Lila, ahora completamente regenerada y con una expresión de determinación en su rostro, comenzó a caminar con calma por el lugar. Sabía que Victor estaba temporalmente fuera de combate, y su siguiente objetivo era acabar con Rigor y Spajit. Con cada paso que daba, su presencia se volvía más amenazante, y la oscuridad en el ambiente parecía intensificarse.
Mientras avanzaba, sus ojos recorrieron el área en busca de sus próximos oponentes. "Rigor y Spajit," murmuró para sí misma, con una mezcla de desdén y satisfacción. "No tienen idea de lo que se les viene encima."
La esencia de Beasty seguía latente en su cuerpo, pero Lila se aseguraba de mantener el control absoluto. Su mente estaba enfocada en una sola cosa: eliminar cualquier amenaza restante. Mientras se acercaba a la ubicación de Rigor y Spajit, la energía a su alrededor comenzaba a fluctuar, anunciando su llegada.
Sabía que la batalla con ellos no sería sencilla, pero estaba preparada para usar cada truco a su disposición para asegurarse de que ellos también cayeran bajo su poder. Sin embargo, lo que no sabía era que tanto Rigor como Spajit habían estado preparándose, conscientes de que un enfrentamiento con Lila era inevitable.
Spajit se movía con la precisión de un depredador acechando a su presa. Había estado observando el campo de batalla desde la sombra de un edificio cercano, estudiando cada movimiento de Lila. Su mente estaba completamente centrada en el objetivo: dar un golpe certero que pudiera cambiar el curso de la batalla.
Con la espalda contra la pared del edificio, Spajit se aseguraba de que su presencia permaneciera oculta. Su respiración era controlada y su mente estaba enfocada. Sabía que el momento de atacar debía ser perfecto, un instante en el que pudiera aprovechar cualquier brecha en la defensa de Lila.
Los Nefestos de Leviathan estaban en una posición lista para actuar. Las cadenas afiladas se movían con sutilidad, preparadas para lanzar un ataque implacable. Spajit había desarrollado una estrategia para usar las cadenas como una distracción, atrayendo la atención de Lila para luego lanzar su golpe decisivo.
Con un rápido movimiento, Spajit emergió del edificio. El sol proyectaba sombras largas y dramáticas mientras avanzaba, sus armas listas para el combate. Se lanzó hacia el campo de batalla, su figura emergiendo como una tormenta decidida. Los Nefestos de Leviathan se extendieron y giraron con una precisión mortal, creando una cortina de acero afilado alrededor de Lila.
Lila, atrapada en la distracción, levantó una barrera de energía para defenderse de los Nefestos. Sin embargo, el movimiento de Spajit era tan rápido y certero que logró crear una apertura. Con un grito de determinación, Spajit desenvainó la espada Leviathan, el filo reluciendo con una intensidad casi palpable.
En un ataque coordinado, Spajit lanzó un corte decisivo hacia Lila. La espada Leviathan cortó el aire con una velocidad y precisión impresionantes, y el golpe se dirigió directamente hacia el estómago de su objetivo. La energía acumulada en la espada se liberó en una explosión de luz y poder, una ráfaga de energía que atravesó la barrera de Lila y la impactó con una fuerza devastadora.
El impacto fue monumental. La explosión de la espada Leviathan creó una onda de choque que sacudió el campo de batalla, enviando escombros y fragmentos volando en todas direcciones. El suelo tembló bajo el poder del ataque, y la luz cegadora del impacto iluminó el área con una intensidad cegadora.
Lila, sorprendida y herida por el ataque certero, se tambaleó hacia atrás. Su barrera se desintegró bajo el poder de la espada Leviathan, y su figura fue empujada por la fuerza del golpe. El rostro de Lila mostró una mezcla de sorpresa y furia mientras trataba de recuperarse de la devastadora ofensiva.
Spajit, respirando pesadamente pero con una expresión de determinación implacable, observó el resultado de su ataque. Sabía que esta batalla no había terminado, pero había logrado asestar un golpe significativo que podría inclinar la balanza a su favor. Mientras el polvo se asentaba y el campo de batalla se calmaba, Spajit estaba lista para continuar la lucha, dispuesta a enfrentar cualquier desafío que Lila pudiera presentar.
Lila, sintiendo el impacto del ataque de Spajit, retrocedió un poco, permitiendo que su cuerpo se acomodara para activar su próximo movimiento. En su estado regenerado, no iba a dejar que la ventaja de Spajit durara mucho.
Con una expresión fría y calculadora, Lila cerró los ojos y comenzó a concentrarse. Su energía se acumuló rápidamente, y una aura oscura comenzó a envolver su cuerpo. Activó el método del "jackpot", una técnica que le permitía maximizar su poder de manera casi instantánea.
Una oleada de energía negra y pulsante envolvió a Lila, reparando cualquier daño residual y restaurando completamente su fuerza. Su cuerpo se transformó, sus músculos se tensaron y su poder se amplificó. La regeneración y el refuerzo otorgaron a Lila una apariencia aún más imponente y peligrosa.
Lila abrió los ojos, que ahora brillaban con un resplandor siniestro, reflejando la intensidad de su renovado poder. Con un movimiento rápido y calculado, avanzó hacia Spajit, dispuesta a responder al ataque con una fuerza renovada. La atmósfera alrededor de Lila parecía cargada de energía, un presagio de la intensidad del próximo enfrentamiento.
Con cada paso que daba, el suelo temblaba ligeramente, señal del poder que estaba a punto de desatarse. Lila estaba lista para demostrar que, a pesar del golpe recibido, su poder y determinación no habían sido disminuidos en absoluto. La batalla entre ella y Spajit estaba lejos de terminar, y Lila estaba dispuesta a asegurarse de que el resultado se inclinara a su favor.
Spajit, aprovechando la ventaja de su agilidad y velocidad, se lanzó hacia Lila con una rapidez asombrosa. Su movimiento era tan veloz que parecía desvanecerse en la luz misma, apareciendo y desapareciendo en un parpadeo.
Con una precisión letal, Spajit comenzó a atacar a Lila desde todas las direcciones. Cada golpe era un destello de velocidad y fuerza, dirigiéndose hacia diferentes partes del cuerpo de su oponente con una sincronización impecable. Las espadas y los Nefestos de Leviathan se movían en perfecta armonía, creando una barrera de acero afilado que parecía imposible de evadir.
Lila, aunque su poder había sido restaurado por el método del jackpot, se encontraba ahora bajo un asalto implacable. Los ataques de Spajit eran una tormenta de golpes rápidos y contundentes, que buscaban desestabilizarla y romper su defensa. Cada golpe de Spajit encontraba su objetivo con precisión, golpeando con fuerza las partes vulnerables de Lila y obligándola a defenderse de una manera frenética.
La intensidad del ataque era tal que Lila apenas podía seguir el ritmo de Spajit. La velocidad de los movimientos de Spajit hacía que cada intento de Lila de contraatacar fuera ineficaz. La presión de los ataques continuos mantenía a Lila a la defensiva, sin oportunidad para recuperar el equilibrio.
El campo de batalla se llenó de un constante resplandor de movimientos rápidos y destellos de energía. Los ataques de Spajit eran como ráfagas de luz, implacables y certeros, creando una danza mortal de acero y fuerza. Cada golpe que Lila recibía parecía más fuerte que el anterior, y su capacidad para resistir la embestida de Spajit estaba siendo puesta a prueba al máximo.
Mientras la batalla se desarrollaba, el suelo temblaba bajo la intensidad de los movimientos y la energía liberada. Spajit, con una expresión de concentración feroz, continuaba su asalto, decidida a aprovechar cada segundo de la ventaja para asegurar la victoria. La determinación en sus movimientos era palpable, y la lucha entre las dos combatientes alcanzaba nuevas alturas de intensidad.
En medio de la feroz batalla, Rigor vio la oportunidad de unirse al enfrentamiento. Con una determinación inquebrantable, se lanzó hacia el campo de combate, acelerando su avance con la precisión de un proyectil. A medida que se acercaba, se posicionó junto a Spajit, uniéndose a ella en el ataque contra Lila.
La sincronización entre Spajit y Rigor era impecable. Spajit, impulsada por una furia ardiente, desató una serie de golpes implacables con sus Nefestos de Leviathan y la espada Leviathan. Sus movimientos eran rápidos y violentos, cargados de una intensidad que parecía no dar tregua. Cada golpe que lanzaba estaba imbuido de una rabia controlada, buscando desmoronar la defensa de Lila.
A su lado, Rigor aportó una técnica diferente pero igualmente eficaz. Su enfoque estaba en la presión y precisión. Con cada golpe que lanzaba, apuntaba a los puntos vitales de Lila, incluyendo áreas críticas como el cráneo. Sus movimientos eran meticulosos, calculados para maximizar el daño y debilitar a Lila. La combinación de su técnica de combate, que incluía ataques precisos y bien dirigidos, complementaba perfectamente la agresión de Spajit.
El campo de batalla se convirtió en un torbellino de acción. Los golpes combinados de Spajit y Rigor crearon una presión implacable sobre Lila. Mientras Spajit la atacaba con una velocidad y furia ininterrumpida, Rigor se aseguraba de que cada golpe que daba estuviera dirigido a puntos estratégicos, forzando a Lila a mantenerse en una constante defensiva.
Lila, atrapada en la tormenta de ataques, intentaba defenderse, pero la combinación de los ataques de Spajit y Rigor estaba haciendo mella en su resistencia. La fuerza bruta de Spajit y la precisión letal de Rigor se unieron para crear una ofensiva que ponía a prueba hasta el último rincón de su fortaleza.
El suelo bajo ellos se agrietaba con cada impacto, y el aire vibraba con la intensidad del combate. Lila, aunque había sido fortalecida por el método del jackpot, estaba siendo llevada al límite por el ataque coordinado de Spajit y Rigor. La batalla estaba en un punto crítico, y la lucha por el control del campo de batalla continuaba con una intensidad feroz.
Rigor y Spajit se encontraron en una sincronía perfecta, cada uno preparado para ejecutar su movimiento culminante. Con una mirada de entendimiento mutuo, ambos se prepararon para combinar sus habilidades en un ataque devastador.
Rigor se adelantó, concentrando su energía en sus puños, que comenzaron a brillar con un fulgor morado. Sus movimientos eran calculados y precisos, y la intensidad de su técnica se hacía palpable. Junto a él, Spajit se movió con igual determinación, sus Nefestos de Leviathan rodeados de un aura de fuego morado que se entrelazaba con la energía de Rigor.
Ambos guerreros se enfrentaron a Lila con una única intención: ejecutar su ataque combinado con la máxima potencia. Con un grito coordinado, gritaron al unísono: "Purple Time Flame!"
Los puños de Rigor brillaron intensamente con llamas moradas, mientras Spajit complementaba el ataque con la fuerza de sus propias habilidades. Los dos impactaron juntos, golpeando el punto crucial en el pecho de Lila con una fuerza que parecía atravesar la realidad misma.
El golpe fue implacable. La combinación de las llamas moradas y la precisión de sus ataques perforó el cuerpo de Lila, dejándola sin aliento y causando que una onda de choque la lanzara hacia atrás. El impacto creó una explosión de energía que se expandió, haciendo que Lila fuera proyectada por los aires, su cuerpo volando a través del campo de batalla con una fuerza arrolladora.
El suelo tembló bajo el impacto, y el resplandor del ataque dejó una estela de energía en el aire. La combinación de la técnica de Rigor y la furia de Spajit había sido efectiva, y Lila ahora yacía en el suelo, debilitada por el golpe devastador.
Spajit y Rigor, con el sudor y la determinación marcados en sus rostros, se prepararon para cualquier movimiento adicional de Lila. Aunque el ataque había sido poderoso, sabían que no debían bajar la guardia. La batalla estaba lejos de terminar, y la amenaza de Lila aún persistía, pero el ataque combinado había dado un golpe significativo en la lucha por el control del campo de batalla.
Spajit y Rigor se mantenían firmes en el campo de batalla, sus miradas fijas en Lila mientras ella yacía debilitada en el suelo. La atmósfera estaba cargada de tensión después del devastador ataque combinado.
Spajit, con el rostro marcado por una mezcla de furia y determinación, se adelantó un paso hacia Lila. "¡Regrésame el cuerpo de mi hermana, Lila!" exigió con una voz que resonaba con la fuerza de su dolor y su rabia.
Al decir esto, Spajit dejó caer los Nefestos de Leviathan al suelo. El sonido de las armas chocando contra el suelo era un símbolo de su concentración en recuperar lo que le habían arrebatado y un acto de desafío hacia Lila.
Rigor, permaneciendo a su lado, observó atentamente. Su presencia era una sólida demostración de apoyo, preparado para intervenir en caso de que la situación se complicara aún más.
Lila, mientras se recuperaba de la caída, levantó la vista con una sonrisa sardónica. "¿De verdad crees que puedes obligarme a hacer algo que no quiero?" replicó con desdén. "Este cuerpo es mío ahora, y no tienes el poder para cambiar eso."
Spajit, sin dejarse intimidar por las palabras despectivas de Lila, sostuvo su mirada con firmeza. "¡No descansaré hasta que mi hermana vuelva a su cuerpo! Si eso significa luchar hasta el final, lo haré."
Con la determinación en sus ojos y la resolución en sus corazones, Spajit y Rigor se prepararon para lo que vendría a continuación, sabiendo que la batalla estaba lejos de terminar y que el destino de Beasty y la amenaza de Lila aún estaban en juego.
Spajit, con una determinación feroz en sus ojos, avanzó hacia Lila, sintiendo la urgencia de recuperar lo que había sido usurpado. Sin perder tiempo, sacó su espada Leviathan, su determinación implacable reflejada en su actitud.
Con un movimiento preciso y decidido, Spajit perforó el brazo de Lila con la espada, la hoja atravesando la carne y haciendo que Lila emitiera un grito de dolor. El impacto de la espada era tanto un acto de desesperación como una declaración de su determinación.
"Oh, me la das o yo mismo te saco a la fuerza," declaró Spajit con voz dura y desafiante, mientras mantenía la espada firmemente clavada. Sus palabras eran claras, no había lugar para regateos ni negociaciones. La amenaza estaba tan presente como el dolor que infligía.
Lila, aullando de dolor y mirando la espada atravesar su brazo, se volvió hacia Spajit con una mezcla de rabia y sorpresa. "¡Eres una maldita entrometida!" gritó, su rostro contorsionado por la agonía. "¿Crees que puedes simplemente obligarme a devolver el cuerpo de Beasty con un golpe?"
Spajit, con la espada aún en su lugar, mantuvo su mirada fija en Lila, su voz firme a pesar de la tensión del momento. "No me importa lo que pienses. ¡Devuelve el cuerpo de mi hermana ahora o te sacaré a la fuerza!"
El ambiente se cargó aún más con la confrontación directa.
Lila, con una sonrisa sádica en su rostro, miró fijamente a Spajit mientras sentía la espada de su enemiga perforando su brazo. "Como tú desees," murmuró con un tono amenazante y siniestro.
De repente, los ojos de Lila comenzaron a brillar intensamente con una energía oscura y ominosa. Con un gesto casi imperceptible, Lila desató su poder oculto, extendiendo su influencia hasta los rincones más distantes del universo. En un lugar desconocido y remoto, donde su maldad había confinado el cerebro y alma de Beasty, Lila usó su inmenso poder para arrancarlos de esa dimensión oculta y traerlos de vuelta al cuerpo que ahora ocupaba.
La energía oscura que envolvía a Lila se concentró alrededor de su cabeza, provocando que su cráneo emitiera un resplandor que irradiaba maldad pura. De repente, el cerebro de Lila, aquel que había ocupado el lugar de Beasty, comenzó a separarse físicamente del cuerpo. Mientras lo hacía, el espacio a su alrededor se distorsionaba, como si la realidad misma estuviera siendo alterada por su poder.
El alma y cerebro de Beasty, guiados por el poder de Lila, atravesaron las barreras dimensionales, regresando al cuerpo que les pertenecía. Fue un proceso doloroso y estremecedor, pero finalmente, el cerebro de Beasty reemplazó al de Lila en su cráneo, y su alma, que había sido arrancada de su hogar, volvió a unirse con su cuerpo.
Lila, ahora sin su cerebro ni su alma en el cuerpo de Beasty, se transformó en una forma etérea y fantasmal, flotando en el aire mientras perdía su conexión con el cuerpo que había usurpado. Su figura comenzó a desvanecerse, su esencia maligna siendo arrastrada fuera de este plano de existencia.
Beasty, que hasta ese momento había estado inconsciente dentro de su propio cuerpo, abrió los ojos lentamente. La confusión llenó su mirada mientras trataba de entender qué estaba sucediendo. "¿Spajit... qué me ha pasado?" preguntó con voz temblorosa, sintiendo el peso de lo que había ocurrido.
Spajit, aún sin poder creer que su hermana estaba de regreso, sacó la espada del brazo de Lila, ahora Beasty, y la lanzó al suelo con un sonido metálico. "Has vuelto, Beasty," dijo Spajit con una mezcla de alivio y lágrimas en los ojos. "Lila te había atrapado, pero ahora estás libre."
Beasty parpadeó, tratando de procesar lo que Spajit le estaba diciendo. Las últimas memorias de ser atrapada en un oscuro abismo, luchando desesperadamente por mantener su identidad, se disolvieron cuando finalmente comprendió que había regresado.
La batalla que había tenido lugar no solo fue una lucha sino una batalla por el control.
Lila, aún con una sonrisa perversa en su rostro, observó a Beasty y Spajit por última vez antes de partir. "Espero que intentes usar el jackpot... oh, claro, se me olvidaba que ya te lo quité. Será interesante ver si puedes sobrevivir ahora," dijo con un tono burlón y despectivo.
Su figura etérea comenzó a desvanecerse mientras Lila regresaba a su propio universo, dejando a Beasty y Spajit atrás en un estado de vulnerabilidad. La risa siniestra de Lila resonó en el aire, mientras su presencia se desintegraba por completo, llevándose consigo su maldad y dejando un rastro de oscuridad.
El silencio que siguió fue ensordecedor. Beasty, ahora consciente de la gravedad de la situación, se tambaleó hacia Spajit, tratando de asimilar lo que Lila había dicho. El jackpot, su habilidad para regenerarse y recuperarse, había sido robado, dejándola sin una de sus mayores defensas.
Spajit, con el ceño fruncido y una determinación renovada en su rostro, tomó a Beasty por los hombros. "No te preocupes, Beasty. No estás sola. Encontraremos una manera de recuperarte por completo y derrotar a Lila de una vez por todas," prometió, su voz llena de firmeza y resolución.
Aunque Lila se había marchado, la amenaza que representaba aún estaba presente, y tanto Beasty como Spajit sabían que la lucha estaba lejos de terminar. Pero ahora, con Beasty recuperada y al lado de Spajit, estaban listas para enfrentarse a cualquier desafío que viniera, incluso sin el poder del jackpot.
Beasty sintió un dolor agudo en su pecho que se extendía como un fuego abrasador por todo su cuerpo. Sus manos se aferraron instintivamente a su abdomen mientras un escalofrío helado la recorrió. Su respiración se volvió errática, y sus piernas comenzaron a temblar como si fueran incapaces de soportar su peso.
"Spajit..." murmuró Beasty con una voz apenas audible. El pánico crecía en sus ojos mientras notaba cómo sus órganos internos comenzaban a colapsar, uno por uno. La pérdida del jackpot significaba que su capacidad para regenerarse y curarse estaba completamente fuera de su alcance, y el cuerpo que había sido tan resistente durante tanto tiempo ahora estaba fallando rápidamente.
Spajit, al ver el estado de su hermana, sintió una oleada de desesperación y rabia. Se arrodilló junto a Beasty, sosteniéndola con cuidado mientras el sudor frío perlaba la frente de ambas. "No, no... No te vayas. Aguanta, Beasty, por favor," susurró, tratando de mantener la calma, pero su voz temblaba por el miedo.
Beasty, con los labios pálidos y el dolor reflejado en su rostro, cerró los ojos con fuerza mientras luchaba por permanecer consciente. Sentía como si su cuerpo estuviera traicionándola, y cada segundo que pasaba la acercaba más a un abismo del que no podría regresar. La oscuridad comenzó a nublar su visión, y un torrente de emociones se desbordó en su mente: miedo, tristeza, pero sobre todo, una profunda sensación de impotencia.
Spajit, aferrándose a la esperanza, comenzó a buscar desesperadamente una solución. No podía permitir que su hermana se desvaneciera de esa manera. No después de todo lo que habían pasado juntas. "¡Vamos, Beasty, resiste! No puedes rendirte ahora," dijo con firmeza, apretando los dientes y sintiendo las lágrimas que comenzaban a acumularse en sus ojos.
Pero el colapso de Beasty era implacable. Los minutos parecían horas mientras su cuerpo continuaba deteriorándose. Spajit sabía que necesitaban hacer algo y rápido, pero con Lila ya en su propio universo, las opciones eran limitadas. El futuro de Beasty pendía de un hilo, y la sensación de impotencia que Spajit sentía era casi abrumadora.
Sin embargo, en lo más profundo de su ser, Spajit decidió que no iba a dejar que Lila ganara. Haría lo que fuera necesario, buscaría cualquier recurso disponible, y no descansaría hasta salvar a su hermana, cueste lo que cueste.
Spajit, con el corazón acelerado y la angustia creciendo en su pecho, cargó a Beasty en sus brazos y corrió hacia el hospital. Cada segundo contaba, y podía sentir cómo la vida de su hermana se escapaba con cada paso que daba. No podía permitir que Beasty muriera, no después de todo lo que habían pasado.
Al llegar al hospital, los médicos la recibieron de inmediato, y aunque Spajit intentó mantener la calma, el temor de perder a su hermana la abrumaba. Los médicos hicieron todo lo posible para estabilizar a Beasty, pero su condición era crítica. Los daños internos causados por el colapso de sus órganos eran graves, y la única opción era inducir un coma para intentar mantenerla con vida mientras trabajaban en salvarla.
Spajit se quedó a un lado, observando impotente mientras los médicos luchaban por salvar a su hermana. La culpa y la rabia se mezclaban en su interior; Lila había robado el cuerpo de Beasty, había causado todo esto, y ahora Spajit no podía hacer nada más que esperar.
Los días pasaron, y aunque Beasty seguía viva, su estado era delicado. Spajit sabía que tenía que ser fuerte, que no podía derrumbarse, pero el dolor de ver a su hermana en ese estado era casi insoportable. Sin embargo, en su corazón, sabía que la lucha aún no había terminado. De alguna manera, encontraría la manera de salvar a Beasty y de asegurarse de que Lila pagara por lo que había hecho.
Spajit no se separaba del lado de Beasty, pasando cada día en el hospital, observando el débil ascenso y descenso de su respiración. A pesar de todo lo que había sucedido, ella no podía dejarla sola. Aunque el personal médico hacía todo lo posible, Spajit sabía que el destino de su hermana dependía de algo más que de la medicina convencional. Había fuerzas más allá de su control en juego.
Cada día, Rigor llegaba de visita, a veces con una flor, otras con alguna palabra de ánimo, aunque ambos sabían que las palabras poco podían hacer en ese momento. Aun así, su presencia era un consuelo silencioso para Spajit. Rigor se mantenía firme, sin perder la esperanza, y su determinación de ayudar a Spajit a superar esto era evidente.
Se quedaba junto a ella durante horas, a menudo en silencio, solo ofreciéndole apoyo con su presencia. Cuando Spajit estaba a punto de derrumbarse, Rigor encontraba la manera de levantarla, recordándole que Beasty necesitaba que siguiera siendo fuerte.
Spajit, aunque agotada, se aferraba a esa fuerza. Sabía que no podía darse por vencida. Rigor, con su calma habitual, era el ancla que mantenía su cordura en medio de la tormenta de emociones que la atravesaba.
Mientras tanto, el tiempo seguía su curso, y Spajit se encontraba orando por un milagro. No sabía cómo, pero en su corazón sentía que la batalla por Beasty no había terminado. La esperanza, aunque pequeña, seguía viva.
Lila, de regreso en su cuerpo original, se encontraba en su oscuro y vasto dominio, un universo creado por su propia voluntad. El lugar era un reflejo de su naturaleza caótica: un paisaje sombrío donde la luz parecía no tener cabida, y donde el cielo estaba perpetuamente cubierto de nubes oscuras que destilaban una energía inquietante.
Con una sonrisa sádica en sus labios, Lila extendió su mano, y con un gesto simple, abrió un portal. El cubo de cinco dimensiones, donde había aprisionado a Victor, flotaba lentamente hacia ella. El poder que había utilizado para mantener a Victor atrapado en esa prisión era considerable, pero ahora, en su universo, el cubo era solo un juguete en sus manos.
Lila cerró los ojos un instante, sintiendo el poder oscuro que emanaba de su propio ser. Luego, con un movimiento decidido, abrió el cubo. Una luz negra y pegajosa se esparció brevemente antes de disiparse, revelando a Victor en su interior.
Victor, atrapado en el cubo por lo que le pareció una eternidad, no había estado inactivo. Aunque su encarcelamiento lo había limitado, había utilizado ese tiempo para planear su siguiente movimiento. Sus ojos se abrieron lentamente, adaptándose a la oscuridad del nuevo entorno, mientras observaba a Lila con una mezcla de frialdad y cálculo.
Lila lo miraba con una expresión de triunfo. "Bienvenido a mi mundo, Victor," dijo con una voz que retumbaba en el vacío. "Aquí, no tienes ninguna oportunidad. Aquí, soy la reina absoluta. Pero dime, ¿cómo te sientes ahora que estás completamente a mi merced?"
Victor se mantuvo en silencio por un momento, evaluando la situación. Sabía que enfrentarse a Lila en su propio terreno sería un desafío mayor que cualquier otro combate que hubiera librado antes. Pero también sabía que no podía darse el lujo de mostrar debilidad.
Con una sonrisa llena de confianza, Victor finalmente respondió, "No es la primera vez que me enfrento a lo imposible. Y tampoco será la última vez que haga que un dios caiga de rodillas."
Lila, con una expresión de pura determinación, concentró su poder en una esfera oscura y pulsante. Esta esfera tenía la capacidad de drenar el poder de quien tocara, y en este caso, su objetivo era Victor. Con un movimiento preciso, Lila dejó que la esfera absorbiera las energías de Victor, debilitándolo significativamente.
Sin perder tiempo, Lila se abalanzó sobre Victor, quien, aún recuperándose del impacto, apenas tuvo tiempo de reaccionar. Con una fuerza implacable, Lila lanzó un golpe devastador directo al estómago de Victor. El impacto fue brutal, enviando ondas de choque que resonaron a través del vacío del oscuro universo de Lila. Victor fue lanzado a gran velocidad, atravesando el portal que Lila había abierto.
Victor voló a través del espacio, incapaz de detenerse, hasta que su cuerpo chocó violentamente contra la superficie de un planeta cubierto de vegetación exuberante. El impacto fue tan grande que derribó árboles y creó un cráter en el suelo. Victor, herido y debilitado, se levantó lentamente, observando su entorno con ojos cautelosos.
Este planeta era diferente de cualquier otro que hubiera visto. La vegetación era densa y salvaje, y había una extraña energía en el aire, algo que Victor no podía identificar del todo. Pero lo más inquietante era la sensación de ser observado, como si el planeta mismo estuviera vivo y consciente de su presencia.
De repente, Victor se dio cuenta de que no estaba solo. A lo lejos, figuras etéreas comenzaron a emerger de la vegetación, diosas de poder incalculable que habitaban ese lugar. Se reunieron en un círculo, observando a Victor con miradas inquisitivas y desafiantes. Habían sentido la perturbación en su planeta y sabían que alguien, o algo, había llegado que no pertenecía allí.
Victor, aún sintiendo el peso de la esfera de Lila que había drenado gran parte de su poder, se preparó para lo que estaba por venir. Sabía que Lila lo había enviado a este lugar con un propósito: enfrentarse a estos seres, sin su pleno poder, para demostrar su valía, o tal vez, para asegurarse de que no saliera con vida.
Las diosas comenzaron a avanzar hacia Victor, sus poderes comenzando a manifestarse a medida que se preparaban para el enfrentamiento. Victor apretó los puños, su mente buscando rápidamente una estrategia para enfrentarlas en su estado debilitado.
Aunque su poder había sido reducido, su determinación permanecía intacta. Se mantuvo firme, decidido a enfrentarse a lo que fuera necesario para salir de ese lugar y encontrar una manera de recuperar lo que había perdido.
En un reino lejano, había un bosque encantado donde habitaban siete hermosas diosas. Estas diosas eran conocidas por su belleza y poder, y eran temidas y respetadas por todos los seres que habitaban ese lugar. Un día, las diosas se encontraban reunidas en el bosque cuando de repente escucharon un estruendo y vieron a un joven llamado Víctor, quien estaba mal herido y cubierto de sangre tras impactar contra el suelo.
Al acercarse a él, las diosas se dieron cuenta de que Víctor había llegado al bosque después de una intensa batalla contra otra diosa. El impacto había dejado a Víctor gravemente herido, y las diosas decidieron aprovechar la oportunidad para tomar venganza por lo que él había hecho.
Las diosas se acercaron a Víctor, y con una mirada fría y cruel en sus ojos, comenzaron a torturarlo de la manera más despiadada. Lo golpearon, lo quemaron con fuego y lo sometieron a un dolor insoportable. Víctor gritaba de agonía, pero las diosas no mostraban piedad alguna.
Después de torturar a Víctor durante horas, las diosas decidieron llevar las cosas a un nivel aún más oscuro. Lo arrastraron hasta un lugar oculto en el bosque, donde lo mantendrían prisionero y lo violarían tanto física como mentalmente durante los próximos dos años.
Durante ese tiempo, Víctor sufrió inimaginables tormentos a manos de las diosas. Lo humillaron, lo maltrataron y lo degradaron, convirtiendo su vida en un infierno sin fin. Las diosas se regocijaban en su sufrimiento, encontrando placer en su dolor y desesperación.
Finalmente, después de dos largos años, las diosas decidieron liberar a Víctor de su cautiverio. Lo soltaron en el bosque, débil y roto, pero con una sonrisa malévola en sus rostros. Estaban satisfechas con su venganza y se sentían victoriosas ante la ruina del joven.
Víctor, por su parte, estaba destrozado. Había perdido toda esperanza y su espíritu había sido quebrantado por las terribles experiencias que había vivido. Se arrastró por el bosque, sintiéndose perdido y sin rumbo, con la sombra de las diosas acechándolo en cada rincón.
Después de su desgarrador cautiverio y humillación, Víctor logró salir del planeta donde las diosas lo habían torturado. Aunque físicamente su cuerpo estaba marcado y debilitado, lo que más le afectaba era el peso emocional de su experiencia. Al escapar de ese lugar, su orgullo y dignidad habían sido completamente quebrantados, dejándole con un sentimiento profundo de humillación y desolación.
En el vasto vacío del espacio, mientras se alejaba del planeta, Víctor sintió el eco de su dolor resonando en cada rincón de su ser. Cada recuerdo de los tormentos sufridos y cada imagen de las diosas se cernía sobre él como una sombra implacable. Su autoestima y confianza estaban en ruinas, y la sensación de derrota lo envolvía.
Sin embargo, en medio de su agonía, algo en el fondo de su ser comenzó a resurgir. La misma determinación que una vez lo llevó a ser un héroe no desapareció por completo. Aunque su espíritu estaba devastado, el fuego de su voluntad seguía ardiendo. Víctor se dio cuenta de que, a pesar de todo lo que había pasado, aún tenía un propósito y una misión por cumplir.
En su viaje a través del espacio, Víctor comenzó a hacer un profundo viaje interior. Enfrentó sus propios miedos y dolor, tratando de entender cómo podía usar su sufrimiento como una fuente de fortaleza. Las cicatrices en su cuerpo eran testigos de su pasado, pero también se convirtieron en símbolos de su resistencia.
Mientras avanzaba, Víctor comenzó a planificar su próximo movimiento. Sabía que debía enfrentarse a su pasado y encontrar una manera de redimir su espíritu. Las lecciones aprendidas durante su tortura y su tiempo en el planeta, aunque dolorosas, le otorgaron una perspectiva nueva. Se prometió a sí mismo que no permitiría que su sufrimiento lo definiera, sino que usaría cada experiencia para forjar un futuro más fuerte y más decidido.
Finalmente, Víctor encontró una nueva dirección y propósito. Con una mezcla de tristeza y determinación, se preparó para regresar a la lucha, no solo para enfrentar a aquellos que le habían causado tanto daño, sino para demostrar que, a pesar de la humillación y el dolor, podía emerger más fuerte que nunca. En su corazón, el fuego de la esperanza y la resiliencia comenzó a arder con renovada intensidad, guiándolo hacia un nuevo capítulo en su vida.
Víctor descendió al planeta donde vivían Lila y sus secuaces, aterrizando en una zona rural alejada de las áreas más urbanizadas. Su llegada no fue discreta, pero su aspecto desaliñado y su agotamiento lo hicieron pasar desapercibido para la mayoría de los habitantes del área.
En el suelo, encontró un pequeño pueblo agrícola. Los edificios eran simples y las calles, tranquilas. Mientras caminaba entre las casas, Víctor se movió con cautela, evitando llamar la atención. La humillación y el dolor todavía pesaban sobre él, pero su instinto de supervivencia lo mantenía alerta y enfocado.
Entró sigilosamente en una tienda de suministros, donde, con un movimiento rápido pero desesperado, comenzó a buscar artículos que pudieran ayudarlo. Encontró ropa simple, que se ajustaba a su tamaño, y se la puso para cubrir sus partes íntimas y el resto de su cuerpo. También tomó vendas y otros suministros médicos para tratar las heridas y cicatrices que había acumulado.
El pueblo era pequeño y las personas que vivían allí parecían ajenas a la presencia de Víctor. Mientras él avanzaba por las calles, recogió algunos alimentos básicos y agua, utilizando el poco dinero que había logrado reunir. Cada movimiento estaba impregnado de una sensación de urgencia, pues sabía que debía actuar con rapidez para evitar ser descubierto.
Con el paso de las horas, Víctor logró abastecerse y se retiró a un lugar aislado en las afueras del pueblo para descansar y tratar sus heridas. Se instaló en una cabaña abandonada, que le ofrecía cierta protección y privacidad. Allí, mientras se envolvía en las vendas y limpiaba sus heridas, reflexionó sobre lo que había pasado y lo que debía hacer a continuación.
Su objetivo era claro: debía regresar a enfrentar a Lila y sus secuaces, pero primero necesitaba recuperarse y planificar su próximo movimiento. La determinación y la esperanza comenzaron a reemplazar parte del dolor y la desesperación que había sentido. Sabía que el camino por delante sería difícil, pero estaba dispuesto a luchar por su redención y por la justicia que buscaba.
Víctor se movió con cautela a través del reino de Lila, usando su entrenamiento y astucia para infiltrarse en el área sin llamar la atención. A pesar de su apariencia deteriorada, su mente estaba alerta y enfocada. Su objetivo era claro: encontrar la manera de enfrentarse a Lila y sus secuaces, y quizás encontrar alguna pista que lo ayudara a cumplir su venganza.
Se adentró en el reino, observando de cerca la arquitectura y los patrones de patrullaje. El reino estaba lleno de estructuras imponentes y guardianes que vigilaban cada entrada y salida. Los guardias, con sus armaduras brillantes y sus miradas severas, eran un obstáculo formidable, pero Víctor sabía que debía encontrar una manera de evitarlos o superarlos.
Utilizando su habilidad para moverse en las sombras, Víctor se escondió en rincones oscuros y callejones poco transitados. Su ropa y vendajes ayudaban a camuflarlo, mezclándose con el entorno rural en el que se encontraba. Cada vez que veía una patrulla o un guardia, se ocultaba detrás de cualquier cubierta disponible, esperando pacientemente hasta que el peligro pasara.
Víctor comenzó a observar las rutinas diarias del reino. Descubrió que la mayoría de los habitantes y guardias seguían un horario bastante predecible, lo que le permitió planear sus movimientos con más precisión. También notó las áreas que parecían tener una mayor concentración de seguridad: el palacio de Lila y los edificios circundantes donde se realizaban las reuniones de los secuaces.
Con la información que fue recopilando, Víctor comenzó a trazar un plan. Sabía que enfrentarse a Lila directamente en su fortaleza sería casi imposible sin una preparación adecuada. Decidió buscar posibles aliados o recursos dentro del reino que pudieran ayudarlo en su misión. Las zonas rurales y los pueblos pequeños podrían ser la clave para encontrar apoyo inesperado o para obtener información crucial.
Mientras Víctor avanzaba por el reino, su determinación se fortalecía. Cada paso que daba, a pesar del dolor y el cansancio, lo acercaba a su objetivo. Sabía que enfrentarse a Lila no sería fácil, pero su deseo de justicia y redención lo mantenía en movimiento, impulsado por una fuerza renovada para cumplir con su misión.
Víctor avanzó con sigilo por el castillo, utilizando las sombras y los rincones oscuros para evitar ser detectado por los guardias y los sistemas de seguridad del lugar. Su objetivo estaba claro: encontrar la fuente de poder que Lila había confiscado, la bola de energía que contenía su propio poder.
Después de varias horas de infiltración y evitando numerosos obstáculos, Víctor llegó a una sala secreta en el castillo. La habitación estaba decorada con símbolos arcanos y contenía varios objetos místicos, pero lo que capturó sus ojos recorrieron la sala hasta que encontraron un pedestal en el centro, sobre el cual reposaba una esfera de energía brillante. Sin dudarlo, se acercó y, con una fuerza determinada, quebró la esfera. La explosión de energía restauró instantáneamente el poder de Víctor, dándole un renovado vigor.
Sin embargo, mientras se preparaba para continuar su misión, notó otra esfera en la sala. Era de color verde, y su energía emanaba una familiaridad inquietante. La esfera parecía tener una conexión directa con algo que él conocía. Sin perder tiempo, Víctor decidió actuar. Abrió un portal y arrojó la esfera verde a través de él, dirigiéndola directamente al hospital donde se encontraba Spajit, junto a Beasty.
La esfera verde cayó al suelo del hospital con un sonido sordo. Al tocar el piso, la esfera comenzó a resplandecer con una intensidad verde, y una grieta pequeña apareció en su superficie. De esta grieta emergió una ola de energía que se extendió por la sala. La energía verde se movió como un remolino, dirigiéndose hacia el cuerpo de Beasty.
A medida que la energía entraba en el cuerpo de Beasty, este empezó a reaccionar. Las células y tejidos de Beasty comenzaron a vibrar con la energía restaurada, provocando un cambio visible en su estado. La esfera verde, ahora parcialmente rota, continuó liberando su poder hasta que toda la energía fue absorbida por Beasty.
El proceso fue gradual, pero la energía comenzó a revitalizar a Beasty. Aunque aún seguía en coma, su cuerpo mostró señales de estar respondiendo a la influencia de la energía verde. El brillo de la esfera se desvaneció lentamente, y la sala del hospital quedó en calma, con el futuro de Beasty en un delicado equilibrio.
Victor, sintiéndose renovado con el regreso de su poder, cerró el portal con determinación. Su objetivo ahora era claro: desatar el caos en el castillo de Lila. Mientras se movía por los pasillos, se encontró con un guardia del palacio que patrullaba la zona.
Con una intensidad creciente en sus ojos, Victor levantó la mano y apuntó al guardia. Una esfera de energía amarilla, brillante y cargada de poder, se formó en la punta de su dedo. La energía se concentró hasta que, con un movimiento decisivo, Victor lanzó el ataque hacia el guardia.
"¡Solar Boiling!" exclamó Victor, mientras la esfera de energía se disparaba con una velocidad increíble. Al impactar, la explosión resultante fue devastadora. La onda de choque arrasó el área, rompiendo paredes y enviando escombros por el aire.
El guardia fue lanzado a través del agujero creado por la explosión, saliendo por la pared del castillo y cayendo al suelo con un estruendoso golpe. La explosión provocó un caos inmediato en el castillo, con alarmas sonando y el personal del palacio en un estado de confusión.
Victor, aprovechando el tumulto, continuó su camino a través del castillo, dispuesto a cumplir su misión de venganza y sembrar el caos que tanto deseaba.
Fin.