Victor salió del baño, aún con la mente pesada por sus pensamientos. No podía entender por qué los humanos se enredaban en conflictos tan devastadores por territorio y dinero. ¿Qué sentido tenía tanta destrucción y sufrimiento?
Sentado en el borde de su cama, sus pensamientos se volvieron un torbellino. Reflexionaba sobre la inutilidad de la guerra y el dolor que causaba. Se preguntaba cómo podría usar sus habilidades y conocimientos para hacer una diferencia real y duradera en un mundo tan dividido.
Mirando a sus dos esposas y su hijo, sintió una mezcla de tristeza y determinación. Quería un mundo mejor para ellos, un lugar donde no tuvieran que preocuparse por conflictos y violencia. Decidió que, a partir de ese momento, se esforzaría aún más en su papel como profesor y protector, enseñando a sus alumnos no solo a defenderse, sino también a valorar la paz y el entendimiento mutuo.
Con una profunda inhalación, Victor se levantó y se dirigió a la sala, decidido a hacer todo lo posible por crear un futuro más pacífico.
Evil Victor habla en el subconsciente de Victor, mencionando, "Ya te diste cuenta de lo que es capaz la gente, no."
Victor cerró los ojos, tratando de mantener la calma mientras la voz de Evil Victor resonaba en su subconsciente.
"Sí, me he dado cuenta," respondió Victor con firmeza, aunque la tristeza se filtraba en su voz. "Pero no me rendiré. No puedo dejar que la desesperación me consuma. Hay esperanza y bondad en la gente también, y lucharé por eso."
Evil Victor se rió, un sonido burlón y despectivo. "Eres tan ingenuo. ¿Crees que puedes cambiar el mundo con buenas intenciones? La gente siempre encontrará razones para destruirse a sí misma."
"Quizás," admitió Victor, "pero alguien tiene que intentarlo. Y prefiero ser ese alguien, a pesar de todo. Porque si no lo hago, entonces realmente no habrá esperanza."
Victor abrió los ojos, decidido a no dejar que las palabras de su contraparte oscura lo desanimaran. Sabía que su camino sería difícil, pero estaba dispuesto a enfrentarlo, por su familia y por un futuro mejor.
Evil Victor menciona "Ves la bondad sin saber a ti mismo a lo que te enfrentas y te mostraré que es verdad lo que digo."
Victor sintió un escalofrío recorrer su cuerpo mientras escuchaba las palabras de Evil Victor.
"No necesito tus enseñanzas," replicó Victor, tratando de mantener la calma. "Ya he visto suficiente sufrimiento. Sé lo que la guerra hace a la gente."
"Pero no has visto todo," insistió Evil Victor, su voz goteando veneno. "No has visto cómo los héroes son traicionados, cómo los justos son aplastados. Ve a esos lugares, mira con tus propios ojos. Solo entonces entenderás que tu lucha es inútil."
Victor respiró hondo, sintiendo la duda y el miedo tratando de apoderarse de él. "Tal vez tienes razón," admitió. "Tal vez hay más que no he visto. Pero no iré a esos lugares para probar tu punto. Iré para entender, para aprender y, si es posible, para ayudar."
Se levantó del baño, decidido. Miró su reflejo en el espejo y vio a un hombre herido, pero no roto. "No me rendiré, Evil Victor. No dejaré que el odio y la desesperación me dominen."
Con una nueva determinación, Victor se dirigió a su familia, preparándose para lo que vendría. Sabía que tendría que enfrentarse a más horrores y verdades duras, pero estaba decidido a seguir adelante, a pesar de todo.
Victor se puso una chaqueta oscura con una capucha que cubría su rostro, asegurándose de que su apariencia no llamara la atención. Revisó rápidamente sus suministros, llevando consigo solo lo esencial para no atraer sospechas.
Antes de salir, miró a sus esposas, María y Luci, y a su hijo José. "Volveré pronto," les aseguró, aunque sabía que sus palabras estaban cargadas de incertidumbre.
María, aún recuperándose de sus heridas, le sonrió débilmente. "Ten cuidado, Victor."
Luci asintió, sus ojos llenos de preocupación. "Sabemos que harás lo correcto. Solo... vuelve a salvo."
Victor abrazó a su familia una última vez antes de salir de la casa. Con la capucha bien colocada, se dirigió hacia el dispositivo de Rigor que le permitiría viajar en el tiempo. Sabía que debía ser cauteloso, pero también estaba decidido a descubrir la verdad y, si podía, hacer algo para cambiarla.
Con una última mirada al dispositivo, ajustó la configuración y desapareció, listo para enfrentar los horrores del pasado y encontrar una forma de hacer la diferencia.
Victor aterrizó suavemente en un rincón oscuro, su capucha aún cubriendo su rostro. Observó a las personas que se burlaban de las víctimas de la guerra, sus risas y comentarios insensibles resonando en el aire.
El corazón de Victor se apretó con ira y tristeza. No podía comprender cómo alguien podía mofarse del sufrimiento ajeno, de la pérdida de vidas humanas. Los horrores que había presenciado y experimentado en sus viajes a través del tiempo eran más que suficientes para entender el dolor y la desesperación que esas personas habían enfrentado.
Victor se acercó lentamente, su presencia pasando desapercibida al principio. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, su voz resonó firme y grave. "¿Cómo pueden reírse del dolor y la muerte de otros? ¿No tienen respeto por las vidas que se perdieron?"
Las personas se volvieron hacia él, sorprendidas por la interrupción. Algunos lo miraron con desdén, otros con curiosidad. Victor permaneció en silencio, esperando sus respuestas, preparado para enfrentar la verdad sobre la naturaleza humana y, si era necesario, defender la memoria de los caídos.
Algunos solo se rieron al final de cuentas como ellos, no vivieron en esa época solo dicen que es algo patético.
Victor sintió una oleada de indignación y tristeza. Apretó los puños, su rostro endurecido bajo la capucha. Respiró profundamente, tratando de mantener la calma.
"Patético es reírse de la desgracia ajena," dijo con voz controlada, aunque llena de intensidad. "Ustedes no entienden el verdadero costo de la guerra. No han visto lo que yo he visto, no han sentido el dolor de perder a seres queridos, ni la desesperación de luchar por sobrevivir."
Sus ojos brillaban con determinación mientras continuaba, "Cada vida perdida en esas guerras fue valiosa. Cada persona tenía una historia, una familia, sueños y esperanzas. Reírse de eso es deshonrar su memoria y su sacrificio."
Victor dio un paso adelante, su presencia imponente. "La humanidad puede ser mejor que esto. Podemos aprender de nuestros errores y trabajar juntos para evitar que se repitan. Pero solo si dejamos de menospreciar el sufrimiento de los demás."
Se quedó allí, esperando que sus palabras calaran en los corazones de aquellos que lo escuchaban, dispuesto a defender la dignidad y el respeto que cada ser humano merece.
Las mofas de la multitud hicieron que la furia de Victor burbujeara aún más. Se quedó en silencio por un momento, respirando profundamente, dejando que su rabia se transformara en una determinación férrea.
"Las palabras de burla pueden ser fáciles de lanzar," dijo con una voz que retumbó como un trueno contenido, "pero enfrentar la verdad y reconocer el sufrimiento de otros requiere verdadera valentía."
Con un movimiento rápido, levantó su mano y generó una pequeña esfera de energía brillante en la palma. "Este poder podría destruirlos en un instante, pero la verdadera fuerza está en elegir no hacerlo. Ustedes pueden mofarse todo lo que quieran, pero sus palabras no cambian la realidad del dolor y el sacrificio de aquellos que lucharon y murieron."
La esfera de energía se desvaneció, y Victor se acercó un paso más, sus ojos ardiendo con intensidad. "Si alguna vez experimentan el horror de la guerra, tal vez entiendan el peso de sus palabras. Hasta entonces, recuerden esto: el verdadero coraje está en reconocer y respetar el sufrimiento ajeno, no en reírse de él."
Dicho esto, se dio la vuelta y se alejó, dejando que sus palabras resonaran en la mente de aquellos que se habían mofado de él. Su misión ahora era aún más clara: debía seguir luchando por un mundo donde la compasión y el respeto prevalecieran sobre la ignorancia y la crueldad.
Victor observó con creciente disgusto cómo aquellos que se consideraban victoriosos celebraban la guerra y la muerte como si fueran trofeos. La satisfacción en sus rostros, la ligereza con la que hablaban de la destrucción y la pérdida, todo eso le dejó un sabor amargo en la boca.
En Francia, paseó por los campos donde las batallas más brutales habían tenido lugar. Escuchó a los veteranos y civiles hablar con orgullo de sus "hazañas", sin la menor señal de reflexión sobre el dolor y el sufrimiento que habían causado.
"No entienden nada," pensó para sí mismo. "No ven la guerra por lo que realmente es: una tragedia."
En Estados Unidos, las celebraciones eran aún más ruidosas. Las calles estaban llenas de desfiles y festividades que glorificaban la victoria. Las personas parecían ajenas al costo humano, enfocándose únicamente en la gloria y el poder.
Victor decidió hablar, con la esperanza de despertar algo de comprensión. Se subió a una plataforma improvisada y, con una voz firme, comenzó a dirigirse a la multitud.
"Ustedes celebran la victoria como si fuera el mayor logro," dijo. "Pero, ¿alguna vez han pensado en el precio que se pagó por ella? ¿En los hombres, mujeres y niños que perdieron sus vidas, sus hogares, su futuro? La verdadera victoria no está en destruir al enemigo, sino en construir un mundo donde no haya necesidad de guerra."
La multitud, inicialmente sorprendida, comenzó a murmurar entre sí. Algunos mostraban señales de incomodidad, mientras que otros simplemente ignoraban sus palabras.
"El orgullo que sienten por matar a otros es una ilusión," continuó Victor. "La guerra solo trae más sufrimiento y odio. ¿No sería mejor trabajar juntos para sanar las heridas y prevenir futuras tragedias? La verdadera fuerza está en la compasión, en la empatía, en el esfuerzo por comprender y respetar a los demás."
Victor bajó de la plataforma, dejando que sus palabras flotaran en el aire. No sabía si había logrado cambiar alguna mente, pero al menos había sembrado una semilla de duda.
Mientras se alejaba, se prometió a sí mismo que seguiría luchando por un mundo mejor, uno donde la verdadera victoria sería la paz y la humanidad compartida.
Victor se sentó en una banca de un parque, rodeado por la serenidad del lugar. A pesar de la paz exterior, su mente estaba en ebullición. Reflexionaba sobre la naturaleza humana, los actos de guerra y violencia, y las celebraciones vacías de las victorias que no traían paz verdadera.
Los rostros de aquellos que se burlaban de la muerte y los que celebraban la destrucción lo perturbaban profundamente. Las cicatrices de la guerra, tanto físicas como emocionales, estaban por todas partes. La indiferencia y el orgullo que había visto parecían evidenciar una desconexión fundamental con el verdadero significado de la vida y la humanidad.
"¿Qué es lo que realmente valoramos?", se preguntó. "¿Qué necesitamos para aprender a valorar la vida por encima de todo?"
Mientras sus pensamientos se oscurecían, sintió una presencia familiar en su subconsciente. Evil Victor se materializó, una figura sombría con una sonrisa sardónica en su rostro.
"¿Lo ves ahora, Victor?", dijo Evil Victor. "La gente nunca cambiará. La guerra y el odio son su naturaleza. ¿De qué sirve intentar ser un héroe en un mundo que no quiere ser salvado?"
Victor miró al suelo, sus manos temblando ligeramente. "Lo que dices puede tener algo de verdad, pero no puedo aceptar que no haya esperanza. Siempre hay algo por lo que luchar, incluso si es solo por una pequeña chispa de cambio."
Evil Victor se rió con desdén. "Eres un idealista, Victor. Pero esa esperanza que mantienes te hace débil. Acepta la realidad y verás lo inútil que es intentar cambiar lo incambiable."
Victor levantó la cabeza, una determinación renovada en sus ojos. "Puede que sea un idealista, pero prefiero vivir con esperanza y luchar por un futuro mejor, que rendirme al cinismo y la desesperación. No puedo cambiar el pasado, pero puedo intentar influir en el futuro."
Evil Victor se desvaneció, pero sus palabras seguían resonando en la mente de Victor. Se levantó de la banca, decidido a continuar su lucha por un mundo mejor, sabiendo que su camino estaría lleno de desafíos, pero también de momentos de verdadero significado y conexión humana.
Victor sintió la presencia de Evil Victor nuevamente, sus palabras resonando con un tono de burla y cinismo.
"Los niños pueden ser los únicos...", comenzó Evil Victor, su voz impregnada de un tono sombrío. "Pero incluso la nueva generación parece no importarles nada. Victor, deja de pensar que habrá cambio en un lugar como este."
Victor cerró los ojos por un momento, dejando que las palabras calaran hondo. La desesperanza que Evil Victor trataba de sembrar era un veneno que podía consumir incluso las almas más fuertes. Sin embargo, Victor no estaba dispuesto a ceder.
"Tal vez tengas razón en que muchos no se preocupan," respondió Victor, su voz firme. "Pero eso no significa que todos sean así. Hay niños, jóvenes y personas que aún creen en un futuro mejor, que quieren hacer una diferencia. Yo mismo he visto esa esperanza en los ojos de mis estudiantes, en las acciones de aquellos que luchan por un mundo mejor."
Evil Victor se rió, un sonido frío y cortante. "Ilusiones, Victor. Solo ilusiones. El mundo no cambia tan fácilmente."
Victor se levantó de la banca, su determinación inquebrantable. "Puede que sea una ilusión, pero es una ilusión por la que vale la pena luchar. Prefiero vivir con la esperanza de un cambio y fallar, que rendirme a la desesperación y asegurarme de que nunca ocurra."
Evil Victor se desvaneció una vez más, dejando a Victor solo en el parque. Victor sabía que la lucha por un mundo mejor no era fácil, pero también sabía que no estaba solo. Había personas en su vida, como sus estudiantes, su familia y sus amigos, que compartían su visión y su esperanza. Y mientras tuvieran esa chispa de esperanza, seguirían luchando juntos, sin importar lo que el futuro les deparara.
La fusión de la maldad y la bondad en Victor resultó en una transformación profunda. Sus ojos, ahora de un color rojo oscuro y opaco, reflejaban una mezcla compleja de emociones. Esta nueva apariencia era un testimonio visible de la lucha interna que había enfrentado y de la integración de las dos fuerzas opuestas en su ser.
Victor, sintiendo el cambio en su cuerpo y mente, miró su reflejo con una mezcla de inquietud y determinación. Esta nueva forma no solo representaba su poder combinado, sino también la carga y la responsabilidad que venían con él.
Con una nueva resolución, Victor se preparó para utilizar esta transformación de manera constructiva. Sabía que su objetivo debía ser usar su poder para influir positivamente en el mundo, para reparar las injusticias que había visto y para buscar un equilibrio entre el bien y el mal, de modo que pudiera proteger a quienes amaba y construir un futuro más justo.
Victor, con su nueva identidad fusionada y una visión distorsionada por la maldad y la bondad, decide tomar un enfoque radical para hacer que la humanidad entienda las consecuencias de sus actos. Su plan es orquestar una guerra global, pero con un enfoque diferente al de las guerras pasadas:
1. Creación de un Conflicto Global: Iniciará un conflicto a gran escala que abarque múltiples naciones, utilizando su poder para manipular eventos y personas para que las tensiones lleguen a un punto crítico.
2. Demostración del Desastre: A lo largo de la guerra, se asegurará de mostrar claramente el sufrimiento y la devastación causados por el conflicto, utilizando su influencia para amplificar el impacto emocional y psicológico en la población mundial.
3. Intervención Directa: Mientras la guerra se desarrolla, intervendrá directamente para asegurar que los eventos no se salgan de control, pero sí para demostrar el verdadero costo de la guerra y la inutilidad de la violencia.
4. Establecimiento de un Nuevo Orden: Al final del conflicto, tras causar un impacto profundo en la humanidad, intentará imponer un nuevo orden basado en el miedo que ha sembrado, con el objetivo de prevenir futuras guerras mediante la intimidación y el control.
Victor cree que solo a través de la experiencia directa del caos y la destrucción podrá obligar a la humanidad a reflexionar profundamente sobre sus acciones y cambiar su comportamiento. Su plan es peligroso y éticamente cuestionable, pero está convencido de que es la única manera de lograr una paz duradera.
Fin.