[La perspectiva de Margarita]
Vi a Donald. No se veía feliz.
No sabía qué había pasado. ¿Algo salió mal esta mañana o sucedió algo terrible?, me preguntaba. Lamentaba no haberme puesto mi vestido antes. Solo llevaba una camiseta negra y jeans. Debo estar viéndome poco atractiva.
Donald estaba inexpresivo. Sus ojos eran un poco aterradores mientras me miraba fijamente. Entendí lo que quería decir Elizabeth. Cuando Donald no me sonreía, había algo aterrador en él.
O quizás ya se había dado cuenta de que convertirse en mi compañero fue un error y estaba empezando a lamentarlo.
Ese pensamiento me detuvo en mi camino hacia él. Lo miré impotente, deseando hacer algo para agradarle.
—Eh, ¿quieres almorzar juntos? Anthony ya terminó —dijo.
Su expresión se ensombreció. Entonces, ¿soy yo?, pensé.
Pero Donald ya estaba caminando hacia mí. Nadie en la casa estaba hablando.