Este breve pero intenso entrenamiento se convierte en un enfrentamiento cargado de energía, donde cada movimiento cuenta y cada segundo se siente como una eternidad.
Victor, aprovechando la ventaja que le otorga la "ira dansandankai," se mueve con una velocidad impresionante. Sus golpes rápidos se dirigen a Spajit, quien intenta defenderse, pero es superada por la rapidez y precisión de Victor. Cada impacto es calculado, buscando no solo evaluar su resistencia sino también la reacción de Beasty.
Beasty, al ver a su hermana bajo ataque, intenta acercarse rápidamente para intervenir. Sin embargo, Victor, anticipando su movimiento, agarra a Spajit con un movimiento ágil y la lanza hacia arriba con fuerza. En un instante, Victor realiza un golpe rápido y preciso al pecho de Beasty, enviándola también hacia arriba.
Mientras ambas hermanas están en el aire, Spajit, cayendo primero, pierde el control y termina impactando contra la cabeza de Beasty, desorientando a ambas. La colisión las envía en caída libre hacia el suelo, donde aterrizan con fuerza, provocando un ruido sordo al impactar.
Victor observa con una expresión seria, evaluando el resultado de su acción. Aunque el golpe fue contundente, su intención era medir cómo reaccionarían y recuperarían el control en una situación de desventaja. Las hermanas, aunque momentáneamente desorientadas, todavía tienen la oportunidad de levantarse y continuar el entrenamiento, demostrando su resistencia y capacidad para adaptarse en combate.
Victor, tras ver el resultado de su acción, se acerca a Spajit y Beasty mientras ambas se recuperan del impacto. Con una expresión pensativa y una pizca de satisfacción, comenta:
—Ya veo... Su poder no actúa muy bien en situaciones complejas como la mía.
Hace una pausa, observando cómo las dos hermanas procesan lo que ha dicho. Luego, con un tono neutral, pero dejando abierta la opción, pregunta:
—¿Seguimos con el combate o lo dejamos hasta aquí?
La pregunta queda en el aire, dando a Spajit y Beasty la opción de continuar o de tomar un momento para reflexionar sobre lo aprendido hasta ahora. Victor, aunque serio, está dispuesto a continuar el entrenamiento si ellas lo desean, pero también les ofrece la oportunidad de detenerse y analizar lo que ha sucedido.
Spajit, aún con algo de desorientación y una mezcla de irritación y desafío, se incorpora y se dirige a Victor con una mirada determinada:
—¡No necesito parar! —dice con firmeza—. Si mi poder no funciona bien en estas situaciones, entonces es aún más importante seguir entrenando para mejorar.
Beasty, mientras se levanta, también muestra una actitud decidida. Aunque ha sido impactada por el golpe, su espíritu competitivo no ha disminuido:
—Estoy de acuerdo con Spajit —agrega—. No voy a dejar que esto me detenga. Si Victor quiere seguir, yo también estoy lista para continuar.
Ambas están dispuestas a seguir adelante, dispuestas a aceptar el desafío y mejorar sus habilidades bajo la supervisión de Victor. Su actitud refleja una fuerte voluntad de aprender y adaptarse, sin importar las dificultades que se presenten.
Victor, con una sonrisa que refleja su satisfacción por la determinación de Spajit y Beasty, asiente y responde:
—Entonces sigamos.
Con esta confirmación, Victor se prepara para continuar el entrenamiento. Ajusta su postura y se asegura de que el entorno de la habitación temporal esté listo para la siguiente fase del combate. Spajit y Beasty, ahora motivadas por el desafío, se posicionan para reanudar el entrenamiento, preparadas para enfrentar nuevas pruebas y mejorar sus habilidades en un entorno controlado pero exigente.
Spajit y Beasty, animadas por el desafío y la determinación de mejorar, se lanzan al ataque con energía renovada. Ambas salen disparadas hacia Victor, coordinando sus movimientos para lanzar un ataque simultáneo.
Spajit, con sus Nefestos de Leviathan, envuelve el área alrededor de Victor en cadenas de energía oscura, buscando restringir sus movimientos y crear una apertura para Beasty. Por otro lado, Beasty, con su habilidad de creación aún activa, concentra su poder en un ataque devastador que combina fuerza bruta con energía.
Victor, anticipando el ataque coordinado, se mueve con agilidad. Con su técnica "ira dansandankai" activada, esquiva y bloquea los golpes de Spajit y Beasty, usando su velocidad aumentada y su fuerza para mantener el control de la situación. Su objetivo es evaluar cómo manejan el combate en equipo y cómo pueden superar sus propios límites bajo presión.
El enfrentamiento se convierte en un torbellino de energía y habilidades mientras las dos hermanas intentan superar a Victor, y él responde con precisión y habilidad, ofreciendo una lección práctica en el arte del combate y el control de poderes.
Victor, al ver que Spajit y Beasty están comprometidas en su ataque, decide elevar la dificultad del entrenamiento. Utilizando su técnica "ira dansandankai" para potenciar sus movimientos, comienza a ejecutar artes marciales rápidas y contundentes con una precisión y velocidad que sorprende a ambas.
Sus movimientos son una mezcla de golpes, patadas y bloqueos que fluyen con una fluidez impresionante. Cada ataque es calculado para ser efectivo y decisivo, buscando no solo defenderse sino también poner a prueba la capacidad de Spajit y Beasty para adaptarse a una nueva forma de combate.
Spajit y Beasty, al enfrentar un estilo de lucha que no esperaban, se encuentran desafiadas a reaccionar rápidamente. La rapidez de los movimientos de Victor las obliga a pensar y adaptarse sobre la marcha, tratando de encontrar una estrategia para contrarrestar su habilidad en artes marciales.
Victor continúa con su demostración de técnicas, ajustando su enfoque para asegurar que el entrenamiento sea tanto desafiante como educativo, ayudando a Spajit y Beasty a mejorar su capacidad para enfrentar situaciones complejas y a desarrollar un mejor control de sus habilidades.
Victor, tras un intenso intercambio de golpes, decide concluir el entrenamiento. Con una precisión calculada, lanza los últimos tres golpes, impactando a Spajit y Beasty de manera contundente pero controlada. Mientras realiza estos movimientos finales, dice con firmeza:
—Ya terminaron.
Ambas, aunque agotadas por el esfuerzo, sienten el peso de los golpes de Victor. El entrenamiento, aunque corto en tiempo real, ha sido extremadamente intenso dentro de la habitación temporal. Spajit y Beasty se encuentran respirando con dificultad, sintiendo el cansancio, pero también una sensación de logro por haber aguantado hasta el final.
Victor, bajando la guardia, observa a las hermanas para asegurarse de que estén bien, satisfecho con el progreso que han mostrado en tan poco tiempo.
Victor, con una sonrisa de satisfacción, camina hacia la puerta de la habitación temporal. Abriéndola de par en par, revela que los 30 segundos en el mundo real ya han pasado. Sin previo aviso, utiliza su velocidad y fuerza para dar unos últimos golpes, lanzando a Spajit y Beasty fuera de la habitación.
Las hermanas son arrojadas al pasillo de la Academia Historia, sorprendidas pero sin resentimiento. Aunque los golpes fueron contundentes, ambos saben que forman parte del entrenamiento. Victor, aún sonriendo, las observa desde la puerta, satisfecho con el resultado del breve pero intenso combate.
—Buen trabajo, chicas —les dice con tono firme, pero con un ligero toque de orgullo—. Esto es solo el comienzo.
Spajit y Beasty, tras el intenso entrenamiento, deciden que es hora de descansar. Con una última mirada a Victor, quien les ha dado una lección importante, ambas hermanas se dan la vuelta y comienzan a caminar por los pasillos de la Academia Historia en busca de un lugar donde puedan pasar la noche.
Mientras se alejan, conversan brevemente, evaluando lo que han aprendido y cómo pueden mejorar. A pesar del cansancio, sienten una determinación renovada y un vínculo más fuerte entre ellas después de haber enfrentado juntas el desafío.
Finalmente, encuentran un lugar adecuado para dormir, un rincón tranquilo donde podrán descansar y recuperar energías, listas para lo que venga a continuación.
En las semanas que siguieron al intenso entrenamiento, la atmósfera en la Academia Historia se transformó lentamente. Los ecos de los combates y la energía explosiva que habían caracterizado el entrenamiento comenzaron a disiparse, dejando espacio para una sensación más tranquila y reflexiva.
Durante ese tiempo, algo inesperado comenzó a florecer entre Spajit y Rigor. Lo que había comenzado como una rivalidad y respeto mutuo en el campo de batalla, se transformó en algo más profundo. Los días de entrenamientos y desafíos habían creado un vínculo entre ellos que ninguno de los dos había anticipado. Al principio, eran pequeños gestos: una conversación más larga de lo habitual después del entrenamiento, una sonrisa intercambiada durante un momento de descanso. Pero pronto, esas señales se convirtieron en algo más tangible.
Rigor, quien siempre había sido reservado y serio, encontró en Spajit una compañía que no solo comprendía su espíritu guerrero, sino que también lo desafiaba de maneras inesperadas. Spajit, por su parte, descubrió que Rigor, con su seriedad y su fuerza, tenía un lado más suave que ella encontraba atractivo. A medida que pasaban más tiempo juntos, la relación entre ambos se fue consolidando.
Lo que sorprendió a todos, sin embargo, fue la manera en que Spajit se comportaba con Rigor. Conocida por ser fuerte, independiente y a menudo distante, Spajit mostró un lado completamente nuevo de sí misma. Con Rigor, se volvió sorprendentemente empalagosa. Le dedicaba sonrisas cálidas que rara vez mostraba a otros, y a menudo se la veía buscando excusas para estar cerca de él, ya sea para compartir una comida o simplemente para acompañarlo mientras él realizaba sus tareas diarias.
Los demás en la Academia comenzaron a notar este cambio en Spajit. Algunos se sorprendían, otros se reían en voz baja, pero todos coincidían en que la relación le había dado a Spajit un brillo diferente. Para Rigor, aunque al principio se sintió un poco abrumado por la atención inusual de Spajit, pronto comenzó a apreciar esos momentos de ternura que ella le ofrecía.
Poco a poco, la relación entre Spajit y Rigor se convirtió en una fuente de estabilidad y felicidad para ambos. Aunque todavía se mantenían firmes y competitivos en el campo de batalla, en su tiempo libre, se permitían ser vulnerables el uno con el otro, algo que ambos habían necesitado más de lo que estaban dispuestos a admitir.
A pesar de la intensidad de sus personalidades, había algo profundamente reconfortante en la manera en que se cuidaban mutuamente. Spajit, aunque seguía siendo la guerrera feroz que todos conocían, permitía que Rigor viera su lado más suave, y Rigor, a su vez, encontraba en Spajit un motivo para sonreír y relajarse, cosas que rara vez hacía.
Con el paso de las semanas, la relación entre ellos continuó creciendo. Spajit, quien rara vez mostraba afecto, se permitió ser un poco más abierta con Rigor, mientras que él se convirtió en su ancla, alguien en quien ella podía confiar incondicionalmente. Para ambos, la relación se convirtió en algo valioso, algo que cuidaban con esmero en medio del caos y la intensidad de sus vidas en la Academia.
Un mes había pasado desde que la relación entre Spajit y Rigor comenzó a florecer. Durante ese tiempo, la conexión entre ambos se había fortalecido, y aunque sus días seguían llenos de entrenamientos y desafíos en la Academia Historia, también habían encontrado momentos para disfrutar de la compañía del otro.
Rigor, que normalmente no se preocupaba demasiado por las formalidades, había estado pensando en hacer algo especial para Spajit. Sabía que, a pesar de su apariencia dura y su personalidad independiente, Spajit merecía algo más allá de las batallas y el entrenamiento. Quería darle un momento que fuera solo para ellos, alejado del ruido y la tensión de sus vidas cotidianas. Con esa idea en mente, Rigor había pasado las últimas semanas planeando una cita formal, algo que demostrara cuánto le importaba Spajit.
Por su parte, Spajit se encontraba en el apartamento que Rigor había conseguido para ellos. Después de semanas de dormir en lugares menos cómodos, el apartamento era un lujo al que todavía se estaba acostumbrando. Era un espacio cómodo y tranquilo, un refugio en medio del caos de sus vidas. A pesar de su naturaleza guerrera, Spajit había empezado a apreciar la calma y la privacidad que el apartamento les ofrecía.
Mientras se preparaba para la cita que Rigor había planeado, Spajit no podía evitar sentir una mezcla de curiosidad y emoción. Aunque había sido reservada en cuanto a mostrar sus emociones, con Rigor había aprendido a dejarse llevar un poco más. Sabía que él tenía algo especial en mente, y eso solo aumentaba su entusiasmo por la velada que les esperaba.
Rigor, mientras tanto, ajustaba los últimos detalles de la cita. Había escogido un lugar que combinara elegancia con la sencillez que ambos apreciaban, un entorno donde pudieran disfrutar de una buena comida y una conversación tranquila. Mientras se miraba en el espejo, asegurándose de que todo estuviera en su lugar, una pequeña sonrisa se asomó en su rostro. Aunque no era algo que hiciera a menudo, estaba ansioso por ver la reacción de Spajit cuando viera lo que había preparado.
La noche prometía ser un momento especial para ambos, un pequeño respiro de la intensidad de sus vidas y una oportunidad para disfrutar del crecimiento de su relación en un ambiente diferente.
Mientras Rigor terminaba de ajustar los últimos detalles de la cita, Victor, Tino y Normado estaban ocupados en la preparación, aunque no estaban del todo convencidos de su nuevo rol. Como favor a Rigor, quien les había salvado el pellejo en varias ocasiones, aceptaron ayudar como meseros durante la velada.
Víctor, con una mezcla de resignación y curiosidad, se acercó a Rigor mientras preparaba la mesa con una elegancia inusual en él. Aunque respetaba a Rigor, no pudo evitar expresar lo que pensaba.
—¿Era necesario esto, Rigor? —preguntó Víctor, ajustándose el delantal que llevaba puesto.
Rigor, con una sonrisa tranquila pero segura, respondió mientras terminaba de colocar los cubiertos en su lugar.
—Sí, Víctor, lo es. Quiero que esta noche sea especial para Spajit. Y bueno, les debo muchas, así que consideren esto parte de mi agradecimiento.
Tino y Normado, quienes también estaban presentes, intercambiaron miradas, aún algo incrédulos por su nuevo papel como meseros. Aunque no era algo que disfrutaran hacer, ambos sabían que le debían mucho a Rigor y no podían negarse a su petición.
—Nunca pensé que terminaría sirviendo mesas —murmuró Normado, tratando de mantener su compostura mientras ajustaba una bandeja—. Pero bueno, por Rigor, supongo que vale la pena.
Tino, quien estaba organizando las bebidas, asintió con una ligera sonrisa.
—Si alguien se merece esto, es Rigor. Vamos a hacer que todo salga perfecto.
Mientras todos se ponían manos a la obra, Rigor sintió una oleada de gratitud hacia sus amigos. Sabía que pedirles que actuaran como meseros no era algo común, pero también sabía que podía contar con ellos en los momentos importantes. Esta cita era su manera de demostrarle a Spajit lo importante que era para él, y estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para asegurarse de que todo saliera bien.
Mientras los preparativos avanzaban, Víctor no pudo evitar su curiosidad y se acercó a Rigor. Con las manos ocupadas en alinear los platos sobre la mesa, lanzó una pregunta que había estado rondando en su mente.
—Rigor, ¿cómo es que conociste a Spajit? —preguntó, con un tono que sugería tanto interés como sorpresa por no saber antes los detalles.
Rigor, que estaba ajustando la posición de las copas, sonrió levemente al recordar el encuentro que había cambiado todo.
—Fue en medio de un combate en Chile —respondió con naturalidad, como si fuera lo más común del mundo.
Víctor, sin embargo, se detuvo en seco, con una expresión de incredulidad en su rostro. No era la respuesta que esperaba. Había oído hablar de encuentros inesperados y extraños en combate, pero esto era algo completamente distinto.
—¿En medio de un combate? —repitió Víctor, tratando de procesar la información—. No es exactamente la forma en que uno espera conocer a alguien como Spajit.
Rigor asintió, sin dejar de trabajar en los detalles de la mesa.
—Sí, fue algo caótico. No es lo más típico, lo admito, pero fue… diferente. Y creo que eso es lo que hizo que nos conectáramos. Después de todo, ambos sabemos que los verdaderos vínculos a veces surgen en medio de la adversidad.
Víctor permaneció en silencio por un momento, aún procesando la historia. Había imaginado muchas formas en que Rigor podría haber conocido a Spajit, pero un encuentro durante una batalla en Chile no era una de ellas. Sin embargo, entendía mejor que nadie que las conexiones más fuertes a menudo se forjan en los momentos más inesperados.
—Bueno, Rigor, debo decir que es una historia única —dijo finalmente Víctor, esbozando una sonrisa—. Supongo que no esperaba menos de ti.
Rigor sonrió en respuesta, sabiendo que su historia con Spajit era tan poco convencional como ellos mismos. Pero al final del día, eso era lo que hacía que su relación fuera tan especial.
Mientras Rigor terminaba de ajustar los últimos detalles de la mesa, un suave sonido llamó su atención. Al levantar la vista, vio cómo una puerta al final del pasillo se abría lentamente. Spajit apareció en el umbral, y la visión que se desplegó ante él lo dejó momentáneamente sin palabras.
Spajit, la mujer que él había conocido en medio de la batalla, ahora estaba transformada. Llevaba un vestido que, sin duda, era el más hermoso que Rigor había visto. El atuendo, elegante y sofisticado, realzaba su figura, pero más allá de eso, irradiaba una feminidad y gracia que raramente mostraba en su día a día. Rigor sabía que Spajit no era alguien que optara por vestidos con frecuencia. Para alguien que solía definirse como antiheroína, y a menudo incluso villana, el hecho de verla en un atuendo tan delicado y especial era impactante.
Spajit avanzó con pasos seguros, pero Rigor notó el leve rastro de incomodidad en su postura, como si llevar aquel vestido fuera algo completamente fuera de su zona de confort. Sin embargo, la determinación en su mirada mostraba que lo hacía porque esta noche era importante, porque quería que fuera especial para ambos.
Rigor, aún procesando la escena frente a él, dejó a un lado los últimos arreglos y se acercó a ella. La sorpresa y la admiración se mezclaban en su expresión mientras la observaba con una sonrisa que reflejaba tanto gratitud como orgullo.
—Spajit… estás increíble —dijo con sinceridad, casi en un susurro.
Ella, manteniendo su habitual aire de confianza, aunque con un leve rubor en sus mejillas, se permitió una pequeña sonrisa.
—No suelo hacer esto… ya sabes, lo del vestido. Pero esta noche… es diferente. Tú haces que sea diferente.
Rigor, aún maravillado por la escena, asintió. Sabía que Spajit había hecho un esfuerzo especial, y eso solo aumentaba el significado de la noche para él. La conexión que compartían, forjada en el combate y la adversidad, ahora se mostraba en un nuevo contexto, uno donde ambos podían permitirse ser vulnerables, dejar que sus corazas se suavizaran un poco más.
El ambiente se llenó de una calma especial, una calma que contrastaba con la intensidad de su pasado compartido. Esta noche no serían un guerrero y una antiheroína; serían dos personas, descubriendo una nueva faceta de su relación, disfrutando del simple pero poderoso acto de estar juntos.
Mientras Rigor y Spajit disfrutaban de una noche tranquila y elegante, Beasty se encontraba en una misión en Chile. Su viaje tenía un propósito claro: conseguir varios artículos esenciales que necesitaba para sus entrenamientos y otros propósitos personales.
En Santiago, Beasty se movía con determinación por las calles y mercados locales. La ciudad, vibrante y llena de vida, ofrecía una amplia gama de tiendas y proveedores. Beasty se dirigía a tiendas especializadas, buscando equipo de alta calidad y otros suministros que solo se podían encontrar en esa región.
El aire estaba cargado de una mezcla de aromas y sonidos típicos de una ciudad en constante movimiento. Beasty, con su presencia imponente, atravesaba las multitudes con facilidad, su mirada fija en los objetivos de su misión. Aunque su aspecto podía causar cierta inquietud, los comerciantes y locales la recibían con respeto, conscientes de que estaba allí por razones importantes.
Después de un día completo de compras y negociaciones, Beasty completó su misión con éxito. Con varias bolsas llenas de artículos valiosos y un contenido que había sido cuidadosamente seleccionado, se preparó para regresar a su base de operaciones. Aunque su viaje a Chile no había sido por placer, sino por necesidades específicas, sentía una satisfacción por haber cumplido con su tarea.
Mientras Beasty se dirigía de vuelta, Rigor y Spajit continuaban su velada. Aunque sus caminos estaban separados por la distancia, el impacto de sus acciones y decisiones seguía siendo parte de un panorama más amplio, donde cada uno jugaba un papel importante en sus respectivas historias.
Mientras Rigor y Spajit disfrutaban de una noche tranquila y elegante, Beasty se encontraba en una misión en Chile. Su viaje tenía un propósito claro: conseguir varios artículos esenciales que necesitaba para sus entrenamientos y otros propósitos personales.
En Santiago, Beasty se movía con determinación por las calles y mercados locales. La ciudad, vibrante y llena de vida, ofrecía una amplia gama de tiendas y proveedores. Beasty se dirigía a tiendas especializadas, buscando equipo de alta calidad y otros suministros que solo se podían encontrar en esa región.
El aire estaba cargado de una mezcla de aromas y sonidos típicos de una ciudad en constante movimiento. Beasty, con su presencia imponente, atravesaba las multitudes con facilidad, su mirada fija en los objetivos de su misión. Aunque su aspecto podía causar cierta inquietud, los comerciantes y locales la recibían con respeto, conscientes de que estaba allí por razones importantes.
Después de un día completo de compras y negociaciones, Beasty completó su misión con éxito. Con varias bolsas llenas de artículos valiosos y un contenido que había sido cuidadosamente seleccionado, se preparó para regresar a su base de operaciones. Aunque su viaje a Chile no había sido por placer, sino por necesidades específicas, sentía una satisfacción por haber cumplido con su tarea.
Mientras Beasty se dirigía de vuelta, Rigor y Spajit continuaban su velada. Aunque sus caminos estaban separados por la distancia, el impacto de sus acciones y decisiones seguía siendo parte de un panorama más amplio, donde cada uno jugaba un papel importante en sus respectivas historias.
Beasty, inmersa en sus pensamientos y en la tarea de cargar sus compras, no se percató de la presencia que la seguía. Mientras caminaba por las calles de Santiago, una figura apareció detrás de ella, moviéndose con una gracia y calma que contrastaban con la prisa y determinación de Beasty.
La figura era una mujer de aspecto etéreo, con una presencia que parecía flotar más que caminar. Llevaba un vestido que parecía cambiar de color con la luz, una mezcla de tonos que reflejaban el entorno de manera mágica. Aunque su apariencia era deslumbrante, su comportamiento era completamente discreto, imitando el caminar normal de cualquier transeúnte.
El contraste entre la diosa y la ciudad era marcado. Mientras Beasty se movía con rapidez y eficiencia, la diosa lo hacía con una calma serena, observando el entorno con una curiosidad tranquila. La deidad seguía a Beasty sin hacer ruido, manteniendo una distancia prudente pero cercana, como si simplemente estuviera dando un paseo.
Beasty, absorta en sus propias preocupaciones y en la tarea de revisar su lista de compras, no notó la presencia de la diosa. La figura divina parecía seguirla con una intención oculta, su presencia envuelta en un aura de misterio. A medida que se aproximaba al final de su jornada de compras, la diosa observaba cada movimiento de Beasty, evaluando el comportamiento y las elecciones de la guerrera.
La escena era un contraste fascinante: la diosa, con su aire celestial y sereno, contrastaba con la mundanidad de la vida cotidiana de Beasty. Sin embargo, la presencia de la diosa parecía añadir una capa de significado a la rutina de Beasty, una señal de que había fuerzas más grandes en juego, incluso en los momentos más ordinarios.
Cuando Beasty finalmente llegó a su destino, sin darse cuenta de la figura que la había seguido todo el tiempo, la diosa se detuvo y observó desde la distancia, dejando que el velo de su presencia divina se disipara en el aire.
Mientras Beasty organizaba sus compras frente a su apartamento, de repente sintió una extraña sensación, como si alguien la estuviera observando. Al voltear, se encontró con la presencia de la diosa que había estado siguiéndola.
La diosa estaba parada a una corta distancia, su figura luminosa y majestuosa contrastaba con el entorno urbano. Aunque su presencia era etérea y casi irreal, había una serenidad en su rostro que indicaba una calma profunda y una intención pacífica.
Beasty, al darse cuenta de la presencia divina, se quedó inmóvil por un momento. Su reacción inmediata fue una mezcla de sorpresa y alerta. Aunque estaba acostumbrada a enfrentar desafíos y adversarios poderosos, la presencia de una diosa era algo completamente diferente.
—¿Quién eres? —preguntó Beasty, intentando mantener un tono firme a pesar de la sorpresa en su voz.
La diosa sonrió suavemente, su expresión llena de sabiduría y comprensión. Sin hacer un movimiento brusco, respondió con una voz que parecía resonar con la calma de un lago tranquilo.
—Soy una entidad de más allá de lo común. He venido para observar y entender más sobre aquellos que caminan entre los mundos, como tú.
Beasty frunció el ceño, tratando de procesar las palabras de la diosa. No estaba acostumbrada a tratar con seres de tal magnitud, y la aparición de una deidad en su vida cotidiana era algo que nunca había esperado.
—¿Y qué es lo que quieres de mí? —preguntó Beasty, manteniendo su guardia en alto, pero con una nota de curiosidad.
La diosa inclinó ligeramente la cabeza en señal de respeto.
—No he venido para causar conflicto, sino para ofrecer una perspectiva. Tus acciones y decisiones tienen un impacto más allá de lo que ves. Estoy aquí para recordarte que, incluso en la lucha y el caos, hay un equilibrio que mantener.
Beasty asimiló las palabras de la diosa, sintiendo el peso de su significado. Aunque no estaba del todo segura de lo que se esperaba de ella, sabía que cualquier interacción con una entidad divina debía ser tomada en serio.
—Entiendo —respondió finalmente Beasty—. Si necesitas algo más, ¿cómo puedo ayudarte?
La diosa asintió, apreciando la disposición de Beasty a involucrarse.
—Tu voluntad y tu fortaleza ya son valiosas. Solo recuerda que cada decisión tiene un eco, y que el equilibrio es esencial para todos, incluso para aquellos que luchan con el caos. Mantén eso en mente y sigue adelante con tus propios objetivos.
Con esas palabras, la diosa comenzó a desvanecerse, su presencia volviendo a ser una sombra etérea en el aire. Beasty observó cómo la figura divina se desvanecía, su mente llena de nuevas reflexiones mientras se preparaba para continuar con su vida y sus responsabilidades.
Beasty, aún con la presencia de la diosa en su mente, notó una incongruencia en sus palabras, algo que la hizo dudar. Su instinto la alertó de que había algo más detrás de la apariencia serena de la diosa.
—Espera un momento —dijo Beasty, frunciendo el ceño mientras observaba a la diosa—. ¿Qué quieres decir con que mi cuerpo sea necesario para ganarle a las personas de aquí?
La diosa, que se había presentado como Lila, sonrió de manera enigmática, su expresión reflejando una mezcla de sabiduría y misterio. La sonrisa de Lila parecía tener un matiz oculto, como si estuviera revelando una parte de una verdad más grande y compleja.
—A veces, la verdad y la realidad tienen formas inesperadas de revelarse —respondió Lila con una calma imperturbable—. Tu fortaleza y habilidades son únicas, y en ciertos momentos, pueden ser necesarias para enfrentar desafíos específicos.
Beasty sintió una punzada de inquietud. La insinuación de Lila sobre la necesidad de su cuerpo para un propósito específico era inquietante. Sabía que las palabras de una diosa no debían tomarse a la ligera, pero la ambigüedad de su mensaje dejaba mucho espacio para la interpretación.
—¿Qué tipo de desafíos? —preguntó Beasty, intentando obtener más claridad—. ¿Y por qué mencionas que mi cuerpo es necesario? ¿Qué estás planeando?
Lila continuó sonriendo, su mirada profunda y enigmática.
—El equilibrio entre fuerzas es frágil, y a veces, requiere de elementos inesperados para ser mantenido. Tu papel en esto no es completamente claro aún, pero tus acciones y tu presencia pueden ser cruciales en los eventos venideros.
Con esas palabras, Lila comenzó a desvanecerse nuevamente, dejando a Beasty con más preguntas que respuestas. La diosa se despidió con un gesto de la mano, y antes de desaparecer completamente, añadió:
—Recuerda, Beasty, que incluso en la oscuridad, la luz puede encontrarse si buscas con el corazón abierto.
Beasty, sintiendo la urgencia y la inquietud provocadas por las palabras enigmáticas de la diosa, actuó con rapidez. Activando su poder de 'jackpot', una energía vibrante y regenerativa envolvió su cuerpo, fortaleciendo su agilidad y reflejos. Con un impulso súbito, se lanzó hacia Lila antes de que pudiera desvanecerse por completo.
Lila, sorprendida por la acción repentina, apenas tuvo tiempo de reaccionar. Beasty, utilizando su velocidad aumentada, atravesó la distancia en un abrir y cerrar de ojos. Con un movimiento preciso, agarró a la diosa y la lanzó contra una pared cercana con una fuerza que sorprendió incluso a la misma Beasty.
El impacto fue resonante, el golpe de Lila contra la pared generó una onda de choque que hizo temblar el suelo y los alrededores. Lila se mantuvo en pie, aunque claramente afectada por la fuerza del ataque. Su expresión de calma se había transformado en una mezcla de sorpresa y respeto hacia la determinación de Beasty.
—¿Qué crees que estás haciendo? —dijo Lila, su voz aún serena pero con un toque de sorpresa.
Beasty, aún enérgica y con una mirada feroz, se acercó a la diosa, su postura decidida.
—No estoy dispuesta a que juegues con mi vida o con las vidas de los demás sin saber exactamente qué está en juego. No confío en tus palabras y no me voy a quedar de brazos cruzados mientras ocultas tus verdaderas intenciones.
Lila, aunque herida y tambaleándose un poco, mantuvo su compostura. Su sonrisa, aunque debilitada, reflejaba una mezcla de admiración y comprensión.
—Veo que no tomas las advertencias a la ligera —dijo Lila—. La fuerza que posees es impresionante, y tu desconfianza es justa. Sin embargo, no es mi intención causar daño innecesario.
Beasty, sin bajar la guardia, observó a la diosa con una mirada desafiante.
—Entonces, ¿qué es lo que quieres realmente? ¿Cuál es tu propósito en todo esto?
Lila, recuperando lentamente su compostura, respondió:
—A veces, los caminos que tomamos están llenos de pruebas y obstáculos, incluso para quienes poseen gran poder. Mi intención no es engañarte, sino prepararte para lo que vendrá. Los desafíos futuros requerirán de todos los recursos disponibles, incluso de aquellos que inicialmente parecen incomprensibles.
Con esas palabras, Lila comenzó a desvanecerse nuevamente, su forma etérea volviendo a ser un susurro de luz. Beasty observó mientras la diosa desaparecía, su mente llena de preguntas y una renovada determinación para desentrañar la verdad detrás de las palabras enigmáticas y enfrentar cualquier desafío que pudiera surgir.
Mientras Lila se desvanecía, su sonrisa cambió drásticamente. Lo que antes había sido una expresión de serenidad se tornó en una mueca de satisfacción maligna. Sus ojos brillaron con una intensidad oscura mientras su aura comenzaba a oscilar de manera inquietante.
Beasty, observando la transformación de la diosa, sintió un escalofrío recorrer su espalda. La sonrisa de Lila ya no transmitía paz, sino una sensación de peligro inminente, como si algo mucho más siniestro estuviera a punto de suceder.
—No te engañes, Beasty —dijo Lila, su voz ahora cargada con un tono de amenaza—. La verdad es que no todos los desafíos son lo que parecen, y algunos tienen un precio más alto de lo que imaginas.
Con esas palabras, la figura de Lila se desvaneció por completo, dejando a Beasty con una sensación de inquietud y urgencia. La transformación de la sonrisa de la diosa había revelado una faceta oscura de su intención, y Beasty sabía que debía prepararse para enfrentar algo mucho más complejo y peligroso de lo que había anticipado.
Mientras la presencia de Lila desaparecía, Beasty permaneció inmóvil, su mente procesando la gravedad de la situación. La amenaza implícita en las palabras de la diosa resonaba en su mente, instándola a estar alerta y a prepararse para los retos que se avecinaban. Con una determinación renovada, Beasty se dirigió hacia su apartamento, consciente de que el verdadero peligro podría estar aún por llegar.
Víctor, mientras atendía a Rigor y Spajit, sintió una presencia maligna que lo hizo detenerse por un momento. La sensación era sutil, una especie de presión en el aire que casi no podía identificarse claramente. Sin embargo, como un profesional experimentado en el trato con situaciones complejas, decidió no dejar que su intuición le interfiriera en su deber.
Con una sonrisa profesional, Víctor sirvió un vaso de vino para Spajit y Rigor, asegurándose de que ambos estuvieran cómodos y disfrutaran de la velada. La atmósfera en el lugar era elegante y relajada, con una iluminación suave que resaltaba el ambiente acogedor de la cita.
—Aquí tienen, un poco de vino para complementar la noche —dijo Víctor, entregando los vasos con un gesto cuidadoso.
Rigor, que había estado esperando este momento con ansias, tomó el vaso con una sonrisa agradecida.
—Gracias, Víctor. Aprecio mucho todo lo que has hecho para esta noche.
Spajit también aceptó el vino, su expresión mostrando una mezcla de emoción y tranquilidad. El ambiente parecía estar en su mejor momento, con la atención puesta en disfrutar la compañía y el buen vino.
A pesar de su intento de ignorar la presencia inquietante que había sentido, Víctor mantenía un ojo en los alrededores, atento a cualquier señal de que algo pudiera estar fuera de lugar. Su experiencia le decía que a veces las percepciones podían ser engañosas, pero la precaución siempre era una virtud.
Mientras tanto, Beasty, que aún estaba procesando la reciente confrontación con Lila, trataba de mantener su mente enfocada en el presente y en su tarea. La velada de Rigor y Spajit continuaba, con todos los detalles cuidadosamente planeados para ofrecer una experiencia memorable. La presencia de la diosa y su amenaza quedaban, por el momento, como una sombra lejana, aunque la preocupación de Víctor indicaba que el equilibrio entre las fuerzas aún estaba en juego.
Víctor, sintiendo que la presencia maligna necesitaba ser investigada, se disculpó rápidamente con Rigor y Spajit.
—Disculpen, volveré en un momento. —dijo Víctor, con un tono de urgencia que no pasó desapercibido.
Dejando a Tino y Normado a cargo, Víctor activó su habilidad de 'usagi Instantáneo', una técnica de teletransportación rápida, y desapareció de la sala. En un parpadeo, se encontró en las inmediaciones de donde Beasty había estado recientemente.
Apareció en las cercanías del apartamento de Beasty, en una zona que aún conservaba el eco de su reciente presencia. Víctor observó el entorno con atención, tratando de identificar cualquier señal de la presencia maligna que había sentido.
—Beasty, ¿estás aquí? —llamó en voz alta, mientras su mirada escaneaba el área en busca de pistas. La sensación que había experimentado lo llevaba a pensar que la amenaza podría estar cerca o que podría haber dejado alguna traza.
La calle estaba tranquila, y la mayoría de las luces de la zona estaban apagadas. Víctor sabía que el peligro podía ser sutil, por lo que se movió con cautela, preparándose para cualquier eventualidad.
Al llegar al lugar donde Beasty había sentido la presencia de la diosa, Víctor vio a Beasty de pie, con una expresión de preocupación y confusión en su rostro. La reciente confrontación con Lila había dejado una impresión profunda en ella, y su postura indicaba que estaba lista para cualquier cosa.
—Beasty —dijo Víctor, acercándose con paso decidido—. ¿Has sentido algo más? La presencia que percibí parecía más grave de lo que inicialmente pensé.
Beasty, al reconocer a Víctor, asintió con firmeza, aún procesando las palabras de la diosa.
—Sí, hubo algo extraño... La diosa, Lila, cambió su actitud y su sonrisa se volvió maligno. Me dijo que mi cuerpo podría ser necesario para enfrentar ciertos desafíos, y su presencia se sentía realmente perturbadora.
Víctor frunció el ceño, considerando la información.
—Eso no es una buena señal. Debemos estar preparados para cualquier cosa. La presencia que sentí puede ser una indicación de que algo grande está en juego.
Con la situación aún en desarrollo y la amenaza potencial en mente, Víctor y Beasty se prepararon para enfrentarse a lo que pudiera venir, conscientes de que el equilibrio de las fuerzas podría estar en peligro y que la amenaza de Lila podría ser solo el principio de algo mucho más complejo y peligroso.
En el vasto y espléndido templo de oro situado fuera de los confines del universo, la diosa Lila, con su presencia imponente y aura enigmática, se dirigió a los mortales más calificados de su universo. La opulencia del templo reflejaba el poder y la majestad de Lila, con columnas doradas y un cielo estrellado que parecía extenderse infinitamente.
Con un gesto grandioso, Lila se dirigió a la asamblea de los más hábiles y temidos combatientes, magos y entidades poderosas. Su voz resonaba con un eco que parecía atravesar el tejido mismo del espacio.
—Escuchen bien, valientes y poderosos mortales —dijo Lila, su voz cargada de una autoridad inmutable—. He decidido ofrecer una recompensa sin precedentes para aquel que se atreva a enfrentar y eliminar a Beasty, la que posee una fuerza formidable y habilidades únicas.
La multitud de mortales se miró entre sí, sorprendidos pero intrigados por la oferta. La recompensa prometida era algo que muchos habían deseado a lo largo de sus vidas, y el desafío que se presentaba era una oportunidad tentadora para aquellos que anhelaban poder y prestigio.
—Quien logre vencer a Beasty —continuó Lila con una sonrisa que ahora denotaba una clara intención— recibirá lo que más desee en el universo. El poder absoluto, riquezas inimaginables, inmortalidad, o cualquier otro deseo que pueda ser concedido. Todo estará a su disposición.
La promesa de una recompensa tan grandiosa suscitó murmullos de emoción y ansias entre los presentes. La oferta era un faro brillante en la oscuridad de sus aspiraciones, y el desafío de enfrentar a Beasty se convirtió en el centro de sus pensamientos.
—La amenaza que se avecina no es trivial —añadió Lila, su tono volviéndose más grave—. No subestimen el poder de Beasty ni la complejidad de la tarea. Solo aquellos con verdadero valor y habilidad podrán enfrentarse a ella y tener éxito.
Con esas palabras, Lila dio por concluido su anuncio. Los mortales presentes se dispersaron, cada uno contemplando su próximo movimiento y preparándose para la caza que estaba por comenzar. La promesa de la diosa se convirtió en una motivación poderosa, un desafío que impulsaría a los más calificados a buscar a Beasty y enfrentar el peligro que ella representaba.
Fin.