Mi nombre es Roxy. Roxy Migurdia. Soy una estudiante de preparatoria de dieciocho
años que asiste a la Academia Privada Sharia. A pesar de mi edad, yo no he crecido desde la
secundaria, así que las personas siempre dicen que me veo infantil.
A pesar de eso, yo era una estudiante de tercer año, así que este verano terminaría mis
actividades del club una última vez. Por lo tanto, haría de este año mi canto del cisne.
"¡O eso tenía planeado…!" jadeé.
Aquí estaba yo, corriendo hacia la escuela con un pan tostado en mi boca.
Cuando desperté esa mañana, me di cuenta de que las manecillas del reloj estaban
apuntando hacia una hora pasada de la normal. Eso me hizo salir de golpe de la cama y me
instó a colocarme mi uniforme lo más rápido posible. Agarré mi mochila, la cual había
ordenado la noche anterior, y saqué una pieza de pan tostado antes de salir volando a través
de la puerta.
A pesar de mis esfuerzos, parecía que apenas iba a llegar a tiempo. En otras palabras…
"¡Voy a llegar tarde a mi primer día de práctica!"
Si no llegaba a tiempo, mi cuidadosamente construida imagen como una intelectual
dotada se caería a pedazos. Yo nunca antes había cometido algún error importante. Siempre
fui la mejor de mi clase, además de una atleta de nivel nacional en las actividades del club, y
los estudiantes más jóvenes me admiraban.
Por otro lado, yo siempre había sido así. Justo cuando creía que tenía las cosas bajo
control, metía la pata con un error estúpido.
Eso había ocurrido el verano de mi año final en la secundaria. Como encargada de
proteger la retaguardia con una afinidad al agua, había sido mi responsabilidad detener a la
vanguardia, quienes tenían afinidad al fuego. Si solo hubiese sido capaz de bloquear a mi
oponente en ese momento, nosotros habríamos mantenido nuestra ventaja hasta el final.
Mi mente estaba atascada en el pasado, así que fracasé en notar algo en el presente: un
chico corriendo a través de la esquina, justo en mi camino.
"¡Ah!"
Él debe haberse dado cuenta de mi presencia en ese mismo momento, ya que nuestros
ojos se encontraron. En ese punto, era imposible evitar lo que sucedería a continuación.
¡Bam!
Un choque frontal. El impacto me mandó a volar hacia atrás y lanzó hacia el aire la
tostada que me había estado comiendo.
"Auch… ¡Deberías ver por dónde corres!" Admito que eso era algo bastante hipócrita
de mi parte.
Aunque el chico se veía culpable. "Lo siento mucho. Estaba apurado."
Él había aterrizado sobre su trasero tal como yo, así que pude verlo directamente a la
cara.
"¡Ah…!" No pude evitar jadear. Él tenía la clase de rasgos que no veías con frecuencia
estos días.
Él de igual forma se quedó mirando hacia mí sin palabras, con su expresión congelada.
Tal vez yo también era su tipo. No —no podía ser posible. Yo no era el tipo de nadie con mi
cuerpo de estudiante de secundaria.
Esperen. Me di cuenta de que él nunca miró directamente hacia mi rostro durante todo
este tiempo. Su mirada apuntaba más abajo.
"¡No!" Ajusté mi falda apresuradamente, la cual había subido a causa del choque.
"¡L-lo siento!" El chico se disculpó con el rostro completamente rojo. A pesar de todo,
de verdad me gustaba su expresión.
"Te perdono. N-no es el fin del mundo." De hecho, yo quería disculparme por mostrarle
algo tan patético. Mientras me ponía de pie, una extraña emoción se apoderó de mí. "Ahora
tengo una práctica matutina. Así que, um, ¡nos vemos!"
"¡Ah, espe—!"
Salí corriendo, terminando de golpe la conversación, pero aun así llegué tarde a la
práctica matutina.
Esa tarde, después del final de las clases, yo volví a encontrarme con mi club. El capitán
se enojó conmigo por llegar tarde a nuestra primera práctica matutina. Por su parte, los
miembros más experimentados se rieron de mí, aunque estaban distraídos por los nuevos
miembros.
"Bueno, vamos a darles la bienvenida a nuestros nuevos miembros. Todos, formen una
fila," nos instó Jenius, el supervisor del club. Los estudiantes de primer año formaban una
fila. "Preséntense, empezando de este lado. Si tienen experiencia, me gustaría que digan su
posición y afinidad."
Los nuevos tomaron turnos para presentarse. Bastantes tenían experiencia previa, y era
genial ver a tantos jugadores experimentados. Sin embargo, varios parecían creer ser los
mejores debido a sus clubs de la secundaria, y actuaban de forma muy arrogante alrededor
de sus superiores.
Durante mi primer año, yo había sido tal como ellos, con frecuencia perturbando la
armonía del equipo debido a mi arrogancia. Sin embargo, ahora yo era una jugadora de tercer
año jugando a nivel nacional. Me presentaría con los nuevos miembros con una actitud digna
de una superior.
Al menos, ese era el plan. Pero no pude mantener mi cara de póker cuando la última
persona de la fila dio un paso al frente.
"Encantado de conocerlos. ¡Me llamo Rudeus Greyrat, y soy un guardia intermedio con
afinidades de agua y tierra balanceadas!"
Él era el chico de esa mañana —el que había visto mis bragas. Ahí quedó mi actitud
digna.
"Estoy seguro de que muchos de ustedes saben esto, pero el joven Rudeus fue el MVP
del torneo nacional de secundarias. Por supuesto, los torneos de preparatoria son
completamente diferentes, así que él no recibirá un trato especial," dijo Jenius,
probablemente en nuestro beneficio. "¡Aun así, es mejor que los jugadores de segundo y
tercer año sigan entrenando para que Rudeus no les robe sus puestos!"
El MVP de la secundaria. Él ciertamente no carecía de habilidades, a pesar de que no
parecía ser del tipo que encajaba bien en un equipo.
"Rudeus, ¿algo que decir?" preguntó Jenius.
"¡Sí! ¡Me esforzaré al máximo en este equipo! ¡Mi sueño siempre ha sido jugar junto a
Roxy!"
Ante estas palabras, cada estudiante de tercer año movió su cabeza hacia mí al unísono.
Algunos incluso silbaron.
"¿Qué?" Bueno, yo era una jugadora de nivel nacional, y tenía algunos admiradores…
pero igual.
"¡Comencé a jugar este deporte porque siempre quise aprender de ti, Roxy! Fuimos a
diferentes secundarias, así que no pudimos se compañeros en ese entonces. ¡Pero ese siempre
ha sido mi objetivo!"
Sus palabras me recordaron algo. En la primaria, un niño visitó por un día el club al que
yo asistía, y yo le enseñé un poco de magia ofensiva.
"Espero que podamos trabajar juntos en el futuro, Roxy."
Mi corazón comenzó a latir como loco al ver la sonrisa brillante del chico. Él era mi tipo.