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Chapter 18 - Regreso a clases

Las fiestas decembrinas han pasado, luego del día 6 de enero, muchas casas comienzan a quitar sus adornos, al menos en la mía suelen dejarlas hasta el 2 de febrero como es de costumbre. El año nuevo lo festejé con mi familia, como era de esperarse, todavía más festivo que Nochebuena, mientras que Emily lo pasó con su familia en la ciudad al igual que yo. No la vi después de ese hermoso día, la mejor navidad de toda mi vida.

Ella y yo seguimos hablando por teléfono, pero, a veces quisiera poder verla. Si ella no está ocupada con asuntos familiares yo lo estoy con los míos, y es que, mi familia sigue insistiendo en que yo tome el lugar de mi padre en la empresa, así como Ao y Amelia tomarán el lugar de mis tíos.

Soy hijo único y es realmente comprensible, pero, honestamente no me interesa nada que tenga que ver con la empresa, aunque eso tal vez me ayudaría a sentirme más humano en lugar de seguir adelante con mis poderes. He tenido unas ligeras discusiones con mis padres acerca del tema, nada que incluya gritos o golpes, simplemente hablamos y dejamos nuestros puntos de vista sobre la mesa como un juego de póker, pero nadie gana al final. Ellos no logran convencerme de tomar el cargo y yo no logro hacerles entrar en la cabeza que no quiero ser empresario.

Por otro lado, ha sido muy difícil ocultarles la verdad a mis padres, se les hace muy sospechoso que salga a correr todos los días como si nada, por eso, he tenido que inventarme una serie de ejercicios ligeros en casa, la verdad es que fue culpa mía al salir a correr como un demente todos los días desde mi llegada a casa. Supongo que no soy bueno mintiendo.

El día 10 de enero es mi inicio de semestre, regresaré al cuarto periodo justo de donde fui arrancado, me pregunto, ¿qué habría pasado si hubiera deseado no comenzar en el instituto hasta este mes? Probablemente habría seguido tomando todo ese montón de medicamentos y realizando verdaderos ejercicios de rehabilitación, apenas estaría conociendo a Emily, aunque no sé si ella hubiera logrado despertar sus poderes en ese entonces. Quizá jamás habría conocido a los chicos y la masacre en ese bar se habría llevado a cabo como originalmente sucedió en ese pasado inexistente.

Últimamente termino durmiéndome demasiado tarde por pensar tanto en estas cosas, creo que debería hablar con Marco para que me diga que puedo hacer para dejar de sobre pensar cosas durante la noche. Por ahora, estoy jugando un videojuego de disparos en mi computadora, la verdad es que tenía tiempo sin jugarlo, me doy cuenta de que he perdido el toque.

"Mejor lo dejo aquí", digo, cerrando el luego y acostándome en mi cama tomando mi celular.

Es 8 de enero, mañana me marcharé de nuevo al instituto, ¿debería llevarle algo a los chicos?

Miro mi teléfono, es exactamente mediodía, supongo que puedo ir a comprarles algo. Rápidamente me pongo mis tenis y tomo mi billetera para bajar a la sala en donde se encuentra mi mamá viendo televisión, sentada en el sofá.

"Hola, ma'. Oye, iré al centro, ¿me acompañas o me prestas el auto?", pregunto.

"Vamos, hijo, quería comprar algunas cosas para mis plantas, así que sirve que te llevo", responde ella, tomando el control del televisor y apagándolo.

"Bueno, vámonos", digo.

"Claro, solo voy por mi bolso", dice ella subiendo hacia su habitación.

Tras unos instantes más, mi madre baja con su bolso, subimos al auto y nos vamos rumbo al centro de la ciudad.

¿Qué puedo comprarles a los chicos? Maldición, no lo había pensado a profundidad. Tal vez algunos dulces basten, bombones y dulces de café.

Compro una gran cantidad de bombones, dulces de café y chocolate, ¿debería comprarle algo a Emily? Bueno, somos de la misma ciudad, así que no creo que sea bueno llevarle lo mismo que a los demás.

¿Qué le pudo comprar? Vamos, Eric, es tu novia. No es la primera chica con la que sales, un peluche, algo, piensa, maldición.

La temporada navideña ya pasó así que no hay peluches ni nada con esa temática, un peluche ordinario de un conejo es lo que tomo en mis manos y lo pago. Tras comprar los obsequios para mis amigos, me reúno con mi madre, quien se encuentra en una mercería escogiendo algunas telas y encajes.

El día pasa con rapidez, y regresamos a casa para almorzar con mi padre quien llega del trabajo casi a la misma hora que nosotros. Tras almorzar y platicar unos instantes más, subo a mi habitación a preparar mi equipaje, mi ropa, ordenador y útiles escolares forman parte de mi equipaje.

La mañana siguiente, me levanto muy temprano, me ducho con agua tibia, pues la temperatura afuera realmente es baja ya que puedo ver mi ventana empañada, me visto con ropas cómodas y en cuanto termino, mi madre abre mi puerta.

"¿Ya estás listo, hijo?", pregunta.

"Claro, ma', solo bajo mis cosas y ya", respondo.

Mi padre entra por la puerta, me mira fijamente a los ojos con una expresión seria y luego deja salir una sonrisa ligera.

"Yo llevo tus cosas, vamos", dice.

Los tres bajamos las escaleras y llegamos al patio en donde el chófer ya se encuentra esperando, en cuanto me ve, este abre la puerta, colocando mi equipaje en el asiento trasero y luego abre mi puerta delantera.

"Buen día, señor Eric", dice.

"Buenos días", respondo, estrechando su mano.

Luego, me doy la vuelta y miro a mis padres.

"Supongo que debo volverme a ir", digo.

Ellos asienten y se acercan a mí.

"No te preocupes, hijo. Ya estás mucho mejor que antes, estoy segura de que la próxima vez ya no tendrás que regresar", dice mi madre.

"Esperemos que así sea", respondo, abrazándola y dándole un beso en la mejilla.

Mi padre se acerca a mí, y coloca su mano en mi hombro.

"Hijo, sigue haciéndolo como lo has estado haciendo hasta la fecha, estoy muy orgulloso de ti, estamos orgullosos, nunca lo olvides", dice.

"Lo sé, pa', y créanme, sus palabras y su cariño son mi aliento día con día", digo.

Mi padre, tomando una gran cantidad de aire, decide abrazarme y hablarme con una voz quebrantada por un llanto contenido.

"Cuídate mucho, hijo", dice.

"Lo haré, papá", digo.

Subo al auto y mi viaje comienza de nuevo. Una plática con el chófer que dura todo el camino, le pido pasar por algunos lugares a comprar recuerdos para mis amigos; uno de ellos es el puerto de Veracruz y el otro es Catemaco, solo quiero que tengan un pequeño recuerdo mío.

Mientras voy en el camino Emily me escribe.

"Ya voy en camino al instituto, ¿y tú?", dice ella desde la aplicación de mensajes.

"Yo igual, estoy a una hora y media de llegar", respondo.

Para esto ya es mediodía, Emily dice que ella apenas está saliendo de la ciudad. Por lo que debería llegar para el atardecer. Bueno, no importa, no creo que lo correcto sea molestarla hoy, esperaré hasta mañana para verla.

Tras seis horas y media de viaje, finalmente llego a la ciudad del instituto, donde el invierno parecía que no hacía efecto en absoluto. El calor sigue siendo intenso, lo que llama mucho mi atención.

"Bueno, jovencito Eric, hasta aquí llegamos", dice el chófer, llevando mis maletas hasta la entrada principal en donde las deja y me estrecha la mano.

"Gracias por todo, y por favor, ve con cuidado", digo.

"Por supuesto, no se preocupe, mucha suerte", dice, dándose la vuelta y subiendo al auto para unos segundos después marcharse.

Tomo mi equipaje y entonces puedo ver a mi alrededor a muchos chicos llegando con sus familiares, me llena de una sensación algo nostálgica, no lo sé, pero, me dan ganas de llorar.

Llego a mi dormitorio y en cuanto abro la puerta, puedo oler ese particular aroma a productos de limpieza, mi cama perfectamente tendida y una especie de carpeta sobre esta.

Dejo mi equipaje en el suelo y le escribo a mis padres que ya he llegado, así como a Emily, así, tomo la carpeta y me siento en mi cama.

"Eric Jaeger Salinas", noto que dice en el borde.

En cuanto abro la carpeta puedo ver un calendario de actividades de todo el periodo. Días festivos, días de clases, días de descanso, días de exámenes, días de pruebas, días libres para salir del instituto, eventos y vacaciones.

A finales de marzo puedo ver que hay una semana marcada con vacaciones, se trata de semana santa, bueno, parece que incluso aquí nos dan ese periodo vacacional.

Asimismo, puedo ver que me han adjuntado mi horario de clases donde incluyen lengua inglesa, cálculo, física avanzada, actividad física, entrenamiento, ética y pensamiento lógico. Dicen quienes serán mis profesores y el aula designada.

Detrás de todo eso, viene un panfleto sobre los eventos que habrá dentro del instituto, Día de San Valentín, Día de la Bandera, Día del Estudiante y Semana de Vinculación.

"Vaya", digo, al llevarme la sorpresa de que todos estos eventos los festejan.

Nunca vi que celebrasen el día de muertos o Halloween, llegué después del Día de la Independencia, pero al menos pudimos comer pan de muerto o algo por el estilo y nunca se hizo nada.

Me pregunto el por qué.

Guardo mi ropa en mi ropero mientras escucho algo de música. Luego, acomodo mis cosas y preparo mi uniforme para el día de mañana. Tras eso, voy a la cafetería donde me encuentro a Eduardo.

"Eric, hola, amigo", dice, acercándose a mí.

"Hey, Lalo, ¿cómo estás?", pregunto.

Él me da un abrazo y me da un par de palmadas en la espalda.

"Feliz año viejo", dice.

Tras eso, correspondo al abrazo de igual forma.

"Igualmente, Lalo", digo.

Dado eso, caminamos a una mesa y nos sentamos.

"¿Vienes a comer?", pregunta él.

"Sí, claro", respondo.

"Bueno, pues vamos a comer, aparentemente Diana y los demás aún no regresan", dice.

"Bueno, es normal", digo.

Tras comer con él seguimos platicando un momento más y luego regreso a mi dormitorio. Me pregunto si Emily llegará muy tarde, no hemos hablado, debería avisarle que ya estoy acá. Le escribo un mensaje y entro a mi dormitorio.

Ella no me contesta, bueno, no debo ser hostigoso, lo mejor es dejarla disfrutar el viaje, debe venir agotada. Me acuesto en mi cama y sin darme cuenta me quedo dormido. Mi alarma me despierta a las seis de la mañana y me levanto de golpe.

"¡Me dormí!", exclamo.

Rápidamente reviso mi teléfono, sin embargo, no veo ningún mensaje de Emily, solo de mis padres preguntándome si todo estaba bien. Por supuesto, les contesto explicándoles que me había quedado dormido de repente. Tras una ducha, ponerme mi uniforme y tomar mis útiles escolares camino hacia el edificio de clases. La mañana es fresca, no como en mi ciudad, pero, si permaneces mucho tiempo al exterior probablemente podría darte un resfriado.

Llego a mi casillero y dejo mis cosas allí, entonces, camino de vuelta al comedor mirando como hay muchas personas a mi alrededor, hay más ruido de lo habitual, es normal, supongo.

Me formo en la fila y tras unos minutos siento como alguien me empuja por la cadera y giro mi mirada sabiendo por completo que se trata de Sandra. En cuanto la veo, ella me sonríe y corre a mí a darme un abrazo intensamente fuerte.

"¡Feliz año, Eric!", exclama.

Ella huele dulce, una fragancia famosa de mujeres, la verdad es que no me molesta. Su cabello ya no es rosado, ahora es azul eléctrico.

"Ah, Sandy. Feliz año para ti también", digo.

Le regreso el abrazo y ella se forma detrás de mí, asimismo veo que Diana estaba junto a ella.

"Diana, ¿qué tal?", pregunto.

"Feliz año".

"Igual, Eric. Buenos días", responde.

Los tres estamos allí formados y en cuanto ordenamos nos sentamos en una mesa juntos con nuestras bandejas de comida.

"¿Cómo estuvieron sus vacaciones?", pregunta Sandra.

"Las mías geniales, mi familia quemó pirotecnia como siempre, pero, esta vez pude beber", dice.

"Bueno, estuvieron genial, la verdad, las disfruté", respondo.

"Pues a mí me da igual, cada año que pasa mis fiestas decembrinas se sienten más vacías", dice Diana bebiendo su café.

"No digas, eso, Di", dice Sandra, apretando las mejillas de Diana, quien le da un golpe en la cabeza.

"No aprietes mis mejillas, por favor", dice.

Mientras desayunamos, Rodrigo, Eduardo y Karla aparecen, sentándose en la mesa.

"Buenos días, feliz año para todos", dice Karla.

Todos agradecemos y regresamos el saludo. Entre pláticas sobre nuestras vacaciones, el tiempo comenzó a avanzar, finalmente, Emily aparece y camina hacia nosotros sosteniendo su bandeja con ambas manos, sin embargo, en cuanto nuestras miradas se cruzan ella sonríe al igual que yo, pero baja su mirada mientras su rostro se ruboriza.

En cuanto llega a la mesa empujo a Rodrigo quien cae al sueño.

"¡Qué diablos te pasa!", exclama, mirándome con rabia.

"Perdón, pero aquí va Emily", digo.

"Hey, pero acá había un lugar", dice Karla.

"Ya qué importa, buenos días, Emily, siéntate a lado de este idiota. Cuidado, no te vaya a empujar también", dice Rodrigo, sentándose a lado de Karla.

"Buenos días a todos, y feliz año", dice Emily, sentándose a mi lado.

En cuanto ella se sienta y coloca su bandeja en la mesa yo la miro mientras mi corazón late con fuerza, sin más, la beso en la mejilla. Todos los chicos se sorprenden y se erizan como gatos por la impresión.

"¿Eh?", dicen todos.

Emily mira hacia mí lentamente y luego sonríe con un rostro lleno de pena.

"¿Eric? No era necesario, pero está bien, no te preocupes", dice ella.

Bueno, es mi novia, aunque, bueno, entiendo que no quisiera que los chicos se enterasen así.

"Eh, perdón", digo.

Repentinamente Emily me da un beso en los labios.

Con esto, todos se ponen de pie abruptamente y Rodrigo golpea la mesa.

"¡A ver! ¡Nos vamos unos días de vacaciones y ustedes se vuelven novios! ¡Explíquennos que diablos está pasando!", exclama Rodrigo.

Parece molesto, pero, en realidad solo está ansioso de saber la anécdota y andar por toda la escuela esparciendo el chisme.

"Bueno, la verdad es que Emily me gustó desde hace mucho, y con el pasar del tiempo me fui enamorando de ella…" comienzo a narrar toda la historia, sin embargo, aunque todos permanecen emocionados y pendientes de ello, Sandra me mira sin expresión alguna, es como si su rostro hubiese perdido el brillo tan característico que siempre tenía.

Tras unos minutos más, finalmente termino de narrar toda la historia.

"Y así fue como ahora ella y yo somos novios", digo.

Diana sonríe y carraspea.

"Bueno, ya se veía venir", dice.

Sandra la mira con una mirada intensa sin decir una sola palabra, pero Diana la observa con un rostro algo apenado.

"Pues felicidades, pero Diana tiene razón, ustedes siempre fueron apegados, es normal que terminasen juntos, incluso podría decir que Diana y Sandra pueden ser novias en cualquier momento", dice Rodrigo.

"¡A mí me gustan los hombres!", exclama Diana dándole un zape a Rodrigo.

"¡Ah! ¡O sea que sí tienes sentimientos!", exclama Rodrigo luego de una carcajada.

Todos siguen platicando sobre el tema mientras sujeto la mano de Emily, entonces, Sandra se pone de pie y se marcha.

"Oye, ¿a dónde vas?", pregunto.

"Eh, no me gustó la comida, y no me siento bien", dice, dándonos la espalda y yéndose.

Sandra deja su bandeja en la barra y se va a su dormitorio.

¿No planea ir a clases?

Emily me mira algo desconcertada, pero intento hacerla ignorar la situación dándole una sonrisa y acariciando su mejilla. Tras desayunar acudimos a nuestras clases, en donde, por cierto, conocimos a nuevos profesores.

Sandra tuvo una reacción algo rara, si fuera idiota diría que no tengo idea de por qué reaccionó así, pero, en realidad estoy seguro de que se trata de mi relación con Emily, ¿por qué? No lo sé, pero, la buscaré para hablar con ella.

El receso llegó y fuimos a comer todos juntos como de costumbre, los temas de conversación son los esperados en un inicio de clases; profesores, asignaturas y dificultades. Entre carcajadas y bromas el tiempo comenzó a transcurrir velozmente, y sin darme cuenta, ya era hora de nuestro entrenamiento, por supuesto, miré expectante a todos lados por el hecho de que Sandra no llegó a comer.

"¿Qué pasa?", pregunta Emily.

"Es que Sandy no vino a comer", respondo.

Todos entonces miraron a todos lados, así, la pudimos ver sentada en una mesa con unos cuantos chicos más, seguramente son de su clase, pero, ella jamás buscaba alejarse de nosotros, no cabe duda, está molesta.

"Creo que debo hablar con ella", digo.

"Eric, sé lo que estás pensando, literalmente. No te precipites, todo a su tiempo", dice Diana al ver que me levanto de mi asiento.

Ella ha leído mi mente, pero, no puedo dejar que Sandra se aleje repentinamente de nosotros, somos sus amigos y ella la nuestra, al menos debe darnos una explicación de por qué lo hace.

Camino hacia ella y le hablo.

"Sandy, ¿cómo estás?", digo, desde su espalda.

Ella me ignora por completo y sigue hablando con sus amigos, tres chicos algo morenos y dos chicas, una de cabello negro y otra castaña, ambas de piel ligeramente clara.

"¡Hey! ¡Es Eric!", dicen los chicos al verme.

"¡Excelente! ¡Viejo, qué increíble poder tienes!", exclama uno.

"Sandy… te habla", dice una de las chicas al oído de Sandra.

Ella simplemente suspira y se pone de pie con su bandeja, se gira hacia mí, y cuando pienso que va a hablarme únicamente me da una mirada vacía por un segundo y sigue con su camino rumbo a la barra para dejar su bandeja e irse nuevamente.

¡Qué mierda! ¡Pero por qué siempre hacen eso!

Voy detrás de ella, entonces, alguien me toma por el brazo. Mi mirada se dirige detrás de mí y puedo ver a Diana tomándome del brazo con fuerza.

"Eric, déjala, te lo dije, todo a su tiempo", digo.

"Diana, tú sabes por qué se alejó de nosotros, ¿no es así? Dime, por favor", digo, girándome hacia ella.

Diana suspira y suelta mi brazo.

"Eric, me gustaría poder hacerlo, pero, es algo que ella misma debe decirte, y no me gusta meterme en estas cosas, solo te pido que le des su espacio", dice Diana.

Tal vez tenga razón en lo que dice, dejarla a solas es lo mejor, pero, en cierta forma no puedo evitar sentirme ansioso por que ella no está con nosotros y nos ignora.

La hora del entrenamiento llegó y Emily y yo nos dirigimos al campo en la pista de atletismo. El director llega como de costumbre y nos da un abrazo a ambos.

"Feliz año, niños", dice.

"Feliz año, profesor", decimos.

"Eric, aunque quiera que sigas entrenando con nosotros, me temo que tú debes ir a tu entrenamiento elemental, es arriba, en el campo de fútbol", dice.

Emily me mira expectante y sonríe.

"Supongo que nos separamos en este momento", dice ella.

"Sí, eso creo", digo.

Con esto, ambos nos besamos en la mejilla y me despido del director, quien me mira con asombro y luego sonríe.

"Así que pasaron cosas en vacaciones, niños", dice el director.

No puedo evitar sonreír y Emily se da la vuelta.

"Bueno, suerte, Eric", dice el director.

Así, camino hasta el campo de fútbol y encuentro a una gran cantidad de alumnos con varios profesores allí, en cuanto llego, todos me miran con asombro.

"Eric, buenas tardes, adelante", dice un profesor al verme llegar.

"Buenas tardes", digo.

Todos abren paso y camino en medio de ellos. Los murmullos se escuchan por todos lados mientras camino rumbo a ese profesor.

"Soy el profesor Javier Durán, yo seré el encargado de ayudarte con el control de tu poder elemental, tanto tú como yo somos elementales de tipo eléctrico", dice, saludándome con la mano.

"Mucho gusto, profesor", dice.

Tras eso, todos nos separamos, los elementales existimos de muchos tipos; fuego, aire, tierra, agua, viento, electricidad, vegetal y metal. Por lo que el profesor dice, la combinación de muchos de estos poderes da como resultado mezclas elementales muy poderosas, por ejemplo, si se combina agua y viento da como resultado muchas combinaciones como ventisca gélida, ataques de hielo puro o incluso trombas.

"Eric, tus compañeros, tú y yo somos elementales de tipo eléctrico, cada uno tiene una carga, positiva o negativa, por lo que si dos ataques de la misma carga eléctrica se impactan no habrá represalia alguna, incluso si atacan a un usuario de la misma carga este no recibirá daño alguno por ser portador de la misma carga eléctrica", dice el profesor.

Es asombroso, como el control elemental eléctrico tiene incluso más teoría que el retroceso temporal.

"Por algún motivo, cada usuario tiene un color de electricidad diferente, el más común es el blanco. Los demás colores que solemos observar son azul, amarillo y púrpura, pero el púrpura solo se ha visto en pocos, según los estudios realizados indica que este usuario tiene más facilidad para usar sus poderes para diferentes cosas", dice.

"¿Qué quiere decir?", pregunto.

"Así es, controlar la electricidad no solo significa que generas electricidad, también puedes controlar la que hay a tu alrededor, en los cables, en los transformadores, baterías, etcétera. Pero, no solo arrojas rayos, también puedes usarlo de otras formas", responde.

"Es interesante", digo observando a todos.

La clase continuó con el profesor diciéndonos más sobre la electricidad, algunos chicos avanzados ya estaban entrenando, pero los nuevos estábamos escuchando esta teoría.

En resumen, no puedo dañar a nadie que tenga la misma carga eléctrica que yo, sabremos si esta persona puede recibir daño con nuestra energía o no cuando estemos a punto de atacar ya que sentiremos una pequeña atracción magnética hacia la persona. Asimismo, la electricidad puede ser moldeada siempre y cuando logremos controlarla, pero no de la forma en la que logramos hacer armas o estructuras eléctricas, sino que podemos envolver nuestras extremidades en un forro gran carga voltaica.

En cuanto terminó la clase camino hacia mi dormitorio y en el trayecto puedo ver a Sandra caminar a la distancia completamente sola.

"Sandy…", digo, apretando mis puños.

Sandra entra al edificio de su dormitorio y entonces camino de igual forma rumbo al mío, aunque siento la necesidad de correr a verla y pedirle una explicación, pero, me temo que por el momento no es posible eso. Darle su espacio es lo mejor para ambos en este momento, pues no quiero incomodarla, sin embargo, espero que no demore mucho así, ya que, en cierta forma me duele que me ignore de la forma en la que lo hace, es mi amiga, creo que mi mejor amiga, por lo que estar así con ella me lastima demasiado.