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Chapter 12 - Un nuevo dios de la destrucción

En un desierto completamente destruido estaba un hombre acostado en el suelo. El hombre tenía un pelo de color carmesí; con la piel blanquecina, tenía un cuerpo delgado pero aún bien trabajado. Sus ojos eran del mismo color de su cabello, completamente carmesí. Su ropa estaba desgarrada, completamente destruida, solo teniendo una pobre excusa de pantalones que parecían que estaban en la última.

Este hombre era Raiden, la bestia más fuerte, pero antes de todo eso, antes de convertirse en la bestia más fuerte, solo era un simple huérfano de la aldea del norte, una aldea en la montaña de la esquina del norte del mundo.

Inicio de flashback: cuando tenía 14 años, un monstruo apareció afuera de su aldea, y empezó a atacar a la gente de su aldea él no estaba en la aldea, si no estaba con algunos hombres que habían salido y fueron a comprar provisiones para la aldea, pero cuando llegaron, ya estaba completamente destruida y la bestia devorando los cuerpos.

Los hombres que lo habían acompañado empezaron a liberar energía de color blanco ellos estaban usando su ki la energía dada por los dioses él no había despertado su redes de ki entonces sólo pudo ver impotente como cada uno fue asesinado lentamente por la bestia claramente lo estaba disfrutando devorándolos y absorbiendo su ki cuando se intentó acercarse ayudar a uno que aún no había sido comido pero fue golpeado mandándolos a golpearse dónde estaba en una casa destruida con mucha dificultad en peso a levantarse pero no había notado una aura de color blanco cubriéndolo se sentía más caliente pero igualmente se sentía más fuerte más relajado hasta que se dio cuenta había despertado su ki tal vez fue valentía o completa estupidez pero se abalanzó donde estaba la bestia le dio fuerte puñetazo cubriendo su puño con la energía blanquecina.

Claramente le había dado verdadero daño a la bestia; eso no lo sorprendió. La razón por la que él iba con los adultos a la ciudad no era porque necesitaban un ayudante o algo así. Él tenía la fuerza como un hombre normal usando ki; había nacido con una fuerza monstruosa, pero a pesar de eso no había podido desbloquear su ki, al menos hasta ahora.

Él hizo que sus sentidos lo controlaran, haciendo que brincara atrás a la bestia y arrancara su columna vertebral y cubriendo sus manos de ki, destruyendo la cabeza y arrancándola en dos. Cuando todo terminó, simplemente cayó al suelo y eso empezó su camino. Exploró el mundo enfrentándose a diferentes bestias y a diferentes seres, cada uno con su forma única de usar el ki. Él también en estos años había aumentado su fuerza, siendo comparado a los mismos dioses y hace un mes, se enfrentó contra la bestia más fuerte el rey de las bestias Kim.

Nacido de la misma Tiamat después de ser derrotada por Marduk, Kim absorbió toda la maldad del mundo volviéndose la bestia más fuerte, superando a los mismos dioses, y por eso mandaron a un campeón para deshacerse de esa molestia, pero no fue el primer elegido, sino que ese fue el rey de Uruk, Gilgamesh, un semidiós: dos partes divinas y una parte mortal. Rechazó la propuesta de los dioses, considerándola una pérdida de tiempo. Después, él recibió el llamado de los dioses y aceptó porque ya estaba dirigiéndose a donde estaba la bestia para enfrentarse.

La batalla se prolongó durante 20 días y 20 noches, culminando en la derrota de Kim. Raiden, tras alzarse victorioso, obtuvo el título de "La Bestia Más Fuerte". Sin piedad, devoró a Kim en lo alto de la montaña más grande del mundo, conocida como "El Octavo Relámpago".

Ese momento marcó un cambio radical en la perspectiva de Raiden. Ya no veía el mundo en blanco y negro, ni se obsesionaba únicamente con enfrentarse a oponentes poderosos. Ahora, con el poder absoluto en sus manos, su visión había evolucionado: quería transformar el mundo. Para lograrlo, tendría que enfrentarse a un enemigo formidable, el tirano conocido como Gilgamesh.

Gilgamesh, autoproclamado "Rey del Mundo", era temido y odiado por su crueldad. Gobernaba con puño de hierro, ejerciendo un dominio tiránico. Obligaba a las mujeres recién casadas de su reino a entregarle su virginidad, empobrecía a su pueblo con impuestos abusivos y trataba a sus ciudadanos como meros juguetes para cumplir sus caprichos. Raiden sabía que para crear un verdadero cambio, debía desafiar al hombre más poderoso del mundo y acabar con su régimen de opresión.

Tras tomarse un tiempo para relajarse, Raiden partió hacia Uruk, decidido a enfrentar a Gilgamesh. Sin previo aviso, irrumpió en el palacio personal del tirano y, con un poderoso puñetazo, lo lanzó fuera del edificio, marcando el inicio de una feroz batalla que duraría tres días y tres noches.

El enfrentamiento tuvo lugar en las afueras de Uruk, donde ambos combatientes desplegaron todo su poder. Gilgamesh, en un intento por mantener su supremacía, liberó sus tesoros en su máxima capacidad, Raiden conjurando una espada de energía de ki capaz para reflejar los ataques de su oponente.

La lucha alcanzó su clímax en la tercera noche. Exhausto pero enfurecido, Gilgamesh rugió: ¡Maldito mestizo insolente! Me has obligado a usar esto.

De un portal dorado, sacó una espada deslumbrante, cuya mera aparición hizo temblar la tierra y desatar el caos en el mundo. El arma, de un diseño único, parecía un taladro compuesto por tres secciones; la última carecía de filo, pero estaba cubierta de marcas rojas luminosas. Su aura era tan poderosa que el equilibrio del mundo comenzó a colapsar bajo su presencia.

Una inmensa cantidad de energía comenzó a acumularse en la punta de la espada de Gilgamesh. Un torbellino de aire rojo giraba de forma descontrolada, creciendo con intensidad.

¡Enuma Elish! rugió el Rey de los Héroes, desatando un vórtice de energía roja devastadora.

Raiden no se quedó atrás. Concentrando todo el poder que había absorbido de su victoria anterior, activó su transformación definitiva:

¡Modo Kim!

Su cabello creció y se oscureció, sus ojos se tornaron negros con escleróticas rojas, y garras negras emergieron de sus manos, junto con colmillos alargados. Envuelto en un aura de pura ferocidad, lanzó un ataque definitivo, cubriendo su puño con toda su energía, decidido a atravesar el devastador ataque de Gilgamesh.

Sin embargo, su cálculo fue erróneo. Al chocar con el vórtice, el impacto fue catastrófico. El brazo de Raiden fue completamente destruido, y su pierna quedó desgarrada, con músculos y huesos rotos. El viento cortante de la explosión desató un daño brutal: sus órganos internos estallaron, todos sus huesos comenzaron a fracturarse, y sus ojos explotaron bajo la presión.

Los daños no se detuvieron ahí. Sus dientes se destrozaron, su mandíbula y nariz comenzaron a desmoronarse lentamente, y su cabello quedó reducido a unas pocas hebras rojas quemadas. Uno de sus brazos había desaparecido por completo, y el otro no estaba en mejores condiciones. Su pierna estaba irreparable, con fragmentos de hueso sobresaliendo de la carne destrozada.

A pesar del estado crítico en el que se encontraba, Raiden se negó a rendirse. Con el poco ki que le quedaba, intentó curarse. Logró reparar algunos músculos internos y regenerar ciertos órganos vitales, pero las fracturas óseas y las heridas más profundas estaban más allá de su capacidad de recuperación en ese momento. La batalla lo había llevado al límite absoluto, dejando su cuerpo al borde del colapso.

Gilgamesh no estaba mejor, después de su último ataque disipó todos sus tesoros y cayó directamente al suelo, sus reservas de energía, estando demasiado bajas para continuar.

-???-

En los ojos del cielo estaban dos hermosas mujeres.

Ahí está el mortal. La mujer más baja de las dos tenía la piel completamente morada, con orejas de conejo y un cabello negro corto. Sus ojos eran amarillos con la esclerótica negra, y su ropa, de estilo egipcio, era roja y negra, adornada con brazaletes dorados. Lo más impresionante de ella era su gran busto, suprimido por dos pedazos de tela que apenas lo cubrían.

Champa, diosa de la destrucción del universo 6. La mujer junto a ella también era hermosa, con piel azul, cabello blanco y ojos morados. Su vestimenta era similar a la de Champa, pero cubría todo su cuerpo. A pesar de ello, su figura, especialmente sus pechos, aún era destacada, incluso más grandes que los de Champa. Esta mujer era Vados, el ángel asistente de Champa. Se acercó al cuerpo de Raiden, y con su báculo, un brillo envolvió su cuerpo, comenzando a curarlo.

Mi señora está segura de que este es el indicado preguntó la Angel, algo confundida pon la elección de su señora, estoy confiada de que él será un digno sucesor; además, necesito ayuda para deshacerme de las ratas de este universo y no lo puedo hacer sola dijo Champa. ¿Verdad? En los últimos milenios habían aparecido demasiados seres que pensaban que eran superiores a los dioses o dioses menores que pensaban que estaban en la misma escala que los destructores, y un dios testificó que se hizo llamar al dios de la destrucción. Ella personalmente se iba a deshacer de ese falso dios de la destrucción.

Además, tú sentiste su poder; llegó hasta nosotros, claramente tiene potencial. Dijo Champa, Vados con su bastón hizo limitar el cuerpo de Raiden y los tres se fueron en un parpadeo.

Fin del capítulo