El inframundo, un lugar profundamente enigmático, servía como el reino donde habitaban los demonios desterrados del paraíso por Elohim, el dios bíblico. Este exilio fue el resultado de un intento fallido de Lucifer por derrocar a su creador y tomar el control del cielo. Tras su derrota, Lucifer y sus seguidores fueron expulsados al inframundo bíblico, donde pronto se impondría como líder al derrotar a Satanás, a quien convirtió en su sirviente.
En una parte de la inframundo, se podría observarse a un joven de cabello plateado y ojos de un intenso azul eléctrico. Su brazo derecho estaba cubierto por una armadura negra decorada con marcas rojas que recorrían todo el guantelete. Su torso estaba envuelto en mantos oscuros, mientras que sus piernas estaban protegidas por una armadura negra con las mismas marcas escarlata que adornaban su brazo.
A su alrededor yacían cuerpos de ángeles caídos y ángeles por igual. Algunos estaban partidos en dos, otros presentaban heridas profundas o agujeros, mientras el suelo estaba cubierto de intestinos y extremidades desmembradas: brazos, piernas y otros restos esparcidos por doquier.
Aquel hombre era Daemon Morningstar, el primogénito de Lucifer y Lilith, y hermano menor de Rizevim Livan Morningstar y Lucina Morningstar.
Tras completar un círculo mágico, Daemon regresó a su hogar. Apareció en una amplia habitación llena de sirvientas que, al verlo, comenzaron a retirar su ropa ensangrentada y a limpiar su cuerpo con paños húmedos. Una vez que lo bañaron, Daemon se retiró a su habitación cubierto con una manta. Allí, lo esperaba una sirvienta de cabello plateado y ojos azules, cuyo cuerpo voluptuoso emanaba una sensualidad que podía despertar el deseo de cualquier hombre.
Aquella mujer era Grayfia Lucifuge, hija del demonio del mismo nombre y descendiente de la mano derecha del propio Lucifer. En sus manos sostenía una carta, lista para entregársela a Daemon.
La carta hablaba sobre la fiesta de los jóvenes demonios, un evento exclusivo para los herederos de los Reyes Demonios, junto a los hijos o sucesores de los Pilares. Todos ellos asistirían a la fiesta, pero el verdadero propósito de este encuentro era que los Reyes Demonios enseñaran, de manera indirecta, a sus descendientes las lecciones de dominación, preparando a los futuros gobernantes del inframundo.
Daemon, siendo el hijo primogénito del Rey Demonio Lucifer, no podía eludir la invitación. Tendría que ir, aunque la idea le resultaba una molestia. Con desdén, tiró la carta al suelo.
A pesar de su aversión por esas reuniones, Daemon sabía que no podía evitarlas. Sin embargo, había una persona en particular a la que esperaba ver, más que por cualquier otra razón, para liberar el estrés acumulado. Pensó en ello mientras jugaba con una llama morada en la punta de su dedo, si su padre quería un show él le daría uno le enseñaría a inframundo, qué tipo de Morningstar era.
- mas tarde -
El día de la fiesta, los demonios más poderosos del inframundo se reunieron en un gran baile en el palacio de Lucifer. Los 72 pilares del inframundo estaban presentes, pero las cuatro mesas más grandes estaban ocupadas por los cuatro Reyes Demonios: Lucifer, Beelzebub, Leviatán y Asmodeus, quienes se encontraban en sus respectivos tronos con sus familias.
Lucifer, el más grande de los cuatro, tenía la apariencia de un niño de cabello plateado y ojos rojos. Sus cuernos también eran rojos, y su sonrisa cruel era la marca de su poder. A su lado estaba su primera esposa, Lilith, la reina de los súcubos. Lilith era una mujer de gran estatura, con cabello morado, una pequeña gema morada en su frente, cuernos que se fundían con una corona, y un traje revelador que dejaba ver gran parte de su piel. Ella lo abrazaba, colocando su rostro entre sus senos.
Junto a ellos estaba su hija menor, Lucina Morningstar, una joven de cabello plateado y ojos dorados. Lucina llevaba un traje revelador que dejaba ver parte de su escote y piernas, pero su estatus como hija de Lucifer y Lilith hacía que ningún demonio se atreviera a mirarla con lujuria.
En otro rincón de la mesa se encontraba Rizevim Livan Morningstar, el segundo hijo de Lucifer y Lilith. Con cabello plateado, ojos azul y una sonrisa malévola, Rizevim lucía una armadura plateada y negra, y era el siguiente en la línea para convertirse en el rey demonio.
En las mesas de los otros tres reyes demonios, la escena era igualmente imponente. Leviatán, con una apariencia juvenil y musculosa, llevaba una armadura plateada con alas de ángel, y sus ojos verdes brillaban con fuerza. A su lado estaba su esposa, una mujer de piel oscura y cabello rosa, con ropa reveladora que mostraba su escote y abdomen. Junto a ellos, las princesas Tsufaame Tereaku Leviatán y Katerea Leviatán, ambas de piel oscura, destacaban por sus figuras voluptuosas y sus ojos deslumbrantes.
Beelzebub, el rey demonio insectoide, estaba sentado en su trono. Adoptaba la apariencia de un joven alto y delgado, con el cabello desordenado y unos profundos ojos negros. Vestía una camisa negra, complementada con una tela morada similar a una faja en cada lado del hombro, que caía hasta los muslos. Esta prenda estaba firmemente atada a su cintura con una cuerda negra. Además, Beelzebub llevaba calcetas negras holgadas y un par de botas con cordones que llegaban hasta media pantorrilla.
A su lado, se encontraba su esposa, una mujer castaña, de figura voluptuosa. Sus hijos, Bidleid y Shalba Beelzebub, seguían el ejemplo de su madre, aunque presentaban características propias que les daban un aspecto más humano.
Por último, Asmodeus, el rey demonio de apariencia delgada y cabello negro, estaba acompañado por su esposa de cabello morado y ojos del mismo color. Sus hijos, Creuserey y Lunamaria Asmodeus, se sentaban a su lado, compartiendo la misma apariencia con la única diferencia de su género.
La fiesta transcurría sin incidentes hasta que, de repente, una gran explosión de fuego morado surgió en la entrada. Los guardias se pusieron en alerta, pero pronto se agacharon al ver a Daemon salir del humo junto a su fiel sirvienta, Grayfia Lucifuge. Daemon observó a los invitados, algunos visiblemente nerviosos, pero no les prestó atención. Estaba buscando algo y, cuando finalmente vio al objetivo, un joven castaño de la familia Vassago, se acercó a él sin dudar.
Daemon lo golpeó con fuerza en la cara. No conocía su nombre, pero sí su linaje. Agarró al chico del cabello y le gritó Sucia basura, ¿por qué intentaste cortejar a mi sirvienta?
Golpeó al joven una y otra vez, con su magia. No solía asistir a fiestas, pues las encontraba aburridas y sin ningún sentido. Pero este insulto era algo que no podía dejar pasar. Daemon comenzó a liberar llamas oscuras, quemando al joven hasta que este gritó con horror, su sufrimiento resonando por toda la sala y asustando a casi todos, excepto a las familias de los reyes demonios.
Lucifer, uno de los reyes demonios, sonreía con satisfacción. Él había sido quien personalmente había enviado la carta y, al ver al joven intentando algo con la sirvienta de su hijo, no solo lo invitó a la fiesta, sino que también le comunicó la noticia a los demás reyes. La reunión anual servía como una demostración para recordarles a todos quién tenía el poder en el inframundo.
Daemon continuó torturando al joven hasta que, de repente, un puño lo golpeó desde un lado y lo lanzó contra la pared más cercana. Recuperándose del impacto, Daemon salió del cráter que formó y observó al atacante. Era un joven pelirrojo, uno de esos demonios prodigiosos del inframundo cuya fuerza era comparable a la de los hermanos de Daemon.
Aunque el joven tenía fuerza, Daemon no lo consideró una amenaza real. El golpe solo lo había enviado lejos porque el pelirrojo lo atacó por sorpresa y estaba claramente enfurecido. Daemon sonrió.
"Voy a golpear a dos basuras hoy" murmuró.
"¿Qué está haciendo Sirzechs?" preguntó un hombre de barba rojo y aspecto severo. Era Lord Gremory, el patriarca de la familia Gremory.
"Zeoticus, ¿qué está haciendo tu hijo"?interrogó otro hombre rubio con barba y gafas. Era Lord Phenex.
Entre los demás demonios, un joven de cabello verde, el actual heredero de la familia Astaroth y amigo cercano de Sirzechs, también estaba confundido.
La mayoría de amigos del pelirrojo estaban preocupados, excepto una joven con cabello negro que sonrojó ligeramente al ver el enfrentamiento.
En los tronos de los reyes demonios, Lucifer sonreía aún más. Él sabía todo sobre ese joven y no estaba impresionado. Pensaba que al menos debería estar en el nivel de un demonio príncipe, pero ni siquiera eso había logrado. Comparado con un demonio de clase alta, estaba muy lejos de alcanzar el nivel de un demonio príncipe, lo que le parecía ridículo.
Niveles de poder demoníaco:
Clase Baja
Clase Media
Clase Alta
Clase Elite
Clase Suprema
Clase Ultimate
Clase Príncipe
Clase Rey Demonio
Clase Gran Rey Demonio
Clase Súper Demonio
A pesar de todo esto, el poder del joven no era nada más que una insignificancia comparada con el de los demonios superiores. Daemon creó un círculo de fuego oscuro para separar a todos de la pelea, dejando a cada uno apartado y vulnerable.
Ahora veremos qué es más fuerte: el poder de la destrucción o las llamas del purgatorio dijo Daemon, sus ojos brillando con un rojo intenso y malicioso.
Fin del capítulo
Decidí hacerle remake a naruto lucifer y si Deamon es un naruto sólo diré eso y por último crédito LordZoonaMdoz10 le robé la idea de las clases.