El par de anbus avanzaba a todo lo que sus piernas les podían impulsar aun presas del cansancio y las múltiples heridas pero ahora el líder del dúo de ninjas maltrechos tenía un nuevo propósito en esta loca carrera, hacia tan solo un día atrás había logrado hallar sin intención alguna al desaparecido rubio que a su juicio no parecía controlado por cierto demonio que se libero aquella fatídica noche en que todo se fue al diablo, aunque viendo bien al rubio su ataque total y completamente letal le hacía deducir que algo le paso cuando estuvo lejos de su hogar aunque en este momento para el rubio ese sitio era poco menos que un muy mal recuerdo de su infancia, -ya llegamos ¡mas aprisa!- ordeno el peligris al ver las grandes murallas de konoha a la distancia, sin perder nada de tiempo en cordiales saludos el dúo avanzo a toda velocidad pasando por alto a los confundidos guardias que fuera de la costumbre estaban despiertos. ¿Qué le pasaría a esos dos?- pregunto uno de los guardias a su adormilado compañero que simplemente no supo que responderle después de todo ni el suponía que pudo pasar.
-Naruto-
Lejos de ahí en los bosques del país del fuego cierto rubio estaba sentado al pie de una fogata degustando un poco de la comida recién preparada por su nueva adquisición, la miraba discretamente aunque eso no disminuía en nada el leve sonrojo que aparecía en sus blancas mejillas cada que él le dirigía su azulada mirada, a decir verdad él no quería considerarla solamente una mercancía valiosa aunque la pelinegra así se sintiera, ciertamente era de él y eso era algo muy presente en la mente de Naruto que solo podía sonreír ante las muchas imágenes mentales que cierta youko le mandaba a cada instante en ellas podía mirar cómo le hacía el amor a su bella zorra pelirroja inclusive admiraba algunas imágenes donde cierta usuaria de elemento hielo se les unía y eso solo resaltaba su interés en la chica –( eres extraordinaria Haku_chan no solo cocinas de maravilla puedo ver que al correr de los años te volverás una mujer muy hermosa jeje, me muero por probar tu cuerpo en nuestro lecho y estoy seguro que tu también)-; una sonrisa astuta cruzo la cara del rubio mientras terminaba de degustar su alimento y la chica se animaba de valor para dirigirle la palabra.
-porque iremos tras ellos Naruto_sama- cuestiono con algo de miedo y duda en su voz después de todo el renegado de la zanbato fue su anterior "dueño" muy simple Haku_chan, primero tienen una fortuna y la necesitaremos para no tener que rebajarnos en nuestra selección de trabajos, y segundo y aun mas importante ese tipo que se atrevió a venderte como un objeto merece morir- una sonrisa delgada y peligrosa se dibujo en los labios del rubio mientras la chica de ojos castaños se sonrojaba ante semejantes palabras pero si tú me compraste eso no te vuelve igual a el- se levanto algo apenada al ver la mirada fija del rubio en ella.
Se alejo un par de metros totalmente avergonzada preguntándose si el rubio la castigaría y le enseñaría a comportarse como su antiguo señor, vagos recuerdos de bofetadas y días sin alimento desfilaban por su mente mientras sus ojos se humedecían al esperar ya una reprimenda de parte del rubio; lo único que sintió fueron las tibias manos de Naruto, abrazándola por la espalda apretándola suavemente contra su cuerpo –quizá nos parecemos pero lo que nos diferencia es que a mí no me importo el dinero con tal de tenerte cerca Haku_chan- ella sintió alegría en su pecho pero aun así seguía temiendo un castigo del rubio, las manos de ojirojo descendieron posándose sobre las piernas de la chica en una serie de movimientos lentos y acompasados que poco a poco arremangaban su kimono de batalla dejando al descubierto las blancas y suaves piernas, la mano derecha descendió rozando la suave pir de la pierna de la pelinegra enfilándose al muslo y acariciando suavemente mientras Haku perdida entre recuerdos de aquel animal encuentro que el rubio sostuvo con esa mujer de nombre Tsunami mientras sus dedos rozaban ya su intimidad humedecida mientras el rubio besaba suavemente el dorso de su cuello arrancando suaves gemidos de la chica –Naruto_sama...soy suya para lo que desee- murmuro suavemente entre gemidos mientras sus ojos se cerraban y el rubio se detenía haciéndola verlo fijamente con ese tenue rubor en su cara.
El la atrajo hacia sí y suavemente unieron sus labios en un beso tierno y suave mientras la lengua de Naruto buscaba acceso a la boca de la chica que sumisa la dejo entrar enfrascándose en un duelo bucal suave y cadencioso hasta que al fin se separaron uno de la otra, -me alegra que digas eso Haku_chan, porque si me obedeces te prometo que jamás dejare que te alejes y que te hare muy feliz- dijo lo ultimo repegando en el trasero de la chica su entrepierna que ya comenzaba a despertar haciéndola sonrojarse aun más de lo que ya estaba, -ya habrá tiempo para esto después Haku_chan ahora hay que apurarnos – se alejo de ella y la chica respiro entre molesta y esperanzada de que después pudiera terminarse lo que el rubio inicio en ese momento, se puso aun mas roja cuando considero esa posibilidad, a decir verdad tenia una imaginación muy buena y ya podía verse a si misma gimiendo debajo del rubio como hacia poco vio a Tsunami, por su parte Naruto sonreía triunfante ante el sutil aroma de la excitación proveniente de Haku; reiniciaron su viaje sin mayores contratiempos mientras el rubio ansiaba ya poder acabar con cierto shinobi gatana y pasar un 'poco de "tiempo de calidad" con su usuaria de hielo.
-Konoha-
De regreso a Konoha, un sorprendido Sandaime observaba a sus dos ANBU cansados y rendidos tras tan alocada marcha.
"¿Qué les pasó a ustedes dos?" preguntó el viejo Sarutobi a los ANBU.
El peliplateado tomó la palabra, explicando lo ocurrido con la información defectuosa, pero enfatizando el descubrimiento accidental del rubio. Sin perder tiempo, el Hokage convocó a más ANBU y los envió a buscar a varios Jounin para organizar un equipo que recuperara al rubio y lo rescatara del poblado, conocido por ser un nido de delincuentes y matones.
En las calles de la aldea, una ANBU con máscara de gato corría a toda velocidad hacia la residencia Namikaze. Allí buscaba a su mentora, quien, como de costumbre, estaba acompañada de sus mejores amigas, Tsume y Mikoto. De las dos, solo la Uchiha no había estado presente en la fatídica noche en la que Kushina perdió a su hijo para siempre.
"Kushina-sensei", dijo la pelimorada, aterrizando frente a las mujeres, quienes la miraron con curiosidad ante su repentina aparición.
"¿Qué haces aquí, Yugao-chan? No me digas que te has escapado de tus deberes", bromeó Tsume, mientras la ojivioleta observaba divertida.
"No es eso", negó Yugao con firmeza, esperando que la noticia alegrara a su maestra. "Sensei, Kakashi encontró a su hijo".
Tan pronto escuchó esas palabras, la pelirroja reaccionó, disparándose en dirección a la Torre Hokage. Sus amigas la miraron alejarse, cada una sumida en sus propios pensamientos, pero todas enfocadas en el rubio, ahora inciertas sobre su paradero y su actitud hacia Kushina.
Kushina entró sin tocar, como siempre, interrumpiendo una audiencia con un equipo liderado por un hombre de rostro marcado, Ibiki. Al verla, el grupo se retiró rápidamente, dejando a la pelirroja sola con el Sandaime, quien la miraba curioso y, al mismo tiempo, resentido.
"Supongo que Yugao te lo dijo, pero aun así lo preguntaré. ¿Por qué estás aquí?" dijo el anciano con calma, aunque sus ojos reflejaban dureza.
"¿Dónde está mi bebé?" preguntó Kushina desesperada, con ojos llenos de angustia.
Sarutobi negó con la cabeza. Desde aquel día, ella solía ir a su oficina, convencida de que él escondía a su hijo, pero ahora él realmente sabía dónde estaba el rubio. Aun así, no estaba dispuesto a decírselo.
"Ya he enviado un equipo para recuperarlo, pero desde ahora te lo advierto: mantente alejada de él o tendré que intervenir", dijo con voz autoritaria.
Kushina se dio la vuelta, determinada a salir y preparar la habitación de su hijo. "Eso no te incumbe, Sarutobi. Naru-chan es mi hijo y no tienes derecho a meterte", replicó desafiante.
El Sandaime resopló con frustración y dejó sentir su instinto asesino, inmovilizándola en su lugar.
"¡Perdiste el derecho de ser su madre cuando trataste de matarlo aquel día!" gritó Sarutobi, su voz llena de rabia y decepción.
Kushina lo miró con dolor y arrepentimiento antes de alejarse, conteniendo las lágrimas. Sabía que había fallado como madre, pero las palabras del Hokage aún le dolían profundamente. Sin embargo, Sarutobi no confiaba en ella, y ahora solo esperaba que Naruto no guardara rencor hacia su madre.
Mientras tanto, el equipo enviado por el Hokage avanzaba a toda velocidad. Por fortuna, el poblado no estaba demasiado lejos, y, conociendo bien la geografía del país, sabían que para el día siguiente, quizás por la tarde, ya habrían llegado a su destino.
- más tarde -
El rubio y su acompañante ya acampaban a las afueras, esperando el momento de atacar. Haku estaba nerviosa, ya que estaba por encarar a su mentor. Sin embargo, el rubio tenía otros planes en mente y no dudó en comunicárselo a la chica.
"Haku, cuando lleguemos quiero que te hagas cargo de los hermanos demonio. Zabuza es mío, ¿entiendes?"
La chica asintió, un poco aliviada, ya que no se sentía con confianza para luchar uno a uno con el espadachín.
"Bueno, ahora vamos a comer algo. Me muero por probar tu delicioso sazón de nuevo."
Haku se sonrojó ante el cumplido y comenzó a cocinar. Pronto caería el atardecer y tendrían que descansar. El momento de atacar sería al día siguiente.
Los relojes marcaban cerca de las 9:00 a. m., y en el poblado lleno de mercenarios y malvivientes, un rubio acompañado de una seria chica pelinegra avanzaban tranquilos entre tantos criminales de todo tipo, nivel y calaña. Llegaron a un bar en uno de los extremos, junto a un prostíbulo, donde las chicas lanzaban miradas coquetas al rubio sonriente, mientras Haku las fulminaba con la mirada. Ninguna de esas iba a tomar a su "Naruto-sama". Tan pronto reconsideró lo que pensaba, se puso bastante roja, mientras el rubio solo sonreía aún más al notar todo, tal y como esperaba que ocurriera.
"Eres clara como el cristal, Haku-chan, y puedo ver a través de ti... ya estás casi lista", pensó con una sonrisa malévola mientras irrumpían en el bar.
Fue fácil ubicar a Zabuza; después de todo, era el único con una espada de semejantes dimensiones. Caminaron serios, mientras el renegado de la niebla los miraba atento. Llegaron justo frente a la mesa, y todo el mundo los observaba con curiosidad, esperando ver qué ocurría.
"¿Se te perdió algo, niño?", dijo el hombre vendado del rostro, mientras el rubio señalaba al pergamino suspendido en su cintura.
"Solo vine por mis cosas, Zabu-chan", dijo sonriente y en tono burlista. Más de uno de los presentes sintió ganas de reírse al ver la expresión de enojo del criminal.
"Lo siento, mocoso, pero yo no hago reembolsos", respondió el espadachín, listo para escarmentar al rubio, que ya tenía su ataque a corta distancia cargado y listo.
"Quizá esto te haga cambiar de opinión." El rubio alzó su mano a una velocidad considerable, con su jutsu preparado.
"¡Fūton: Saidai Senkai!"
Un colosal remolino envolvió el bar. El violento ataque despedazó todo a su paso, dejando al rubio y Haku a salvo en el centro. La sangre voló por todos lados, mientras Haku miraba conmocionada la devastación que el rubio causaba sin inmutarse. En menos de dos minutos, Naruto acabó con la vida de más de 20 criminales y dejó heridos a casi el doble, mientras Zabuza lo miraba desde la calle, apenas logrando salvarse a tiempo.
"Este niño no es como esos tipos del otro día. Matarlo será más divertido", pensó el espadachín, mientras Naruto lo miraba con superioridad.
"Ups, se me pasó la mano. Te ahorré algo de trabajo, Haku-chan. Bueno, basta de ser amables... matémoslos", ordenó el rubio, y ambos pasaron al ataque.
Haku eludió la garra metálica de Gozu saltando a un costado mientras él clavaba sus garras en el suelo presa de la ira. "¡Maldita perra, voy a matarte y desollar tu cadáver frente a tu amante!" gritó furioso, saltando de nuevo contra la pelinegra, quien solo se movía de un lado a otro. Él estaba muy enojado y no atacaba con sensatez. Haku arrojó unas senbon al Gozu, quien se cubrió con el guante. Bajó la mano para ver a la chica, pero ya no estaba frente a él.
"No te distraigas" dijo a su espalda, conectándole una patada al darse la vuelta. Fue tan fuerte que le sacó el aire, haciéndolo doblarse del dolor para encarar a la chica frente a él.
"Si no peleas, te puedo dar una muerte muy pacífica" dijo conciliadora, pero el sujeto solo respiró furioso.
"¡PUTA!" gritó en respuesta, sacando la cadena de su guante metálico y blandiéndola como un látigo. Conectó un golpe a la cara de la chica, que salió volando y golpeó el suelo.
"¡Voy a matarte!" gritó de nuevo mientras saltaba sobre la chica de ojos castaños.
Naruto esquivó el espadazo de Zabuza, quien trataba por todos los medios de partirlo en dos. A decir verdad, le resultaba frustrante el rubio, que con gran agilidad daba piruetas y giros eludiéndolo con facilidad. Ni siquiera estaba usando ese raro Lanza bo que cargaba. Con una sola mano, Zabuza trazó los sellos y atacó de frente.
"Suiton: Teppoudama (Elemento Agua: Disparo cañón de agua)"
La gran bala de agua voló contra el rubio, quien la bloqueó con una propia bala de aire, provocando una pequeña lluvia que le obstruyó la visión. El criminal aprovechó la oportunidad y cortó con su espada. De un solo golpe dividió agua y carne, partiendo al rubio en dos con facilidad. La sangre voló por todos lados mientras las mitades cercenadas de Naruto caían al suelo.
"Eras solo mucho ruido, ¿verdad, mocoso?" dijo el renegado, solo para mirar el suelo bajo sus pies, que en menos de un minuto se destrozó mientras el rubio ascendía con el puño derecho en alto y rodeado de un mini-tornado.
"Kazeken (Puño de viento)"
Golpeó con fuerza al desprevenido Zabuza, quien pronto se vio elevado en el aire por el poderoso tornado miniatura que lo arrojó a varios metros de distancia del rubio.
"No es bueno que me subestimes, Zabu-chan" dijo Naruto.
El molesto hombre vendado se levantó del suelo mirando al rubio muerto, que no era otro sino Meizu. En el último segundo, el rubio se reemplazó con su cadáver, y eso fue lo que Zabuza cortó.
"Este niño no es un fanfarrón, en verdad es muy capaz. Mejor será no subestimarlo más" pensó el hombre, con una gota de sudor bajando por la sien.
"¿Estás acalorado? Qué tal una refrescante brisa... Futon: Arashi no Iki (Elemento Viento: Soplo de Tormenta)"
Sopló con fuerza contra Zabuza. Su gran zanbato se clavó en el suelo cuando la poderosa ventisca lo golpeó de frente, elevando restos de roca y madera del suelo en un violento intento por desprenderlo del piso. El suelo crujió mientras la punta de su espada se desprendía y salía volando por el aire hasta caer sobre el montón de escombros destrozados.
Gozu saltaba de un lado a otro eludiendo con apuro las agujas que se cernían sobre él en una lluvia interminable que lo acosaba hacia donde se dirigiera.
"Maldita bruja" gruñó molesto, mientras cargaba de frente contra la chica de ojos cafés.
No reaccionó; fue como si Haku se quedase quieta para recibir el golpe. Las garras metálicas de Gozu se hundieron en su carne, haciendo brotar sangre tibia y roja.
"Estúpida" murmuró el sujeto sonriente. Pero el color en Haku desapareció, volviéndose blanca y transparente antes de estallar en una lluvia de cristales de hielo que se enterraron en el cuerpo de Gozu, incapacitando sus movimientos elusivos.
"Ustedes siempre me trataron como su esclava, y por eso esta es mi oportunidad de desquitarme" dijo Haku con una frialdad que haría al mismo Zabuza sentir orgullo. Acto seguido, trazó su letal ataque.
"Hyouton: Mo Fubuki (Elemento Hielo: Ventisca)"
El viento helado sopló con fuerza, arrojando al herido Gozu contra un muro mientras poco a poco su cuerpo se cristalizaba bajo la helada brisa. Lentamente, todos sus movimientos se detuvieron, convirtiéndolo en una estatua viviente de hielo.
"Salúdame a tu hermano" dijo la pelinegra, esgrimiendo una senbon que brilló bajo la luz del sol antes de clavarse en el congelado cuerpo. Este se resquebrajó en una lluvia de cristales rojos y blancos, acabando con la vida del último de los hermanos demonio.
Zabuza se levantó del suelo lentamente, arrojando los escombros que todavía tenía encima. A lo lejos, vislumbró cómo el último de sus secuaces estallaba en una lluvia de hielo, dejándolo completamente solo contra el rubio.
"Creo que estás en problemas, Zabu-chan" dijo Naruto con una sonrisa burlona en el rostro mientras el shinobi blandía furioso su enorme arma.
"Eres un tonto. ¿De verdad crees que Haku va a ayudarte? ¡Haku, ven aquí y asesina a este sujeto!"
La chica se quedó inmóvil ante la orden de su mentor. No sabía qué hacer. Por un lado, Naruto, quien le había mostrado cariño y amabilidad, llenándola de sensaciones que nunca creyó experimentar. Por el otro, Zabuza, el hombre que había salvado su vida y le dio un propósito, aunque en la menor oportunidad la vendió, precisamente al rubio que ahora mismo la miraba con una suave y gentil sonrisa.
Las dudas se desvanecieron al verlo.
"No, yo no te ayudaré. Nunca traicionaría a Naruto-sama" dijo decidida.
Las inexistentes cejas del renegado ascendieron en su frente mientras enfocaba al rubio, quien en solo días se había ganado la lealtad que a él le costó años cosechar.
"No dejaré que rebajes a mi Haku-chan a una mera herramienta de nuevo" dijo Naruto con decisión, tomando su curioso Lanza de la espalda.
Naruto lo giró un par de veces en su mano derecha antes de colocarlo sobre su cintura, pasándolo detrás de su cuerpo. Sonrió al renegado de la niebla.
"Voy a matarte" dijo cantarinamente justo antes de moverse a una velocidad endemoniada, como un borrón que se clarificó frente a Zabuza.
Lanzó una estocada con uno de los extremos cónicos, pero la espada del criminal se movió a toda velocidad y el metal chirrió cuando chocaron. Las chispas volaron mientras el rubio giraba sobre sí mismo para lanzar otro golpe, que nuevamente el enemigo bloqueó con habilidad. Sin embargo, un golpe lateral conectó en el rostro de Zabuza, enviándolo a rodar por el suelo. Naruto saltó y descendió en un mortal ataque, pero Zabuza apenas lo eludió.
"Es verdad lo que decían. De los Siete Espadachines de la Niebla, tú eres el más débil y patético" dijo Naruto con una delgada y mortal sonrisa.
Zabuza, molesto por el insulto, atacó sin pensar, lanzando un corte lateral que el rubio bloqueó con su Lanza con gran facilidad. Otro golpe, y el resultado fue el mismo. Los ataques furiosos de Zabuza apenas movían a Naruto unos centímetros. Lanza negro permanecía intacto, mientras que la gran espada comenzaba a mellarse.
"¿Ya te divertiste? Porque ahora aquí voy yo" dijo Naruto, todavía sonriendo.
Cargó de frente y lanzó un par de golpes que Zabuza bloqueó con facilidad, hasta que, tras uno de los bloqueos, Naruto lanzó una estocada veloz y mortal.
"¡AAAAARRRRRRGGGGGG!"
La sangre voló por el aire mientras el shinobi de Kiri retrocedía herido. Los ojos de Haku se abrieron como platos al ver a Zabuza doblándose sobre sus rodillas, sujetando su sangrante rostro. Una de sus cuencas estaba vacía, y el fluido vital escurría donde alguna vez estuvo su ojo.
Con su ojo restante, enfocó a su subordinada, quien lo miraba asombrada, y dirigió su ira hacia ella.
"¡Esto es por tu culpa, maldita!" gritó furioso, cargando contra la paralizada chica, que estaba a menos de seis metros de él y muy lejos del rubio.
Una sonrisa melancólica y llena de dolor adornó el rostro de Haku mientras sabía que su final se acercaba.
"Adiós, Naruto-sama" pensó, cerrando los ojos, esperando el golpe final.
El suelo crujió con fuerza mientras el metal se teñía de rojo.
"¡AAAAHHHHH!"
Haku abrió los ojos y vio a su mentor elevado en el aire por extrañas cadenas negras que atravesaban sus manos y tobillos, enroscándose en sus brazos y apretando con fuerza. Las cadenas se extendían por el suelo destrozado, provenientes del rubio envuelto en un aura oscura y peligrosa sus ojos, ahora de un color negro, con un detalle morado y su frente, teniendo una marca negra que cubría su frente completamente.
"Nunca trates de lastimarla" dijo Naruto molesto mientras alzaba a Zabuza de espaldas.
Apuntó su Lanza y lo clavó con fuerza en el centro de la espalda del renegado, arrancándole gritos de dolor mientras su espalda crujía al ser rota. Lo dejó caer al suelo en un charco de sangre.
"Adelante, mátalo, Haku-chan" dijo Naruto.
Ella reaccionó dando un paso al frente.
"H...Haku... tú... tú siempre... fuiste... fuiste como una hija para mí" dijo Zabuza lastimosamente.
La chica trazó los sellos del jutsu de hielo.
"Te agradezco por salvarme y criarme, pero ahora ya no te necesito. Ahora Naruto-sama cuidará de mí. Adiós, Zabuza" dijo ella justo antes de soplar su helada ventisca y reducir al renegado a una gélida estatua.
Con pasos lentos y firmes, Haku se posicionó sobre la cabeza de Zabuza y la aplastó con total crueldad, dando fin a la vida del Demonio de la Niebla.
"Esta espada va a ser un gran trofeo" dijo Naruto, alzando la zanbato del recién asesinado Zabuza. La guardó en un pergamino y giró hacia Haku, quien aún observaba el cadáver decapitado del shinobi.
"Muy bien hecho, Haku-chan"
La chica se dio la vuelta y fue premiada con un suave beso del rubio, quien la apretó contra él mientras una de sus manos bajaba por su espalda y acariciaba su firme trasero.
A la distancia, presencias acercándose alertaron al rubio, quien decidió dejar la premiación de Haku para después. Salieron del pueblo a toda prisa. A menos de un kilómetro de la salida, un grupo de ninjas los esperaba.
"Sarutobi-sama nos ha enviado por ti, Naruto" dijo un hombre con cicatrices en el rostro.
Naruto sonrió al reconocer a uno de los que iban en ese grupo.
"Esto va a ser muy interesante" pensó con cierta malicia, alistándose para lo que estaba por suceder.
Fin del capítulo
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