[Punto de vista de Donald]
Tras separarme a regañadientes de Margarita esa mañana, fui a ver a Armstrong.
Se veía aún más desmejorado de lo que estaba la noche anterior. Quizás había estado ocupado toda la noche y no había dormido. Era un Alfa entregado y se preocupaba por su manada. Lo admiraba. Quizá lo habría admirado más si nada hubiera ocurrido entre él y Margarita.
—He rediseñado la patrulla de la tribu en el bosque. Hemos duplicado la mano de obra y los turnos. No hemos encontrado a nadie sospechoso —dijo Armstrong.
Asentí. —Ya he enviado aviso a la familia real para que estén alerta ante cualquier actividad inusual. Enviarán a una docena de personas para apoyarnos. Estarán aquí en unos días.
—¿Más de diez? —Armstrong frunció el ceño.
—Estas personas son suficientes.
Eché un vistazo a Armstrong pero no entré en detalles. Esas diez o más personas eran un equipo de asalto, una de mis mejores fuerzas.