naciente que dispersaba las sombras. La energía oscura que lo había consumido comenzó a desvanecerse, llevándose consigo el rencor y la ira que lo habían marcado durante tanto tiempo. Los generales, que se habían mantenido en pie a su alrededor, sintieron el abrazo de esa luz, y la lucha que había reinado en sus corazones se apaciguó.Liu Fang sonrió débilmente, sintiendo que finalmente había encontrado la paz que tanto había buscado. No había más ira ni dolor. Solo la comprensión de que su vida, aunque llena de sombras, había tenido un propósito. Había sido un protector, un salvador. Y aunque había caído en el abismo, al final había logrado redimirse. El Silencio del SacrificioMientras su figura comenzaba a desvanecerse, los gritos de sus generales resonaron en el aire, una mezcla de horror y dolor. "¡No!" gritaron, pero era demasiado tarde. Liu Fang había tomado su decisión. Su sacrificio era su regalo final, la última lección que deseaba dejar en este mundo: la libertad y la felicidad eran posibles, incluso en medio de la oscuridad.La luz se intensificó un último momento antes de explotar en un destello cegador, y cuando la luz se disipó, Liu Fang ya no estaba. Su cuerpo había desaparecido, pero su esencia permanecía en cada uno de ellos, en cada recuerdo compartido, en cada promesa no cumplida. La Nueva Era de los GeneralesLos generales se quedaron en silencio, mirando el lugar donde su líder había estado. La lucha había terminado, pero el camino hacia adelante se presentaba incierto. Sin embargo, algo había cambiado en ellos. La sombra que había oscurecido sus corazones comenzó a disiparse, reemplazada por la determinación de honrar su memoria y continuar su legado."Debemos vivir por él," murmuró Xiaoyu, sus ojos llenos de lágrimas, pero también de resolución. "Debemos encontrar la manera de ser felices."Y así, en medio de la devastación de la batalla, una nueva era comenzó para ellos. Con el recuerdo de Liu Fang como guía, se comprometieron a encontrar la luz en su propia vida, a sanar las heridas del pasado y a vivir libremente, tal como él les había pedido.Mientras el sol comenzaba a salir en el horizonte, llevándolos hacia un nuevo amanecer, sabían que aunque Liu Fang había partido, su legado de amor y sacrificio viviría en cada uno de ellos. Y por primera vez en mucho tiempo, sintieron que el futuro, aunque incierto, también estaba lleno de posibilidades.